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El lugar de la espiritualidad indígena en tiempos de globalización

Enviado por camacaroorlando


Partes: 1, 2

    1. ¿Cómo se trasmite esta sabiduría?
    2. ¿Cuáles son hoy las fuentes de los jóvenes?
    3. Todo depende de que los movimientos indios cumplan su papel
    4. El Proyecto Guaicaipuro al Panteón nacional
    5. ¿Qué pasa con la espiritualidad indígena en la era de la globalización?
    6. Anexo

    Cada pueblo indígena durante miles de años genera un sistema de conocimientos. Dentro de ese sistema, su espina dorsal está conformada por una espiritualidad, ligada a una visión del mundo que responde a eso de ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?. Eso es común a todos los pueblos del planeta. Pero en el mundo indígena estas mismas preguntas parecieran formularse de una manera distinta: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos los wayuu, los warao o los jivi?.

    La respuesta de cada pueblo a cada una de estas preguntas resuelve el problema de los orígenes y desarrollo de cada pueblo. La sabiduría india responde en términos colectivos, pero también en términos cósmicos, de Alianza con la Madre Tierra. Es una vivencia cósmica, un vivir con el cosmos, con los elementos naturales y con todos los seres vivos. Es una vivencia íntima y al mismo tiempo compartida con todo el grupo: no tiene el mismo sentido estos mitos, leyendas, cantos, o danzas cuando son relatados por el misionero, el antropólogo occidental o cualquier otro especialista, que cuando es relatado por quienes comparten esas vivencias desde su misma cultura. Cuando se atraviesa la óptica de otra cultura para el relato o la interpretación y sobre todo, cuando es llevado a otra lengua, pierde un poco su sentido como conocimiento directo y como parte de lo que se narra o relata. Se puede llegar a aproximaciones, siempre válidas en algún sentido, pero nunca es lo mismo.

    Veamos por ejemplo: Para el Occidente, cultura es lo que se opone a la naturaleza. En cambio para el mundo indígena, cultura es un modo de vivir, de pensar y de sentir, que no interrumpe las leyes de la naturaleza. Es una alianza con la naturaleza la que va a permitirle su modo de vida, sin hacerle cambios profundos en su interior, sin alterar en lo fundamental los ecosistemas. Por eso, cada cultura, calcula la ración de pesca, de cacería o de agricultura en un mismo lugar para no interrumpir su ciclo reproductivo. Y esta es la dirección correcta que toma siempre la sabiduría indígena: vivir sin atentar contra la continuidad de la vida.

    Por eso sus modelos de conocimiento no introducen cambios profundos en el vientre de la Madre Naturaleza. Muchas de las prohibiciones en la cacería –por ejemplo- tienen que ver con una ética de la vida, para no agotar la especie y para contar siempre con alimentos disponibles. Entonces aquí, el exceso, sería la infracción. La sabiduría está así ligada a una espiritualidad, pero también a una ciencia y tecnología, arte y por supuesto, a un modelo de desarrollo sustentable en sus fundamentos. De esta forma, cada pueblo tiene un conocimiento común, empírico y conocimientos especializados en distintas áreas del quehacer colectivo, indesligables de todo su universo cultural.

    ¿CÓMO SE TRASMITE ESTA SABIDURÍA?

    Por vía oral, de generación en generación. Por ancianos y ancianas, según los casos que son los depositarios de un conocimiento público, abierto a la comunidad y a la vida ordinaria. Y un conocimiento especializado, sagrado, que se trasmite de acuerdo a una rigurosa selección humana según cada cultura y sin negar la igualdad de oportunidades.

    Cada pueblo tiene un sentido del nacimiento, de la enfermedad y de la salud, de la vida y de la muerte. Por vía del sabio, shamán o piache se manifiesta lo más trascendente de la cultura. Vale decir una filosofía de vida y ésta es plenamente vivida. Iniciarse en la sabiduría es un reto, un riesgo, pero también un honor, según cada cultura.

    Los jóvenes iniciados (hombres o mujeres, según el caso) son la garantía para darle continuidad al conocimiento, a la trasmisión de la cultura propia. Si en la juventud indígena no hay prioridad por la sabiduría, ésta se estancaría, sería expropiada por investigadores externos y la cultura se iría debilitando hasta desnaturalizarse y perder sus referencias específicamente étnicas. No olvidar que la sabiduría, la espiritualidad, no está desligada de la organización social, familiar y comunal, de su adaptación al medio y de sus formas de desplazamiento territorial; y así, está ligada a la estructura íntima del idioma materno, en cuyos fundamentos se organizan sus brújulas, sus símbolos, sus interpretaciones y su operatividad en la realidad cotidiana y en los momentos más extraordinarios en los que sale a flote la lengua sagrada.

    Preservar la espiritualidad es una responsabilidad de la familia indígena, de la comunidad, de sus ancianos y de sus jóvenes. De la formación que tengan los jóvenes dependerá la capacidad de mantener en secreto lo que hay que mantener en secreto, como parte de la reserva de la cultura y hacer público lo que haya que hacer público para fortalecer internamente a la comunidad y para obtener el respeto de los pueblos diferentes.

    ¿CUÁLES SON HOY LAS FUENTES DE LOS JÓVENES?

    Hay varias fuentes de los jóvenes además de la familia, la comunidad y los ancianos especialistas. Muchos conocimientos interrumpidos en la memoria están hoy en manos de algunos especialistas o están en bibliotecas y en archivos.

    Esos datos deben confrontarse con los ancianos para ver su legitimidad, sus deformaciones. Pero está también el empeño de los jóvenes en formarse y profundizar sobre su propia cultura, desde su propia óptica. Observar los cambios en la comunidad y contribuir a la actualización de la cultura de acuerdo al momento histórico, sin desnaturalizarla.

    Éste es el nuevo reto planteado a la educación propia. Esto significa un esfuerzo de investigaciónacción que no debe ser paralela a la educación propia y a la sabiduría específica de cada pueblo. Ninguna Universidad, ningún postgrado o doctorado llega a agotar el conocimiento de una cultura indígena, ni a superarla en forma global.

    Para los préstamos culturales es necesario que cada quien esté bien afincado en su cultura, en un idioma, en su visión del mundo, en el calendario específico de su pueblo. Ésta es la base y la posibilidad real de un diálogo intercultural, de la interculturalidad del conocimiento, de poder trasmitir algo real y verdadero, algo sembrado en la cultura de origen. Lo otro no sería diálogo, sería sembrar en tierra ajena, sería aceptar la imposición de la cultura dominante y calcinarnos en el fogón de la desmemoria para quedarnos luego en el lamento de las cenizas. Sería seguirnos conformando con dejarnos arrebatar todo, la tierra, las riquezas del suelo y del sub-suelo, el conocimiento y la espiritualidad, lo que equivale a entregar familia y comunidad, la madre, las mujeres y los niños, hasta renunciar al futuro. Caer en el juego de la desindialización progresiva es condenarse a la mendicidad y a la exclusión social.

    Es una responsabilidad y una obligación con nuestros pueblos, mantener y seguir desarrollando esos reservorios de la sabiduría, el intercambio entre los propios pueblos indígenas para el enriquecimiento mutuo. No se puede permanecer sólo en la resistencia, activa o pasiva. Es necesario ocupar el puesto que corresponde en la Historia de Venezuela y América. Y distinguir entre aquellos investigadores que nos retribuyen con su militancia solidaria, de aquellos que van siempre sólo a investigar para saquear la sabiduría, mutilarla y empobrecerla al distorsionarla y usarla contra los propios pueblos que le brindan hospitalidad.

    TODO DEPENDE DE QUE LOS MOVIMIENTOS INDIOS CUMPLAN SU PAPEL

    Aparte de otros factores, es indispensable que los movimientos indios cumplan con su papel histórico, sobre todo en lo relativo al rescate de la formación en la educación propia, punto de partida de la educación intercultural bilingüe, priorizando la lengua y la cultura materna, la lengua y la espiritualidad sobre la lengua, cultura y espiritualidad dominante.

    Resulta asombroso que se quiera asumir un papel protagónico y no se le dé ninguna importancia a la espiritualidad indígena como brújula prioritaria, e imprescindible en la lucha por la liberación. Afortunadamente, hoy existe un cierto despertar en la juventud india y un acercamiento propiciatorio del diálogo con los ancianos y con todo el saber ancestral desde la perspectiva del presente y del futuro más inmediato.

    Vamos a decirlo en los términos en que pueda entenderlo la cultura dominante: Una cultura sin su espiritualidad es una osamenta sin alma. No olvidemos que la espiritualidad indígena está encarnada en la vida. No es una sombra pasmosa que oculta su realidad interna. La espiritualidad penetra todos los poros de la vida social y familiar, contribuye a estructurar y a explicar su orden interno y su relación con todo lo viviente.

    La espiritualidad indígena, como operador atraviesa toda la cultura. De allí que quien sostenga que la espiritualidad no es vital, y necesaria y de fortalecimiento prioritario, nada sabe de cómo funciona internamente un pueblo y una comunidad indígena. Así esta afirmación venga de extraños o de indígenas aculturados. Y esta espiritualidad indígena está referida, primero, a cada pueblo indígena del país; y en segundo lugar, a la espiritualidad indígena que ha sido oprimida en la cultura nacional de Venezuela y cuya figura histórica más relevante es el Cacique Guaicaipuro, encarnado también en la identidad indígena del pueblo criollo y muy particularmente del pueblo del más marginado y oprimido.

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