- Las nuevas fronteras del cambio social
- El sistema monetario actual
- Una economía basada en recursos
- Motivación, Incentivos y Creatividad
- El factor humano
- El Proyecto Venus
El Futuro y más allá, por Jacque Fresco
Más allá de la utopía
Con el advenimiento del desarrollo futuro de la ciencia y la tecnología, delegaremos cada vez más la toma de decisiones en las máquinas. Actualmente, esto queda evidencia en los sistemas militares, donde son sensores electrónicos los encargados de mantener las características óptimas de vuelo en los modelos avanzados de aviones. La capacidad de los ordenadores supera hoy en día los quinientos billones de bits de información por segundo. La complejidad de la civilización actual es demasiado alta para que sean sistemas humanos quienes lo administren, sin la ayuda de computadoras electrónicas. Los ordenadores de hoy serán considerados primitivos en comparación con los modelos evolucionados del futuro. Finalmente, la gestión de los sistemas sociales demandará y requerirá sensores electrónicos interconectados con todas las fases de las secuencias sociales, eliminando así la necesidad de la política tal cual la conocemos.
Hoy en día, las plantas industriales modernas han desarrollado sistemas de inventario automático que generan, con la antelación necesaria, todas las órdenes de compra de materiales necesarios para su operación como rodamientos mecánicos y otras piezas. Creemos que es posible lograr una sociedad, donde la gente pueda vivir vidas más longevas, más sanas, más productivas y con más significado. En tal sociedad, la medida del éxito se basa en el cumplimiento de los sueños individuales, en lugar de la adquisición de riqueza, propiedad, o poder. Aunque muchos de los conceptos presentados aquí pueden parecer objetivos inalcanzables, todas las ideas se basan en principios científicos conocidos. No es mi propósito escribir un artículo para que sea consensuado y considerado aceptable por todos, ya que no es ésta la preocupación última de la ciencia.
La dirección social que se propone aquí no tiene parangón en la historia con cualquier otra ideología política o estrategia económica anterior. Para establecer los parámetros de esta nueva civilización, será necesario trascender muchas de las tradiciones, valores y métodos del pasado. El futuro evolucionará sus propios nuevos paradigmas, de acuerdo con cada etapa del desarrollo humano y tecnológico. A lo largo de la historia de la civilización, sólo unos pocos caudillos o políticos nacionales han propuesto alguna vez un amplio plan para mejorar la vida de todas las personas bajo su jurisdicción. Aunque personas como Platón, Edward Bellamy, HG Wells, Karl Marx, Howard y Scott hicieron algunos intentos para presentar una nueva civilización, el orden social establecido los consideró soñadores poco prácticos con diseños utópicos contrarios a los elementos innatos de la naturaleza humana.
Contra estos pioneros sociales existió un formidable statu quo compuesto de los intereses creados de quienes se sentían cómodos con las cosas tal cual estaban, y una población en general que, luego de años de adoctrinamiento y acondicionamiento, no quería cambios radicales, hasta convertirse en los millones de guardianes tácitos del statu quo. Las perspectivas y filosofías de esos dirigentes fueron coherentes con sus posiciones de ventaja diferencial. En 1898, Edward Bellamy escribió el libro "Mirando hacia atrás". Concibió un sistema social igualitario ideal, con muchas ideas avanzadas para su época. Este best-seller despertó gran interés, y muchas personas se preguntaron sobre cómo este tipo de sociedad utópica de cooperación podía ser llevado a cabo. Pero Bellamy respondió que sólo era un escritor y que no sabía cómo crear este tipo de sociedad.
Las propuestas que él presentó, y otras como las de la República de Platón, los escritos de Karl Marx, las teorías de HG Wells en su libro "La forma de las cosas por venir", y tantos otros, representan intentos de encontrar soluciones a muchos de los problemas que civilizaciones anteriores no lograron resolver. No cabe duda de que en tiempos de los libros de Bellamy las condiciones sociales eran abominables, lo cual hizo de su ideal utópico algo muy atractivo. Lo que parece faltar en la mayoría de estos conceptos ha sido, sin embargo, un plan general y los métodos necesarios para un régimen transitorio que permitan a dichas ideas convertirse en una realidad. La mayoría de las primeras visiones de un mundo mejor no permitía cambios en los valores tecnológicos ni humanos, lo cual tendía a limitar los esfuerzos innovadores. Además, todos han carecido de un conjunto extendido de planos, modelos y metodología para su aplicación. Por último, han carecido de personas competentes para lograr esa transición.
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