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Concepto de normalidad en la salud y biofrecuencias de trabajo electromagnético, bfte.

Enviado por sergumor


    LA CIENCIA PROPONE UN CONOCIMIENTO CRíTICO E INTENTA DESCRIBIR LA REALIDAD Y EXPLICARLA MEDIANTE LEYES (PROPOSICIONES UNIVERSALES QUE ESTABLECEN BAJO QUÉ CONDICIONES SE PRODUCIRÁN CIERTOS HECHOS), PERMITIENDO ASÍ LA PREDICCIÓN DE LOS FENÓMENOS.

    Esta concepción de ciencia aparentemente razonable, guarda, sin embargo, contradicciones y deficiencias serias, pues genera un tipo de ciencia que responde al sentido común de un modelo científico clásico, pero que no da respuestas, por ejemplo, a problemas de física cuántica o gravitacionales, no controla debidamente al propio investigador que forma parte del experimento, no contempla al individuo desde su propia percepción de los hechos, sino que más bien constituye una abstracción que se generaliza.

    Analicemos:

    "…DESCRIBIR LA REALIDAD …" : ¿Bajo qué circunstancias, desde qué perspectivas y de quién?, ¿existe sólo una realidad?

    "… PROPOSICIONES UNIVERSALES …" : Es una propuesta que no denota sino la prepotencia del científico estúpido. El científico honesto sabe que las conclusiones de cualquier investigación sólo alcanzan a determinadas perspectivas de un problema, y que, por tanto, nunca se pueden universalizar. Precisamente, la ciencia evoluciona por su propia dependencia de la aportación de nuevas teorías y conocimientos.

    "…BAJO QUÉ CONDICIONES SE PRODUCIRÁN CIERTOS HECHOS,": La metodología científica trata de ser muy concreta especificando todo lo posible las variables a evaluar. Pero intervienen tantas interferencias externas e internas no controladas e insuficiencia datos a tener en cuenta en cualquier estudio, que hace imposible que dos grupos de investigación diferentes que estudian el mismo problema con las mismas variables, aportaran conclusiones idénticas.

    "…PERMITIENDO ASÍ LA PREDICCIÓN DE LOS FENÓMENOS": A la luz de los modelos actuales de ciencia, se puede confirmar que los fenómenos que se estudian son aquellos cuya simpleza , a pesar de las apariencias, es ostensible. No es posible prever "fenómenos reales" si en su propuesta no se contemplan las percepciones individuales de la conciencia de tal fenómeno por cada sujeto, lo que en estos momentos es imposible ya que la metodología no puede tener en cuenta las subjetividades que hacen que un mismo fenómeno se perciba de distinto modo respecto de quienes lo observan.

    Todo ello plantea, en problemas de salud, la necesidad de obtener datos fiables desde lo que debe considerarse normal, y no desde la predicción de un fenómeno exacto.

    Antes habría que definir el concepto, en gran parte abstracto y subjetivo, de qué es un "individuo sano". Se le podría definir respecto a una enfermedad determinada (lo que no parece lógico), o a la no inclusión en una enfermedad o enfermedades prevalentes del grupo social al que pertenece el individuo, o a la ausencia total de cualquier patología (lo que en sociedades industrialmente avanzadas tampoco parece razonable dado el medio inadecuado tanto físico, como medio ambiental y de presión psicológica), o al no padecimiento de una enfermedad evidente dentro de un tiempo pasado preestablecido, etc. Al establecer una conceptualización de "individuo sano" se tendrá que estudiar desde el punto de vista que ofrece la normalidad de un "individuo aparentemente sano", que se podría definir como el bienestar físico y psicológico actual de tal individuo.

    La aplicación de unos mismos procedimientos para la evaluación de las Biofrecuencias de Trabajo Electromagnético, BfTE, han permitido observar que diferentes individuos aparentemente sanos presentan valores con una cierta uniformidad dentro de una banda estrecha de valores. Este hecho motiva que se pueda suponer que el que uno o varios tejidos se encuentren vibrando en biofrecuencias fuera de los límites de estas bandas de frecuencias que le son propias en un estado de normalidad o de silencio, indiquen el padecimiento de una patología.

    A pesar de la gran variabilidad humana, el constante incremento de instrumentos cada vez más sensibles, precisos y con una tolerancia menor, el empleo de técnicas estadísticas más perfectas y procedimientos que permiten evaluar a amplios grupos de población, presentan resultados que se pueden considerar como valores de normalidad.

    No obstante, hay que definir a lo que se denomina normalidad. Pueden existir criterios distintos al considerar como normales los parámetros observados en el 80%, o en el 90% o en algún otro porcentaje de los grupos sociales estudiados, e incluso, en la totalidad de individuos. Sin embargo, lo más frecuente es delimitar unos puntos de corte, a veces arbitrarios, que prefijen una zona de resultados, fuera de las cuales se considere la existencia de la anormalidad o de valores aberrantes y posteriormente definir como normal la media ± 2 desviaciones estándar. Esto significa que el 4,55% de las personas aparentemente sanas sean consideradas como anormales, siendo alrededor de la mitad por encima y la otra mitad por debajo, del rango aceptable. A pesar de que este sistema puede parecer arbitrario, proporciona, al menos, una buena orientación inicial de parámetros de normalidad. Por lo expuesto, el concepto de normalidad ha sido severamente criticado habiéndose propuesto, entre otros, sustitutos tales como "acostumbrado", "referencia", estandarizado", "esperado", "óptimo", etc. A pesar de que la denominación valores normales ha sido utilizada convencionalmente durante años, el autor, en la evaluación de BfTE y de cualquier otro parámetro orgánico, prefiere el de valores de referencia.

    Es evidente que no se puede juzgar si un resultado es normal o no a menos que se conozcan los valores de referencia. Este concepto puede emplearse en sentido clínico como "ausencia de enfermedad clínicamente detectable" o de "salud óptima", o bien, en un sentido estadístico en base a la distribución de la frecuencia gaussiana.

    Los límites de referencia, habitualmente, se obtienen de aquellos que se encuentran comprendidos en una proporción predefinida, por ejemplo 95%, de los resultados obtenidos de un grupo de sujetos aparentemente sanos; este procedimiento hace que algunos individuos sanos muestren valores anormales y al mismo tiempo, no descarta que pacientes con resultados normales estén libres de enfermedad. Es por esto por lo que el concepto de valores de referencia, o banda de referencia o zona de referencia se debe preferir al de valores normales, para evitar tales confusiones. En cualquier caso, dependiendo de la aplicación de tales valores es factible ampliar o reducir sus límites con el fin de excluir un mayor o menor porcentaje de individuos normales.

    La gran mayoría de resultados no siguen una distribución gaussiana, sino que muestran un cierto sesgo. En tales casos los límites de referencia se determinan mediante una transformación matemática para aproximarla a la curva gaussiana, o bien, calculando de forma no paramétrica los límites del 95% centrales de la distribución. Según la situación clínica, el rango de referencia deberá expresarse en forma de una curva con una sola rama, en la que solo se consideran anormales los valores por encima del límite superior.

    Por último, hay que tener en cuenta que para la mayoría de valores de referencia, existe una cierta superposición entre los rangos de valores encontrados en sujetos con y sin la enfermedad en cuestión. Tal y como se observa en la figura adjunta, la curva 1 representa la distribución de los resultados de unos valores en un grupo de sujetos normales, y la curva 2 en aquellos con la enfermedad.

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    Distribución de frecuencias para valores de referencia hipotética en sujetos sanos (curva 1) y enfermos (curva 2).

    Dependiendo de donde se establezca el límite superior, podemos hacer que dicha zona de referencia sea altamente sensible o altamente específica, pero no ambas a la vez. Por ejemplo, si el límite se sitúa en X se detectarán todos los pacientes con la enfermedad (sensibilidad 100%), pero al mismo tiempo todos los sujetos entre X e Y (intervalo B) tendrán un resultado falsamente positivo (resultado poco específico). Por otro lado, si el límite lo situamos en Y, la especificidad aumentará al 100%, pero disminuirá la sensibilidad y el resultado no detectará a los enfermos con valores en el intervalo B. En la práctica, el límite superior cae habitualmente entre X e Y, lo cual es una situación de compromiso entre la máxima sensibilidad y la máxima especificidad.

    Cálculo de valores de referencia

    Un método simple para calcular los valores de referencia, utilizando una selección de población aparentemente normal, es el siguiente:

    1. Calcular y s por las fórmulas que se exponen a continuación:

    E de valores E (x – x´) 2

    x´ = ————— s = ————-

    n n – 1

    2. Hacer un rango de x´ – 3s a x´ + 3s.

    3. Eliminar de los datos originales los valores que se encuentren fuera de estos límites.

    4. Recalcular y s con los valores restantes.

    5. El rango normal aceptado es de x´± 2s, de los valores obtenidos en 4.

    Esto incluye el 95,45% de los valores y excluye el 2,27% de los más altos y el 2,27% de los más bajos, si dichos valores se distribuyen según una curva normal.

    Si la muestra escogida es la adecuada, algunos errores en la manipulación estadística se pueden corregir más tarde; pero si dicha muestra es inadecuada, ningún tipo de habilidad estadística puede prevenir la obtención de graves conclusiones incorrectas. Asimismo, hay que aplicar métodos de evaluación que proporcionen resultados reproducibles relativos. Por lo tanto, es fundamental para la obtención de una conclusión correcta la utilización de unos sujetos de la muestra bien seleccionados mediante serios criterios de inclusión y de exclusión del estudio, del empleo de unos parámetros ajustados a los objetivos de la investigación pretendida, una ejecución operativa y además, unos resultados estandarizables y objetivables. Y mejor aún, si la investigación se realiza por diferentes equipos de trabajo y con distintos grupos sociales que permitan comparar resultados.

    El estudio de las Biofrecuencias de Trabajo Electromagnético (cuyo publicación on line se prevé próximamente en monografías.com), se ha realizado teniendo en cuenta los datos anteriormente expuestos por lo que los valores de referencia obtenidos presentan una elevada fiabilidad. Esto no es óbice para que en el futuro se puedan ajustar, más si cabe, por la aplicación de tecnologías más precisas.

     

     

     

    Autor:

    Ph. D. Sergio A. R. Gutiérrez Morales

    Para contactar con el autor:

    Para contactar con el Instituto de Investigación y Tecnologías Biomédicas de Canarias: