Los sistemas, su complejidad y la investigación científica (página 2)
Enviado por Felipe Villarroel Muñoz
En este contexto, hace unos 3.600 millones de años atrás, el planeta comienza a conocer la aparición de los primeros sistemas que son capaces de asegurar su propia sobre vivencia en el medio ambiente a través de su actividad, de hecho hoy sabemos que las primeras formas de vida eran autótrofas (capaces de elaborar su propio alimento), es decir, comenzaron a existir sistemas que mediante la actividad propia podían asegurar su mantención y conservación de forma, más o menos estable dependiendo siempre de su medio ambiente. Estos sistemas serán conocidos hoy como sistemas autopoiéticos.
Estos primeros sistemas, estaban aún atados a las condiciones materiales en las que se desarrollaban, con escasas posibilidades de seleccionar su actividad, eran aún sistemas predominantemente triviales.
Con el paso del tiempo e iniciado ya el proceso biológico, estas formas de vida comienzan a evolucionar y desarrollan mecanismos que les permiten regular su actividad de acuerdo a las condiciones del medio ambiente. Es decir, se comienzan a gestar los primeros mecanismos en el interior de estos sistemas que les facultan para recibir los estímulos del medio ambiente y seleccionar de entre un conjunto de conductas (aunque sean dos), la más apropiada para asegurar su permanencia en el medio. Por primera vez el simple estímulo cumple la función de retroalimentar al sistema con información relevante para su conducta (sin vida no existe información, sólo datos). El sistema, a través de mecanismos originalmente primitivos, es capaz de responder selectivamente (v. gr.: la planta que busca la luz) a su medio en las primeras formas de sistemas nerviosos. Con el desarrollo de estos sistemas, aparecen entonces los sistemas no triviales; aquellos sistemas que frente a un mismo estímulo pueden entregar múltiples respuestas. La función principal de estos mecanismos biológicos es la codificación y decodificación del estímulo y su transformación en información interna para la respuesta.
Demás está reflexionar en las consecuencias que tuvo para el desarrollo de la vida en la tierra la aparición de este tipo de sistemas. Podríamos fijar en ese punto el nacimiento de lo que hoy llamamos complejidad.
Sin embargo, la evolución continúa su desarrollo y a estas primeras formas de retroalimentación externa, le suceden los primeros atisbos de retroalimentación interna.
Esta posibilidad significa que existen sistemas vivos que desarrollan mecanismos y estructuras internas (subsistemas) que son capaces de reflejar el medio externo, es decir, son capaces de generar de forma interna una representación del mundo exterior. Por lo tanto, a través del reconocimiento de los patrones de comportamiento del medio, poco a poco están en condiciones de conocer y anticipar la conducta de este, en la medida que el estímulo sirve de gatillador de estas nuevas estructuras que son capaces de producir una sensación interna, que represente de manera vicaria la sensación real del medio ambiente, y de esta forma, son capaces de modular su conducta de manera más sofisticada. Llamaremos a estos sistemas, sistemas ideales. Con la aparición de los sistemas ideales como una forma superior de sistemas vivos, la no trivialidad alcanza su punto culminante en la evolución de la vida en la tierra.
El sistema ideal, no solamente tiene ahora la retroalimentación externa, sino que además tienen un mecanismo de retroalimentación interna que lleva su no trivialidad a niveles hasta entonces desconocidos. Cada estímulo puede desencadenar en el sistema múltiples respuestas, no solamente en relación a las variables externas que enfrenta, sino además, en torno a los mecanismos reflexivos propios, siendo su propia respuesta objeto de reflexión (al momento de hacer la propia reflexión objeto de una reflexión aparecerá la conciencia, es decir, un subsistema reflexivo del sistema de reflexión: la auto reflexión).
Cuando los sistemas ideales son capaces de reflejar el mundo externo, inicialmente lo hacen respecto del medio como sistema material que lo circunda y lo determina. Es decir, las primeras actividades de un sistema ideal dicen relación a sistemas materiales que están presentes en su entorno. En el momento que un sistema ideal evoluciona al punto de ser capaz de reflejar otros sistemas ideales y reconocerlos como tales (y es reconocido a su vez por estos en la misma condición), entonces aparece el más sofisticado y complejo nivel de evolución de la organización de la vida en la tierra; los sistemas sociales.
El sistema social, de esta forma, depende en su posibilidad de desarrollo de la existencia de los sistemas ideales individuales, estos de los nerviosos, así como estos últimos dependen de la existencia de los sistemas materiales que le dan soporte; toda una cadena inclusiva que permite el desarrollo de nuestro género en la tierra. De esta forma, el hombre es fruto de la actuación de los cuatro sistemas que hemos descrito, los materiales, los ideales, los nerviosos y los sociales; nuestra sobrevivencia y nuestra experiencia diaria nos dan cuenta de la actuación simultánea y coordinada de estos tres niveles sistémicos en nuestra vida; hoy somos tan dependientes de la actividad armónica de nuestros sistemas biológicos, como de la de nuestros sistemas nerviosos, psíquicos y sociales. En su eventual desajuste se juega la posibilidad de la vulnerabilidad, la patología y el conflicto.
"Pero la esencia humana no es algo abstracto, inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales." Sexta Tesis sobre Feuerbach, Marx, 1845.
A modo de resumen
Tipos de Retroalimentación | Tipos de Sistemas | |||
Sistema Material | Sistema Nervioso | Sistema Ideal | Sistema Social | |
Externa de sistemas materiales | NO | SI | SI | SI |
Interna de sistemas materiales | NO | NO | SI | SI |
Interna de sistemas ideales | NO | NO | NO | SI |
SISTEMAS | Triviales | No Triviales |
En el momento que tenemos una cantidad incalculable de sistemas no triviales, actuando de manera simultánea en un espacio reducido (nuestro planeta), es fácil comprender el resultado fundamental de esta combinación: la complejidad, que dependerá básicamente del número de elementos constitutivos del sistema en estudio y el número de relaciones hipotéticamente posibles (n!).
Todos los sistemas tienden a la complejidad, es decir, todos los sistemas como fruto de su funcionamiento (cumplimiento de su función), generan desorden, caos, entropía (el segundo principio de la termodinámica establece el crecimiento de la entropía, es decir, la máxima probabilidad de los sistemas es su progresiva desorganización y, finalmente, su homogeneización con el ambiente). Para superar la entropía deben realizar grandes inversiones energéticas que las permitan mantener un orden estructural, es decir, un nivel de orden que les asegurare su funcionamiento de manera adecuada. Mientras menos trivial sea la respuesta del sistema y de cualquiera de sus partes, mayor será el desgaste energético para mantener el orden (negentropía). De otra forma, si el sistema no genera mecanismos de ordenamiento, toda su energía será consumida por esta función.
Frente a este escenario, el sistema genera una respuesta de carácter económico: regulariza su actividad, es decir, genera comportamientos. Cuando sus respuestas, su conducta se estabiliza reconocemos un comportamiento.
Es decir, renuncia a parte de su no trivialidad, y comienza a mantener comportamientos regulares frente a estímulos regulares, o lo que es lo mismo, comienza a generar un patrón en la percepción de estímulos y en las conductas de respuestas, los va aprehendiendo, los va conociendo, los va haciendo suyos, en definitiva, los va incorporando. Se produce entonces la estabilización del comportamiento (que de forma coherente, es la base de la relación social), ahora sé como actuar frente a lo otro o frente al otro, no tengo que someterme a la incertidumbre en cada contacto social. Es necesario afirmar que el sistema, es este escenario, al principio mantiene sus otras posibilidades de comportamiento, las que se van desaprendiendo poco a poco hasta que su comportamiento redunda más o menos trivial.
Se produce entonces el paralelo entre sistemas triviales y sistemas no triviales que presentan regularidades. Las mecánicas, y por lo tanto absolutas en el caso de los primeros; y las vitales, y por lo tanto, tan sólo probables (de ahí la importancia de la probabilidad) en el caso de los segundos.
Lo que queremos indicar (recordemos que estamos hablando de metodología), es que la investigación, es aquel método que permite sistematizar las regularidades que encontramos en nuestro mundo, y por lo tanto, permite reconocer el comportamiento y formas de relacionamiento de los sistemas en sus patrones fundamentales, ya sea que estos patrones sean construidos sobre la base de lo mecánico, o sobre aquellos patrones que responden a la probabilidad. Si logramos hacer esto, alcanzaremos los fines praxiológicos de la investigación:
∞ Describir los sistemas, sus comportamientos y relaciones
∞ Explicar el comportamiento de los sistemas, sistematizando regularidades entre sus relaciones y tiempos de ocurrencia
∞ Predecir, en base a estos objetivos anteriores, el comportamiento de los sistemas.
"El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento". Segunda Tesis sobre Feuerbach, Marx, 1845.
BIBLIOGRAFÍA
- Sociedad y Teoría de Sistemas. Arnold, M. y Rodríguez, Darío. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 2007.
- La unidad Bioquímica del Hombre. Sapag-Hagar, Mario. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 2003.
- Metálogos. Bateson, Gregory. Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, 1969.
Autor:
Felipe Villarroel Muñoz
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