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Estudio de la conducta trófica de las aves: una vía para proteger su biodiversidad


    1. Elementos a considerar en el estudio de la conducta trófica de las aves
    2. Bibliografía recomendada

    INTRODUCCIÓN

    El hombre, durante las últimas décadas en el afán de satisfacción de sus necesidades y caprichos, ha mostrado desinterés notable por la explotación racional de los recursos naturales, lo cual ha traído como consecuencia la total eliminación de ecosistemas naturales y la extinción de muchas especies de plantas y animales, provocando de paso serias afectaciones al medio ambiente, la aparición de plagas y enfermedades y la desaparición de recursos que pudieron haber sido aprovechados en bien de la humanidad.

    La necesidad de conservar la naturaleza viva es una exigencia argumentada científicamente y una condición para el desarrollo estable de una nación como única vía de mantener el equilibrio ecológico entre naturaleza y sociedad, y de garantizar la supervivencia de la diversidad biótica para tiempos presentes y generaciones futuras. En este contexto las áreas protegidas desempeñan un papel esencial en la protección de la flora y la fauna debido a sus principales funciones: la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de procesos ecológicos vitales y la preservación de ecosistemas representativos, así como del patrimonio cultural y natural de la humanidad.

    En Cuba las aves constituyen el más importante y diverso elemento faunístico. La mastofauna es escasa y los restantes grupos no son tan conocidos al menos desde el punto de vista taxonómico como lo es el de las aves. No obstante, quedan importantes vacíos de conocimiento, sobre todo desde el punto de vista del funcionamiento de sus comunidades y su ecología.

    Las poblaciones de aves residentes y migratorias conforman grupos importantes dentro de los diferentes ecosistemas de todas las regiones del mundo, esto se debe a las notables funciones que realizan dentro de las mismas como: controladores biológicos, diseminadores de semillas, polinizadores, y como parte del equilibrio ecológico y del ciclo biológico. Además constituyen recursos económicos de gran valor para el hombre por la alimentación, la agricultura, el turismo y por su gran valor espiritual.

    Desde hace años muchos investigadores y manejadores de áreas han manifestado su preocupación por la declinación de la mayoría de las poblaciones de aves migratorias. Tal preocupación ha conllevado a la aplicación de inventarios y métodos de estudio de abundancia tanto en las regiones de cría de Norteamérica como en sus cuarteles de invierno en el neotrópico.

    En los trabajos desarrollados en la región neártico-neotropical son importantes para conocer las características ecológicas y los requerimientos de las poblaciones de aves residentes y migratorias en los diferentes ecosistemas, con vista a aportar recomendaciones para la protección de las mismas y el manejo de los hábitats en que estas viven, sin embargo poco aportan al conocimiento da la ecología trófica de nuestras aves y hacen mayor énfasis en el estudio de las tendencias poblacionales, fundamentalmente de las especies migratorias, siendo muy escasos los estudios dedicados íntegramente a nuestras especies residentes permanentes.

    Abordar el estudio de la estructura y funcionamiento de una comunidad ornítica, o de cualquier otro tipo de comunidad biológica, especialmente si se trata de una comunidad tropical y por tanto las de mayor diversidad específica y complejidad estructural, es en opinión de los eruditos, unos de los aspectos más complejos y apasionante de la ecología moderna. Dicha complejidad está determinada por el hecho de que las especies que la conforman están afectadas por múltiples factores, entre los que se resaltan su historia evolutiva, las características físico-geográficas del área habitacional y las relaciones interespecíficas que en dicha comunidad se establecen. Por supuesto, en una comunidad determinada, no siempre los recursos a repartir se encontrarán en cantidades suficientes. De tal forma, recursos tales como el alimento, el espacio vital, el sitio de nidificación, que siempre se encuentran e cantidades limitadas, constituyen la base de la estructuración de las diferentes comunidades biológicas, en las cuales las especies presentes deben diferir en características ecomorfológicas o etológicas, lo que conduce a una utilización diferencial de los recursos. Este aspecto es muy importante a tener en cuenta, pues conociendo los factores que determinan la segregación de las especies, se puede con un alto grado de certidumbre, predecir cuántas y cuáles especies podría convivir en un lugar determinado, lo que a su vez resultaría de vital importancia para el manejo y conservación de la fauna silvestre.

    Elementos a considerar en el estudio de la conducta trófica de las aves.

    En la realización de un estudio de la conducta trófica de las aves hay que considerar una serie de elementos dentro del ecosistema como son:

    • Descripción de la estructura del hábitat.

    Conocer la estructura del hábitat nos permite inferir las posibilidades del o las aves estudiadas. Se sabe que para las aves la vegetación no solo constituye el área de alimentación, descanso y nidificación, resulta asimismo un excelente refugio ante los posibles predadores. Un hábitat simple, como por ejemplo un pastizal, ofrece muchas menos oportunidades de forrajeo y menos posibilidades de escape, y por ende soporta un número considerable menor de especies, que un hábitat estructuralmente más complejo como lo es un bosque.

    • Disponibilidad de recursos en una comunidad ornítica.

    El uso de los recursos alimenticios es uno de los componentes primarios del nicho ecológico y consecuentemente, constituye un elemento vital determinar las relaciones ecológicas que se establecen en cualquier comunidad animal. Para ello resulta de vital importancia comprender como la distribución y abundancia de los recursos existentes en dichas comunidades influye en el establecimiento de su dinámica poblacional y las interacciones que en estas se establecen. No basta por tanto conocer cómo las comunidades animales responden a los cambios cuantitativos y cualitativos de disponibilidad de los alimentos, sino que resulta indispensable en buena medida, cuantificar los recursos disponibles.

    • Técnicas de medición de disponibilidad de recursos.

    La estimación de la abundancia de recursos alimenticios en una comunidad puede hacerse midiendo la producción anual de plantas herbáceas, tallos leñosos, frutos, y semillas, o evaluando el tamaño y distribución en el caso de las poblaciones de vertebrados e invertebrados. Sin embargo, no necesariamente deben equiparse los términos de abundancia y disponibilidad de recursos. La abundancia puede ser cuantificada en términos de densidad absoluta, mientras que la disponibilidad solo enmarca que un recurso es accesible y utilizable. De tal forma, el acceso a los recursos en una determinada área puede estar condicionado por factores como el tiempo, la presencia de competidores o predadores y obviamente por la actividad de la presa. Una presa o recurso puede ser extremadamente abundante en un área determinada y sin embargo difícil de capturar u obtener por su predador, por lo que no será un alimento funcionalmente accesible al no compensar su ingestión, el esfuerzo que su captura implica.

    • Recurso de origen vegetal. Vías de cuantificación.

    Aproximadamente una tercera parte de las especies de aves que habitan en los bosques neo-tropicales son frugívoras, sin embargo este porcentaje aumenta considerablemente si se incluyen las aves que ocasionalmente se alimentan de frutos. En este sentido se reportan tres métodos básicos que permiten cuantificar la abundancia de recursos vegetales disponibles y que con frecuencia son utilizados en estudios ornitológicos. El primero de ellos se sustenta en los patrones fenológicos de las plantas y proporciona por tanto una descripción de la disponibilidad estacional de frutos y otros recursos vegetales. Los patrones fenológicos pueden ser obtenidos a partir del seguimiento temporal de una serie de individuos marcados, de los cuales se anota la presencia- ausencia en el período dado de flores y frutos así como un índice general previamente determinado de abundancia o presencia de estos elementos(pocos, algunos, muchos,…..etc.). El único inconveniente es que en muchos casos las frutas de determinadas especies de plantas son importantes para las aves sólo en determinado período del año, e incluso en determinados años, por lo que a priori resulta muy difícil decidir cuales especies de plantas deben ser muestradas.

    El segundo método se sustenta en el uso de trampas para colectar frutos caídos, que resulta una buena estima de abundancia, estacionalidad y diversidad. Sin embargo tampoco está exento de errores. En primer lugar no permite argumentar con solidez la dispersión de todos los frutos por parte de las aves. En segundo lugar ofrece una información residual, que se sustenta en los frutos que no son devorados por las aves. Por otra parte los frutos verdes no caídos también son utilizados por las aves bajo ciertas circunstancias. También, resulta imposible contabilizar los frutos caídos en el caso de bosques lluviosos tropicales donde existen abundante estrato herbáceo y por último el mayor problema consiste en que el área muestreada habitualmente es desconocida.

    El tercer método se basa en los estimados reales o conteos presentes en las diferentes especies de plantas de un área acotada previamente. Estos conteos tampoco ofrecen fiabilidad absoluta de estimación de abundancia de frutos en el área y está delimitado también en referencia a la documentación de la abundancia de frutos en el estrato arbustivo y herbáceo.

    Un elemento importante a considerar, es no solo evaluar la abundancia de flores y frutos, sino determinar su forma y color, por cuanto su cuantificación pudiera facilitar, a posteriori, la comprensión de la conducta alimentaria de determinada especie de ave.

    • Nicho ecológico.

    En el estudio de la estructura de las comunidades es frecuente, el empleo del término de nicho ecológico. A pesar de la diversidad de definiciones todas más o menos lo consideran como una subdivisión del hábitat que incluyen a un grupo de factores ambientales de origen biótico y abiótico que condicionan la supervivencia de las especies.

    • Amplitud del nicho.

    La amplitud del nicho guarda relación con la disponibilidad relativa de los recursos empleados por la especie, su localización en la práctica y por ende el costo que implique su localización en términos de tiempo y energía, y la frecuencia de consumo de estos por otras especies interesadas en los mismos recursos. A los factores anteriormente mencionados se le adiciona el factor tiempo que incide a través de la estacionalidad con que un recurso es reemplazado por otro y la predictibilidad del posible recurso en un momento determinado. Ello tal vez explique él porque la mayoría de las especies migratorias invernales son generalistas que al tener que convivir con grandes cambios estacionales de los recursos deben adaptarse a ellos.

    • Solapamiento del nicho.

    Se define como solapamiento a la superposición en el empleo de un gradiente determinado de recursos por dos especies simpátricas o sencillamente ecológicamente adyacentes. Existen dimensiones que juegan un papel muy importante en el mecanismo de segregación de las especies y entre ellas se señala el tipo de alimento, el lugar de donde es tomado, la forma de tomar el alimento, la hora, el tamaño del alimento y el tiempo de forrajeo; también hay que tener en cuenta otros dos factores que son: el tamaño del ave, e incluso sus medidas morfológicas, las cuales pudieran servir como medida indirecta del tamaño de la presa posible a capturar y por otra parte la distribución lineal de los recursos ya que las comunidades de aves pueden optar por una variedad de recursos poco distribuidos o por escasos bien extendidos. Las diferentes combinaciones entre todas estas variables parecen regir los diversos patrones de solapamiento en el uso de los recursos disponibles que a la postre conduciría a una contracción o expansión del nicho y el consecuente incremento o disminución de la competencia interespecífica.

    • Gremios.

    Las comunidades son frecuentemente divididas en gremios, término utilizado para representar una agrupación de especies que explotan un recurso de manera similar. Para este agrupamiento se hace necesario conocer algunas categorías a priori como son: dieta, conducta de forrajeo, tamaño corporal, localización del sitio de vocalización o percha etc. A pesar de la subjetividad de estos gremios, sirven de ayuda en gran medida para discernir la estructura y funcionamiento de la comunidad, ya que para definirlos cuantitativamente es necesaria una información, costosa en términos de su obtención y no siempre disponible que permita revelar los patrones que rigen la composición estructural de la comunidad.

    • Uso del análisis multivariado para el establecimiento de los gremios.

    Las técnicas multivariadas permiten ponderar las variables por su contribución relativa al total de dimensiones de la comunidad y reducir a la vez un gran numero de estas variables correlacionadas en un pequeño grupo de factores identificables que son los que en definitiva determinan la estructura de la comunidad al establecer las verdaderas diferencias y semejanzas entre las especies implicadas

    La pérdida de especies biológicas está experimentando un aterrador incremento, según los especialistas, las tres cuartas partes de todas las especies conocidas en la actualidad pueden desaparecer en los próximos cien años. Es sin duda, la inteligencia humana quien tiene la responsabilidad de crear condiciones que frenen esta espectacular perdida que pone al hombre al borde de la desaparición. El estudio de las condiciones de alimentación y hábitat seguro para el desarrollo de las aves, así como evitar agresiones al ecosistema en el que viven, son acciones que permitirán reducir la perdida de especies de la avifauna.

    Bibliografía recomendada.

    1. Del Risco, E. 1995. Los Bosques de Cuba: Su historia y características. Ed. Científico técnica. La Habana.
    2. González, H. J. 1997. Gremios tróficos de las comunidades de aves residentes y migratorias en diferentes localidades de Cuba.
    3. Ortíz – Pulido, R & Rico – Gray, V. 2000. The effect of spatio – temporal variation in understanding the fruit crop size hipótesis. Oikos 91: 523 – 527.
    4. BIOECO, 2001. Caracterización y manejo de la biodiversidad de la Reserva Ecológica de Siboney. Fondo de BIOECO, Santiago de Cuba.
    5. Hechavarría, G. G. G 2002. Evaluación ecológica y determinantes de gremios estructurales en la comunidad ornítica del macizo montañoso Gran Piedra. Provincia Santiago de Cuba. República de Cuba. Tesis Doctoral. Facultad de Biología. Universidad Santiago de Compostela.

     

    MILDRED MÉNDEZ MENDOZA

    JOSÉ DEARRIBA CONCEPCIÓN

    Universidad de Granma.

    Facultad de Medicina Veterinaria

    Bayamo,