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Azul

Enviado por amarilyslp


    1. Objetivos del trabajo
    2. Resumen
    3. Antecedentes
    4. Desarrollo
    5. Características del concurso
    6. Las obras
    7. Beneficiarios
    8. Conclusiones
    9. Gracias
    10. Recomendaciones
    11. Bibliografía

    Objetivos:

    1-Enriquecer el conocimiento, sobre el desarrollo de música infantil en nuestro territorio, a partir del impulso que se da a la misma con el evento "Planeta Azul".

    2- Valorar la situación actual de la creación musical infantil en el territorio y su interrelación con el evento "Planeta Azul".

    Resumen:

    La temática musical infantil en nuestro territorio, adquiere grandes dimensiones a partir de 1989, con la realización del evento "Planeta Azul", sin embargo se carece de un instrumento en el que se resuman los éxitos de este , motivo por el cual este trabajo está dirigido especialmente al logro de la divulgación de la música infantil, aunque además de esto se puede apreciar en el mismo características, desarrollo y deficiencias que el concurso ha presentado de forma general, así como los diversos valores expresados en las obras premiadas. Finalmente podemos decir que esta labor constituye un llamado a la conciencia de todas aquellas personas que guarden un pedacito de niñez en su corazón.

    Introducción

    La música para niños, niñas y adolescentes siempre ha constituido una polémica a todo lo largo del proceso histórico-cultural de los pueblos, por la poca importancia que se le ha concedido, logrando de esa forma que la joven parte de nuestra sociedad pierda lo que debería constituir sus raíces para posterior desarrollo en la vida, es decir, los valores vitales insertados en su música.

    A través de la presente investigación queremos demostrar el verdadero valor que contiene lo antes expuesto y el papel fundamental que juega en ello el concurso internacional de música infantil "Planeta Azul", que tiene su surgimiento y cede en nuestra provincia.

    La promoción, divulgación, el apego por parte de nuestros niños con sus letras es nuestro verdadero objetivo; para lograrlo daremos a conocer una breve reseña sobre la esencia de este concurso y las medidas que deben ser tomadas para conservarlo y enriquecerlo después de analizar a profundidad datos precisos sobre el mismo.

    Ayudar en la construcción del entorno infantil es nuestro lema: "HÁGANLO SUYO TAMBIÉN".

    Antecedentes:

    A modo de reseña o trayectoria del evento podemos plantear que en el período de los años 80 se comenzó a pensar en la necesidad de crear canciones encaminadas a preservar el planeta, desde que era una etapa preñada de amenazas, peligros y rencillas políticas, de exterminio de la humanidad a partir de guerras nucleares y bacteriológicas. El deterioro de la ecología mundial y los abandonos propios de cada nación al respecto, hizo pensar en la necesidad de contribuir con las manifestaciones del arte y la literatura a la sensibilización de estos problemas.

    ¿Quién mejor que los niños y jóvenes para transmitir este mensaje? En estos años no se conocían antecedentes de un trabajo sistemático para la creación e interpretación de la música para niños de diferentes edades, existía un escaso repertorio infantil y solo se interpretaban canciones transmitidas por la radio y la televisión nacional.

    La temática de música infantil, aunque se ha trabajado de forma fortuita, no contaba en nuestra provincia con un espacio organizado y coherente que diera la posibilidad a creadores y artistas de trabajar sistemáticamente, con ritmos, música y textos que reflejaran intereses infantiles y que a su vez fueran fáciles, contagiosos y motivadores a los gustos de niños y adolescentes.

    Así surge en 1989 la primera edición de Planeta Azul, la cual, como se esperaba, tuvo una gran acogida y aceptación por parte de la grey infantil en particular y en términos generales por todo nuestro pueblo.

    Desarrollo:

    Se ha comprobado que no es amplio el repertorio cancionístico infantil, por lo que es evidente la necesidad de que infantes puedan disfrutar de un abanico musical variado y ameno, adecuado a sus edades, con lo que se evitaría que los mismos se vean en la necesidad de repetir incesantemente ritmos de adultos que les enseñan y adentran en un mundo que no les pertenece, y simultánea e indiscriminadamente les alejan de su mundo, donde tantas cosas bellas les quedan por aprender.

    De todo ello se infiere la necesidad de crear ritmos, música y textos que reflejen intereses infantiles y que a su vez tengan el don de ser fáciles y motivadores para contrarrestar la influencia propagandística de canciones de adultos que se escuchan más. El doloroso escuchar en labios de niños canciones que hablan de amor, sexo, traición y demás, y cuyo significado incluso desconocen.

    Se conocía de la existencia de autores con inquietudes con respecto a la creación infantil, solo les faltaba el espacio que las instituciones culturales podían brindarle y de ahí surgió la determinación de su creador, el especialista de música Pedro Luis Rodríguez Arencibia, de crear un espacio para un evento de música infantil, que llevaría el nombre de "Planeta Azul", inspirado en un cuadro del conocido pintor pinareño Miguel Angel Ceuret, su fundador, Pedro Luis ha sido un creador constante de la música para niños en sus diferentes acepciones, musicalizando obras de teatro para sus compañeros instructores, tales como: "Conejín", "Doñita Bella y Doñita Abeja", y además la musicalización de las obras "El Cochero Azul", de Dora Alonso y "Cuentos de Valle Grande" de Aurora Martínez y la "Canción del Pionero", con la que obtuvo 4 premios nacionales.

    La primera edición de concurso "Planeta Azul", se convoca en 1989 con un carácter municipal, al que fueron invitados autores de otros municipios.

    En esta oportunidad se recibieron 87 obras, quedando seleccionadas 15 de ellas para la realización del espectáculo competitivo, ya en esta primera edición se observó la aceptación que tuvo el evento, con el que colaboraron muchos factores que se entusiasmaron con la iniciativa.

    Agrupaciones y músicos se brindaron para orquestar las obras: la selección de los intérpretes fue una experiencia positiva y agradable, pues se convocaron muchos niños de los niveles de primaria y secundaria que se presentaron para defender las obras finalistas. Esta acción incrementó la cantera de solistas infantiles, estableciendo un movimiento grande en la formación y promoción de niños que optan por una plaza en cada edición que se convoca, otro logro a destacar de la 1era edición y que se mantiene como puntal de solidez fue la colaboración de los organismos y empresas, con aportes modestos logrando que la premiación del concurso cumpla grandes objetivos, pues cada niño, además del estímulo moral que le proporciona la participación en el evento, es premiado además con un incentivo material.

    A partir de ese entonces, el concurso se ha hecho una realidad y aunque se tienen deficiencias y dificultades sobre las cuales se deben trabajar, es cierto que el evento ha contribuido a resolver ese gran problema que constituía la creación y difusión de música infantil, además de incentivar a los creadores del género que encuentran en Planeta Azul, el marco propicio para dar a conocer sus obras.

    Tales ediciones del evento que han transcurrido nos ponen en condiciones de contar hoy día con un conjunto considerable de creadores y artistas que de manera sistemática cultivan el género y para los cuales el evento se ha convertido en el motor que impulsa y estimula a trabajar cada vez, con más ahínco, lo cual los pone ansiosos por la llegada del certamen; además, ello ha contribuido al crecimiento y probación del concurso, que felizmente, en la actualidad, se ha convertido en Evento Internacional, aprobado por el Palacio de las Convenciones.

    A ello debemos sumar que colateralmente a la música, que constituye el objetivo básico del mismo, se le han ido incorporando las demás manifestaciones del arte y la literatura.

    Características del concurso

    El mismo se caracteriza por estimular a los autores y exponentes de la música infantil, de forma tal que se propone un espacio de promoción musical infantil a los cultivadores del género, carentes de este tipo de espectáculo, que tanto bien le hace a los seres humanos en las edades tempranas.

    Otra de las características del evento es que alrededor de la música, que constituye el plato fuerte del mismo, participan otras manifestaciones del Arte que posibilitan fomentar el gusto estético en los niños, lo que da un carácter integrador y multidisciplinario al certamen.

    Estos certámenes han servido de estímulo y satisfacción, pues algunos de sus participantes integran hoy grupos musicales de nuestra provincia, como es el grupo "Atabey", así como muchos han derivado en reconocidos solistas.

    En cuanto a los jurados de este evento, se han ido fortaleciendo cada vez más, integrándose a ellos personalidades destacadas del arte y la literatura de la provincia y la nación.

    Muchas experiencias positivas han venido transformando las concepciones iniciales del evento, entre las que podemos destacar:

    – La ampliación de la convocatoria a nivel municipal primero, después provincial y actualmente, internacional.

    – La ampliación de los géneros musicales que representan la cubana, como el son, la guajira, la habanera. El uso de la orquesta acompañante, que en sus inicios se enriqueció mucho, agregándole a su formato instrumentos tales como la trompa, y los clarinetes, y sobre todo el coro de apoyo.

    Desde la 7ma edición hacia acá, las orquestaciones se hacen con máquinas de ritmo, lo cual facilita el desarrollo general del evento.

    Las obras

    Los textos de las obras que se presentan en este concurso deben indicar como ven los niños su planeta, especialmente si se hace énfasis a la delicadeza, expresividad y fantasías que ellos emanan a esta temprana edad.

    Ejemplos que verifican lo antes expuesto hay muchos y dentro de ellos podemos citar: Amanecer una obra compuesta por Remberto Rico y Samuel Concepción. La misma constituye una dulce tonada que inspira un mensaje matizado de lo autóctono, de lo cubano, cuando se refiere a la palma, al café, al gallo. Con mucha ternura nos invita a todos a cantar, se remonta a nuestras raíces cuando hace del campo su amigo. Finalmente demuestra esa gama de cariño que emanan los niños cuando canta por la perdurabilidad del amor. Existen otras donde se hace alusión a la fealdad de las mentiras y a la sublimidad de la paz. Estas son : Rehilete y Chupetín y Por la paz, ambas premiadas en 1999. La primera con un encantamiento sin igual, ya que nos demuestra a través de un muñeco que los niños no porque se caractericen por su ingenuidad son tontos y nadie tiene el derecho a engañarlos. La otra con una sensibilidad especial le canta a ese conjunto de tranquilidad, armonía y sosiego que nos trasmite a todos la paz y que tan necesaria es actualmente en el mundo para el mejoramiento de la vida humana.

    Duende Montuno es otra de las galardonadas, esta en el año 2000, compuesta por Marcelina Rodríguez y Luis, la misma aborda el tema de un pequeñín que llama a un duende montuno durante la noche para jugar y que le brinde alegría. Aquí podemos apreciar la fantasía y la magia que nos demuestra su potencialidad imaginativa.

    Otras están cubiertas de ilusiones de mundos encantadores e irreales, que son propios en la mente de los amiguitos a quienes se dedican. Un ejemplo es: Después de la lluvia, cuyos autores son Yenia M. González y José Iván Careaga, premiada en el 2001.La misma infunde sentimientos de igualdad, amistad, sencillez. Esta canción nos inunda de afecto y lo más importante trasmite la idea de que las cosas buenas reinen por encima de las malas. En fin es una exhortación a luchar por un mundo menos contaminado y más puro.

    Otras han coincidido en su premiación no solo por el contenido de su letra sino también por ser la preferida del público asistente, un ejemplo de esto lo es : Espantapájaros de la autoría de Néstor Montes de Oca y Makiel Torres. La misma nos demuestra que en la vida todo posee algo hermoso aún más si se mira con los ojos del corazón y para un niño esto es mucho más fácil y cotidiano. Además podemos apreciar como este muñeco que relativamente aporta sensaciones de fealdad y miedo también puede sentir amor.

    Estos son algunos entre los cuantiosos ejemplos que se pudieran citar y analizar, donde quedan reflejados la gama de valores y sentimientos que se pueden infundir dentro de una canción a un infante.

    Beneficiarios:

    Este evento, abarca sin embargo, un espectro mucho más amplio, ya que con su realización se consagra la obra de creadores y artistas que encuentran en el concurso el marco propicio para desarrollarse y dejar una obra que pase a engrosar nuestro universo de música infantil.

    Los mayores de la casa, incluyendo los de la 3era edad, encuentran en la realización del evento, el lugar ideal donde pasar un rato de solaz esparcimiento, al tiempo que nos recreamos con todo lo valioso que hacen nuestros niños y vuelve inevitablemente a despertar en cada uno de nosotros, ese poquito de muchacho que todos llevamos dentro.

    Nuestra población infantil, que son los primeros destinatarios del Concurso, disfrutarán de un espacio que refleje los intereses infantiles y que a su vez tenga la propiedad de contagiar y motivar a nuestros infantes.

    Los artistas del género tendrán un espacio donde dar a conocer sus obras, lo cual sin dudas, constituirá motivo suficiente para estimular la creación del género. Por tanto, podemos decir que hay motivos suficientes para que creadores y artistas esperen ansiosos la llegada de cada una de las ediciones de Planeta Azul.

    Conclusiones

    Este trabajo constituye una pequeña y sencilla muestra investigativa a la que le atribuímos una importancia de gran magnitud, ya que nos demuestra lo que ocurre actualmente con la música infantil en nuestro territorio.

    Ha quedado plasmado el valor imperecedero que se le debe conceder a esta parte de la cultura que forma el antecedente del pensamiento de esta parte de la sociedad para su posterior desarrollo.

    Hacemos hincapié en la divulgación y promoción de estas obras, ya que constituyen un factor fundamental para lograr un mayor desempeño de las mismas .

    Este evento que es algo más que un concurso , es una verdadera fiesta de sonido, color y alegría para esos "locos bajitos" y para todos los que de una u otra forma, vivimos los momentos anuales en la magia de "Planeta Azul". Por eso los invitamos a que contribuyan para que este mundo de sueños y fantasías que se fabrica todos los años durante tres días primaverales logre alcanzar sus metas y cumplir sus objetivos.

    Gracias

    Hay criterios que dichos públicamente pueden parecer ofensivos para algunos, como por ejemplo las críticas realizadas a la duodécima edición del Concurso Internacional de Música para niños y adolescentes, Planeta Azul por René Valdés y Miriela Mijares.

    Cita de las críticas textualmente por:

    René Valdés:

    Lo primero que debo decir es que la preselección de las obras finalistas no fue la mejor pues adoleció de simplista y reiterativa en cuanto a textos, y no sobrepasó el manido y edulcorado lenguaje de ediciones anteriores; no basta la perfección formal si el contenido no ofrece una dosis de creatividad y emoción que lleve al niño a repetir una canción.

    Lo segundo está dirigido a los evidentes descuidos en el vestuario de los intérpretes que, en algunos casos, resultó frívolo, ajeno a los presupuestos del evento y al espíritu de las canciones; pienso que la dirección artística debe ser más exigente en próximas oportunidades, en este sentido.

    El audio intentó en todo momento contra la calidad sonora y no creo que siempre haya sido culpa de los equipos técnicos sino, más bien de impericia humana.

    La tercera cuestión que menciono, a pesar de no ser un especialista musical, es referida a la línea melódica y los arreglos orquestales. Parece que alguien olvidó que se trata de un concurso de música para niños y no de un festival de la OTI, pues hubo casos en que las exigencias vocales sobrepasaron las facultades de los intérpretes.

    El absoluto triunfo de Espantapájaros, de la autoría de Néstor Montes de Oca y Makiel Gonzáles lo demuestra; número lleno de fantasía, humor y alegría infantil; pensado no para sí sino desde el niño que habita en los corazones de quienes nunca dejarán de serlo.

    El tributo a Luis Rodríguez, creador del concurso, constituyó el momento más alto de las tres noches del concurso; bien pensado, sin estridencias ni sentimentalismos inciertos, emotivo, con buen gusto; adoleció sin embargo, del necesario anuncio de que las obras interpretadas respondían a su creación.

    Hemos logrado uno de los festivales de música de niños más importante del país, no permitamos que condescendencias y fragilidades a la hora de exigir manchen un planeta azul que ya es amado y defendido por todos.

    Miriela Mijares:

    Todo nace un día. Y todo lo que nace, si quiere un lugar en lo hermoso y duradero, debe pasar de semilla a flor y de flor a fruto. Dicho de un modo más popular, si las cosas van a hacerse, mejor hacerlas bien, por ejemplo la duodécima edición del concurso Planeta Azul debió haber estado al menos en flor.

    A estas alturas hablar de los defectos del audio o del horario que considero inapropiado sería rondar la superficialidad.

    Estos problemas de forma no pueden compararse con un arrastre de errores que atentan contra la calidad final del evento cultural más esperado de la provincia.

    La organización en general, con doce años de experiencia, debió haber sido óptima. El divorcio evidente entre las instituciones que coauspician este evento, hace cada vez más insalvable la distancia entre la noche de presentación y el corazón satisfecho.

    Quien esté frente a un escenario oscuro aún, no puede saber como sabemos los que por diversas razones estamos detrás de las cortinas, del sacrificio innombrable que es ya cantar, componer, actuar, dirigir, bailar en el concurso Planeta Azul: ensayos superficiales de los coros, problemas con el tiempo de entrega de los backgrounds, agotadoras y apresuradas jornadas de grabación, desatención a las condiciones mínimas de descanso y alimentación de los niños, adaptación a última hora de un guión que debe entregarse, inexplicablemente, antes de la selección de las obras finalistas, unidos a los improvistos a los que nada escapa, explican la agonía si el deseo de brindar un espectáculo digno para "los que saben querer", es mayor que nuestras fuerzas.

    Si existe un presupuesto, si el talento de nuestros niños y profesionales es meritorio y garantiza ya desde un inicio la calidad de cualquier empresa que podamos proponernos; si tantos esperan durante un año por nosotros, ¿qué nos cuesta ser más serios y más responsables?

    ¿Es tan difícil hacer las cosas en el tiempo requerido y lograr que nuestro trabajo se convierta desde el primer momento, en un acto de amor ? ¿Porqué dejarlo todo para la última semana, para el último día, para el último minuto?

    Este concurso ha ido creciendo enfermo. Son raquíticos los temas que abordan las canciones finalistas. La falta de imaginación, la reiteración, la banalidad y la simpleza nada tienen que ver con los anhelos y sueños infantiles. Se confunde la ñoñería con la ternura. No siempre la fantasía, los duendes, las mariposas o símbolos como el ala de la flor nos llevan justamente al corazón de los niños. Ni tampoco un evento de música para ellos puede convertirse en un derroche de tecnicismos ni leyes formales, ajenos a la sensibilidad infantil. ¡ Deténganse cuando un niño canta mientras juega o baña su perro¡ Esa es la verdadera canción para ellos: la que pueden recordar aún después que se cerró la puerta del teatro. Así, sin grandilocuencias, un sencillo espantapájaros alzará los brazos de las niñas y los niños y cuidarán juntos las hortalizas de Juan.

    Textos realmente bellos pueden perderse en la madeja de una música inadecuada como es el caso de la canción Duende Descalzo y quizás, en una oportunidad más conveniente, Tío Luis reciba su justicia para su fina y sencilla poesía.

    Por estar tan alejada de nuestra realidad, en temática y sonoridad, una obra como Romance de Germán y Cristina debió cederle el puesto a otras en el concurso que quedaron fuera. En algunos textos primó el mal gusto y la banalidad, algo inexplicable en este tipo de concursos, entablando una polémica contradicción con lo planteado en el ya tradicional evento teórico que se celebra entre el jurado y los autores.

    Con todo lo dicho pensarán que abogo por la desaparición del Planeta Azul. Ese criterio ronda sombrío, entre dientes y no lo comparto. No haríamos nada con cambiar el nombre o la escenografía si los problemas de fondo tienen más salud que nuestros propósitos.

    No se trata de plegarnos ante el facilismo y la irresponsabilidad: mientras nos acompañen, seguiremos cometiendo los mismos errores. No se trata de complicarnos: todo es más sencillo cuando se piensa y se organiza bien, con sensatez y amor. No se trata de cruzarnos de brazos, ni de ofendernos, ni dolernos con la crítica que toca nuestro hombro y nos hace volver la cabeza: en el pasado están también los éxitos, los de todos los años, que han logrado que la sala del teatro Zaidén se colme con sonada algarabía.

    Un vestuario más o menos vistoso o apropiado, un audio que estruja los sonidos o un pequeño error en el bocadillo de cualquier personaje, apenas importan cuando el corazón del Planeta comienza a palpitar levemente. Cabe preguntarse, como en la canción ¿Adónde va el azul?, y la respuesta nos responsabiliza a todos.

    El Planeta no puede conformarse con haber nacido. Tiene que alcanzar la madurez de la fruta. Hoy tiene un nombre pero mañana, como tantos otros concursos que no encontraron el modo de perdurar, podría ser solo un recuerdo. ¡Y eso no nos lo perdonarían jamás nuestros niños!

    A pesar del esfuerzo de mochos, si dejamos que avance por un camino incierto, no tendrá otro destino que desaparecer porque dentro de cinco años ya no serán montañas, sino universos de problemas y esa carga si es imposible de soportar, ¿qué palabras podríamos decir, entonces, a la memoria de Luis, cómo esconderíamos la culpa, si vamos con el sueño de su vida entre las manos…¡roto!?

    Como resultado de unas entrevistas realizadas a algunos pioneros y encuestas a un grupo de ellos en la escuela"Antonio Maceo"de nuestra localidad, específicamente de quinto grado, nos ha posibilitado palpar aún más la realidad en cuanto a logros y deficiencias que ha tenido en el transcurso de los años Planeta Azul.

    El 40٪ de estos desconocía totalmente hasta ese momento en que conversamos con ellos, de la existencia del concurso. Los demás aunque incluso han sido parte del público en las ediciones pasadas, nos comentaron que dichas canciones prácticamente donde solo las han escuchado es en el teatro y con muy poca frecuencia en el parque de diversiones "Paquito González", en Tele Pinar y en Radio Guamá.

    Ellos nos decían muy convencionalmente que preferían una fiesta con música para adultos (reggae, pop, salsa, baladas) que las propias de su edad.

    Descubrimos en nuestra visita que existen muchos niños que les gustaría concursar y que además tienen cualidades para hacerlo.

    Además de percatarnos de la situación existente respecto a la música infantil en esta edad escolar, nos dimos a la tarea de investigar que ocurría en los círculos infantiles y para ello entrevistamos a algunas titas de los mismos, las cuales nos comunicaron que poseían grabaciones con música infantil especialmente para determinadas actividades; pero que la mayoría de estas canciones eran pertenecientes al concurso "Cantándole al Sol" y que solo una minoría representaban a Planeta Azul.

    Después de analizar toda esta serie de dificultades proponemos que la música infantil gane en divulgación, que se haga más habitual en la radio, en nuestro telecentro, en las instituciones infantiles. Que se creen más peñas en los centros culturales, parques u otros lugares donde sea posible que los menores amen la música de los sueños y las fantasías.

    Otra opción puede ser la creación de talleres en las escuelas donde cada niño pueda descubrir los talentos que guarda en su interior para aportar su granito de arena en el desarrollo de la música infantil.

    En síntesis, debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para lograr que este concurso no muera, sino, que perdure y que sus canciones sean tarareadas, para que nuestros niños aprendan a vivir con ellas y a amarlas.

    Recomendaciones:

    Recomendamos a todas las personas que conocen de la existencia de este concurso, que concienticen en la importancia que tiene que los niños canten sus canciones y ayúdennos en esa difícil tarea que es lograrlo.

    Bibliografía:

    • Proyecto Planeta Azul
    • Cancioneros correspondientes a los años: 1998, 1999, 2000, 2001, 2002.
    • Tabloide de crítica Arpón
    • Entrevistas realizadas a personas instruidas en el tema (compositores, trabajadores de la casa de cultura: Pedro Junco )
    • Encuestas a pioneros de la escuela primaria "Antonio Maceo"

    Queremos brindar un agradecimiento especial al jefe del departamento de Planificación y Control del Programa Cultural en la casa de la cultura Pedro Junco: Alejandro Medero Valdés.

    Autoras:

    Lic. Amarilis León Paredes

    Lic. Tomasita Cruz Vigoa