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El libro de Ester. Pensamientos de un pastor


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Ester es una reina que arriesga su vida
  3. Dios no es nombrado en este libro
  4. El libro de Ester en la historia cristiana
  5. La grandeza de Asuero y de su imperio
  6. Ester, hija adoptiva de Mardoqueo, primo suyo
  7. Ester, elegida reina
  8. La intervención de Ester
  9. Dios obra
  10. Nuevo decreto imperial salvando ?in extremis? a los judíos
  11. Venganza de los judíos
  12. Regocijo del pueblo judío
  13. Bosquejo general del libro de Ester
  14. Síntesis del libro
  15. Bibliografía

Introducción

Ester, es un libro apasionante, pregúntese usted, ¿que distingue a un héroe? y las respuestas son muy similares, casi todos contestan, estaba en lugar preciso y ocurrió lo que ocurrió, en ese preciso momento y justo cuando yo iba o caminaba por ese lugar. Pero tendrá usted que convenir conmigo que una persona se convierte en héroe cuando decide actuar de manera decidida en el momento justo, mientras otros se quedan mirando, quizás paralizados por el trauma que les provoca ser testigos de un hecho inesperado y fortuito, que escapa muchas veces a nuestras verdaderas y humanas posibilidades, pero cuando aparecen esas personas de un valor no conocidos hasta ese momento, pero cuando ven algún peligro o crisis van a su encuentro y abordan cualquier situación inesperada y resuelven con sabiduría, en el momento que tienen que hacerlo y siguen adelante, es este tipo de valor y situación hicieron que Ester figure hasta nuestros días y lo será en la generaciones futuras, como una gran mujer o mejor dicho una mujer de estatura superior y que la hace digna de un libro de la biblia.

Ester tal como Esdras y Nehemías, vivió durante el período cuando los persas dominaron todo el oeste de Asia y Egipto e impusieron un alto grado de organización en su vasto imperio. Ciro, gran constructor del imperio, había permitido que los judíos exiliados volvieran a Jerusalén desde Babilonia en el año 539 antes de Jesucristo (Esdras 1:1–4), y de allí en adelante los exiliados volvieron a reconstruir, primero sus hogares, después el templo y más adelante, bajo Nehemías, la muralla de Jerusalén. Eran una minoría, y muchos judíos permanecieron en Babilonia, se desplazaron por toda el área que ahora conocemos como Irán e Irak.

En los tiempos de Ester, Susa, la ciudad real persa (la moderna Shush en el sudoeste de Irán), disfrutaba de su apogeo bajo el rey Jerjes, conocido en hebreo como Asuero, quien llegó al trono en el año 486 antes de Jesucristo. El disfrutó de los edificios lujosos construidos durante el reinado de su padre Darío (521–486).

El libro de Ester aparece en las ediciones de la traducción latina de la Biblia. Con él se cierra ese grupo de tres libros de amable lectura y llenos de sentido religioso que siguen a los de Esdras y Nehemías. En la mayor parte de los códices de la traducción griega de los Setenta figura en un lugar análogo, hacia el final de los libros históricos del Antiguo Testamento, aunque delante de Judit y Tobías.

El libro de Ester se lee en las sinagogas en Purim, fiesta popular que los judíos celebran con banquetes e intercambio de regalos. En la Biblia Hebrea se incluye entre los Escritos. Es uno de los cinco megillot, es decir, de los cinco rollos de pergamino que se leen en algunas fiestas judías.

Los diversos manuscritos del libro de Ester que han llegado hasta nosotros presentan algunas diferencias entre sí. Se conservan manuscritos del texto hebreo y del texto griego de este libro, así como de traducciones antiguas a otras lenguas. Al comparar el texto griego con el hebreo se puede advertir que el griego no es una simple traducción del hebreo, sino que lo completa con varios añadidos de notable extensión. También hay algunas diferencias entre los diversos textos griegos que se conocen de este libro.

Nosotros trabajamos con la versión canónica del Libro de Ester. Esta versión narra la historia de cómo Dios escuchó las oraciones de su pueblo y lo salvó de un grave peligro surgido por una persecución que sus enemigos habían suscitado contra ellos; esto lo hizo guiando suavemente los acontecimientos con su providencia ordinaria. Todo el argumento se sintetiza de modo misterioso en la narración del sueño de Mardoqueo que figura al principio del libro, y se explica al final del mismo al ofrecer la interpretación de ese sueño. Los protagonistas van apareciendo poco a poco y la tensión se hace más fuerte hasta que Hamán, el enemigo de los judíos, cae en desgracia, cambia el parecer del rey y se autoriza a los judíos a preparar su defensa.

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