De los movimientos sociales al terrorismo los límites del derecho y la política
Enviado por Dr. Limbert D. Chipana R.
La teorización del movimiento social o los movimientos sociales, hasta la actualidad no es del todo cierta y concreta, pese a ello la definición de "movimientos sociales" de Touraine, citado por Hugo José Suárez señala que es "la acción colectiva organizada por la cual un actor dominante o dominado lucha por la dirección social de la historicidad en un conjunto histórico concreto"[1].
Pese al hecho de que esta definición no es aceptada por todos, es una de las más influyentes en Bolivia, en la actualidad ya se han identificado serie de características sobre los movimientos sociales que pueden ser consideradas como comunes con otras definiciones y conceptualizaciones, estos son:
a) La expresión de un conflicto social mediante el cambio y enfrentamiento.
b) Tienden a provocar una ruptura de la estructura normativa del sistema, para redefinir la distribución de los recursos o posicionar más ventajosamente en la arena política a sectores que son (o se sienten) excluidos de la misma.
c) Surge alrededor de una demanda
d) No tiene necesariamente un liderazgo
e) Es un fenómeno social de corta duración e inestable
f) Su organización no es definida, es horizontal y está conformado entorno a una demanda o idea simbólica.
Es cierto que estos elementos no son todos lo que se pudieran describir, pero son los más comunes al momento de su conceptualización y definición por parte de investigadores del área.
Un ejemplo mucho más claro al respecto de la identidad de un movimiento social es el vertido por Jorge León Trujillo al decir: "¿podría, por ejemplo, excluírseles del movimiento étnico en los andes, a las acciones anónimas pero visibles y ahora generalizadas (por lo mismo sociales)- que forman procesos de movilización social acompañados de discursos de afirmación de los aymaras paceños o de los otavaleños ecuatorianos, las cuales inciden y convocan para que otros sectores también se afirmen colectivamente?"[2] Lo que intenta decirnos es que ese sentimiento contrapuesto de nosotros y ellos genera identidad sea donde sea, por ello mismo existen movimientos sociales internacionales que traspasan las fronteras del Estado moderno.
Otro rasgo que los caracteriza y los distingue de otras organizaciones es que los movimientos sociales utilizan el conflicto fuera de lo institucional, o sea, no dialogan en lo institucional, sino tienen las calles, la protesta y la movilización como elementos exclusivos y preponderantes de su acción.
Ejemplos de los mismos ya los tenemos en la guerra del agua en Cochabamba y en las jornadas de septiembre y octubre de 2003, que consolidan su existencia y sus características hacia la palestra.
En consiguiente no está ligado a la "izquierda", ni está ligado "al pueblo", sino puede pertenecer a cualquiera y a todos, inclusive puede existir un "contra movimiento social" que sea su rival, como sucede en la actualidad en Bolivia.
Conforme vaya durando más tiempo él o los movimientos sociales usualmente tienden a estructurarse mejor y de esa forma a consolidarse en grupos de presión o partidos políticos.
Ahora, un grupo de presión será un grupo organizado de personas o instituciones que se articulan en base a intereses comunes a sus miembros, utilizan acciones destinadas a influir preponderantemente al poder público y de esa manera conseguir respuestas por parte de este poder público favorables a sus intereses.
Los elementos que caracterizan a un grupo de presión serán: 1) que se trata de un grupo organizado y estructurado y por lo tanto 2) expresan intereses particulares; 3) ejercen presión para obtener favores para sus intereses del poder público en el sistema político; 4) son menos formales que los partidos políticos, pero más formales que los movimientos sociales, 5) no buscan el poder político, sino influir en el.
En ese sentido hablamos de la COB, CSUTCB, y muchos otros, al igual que en el caso anterior, no necesariamente responde a la lógica de "derecha o izquierda", o de" trabajador y explotador capitalista", o que pertenezca necesariamente a la clase pobre y oprimida, pues puede pertenecer a cualquiera inclusive a los dominantes.
Ahora, pasando a otro tipo de organización política tenemos al partido político, que será "…una asociación de individuos, al margen de la organización estatal, cuyo número representa una parte de la ciudadanía, pars pro toto unidos por un conjunto de ideas comunes, con finalidad política de la conquista del poder mediante el sufragio, para realizar en el gobierno un determinado programa, y en caso de no triunfar en las elecciones, controlar al partido gobernante", la presente concepción es la vertida por Linares Quintana, citado por Pablo Dermizaki en su libro derecho constitucional.
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