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Apologética-III

Enviado por irichc23


    1. Del ateísmo como agua del Leteo para la verdad (a-letheia) 3. A vueltas con la apuesta 4. Crimen y pecado 5. Piden señales 6. Gramática teológica 7. Extinción de la personalidad con la muerte

    1. Del ateísmo como agua del Leteo para la verdad (a-letheia). La moral tiene sus reglas y la libertad las suyas. A la armonización entre ambas los clásicos lo llamaban virtud. Así, está capacitado para decidir qué incluye una educación moral aquel que pueda demostrar lo que dice hasta sus últimas consecuencias. Las religiones son *sistemas*, y en eso llevan mucha ventaja al asistematismo ateo. Sin embargo, entre ellas hay religiones falsas y una sola es verdadera, puesto que la verdad no puede contradecirse. Nadie es capaz, no obstante, de demostrar la religión verdadera sin dejar lugar a dudas. Pero hacerlo suficientemente sí que es posible. La moral práctica, además, no es independiente de ciertas asunciones teóricas, del mismo modo que no podemos resolver un teorema prescindiendo de los axiomas que hacen que éste sea inteligible. La moral sin fundamento no es *nada*, sólo una opinión. Mi religión no es la mejor porque yo la haya elegido: eso no la convierte ni en mejor ni en peor. Cuando aprendáis a pensar objetivamente descubriréis la moral más allá del mero gusto por las apariencias. Saldréis de la caverna. * * *

    2. Contra el indiferentismo.El desencantado Unamuno escribía en "Del sentimiento trágico de la vida": << Era yo un mozo que empezaba a inquietarme de estos eternos problemas, cuando en cierto libro, de cuyo autor no quiero acordarme, leí esto: "Dios es una gran equis sobre la barrera última de los conocimientos humanos; a medida que la ciencia avanza, la barrera se retira". Y escribí al margen: "De la barrera acá todo se explica sin él, de la barrera allá, ni con él ni sin él; Dios, por lo tanto, sobra". (…) La idea de Dios en nada nos ayuda para comprender mejor la existencia, la esencia y la finalidad del Universo".>> Sin embargo, que un mundo con Dios y otro sin Dios sean idénticos no sólo se opone a las razones últimas de las cosas, sino al propio sentido común. Pues ¿qué serían entonces las pugnas entre ateos y creyentes salvo meras polémicas de palabras? ¿Y cómo deberíamos considerar las conversiones? ¿como adquisiciones subitáneas de ignorancia? Aclaro, además, que Dios no explica los fenómenos, y en este sentido ni pretende ni puede sustituir a la ciencia, que es un digno producto del discernimiento y el albedrío humanos. Dios, en cambio, fundamenta la moral sobre bases sólidas y *objetivas*: Él es la roca firme sobre la que hay que edificar. * * *

    3. A vueltas con la apuesta.Escribieron (M.E.): "1) Suponiendo que un hijo o nieto pequeño tuyo te dice que cree que el Islam es la religión verdadera ¿No tratarías de disuadirlo?. 2) Si cuando mueras (Y esperemos que sea tarde) te encontrás con Alá y te reprocha eso, ¿qué le dirías? ¿No considerarías injusto que te castigara por actuar de acuerdo a tus convicciones? ¿Que harías vos si Alá, o Viracocha, o Thor te reprocha, inmediatamente después de tu muerte, el haber predicado a un dios falso?"

    Contesto (Irichc):

    Idiota, un Dios verdadero es veraz y no sólo un conjunto de propiedades sobrenaturales. Examiné, vi que lo que dice la Biblia no sólo es posible, sino además probable, y creí. Por cierto, ¿desde cuándo son más sagradas las convicciones que la verdad? M.E.: "Desde luego que es más noble la decisión racional que el acierto". Irichc: ¿Qué tiene de racional tu decisión, perro obcecado? M.E.: "Si ves a dos pobres a los que les quedan dos mangos para dar de comer a sus hijos ese día, uno compra comida y el otro se los gasta en un billete de lotería, ¿cual de los dos ha tomado la decisión correcta?". Irichc: Dime: ¿qué "comida" has comprado con tus creencias de saldo? M.E.: "Ahora, supongamos que el que compró el billete se gana diez palos verdes en el sorteo y no labura más, mientras que el otro se sigue cagando de hambre ¿Torcería tu valoración de ambos?". Irichc: Compruebo que gran parte de los ateos confundís la ética con el drama psicológico. Y añado que en esa situación desesperada -que no se corresponde con la tuya- ambos habrían actuado adecuadamente, puesto que el riesgo de jugar era mínimo. También lo es el riesgo de creer. M.E.: "Uséase que, aún si se diera la ínfima posibilidad de que exista un dios de las características del YHVH judeocristiano…" Irichc: ¿"Ínfima posibilidad" porque lo metes en un bombo junto a los otros "dioses-bola" y empiezas a darle vueltas? M.E.: "… el ateísmo sigue siendo la opción correcta". Irichc: ¿Por qué? ¿No entra esa bola (y nunca mejor dicho) en el sorteo? ¿Acaso es el premio de consolación? M.E.: "Y si ese dios prefiere premiar a los que eligieron sin criterio…" Irichc: Existe un criterio, aunque tú lo desconozcas. M.E.: "… a la mitología correcta…" Irichc: Si era verdadera no tenía nada de mitológico, burro. M.E.: "… y castigar a los que tomaron la decisión *correcta* (dentro de los parámetros de la decisión formal) …" Irichc: ¿La decisión "formalmente correcta" es creer que la materia es eterna, o que se generó espontáneamente, que la moral es subjetiva y que todo se reduce al choque mecánico de fuerzas? ¿Por qué es más correcta que otras? ¿Por qué es más veraz que su contraria? ¿Puedes decírmelo? M.E.: "… sería un dios *malvado*, por lo tanto carente de credibilidad". Irichc: Malvado sería si salvara a los que ni creen en la salvación, ni la desean, ni hacen méritos para ella, y condenara, en cambio, a todos los fieles virtuosos que confiaron en su Providencia y obedecieron sus mandamientos. Está escrito que se salvarán pocos, ¡pero no tres o cuatro! Veo, al menos, que admites que un Dios malvado no puede existir, porque ningún mal es necesario en sí. ¿Nos pondremos de acuerdo en esto? * * *

    4. Crimen y pecado.Escribí: Sorites: Si Dios no existe, el pecado no existe. Si el pecado no existe, el crimen no existe. Si el crimen no existe, todo está permitido. Luego: Si Dios no existe, todo está permitido. * * * Me contestan: Hay una falsedad muy grande: equiparas pecado con crimen. En el catolicismo hay pecados que no son crímenes (la masturbación, las relaciones sexuales por placer…) y crímenes que no son pecado (quema de brujas y herejes, protección de curas pedófilos, ayudar a expandir la epidemia del sida…). * * * Respondo: Amigo: "Crimen", tal y como la estás empleando tú, es una noción jurídica variable según el lugar y el momento histórico. Así, durante el nazismo, era un crimen dar cobijo a los judíos en los territorios controlados por el Reich, mientras que enviarlos a campos de exterminio se consideraba conforme a Derecho. Sin embargo, si vamos al concepto iusnaturalista de crimen, éste coincide plenamente con la idea de pecado. En efecto, crimen es aquella acción que, *por su inmoralidad*, DEBERÍA estar prohibida, lo esté o no efectivamente. Que esta prohibición emane del Estado, mediante la ley, o de la voluntad particular de cada uno es irrelevante. Pero intentas marear la perdiz estableciendo diferencias graduales. Replico, en cambio, que si la masturbación es hasta cierto punto pecaminosa, también es hasta cierto punto criminal, en el sentido más arriba indicado. No hay solución de continuidad entre el pecado y el crimen: ascendemos por la escalera de la culpa, cuyo último peldaño es la exteriorización de nuestra impureza, es decir, el yerro o daño al otro. Entonces: ¿Es menos criminal desear la muerte de alguien, poniendo todos los medios a nuestro alcance para que tal cosa ocurra, aunque sin éxito, que provocarla accidentalmente y no queriéndola en absoluto? En mi opinión *no*, puesto que la semilla del pecado está en el corazón y no en las obras. Tu falacia, pues, consiste en preguntarse: ¿Es más criminal concebir el mal que concebirlo y practicarlo? Cosa que niegas. O bien: ¿Es más criminal matar a uno que a ciento? A lo que también contestas negativamente. Pero nadie te ha preguntado qué es más o qué es menos, sino *qué es* y *qué no es*. Por si fuera poco, pasas de una noción estricta de crimen o delito (aquello que la ley señala como tal) a una noción laxa en la que es crimen todo lo que conlleve perjudicar a un tercero, aunque sea con justicia. Según tu planteamiento, el Juez que emite una condena sería al mismo tiempo un criminal en cualquier caso. En fin, si lo que quieres es discutir la noción de justicia de los tribunales inquisitoriales, abre un nuevo hilo. Creo que éste ya ha quedado suficientemente esclarecido.

    * * *

    5. Piden señales.Un ateo pide "una conferencia de Dios" como prueba de su existencia. Replico: ¿Una conferencia de quién? ¿De Dios? ¿Cómo lo reconocerías? Contesta: Si puediera crear un planeta a solicitud del público despejaría todas mis dudas. Irichc: ¿Cómo sabrías que lo ha creado y que no estaba ahí antes? M.E.: Mirando por un telescopio, boludo. Irichc: ¿Tiene un radio *infinito* tu telescopio? Y aunque Dios creara tal planeta, ¿cómo ibas a comprender lo incomprensible, a saber, que de la nada surja algo? M.E.: No es cuestión de comprender. Yo tampoco conosco los pormenores de la biología del ganado equino y no se me ocurre negar la existencia de los caballos. Irichc: Entonces no sabrías si lo ha creado de la nada, si lo ha construido con materia preexistente, si ha desviado su órbita, o si simplemente ha tenido conocimiento de que ésta iba a desplazarse hacia tu campo de visión en el momento en que le pidieras tal "milagro". M.E.: Vos no tenés ni puta idea de como funciona la máquina en la que estás leyendo esto y…¿Nocierto? richc: Y sé que existe, pero no *cómo funciona*. Si no considero milagroso que esto sea operativo es, paradójicamente, por un acto de fe. Luego, hasta que no conocemos su causa eficiente, todo efecto es "mágico", o sea, inquietante y pavoroso. Pero eso no lo convierte en un milagro. Es cierto, añado, que en muchos casos la costumbre sustituye al conocimiento, provocando en nuestras conciencias el mismo resultado que éste, a saber: la exorcización del misterio. Si no lo crees, prueba a mostrarle a un indígena ajeno a toda civilización un avance técnico más o menos espectacular, como el televisor, el coche o el avión. Sea como sea, estás admitiendo que creerías un milagro aunque no lo entendieras. ¿No eres entonces tan crédulo como cualquiera que se deje impresionar por estos hechos? * * *

    6. Gramática teológica. La primera palabra racional del hombre fue para designar una acción: un verbo. Poco después, con el surgimiento de nuevas palabras-acción, aparecieron las palabras-persona, o sustantivos, que transferían a sujetos estables las cualidades dinámicas por las que éstos destacaban. Y el verbo se hizo carne. Como figura mixta, el adjetivo vino a cubrir la necesidad de una relación más detallada de características del individuo, a las que no era viable integrar en el mismo nombre. Así, pues, todo sujeto acabó reduciéndose a una amalgama de adjetivos que eran automáticamente asociados al nombre propio, evocado por la imagen de la persona de que se tratara. Ahora bien: 1) El opuesto de un verbo es el mismo verbo precedido por una negación. Es decir, la justa exclusión de la actividad a la que ese verbo refiere, a saber: hablar y no hablar, creer y no creer, sentir y no sentir. Proposición primera: Podemos pensar un verbo sin pensar en su opuesto (la negación del mismo), pero no podemos pensar en su opuesto sin remitirnos a ese verbo en particular. Inferencia: La actividad esencial de Dios es amar infinitamente. Podemos pensar en Dios sin pensar en su opuesto (el odio o amor limitado), pero no podemos pensar en éste sin pensar en Dios. 2) El opuesto de un adjetivo es otro adjetivo asociado a éste, del que se predica la misma información de forma aumentada o disminuida, a saber: alto y bajo, lento y rápido, grande y pequeño. Proposición segunda: No podemos pensar un adjetivo sin pensar implícitamente en su opuesto, dado que ambos extremos son incompletos por separado y remiten a una serie infinita. Inferencia: Dios es omnipotente y eterno. No podemos pensar en Dios sin comprender en su noción a todas las criaturas impotentes y perecederas. Dios las abarca y se compadece de ellas desde su concepto mismo. 3) Un nombre no tiene opuesto, al apelar a una realidad que, o bien carece de cualidades (los números como elemento cuantificador abstracto), o bien las que reúne sólo son compatibles en un sentido, a saber: "cuadrado" como figura de cuatro lados y cuatro ángulos rectos, cuyo contrario sería una no-figura, algo no formado, opuesto por consiguiente a todas las formas que podamos concebir. Proposición tercera: No podemos pensar un nombre junto con su opuesto, que será también el de todos los nombres de su especie o género. Dicho opuesto, sin el nombre al que se opone y del que es la mera supresión, carece de sentido y tampoco puede pensarse. Inferencia: Dios es el que es. No podemos pensar en Dios y en la nada, mientras que la nada por sí sola carece de sentido y es impensable. * * *

    7. Extinción de la personalidad con la muerte. [Los signos > y >> indican el texto al que se está respondiendo] I. > Los hallazgos de la neurociencia demuestran que la personalidad debe cesar > de existir al morir. Es un hecho establecido que los estados mentales son > dependientes de los estados cerebrales. Dependientes no, *correlativos*. ¿Y tú eres el que más adelante cita a Hume? > La evidencia de la psicología > fisiológica demuestra la validez de la hipótesis de extinción. Ni siquiera habéis logrado probar que el cuerpo se extinga totalmente tras la muerte. > A mediados del siglo XVIII, el filósofo David Hume estableció los > fundamentos básicos del argumento empírico de la aniquilación: > > "La debilidad del cuerpo y de la mente en la infancia están exactamente > proporcionadas; su vigor en la edad viril, sus desórdenes simpatéticos en la > enfermedad, su común y gradual decaimiento en la vejez. La etapa siguiente > parece inevitable; su común disolución en la muerte" (Hume 138). Falsa inferencia: se asocia un cambio en el grado (ser más o ser menos) con un cambio en la naturaleza (ser o no ser). Afirmo que todo lo que llega a ser no deja de ser nunca. > Barry Beyerstein señala que el punto de vista de que "la conciencia es > inseparable del funcionamiento del cerebro individual permanece como la > piedra angular de la psicología fisiológica" (Beyerstein 44). Y el funcionamiento del cerebro individual es inseparable de la conciencia. También vale así, ¿no? > Ello se debe, > dice, a "la total parsimonia de la teoría y a su productividad en la > investigación, al rango de fenómenos que puede explicar, y a la falta de > contra-evidencia creíble" . Pues claro, y sin embargo nada dice eso a favor del ateísmo. > Beyerstein lista cinco tipos de evidencia empírica que soportan la > dependencia de la consciencia, del cerebro. Primero: [Corte] No es necesario, estamos de acuerdo en este punto (siempre que la dependencia se entienda como bidireccional). > La memoria es esencial para la auto-identidad: Lamont arguye que puesto que > "El adecuado funcionamiento de la memoria…. depende … de los patrones de > asociación subyacentes … como improntas estructurales que perduran a > través de conexiones interneurales … es difícil entender mas allá de estas > cuantificaciones como podría sobrevivir (la memoria) después de la > destrucción del cerebro viviente en que originalmente tenía su locus (Lamont > 76). Que me explique Lamont qué diferencia estructural hay entre un "cerebro viviente" y un cerebro muerto. [Cortado el experimento del Dr. Frankenstein] > Algunos proponentes de la supervivencia han argüido que los hechos de la > neurosciencia son consistentes con la supervivencia del cuerpo tras la > muerte, porque el cuerpo es solo un instrumento del alma. Las ilustraciones > de la "teoría instrumental" revelan un defecto letal: > > > "Si el cuerpo humano corresponde a un vidrio de colores …. entonces la > personalidad viviente corresponde a luz coloreada como resultado del vidrio > … Ahora, mientras la luz en general continuará existiendo sin necesidad > del vidrio coloreado … los específicos rayos rojos, o azules, o amarillos > que el vidrio produce … ciertamente no persistirán si el vidrio es > destruido". (Lamont 104). ¿Y quién dice que el vidrio es destruido? Te recuerdo que los cristianos creemos en la resurrección de la ****carne****. > Paul Edwards muestra que la teoría instrumental es inconsistente con la > enfermedad de Alzheimer: [Cortado el caso de "el alemán ese que me esconde las cosas"]. > Los hallazgos de una ardua ciencia experimental han demostrado el hecho > incontrovertible de que la conciencia depende del cerebro. ¡Por supuesto!, aunque sea una dependencia sólo aparente. Y de paso ha demostrado que la religión cristiana (la única que afirma la resurrección de la carne) es la verdadera con exclusión de todas las demás. [Corte] II. > No creo que Irich nos pueda presentar ejemplos en contrario, porque no los hay. Pero los resultados Empiricos parecen no interesarle, porque borró todos ellos de toda consideración en su "replica" No dicen nada que no se enuncie ya en otras partes del texto. Mi intención no es refutar que "A" pueda probarse, sino que "A" sea incompatible con lo que yo argumento. Entiendo por "A" la armonía entre causas y efectos, armonía que se predica tanto de lo material con respecto a lo inmaterial (la pasión) como de lo inmaterial con respecto a lo material (la acción). Pues hay efectos (acciones) que no pueden deducirse del mero movimiento pasivo de los cuerpos (esto es, la noción de fuerza en la dinámica), y otros (pasiones) que no resultan congruentes con sus causas (a saber: dos hombres biológicamente idénticos que reaccionasen de un modo notablemente distinto al mismo estímulo). Insisto una vez más: nunca podréis probar que la dependencia mente-materia que presuponéis sea efectiva, puesto que la causalidad no es empíricamente demostrable, como ya señaló Hume. Y si no lo es "a posteriori", aún menos lo es "a priori" en este caso, puesto que el hecho de que lo inextenso pueda actuar sobre lo extenso, y viceversa, es de por sí inconcebible. >> que no hablas de átomos sino de cuerpos, lo cual es un disparate. > Es esta afirmación tan disparatada la que me indujo a no contestar a Irich. Gracias Insubord, por asumir el asunto. Cuando se regenera la piel de uno de tus dedos, ¿vuelve a pegarse la que se había desprendido completamente, o bien surge una nueva por entero? Siguiendo la analogía, la resurrección de los cuerpos no implica recuperar la misma carne, sino regenerarla a partir de la misma identidad. La identidad es la mónada, y no hay mónada sin corpúsculo. > Irich parece confundir Ateísmo con la creencia de que la conciencia se extingue tras la muerte; como quien dice confunde Gimnasia con Magnesia. Si hay algún ateo que no piense así, preséntamelo. >> Falso de toda falsedad: Puede darse actividad cerebral sin actividad mental, >> pero no al revés. Adios a tu bidireccionalidad. Ah, celebro que ahora hables de >> dependencia y no de correlación, contradiciendo lo que habías escrito más arriba. > Nunca mejor arguido!! El cerebro vivo nunca deja de pensar, del mismo modo que el cuerpo vivo nunca deja de actuar. Por lo demás, hablo de dependencia aparente, no real. >> Jeje, como no puedes responder nada al argumento de Lamont sobre la memoria Estoy de acuerdo con los hechos (la dependencia aparente y observable como tal), no con las conclusiones (la no supervivencia de las facultades mentales tras la muerte del cuerpo). Es un claro caso de non sequitur. Ahora bien, creo en la resurrección, que opera por virtud de Dios sobre el corpúsculo de la mónada. Admito que algo así es indemostrable, pero no imposible o absurdo. Presupone, en efecto, la existencia de un buen dador que actúa siempre con justicia. > Que yo sepa, No todos los Cristianos creen semejante idiotes; Los que no crean en semejante idiotez *no son cristianos*. > solo los que se quedaron con el "pensa-miento" de Aquino. ¿Crees que es un invento de Tomás de Aquino? Infórmate antes de hablar. > Una pregunta a Danielito sería: De que edad cree que lo va a resucitar su Dios. En la plenitud de nuestras fuerzas. >> Si crees en la resurrección de la carne ¿a qué viene la defensa de la >> supervivencia de lo mental? > Esta es una de las notables confusiones en la mente de Danielito. Aclaras Daniel? No veo la contradicción, así que no puedo aclararte nada.

     

     

    Autor:

    Daniel Vicente.