El primer día de agosto se movilizan muchas comunidades indígenas y campesinos de los Andes con este propósito. Asimismo, otras miles de personas desde Ecuador hasta Argentina realizan este homenaje a su manera.
Lo cierto es que desde la gente más modesta hasta los más acomodados realizan sus rituales durante agosto, lo que demuestra que las tradiciones de los pueblos originarios tienen plena vigencia en toda la zona andina.
Por ejemplo, en las ciudades del noreste de Argentina, como Jujuy, grupos de obreros, estudiantes y empleados públicos interrumpen sus tareas para celebrar esta fecha. De hecho, esa región del país trasandino es de tradición indígena y en la actualidad está viviendo un espontáneo proceso de reetnización[2]
Otros pueblos realizan esta celebración de de formas diferentes, donde el primero de agosto se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, [3]yicta, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama.[4].
Sin duda en todo el Noroeste Argentino esta celebración se hace para agradecer, pedir y bendecir los frutos que nos ofrenda la Madre Tierra; en algunas poblaciones el rito es más acentuado, pero en casi todos los casos esta veneración se acompaña también con ceremonias religiosas profunda y de gran sentir tradicional.
Es poder de la Pachamama hacer crecer las cosechas, multiplicar el ganado, cuidar los animales silvestres y bendecir a los artesanos. Los festejos en su honor son los 1º de agosto, pero la celebración más conocida se realiza en el mes de febrero en Amaicha del Valle, localidad sita a 160 km al noroeste de Tucumán.
En algunos pueblos del norte la Pachamama se personifica con una mujer de rasgos indígenas, medio retacona, con sombrero aludo y a quien siguen un perro negro, una víbora que le sirve de lazo y un quirquincho.
El calendario agrícola marca la pauta de la vida de los pueblos originarios. Dentro de ese contexto, todos los meses tienen su sello festivo y agosto es un tiempo especial llamado mes de la Pachamama.
Después de la cosecha, la tierra descansa y despierta en agosto con hambre. La creencia es que para que no se coma las semillas de la siembra, que empieza el 21 de agosto, hay que alimentarla simbólicamente. Durante todo el mes, los pueblos andinos le hacen ofrendas, que significa devolver de forma ritual lo que la tierra ha dado durante todo el año, es decir, se le dan alimentos, agua, coca, chicha, vino, etc. A su vez, es una oportunidad para pedir por prosperidad y por salud para el resto del año.
Celebrar a la Pachamama es esencial en la concepción ancestral de los pueblos indígenas. Esta costumbre se asienta en que ellos asumen que son parte de un ser mayor, la Tierra, y esta celebración es un modo de asumirlo.
El primer día de agosto se movilizan muchas comunidades indígenas y campesinos de los Andes con este propósito. Asimismo, otras miles de personas desde Ecuador hasta Argentina realizan este homenaje a su manera.
Lo cierto es que desde la gente más modesta hasta los más acomodados realizan sus rituales durante agosto, lo que demuestra que las tradiciones de los pueblos originarios tienen plena vigencia en toda la zona andina.
Por ejemplo, en las ciudades del noreste de Argentina, como Jujuy, grupos de obreros, estudiantes y empleados públicos interrumpen sus tareas para celebrar esta fecha. De hecho, esa región del país trasandino es de tradición indígena y en la actualidad está viviendo un espontáneo proceso de reetnización.
Elaboración de la ofrenda
En La Paz, Bolivia, por ejemplo, existe una calle donde venden todo tipo de implementos para confeccionar las ofrendas.
Se utiliza el término "mesa" que se refiere a una hoja de papel grande donde se deposita en el centro una hierba denominada khoa. Alrededor del vegetal se dispone un círculo con lanas multicolores de llama. Sobre éstas se ponen dulces caseros que tienen forma de auto, de dinero, de casa, entre otras. Luego, se agrega mirra, incienso, chaya y, finalmente, un feto de llama, envuelto con lana. En pocos minutos, la "mesa" está lista. Los elementos y la forma en que se confecciona cada "mesa" variarán de acuerdo a cada ceremoniantes.[5] Antes de la conquista española, las ofrendas consistían en sangre humana y de animales. De hecho, el sacrificio animal aún está vigente en muchos lugares de la zona andina. Sin embargo, como mencionaba anteriormente, hoy la mayoría de los elementos simbólicos derivan del sincretismo religioso entre la tradición española y la indígena.
Muchas personas compran la "mesa" lista, para luego quemarla en el lugar elegido y hacer su pedido o dar agradecimiento. Después tendrán que enterrar las cenizas en algún sitio específico o en el patio de su hogar.
La mayoría de la población acostumbra ofrendar a la Pachamama en su propia casa. Otros, acuden a los cerros donde los yatiris y amawtas (ceremoniantes y sabios) ofician los ritos ancestrales para invocar a los achachilas (dioses tutelares) del mundo andino.
Términos para entender una ofrenda
Estas palabras vienen del aymara y del quechua. También hay términos en español que reemplazan las denominaciones originales, sobre todo en la ciudad.
Mesas: son las ofrendas. Este nombre proviene del español y tiene relación con la misa católica. La mesa contiene hierbas aromáticas, lanas multicolores, fetos de llamas y ovejas, coca, alcohol, grasa de vaca y cerdo, incienso, copal, entre otros elementos. Los nombres originarios son: lojta o waxt"a.
Amawta: "el sabio", es el oficiante de la ceremonia. Convoca y conjura a las deidades subterráneas y a las de las montañas. Prepara la mesa y la quema en el fuego sagrado. Finalmente, interpreta las señales que ve en las cenizas que quedaron de la mesa.Yatiri: "el que sabe", "conocedor". En general, es un anciano que puede predecir el futuro, diagnosticar enfermedades o pronosticar la suerte por medio de las hojas de coca. Participa, al igual que el amawta, de la ceremonia de las ofrendas.
Chifleras: son las personas que venden en las ciudades los elementos necesarios para confeccionar una mesa.
Khoa: viene de q"uwa. Es una planta sagrada y aromática que se utiliza en las ofrendas. De este elemento se ha derivado el término khoar como equivalente del acto de efectuar una ceremonia. Según los andinos, el aroma de esta planta sube al arajpacha o mundo superior.Sullus: fetos de llama que son parte importante de la ofrenda. A diferencia de lo que se cree en la ciudad, esos fetos son los que aborta de forma natural una llama o nacen muertos. También se usan de vicuña y de oveja.
Vida y muerte
En la sabiduría popular se habla mucho de si los ancianos lograron o no pasar agosto. Esta creencia también se relaciona con el mes de la Pachamama, pues agosto sería un tiempo propicio para morir. Como en esta época la tierra está preparándose para recibir las semillas, también tiene una especial disposición para restituir a los hijos en su seno. Esta condición corre sobre todo para aquellas personas que son de edad, que están enfermas o sienten que ya han cumplido su misión en la vida. La tierra es la que alivia las cargas y dolores.
Es que la Pachamama no sólo da la vida, sino que también la quita. Por esta razón, en algunas expresiones plásticas de los antiguos indígenas de América, la tierra se representa como una figura adornada de calaveras y serpientes, asociada a la muerte.
Hay que recordar que el comportamiento de la Pachamama es dual: en un momento entrega todo lo que el ser humano necesita, pero en otro, absorbe a los seres hacia ella realizando una limpieza necesaria. Esta idea de constante purificación de todos los seres que habitan el planeta se encuentra en todas las tradiciones de la América andina.
Por ello, según la tradición indígena, agosto es un mes dedicado al recogimiento y a la reciprocidad hacia la tierra. Es una instancia consagrada al silencio.
El culto en la pcia. De San Juan – Argentina
En la provincia de San Juan de la república de argentina, también se celebran este ritual a la madre tierra; diferentes colectividades de pueblos originarios comparten con los distintos ámbitos de la sociedad esta ceremonia, como es el caso del Centro Polivalente de Arte y la Facultad de Ciencias Sociales, entre otros.
Es así que de manera activa los alumnos, docentes, y personas de diferentes ambientes se reúnen y acompañan en este brindis a la Pachamama a las colectividades que con gran entusiasmo ofrecen este momento de gran valor simbólico.
Este ritual como en todos los que se celebran en el mes de agosto, tiene su particularidad según la región. De esta manera podemos ver como los sanjuaninos comparten este festejo: Los preparativos de la mesa, con los frutos, los cigarros, bebidas, espacias, etc., mientras otras personas realizan un hueco en la tierra y prenden el fuego para dejar las brazas lista, se vive de manera muy gustosa, ya que los participantes se predisponen a colaborar en la preparación del evento.
Luego de haber preparado la mesa y que las brazas están ardientes. Se inicia el ritual, donde se le da gracias a la Pachamama por todo lo que nos a dado y se le pide por lo que uno desea, esto lo hacen en forma pública o en sus mentes.
La Pachamama recibe de todos los celebrantes todo lo que se puso en la mesa, y se brinda con ella para asegurar un buen porvenir.
Luego de haber finalizado este brindis, todos toman una piedra y se la ofrece a la Pachamama, de esta meneara se construye la apacheta, que luego será ornamentada con papeles de colores serpentina, etc. que simboliza la alegría. Además se adorna el algarrobo que se encuentra al costado de la apacheta, ya que es característico de los rituales sanjuaninos, por representa el árbol que permite la subsistencia ya que su semilla, su fruto y la madera, ofrece a los lugareños muchas posibilidades aprovechamiento.
Para cerrar la celebración, en teste caso, se reza ya que consideran que todas las religiones alaban a un mismo Dios pero con diferentes nombres y ven a la Virgen María y a la Pachamama como el mismo ser espiritual.
Conclusión
Esta celebración a la Pachamama, se refleja en diferentes regiones de la argentina y países limítrofes de formas diferentes, pero con un significado en común; donde alguno rezan otros no, etc. Pero esta celebración constituye un hecho muy importante para las culturas originarias, donde la tradición y la adaptación al contexto social en el cual se desenvuelve permiten la trascendencia de la misma.
Respetar las diferentes culturas y entenderlas es un compromiso que nuestra sociedad debe planteárselo constantemente para poder superarnos como personas y poder unirnos a través de la diversidad y no separarnos por nuestras diferencias.
Anexo-Diarios (Bolivia)
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Edicion Digital – Martes, 03 de Agosto de 2010
Sociedad
Agosto, mes de las ofrendas
Rito. La dueña de una tienda esotérica dice que todos los días son buenos para k"oar
Alejandra Arrien – La Paz
Empieza agosto y la tradición manda ofrecer una mesa a la Pachamama en agradecimiento por los beneficios recibidos durante el año, pero las ofrendas también se hacen para obtener beneficios y el color de la mesa varía según el deseo, el rojo atrae el amor y el verde al dinero.
"El objetivo de la k"oa es darle gracias a la Pachamama por todo lo que tenemos. Hay que prender la mesa y alimentarla (a la Pachamama)", explica Elena Saravia, propietaria de la Casa Esotérica Pacha Mama, ubicada en la calle Linares, esquina Santa Cruz, lugar también conocido como "la calle de las brujas".
Entre otras, Saravia elabora mesas monocromáticas, es decir para demandas específicas como por ejemplo alcanzar el éxito en el amor, en el matrimonio y en los estudios o para la abundancia y la riqueza.
Advierte, sin embargo, que quienes adquieren estas mesas deben estar seguras de lo que pedirán y que en el momento de la ofrenda deben expresar toda su fe, de lo contrario su deseo no se cumplirá.
Saravia explicó que agosto es el mes elegido para que las personas ofrenden las mesas a la Pachamama porque en esta época "la tierra descansa". "No hay producción, no hay siembra ni cosecha, es el mes de la menstruación de la Pachamama, la tierra está tranquila y tiene hambre, estas mesas son su alimento y hay que darle vino y alcohol porque tiene sed", dijo Saravia.
De ese modo entiende que —precisamente en agosto— se produzca una gran cantidad de hechos de tránsito y fallecimientos, "porque la tierra tiene hambre y hay que ofrendarle las mesas".
Se suele decir que la k"oa o quema de la mesa debe realizarse el primer y/o último viernes del mes de agosto, sin embargo Saravia dice que no importa el día y menos la hora, la idea es hacer la ofrenda con todos los elementos que correspondan, cada uno de los cuales tiene
un significado, y luego enterrar las cenizas.
Saravia afirma que el objetivo más importante de la k"oa es agradecer a la Madre Tierra por todo lo que da. "Es un pago a la tierra y hay que aprovechar para pedir que no hayan más accidentes ni más muertos, que haya prosperidad, que haya abundancia", manifiesta.
En la calle Linares, mesas multicolor han sido armadas por las especialistas para ponerlas a la venta. "Los precios siempre varían, hay desde cinco bolivianos, que son para las casas y personas particulares, hasta las de 200 bolivianos que son para las empresas o para las minas y tienen al menos 20 ingredientes especiales con sus significados", dice.
Pero el cliente también puede pedir que se le prepare una mesa con los elementos de su interés. En ese caso, "un maestro" las prepara y si el interesado lo prefiere también puede dirigir la quema.
La propietaria de la Casa Esotérica sostiene que las personas que realicen este trabajo tradicional deben hacerlo con fe para que lo pedido y agradecido sea bien recibido por la Madre Tierra y así le confiera todos los deseos. "Si se hace por cumplir o por temor a que suceda algo es mejor no hacerlo, la Pachamama se enoja cuando no se le tiene fe y puede enojarse", afirma Saravia.
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Edicion Digital – Lunes, 02 de Agosto de 2010
Nacional
Gobierno inicia mes de pago a la Pachamama
EFE – LA PAZ
El Gobierno inició ayer el mes de ofrendas a la "Pachamama" o "Madre Tierra" con un rito ancestral en el altiplano andino para pedir protección y "buena salud" para el presidente Evo Morales.
Según mostró el canal de televisión estatal, el vicepresidente Álvaro García Linera y varios "amautas" (sabios) realizaron las ofrendas en el cerro Pajchiri, situado en la localidad de Achacachi, feudo del grupo indigenista "Ponchos Rojos", que se autocalifica de "milicia armada".
"Estamos aquí con mucho respeto, para agradecer a los achachilas (divinidades que habitan en las montañas), para saludar a nuestra Pachamama y para pedir, salud, fuerza, coraje, energía y buena conducción para nuestro Presidente", manifestó García Linera.
Estos ritos precolombinos se denominan "coachadas" o peticiones a la "Pachamama" y se celebran a lo largo de este mes para bendecir los vehículos, casas o negocios y pedir prosperidad, salud, dinero y bienes para toda la familia. Las ofrendas incluyen alimentos, alcohol, flores y hasta el sacrificio de animales como gallinas o llamas.
El ritual coincide con el comienzo de la etapa más fértil para los cultivos, puesto que, según la tradición aymara, tras recoger la cosecha en febrero, la tierra descansa y es ahora, a principios de agosto, cuando ésta se despierta con hambre y hay que saciar sus deseos.
García pidió, además, "que no falte agua" para garantizar una buena cosecha y producción de alimentos, a propósito de las sequías y heladas que han azotado a varias regiones en las últimas semanas.
El Gobierno también hizo una ofrenda por la wiphala, la bandera indígena, "para que no la desprecien", y pidió por la unidad del país.
La tradición se expande
Esta tradición era muy arraigada en el campo, pero en las últimas décadas entró con fuerzas en las ciudades y penetró a las clases medias. La comercialización de mesas es cada vez más frecuente. Se conoce que esta tradición también está latente en provincias del norte argentino.
Bibliografía
/www.revistavida.cl/medicina-ancestral-mainmenu-20/180-agosto-mes-de-la-pachamama.html.
http://www.la-razon.com/version.php?ArticleId=61192&a=1&EditionId=1360
Autor:
José Alfredo Díaz Ramos
[1] aborígenes que habitaban el suelo santiagueño
[2] José Segovia Vergara
[3] Voz quichua. Se llama Yicta o Yista a una pasta formada con cenizas de algunas plantas y papa para agregar a la coca que se mastica.
[4] Extraído del relato de un pastor colla de Yaví, Jujuy. En: Vidal de Battini, Berta
[5] Fotografía publicada por el diario: La Razón. De Bolivia.-Agosto 2010
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