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Abuelos: La ultima fase de Erikson

Enviado por Felix Larocca


  1. Ser abuelos
  2. Asumir que somos abuelas y abuelos
  3. Actitudes que deben cultivar los abuelos y abuelas
  4. Cómo puede ayudar la familia a que los abuelos desempeñen su papel
  5. Enanos subidos a hombros de gigantes
  6. En resumen
  7. Bibliografía

"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela". Albert Einstein

"Dios mío ¡qué solos se quedan los viejos!". FEFL La Vejez y el Sexoedu.redLa última de las fases del desarrollo de Erikson se condensa de la siguiente manera:

VIII. "Integridad frente a desesperación (desde aproximadamente los 60 años hasta la muerte). Esta es la última etapa. En la delicada adultez tardía, o madurez, la tarea primordial es lograr una integridad con un mínimo de desesperanza. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes; junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también y ello contribuye a la aparición de un sentimiento de desesperanza. Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. La integridad del ego significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. La tendencia mal adaptativa es llamada presunción. Cuando la persona "presume" de una integridad del ego sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud.

Una de las experiencias que nos sumerge en una nueva etapa de nuestra vida es la de convertirnos en abuelas o abuelos, un momento vital para el que no siempre estamos preparados y al que no todo el mundo accede de la misma manera." (Para leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Erik_Erikson).

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Ciclo vital

Ser abuelos

Aunque tantos no se detienen a pensarlo, ser abuelos es privilegio exclusivo de especies sociales dotadas con cerebros de gran capacidad — como sucede con la nuestra.

También, ser abuelos, se asocia con la menopausia, la andropausia y la longevidad, ya que favorece y mejora la duración y la calidad de la vida de los miembros de los géneros a quienes beneficia.

Para Erikson constituye una de las etapas ulteriores y más extraordinarias de la vida, ya que reintroduce al ser humano a los placeres de participar en el cuidado y tutelaje del más joven de sus descendientes — sin las demandas añadidas.

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Envejecimiento saludable

Pero, ser abuelo acarrea responsabilidades propias que no pueden ser soslayadas, ya que el impacto de su contribución al desarrollo de los nietos no es asunto trivial.

Pero asimismo, ser abuelo, significa envejecer y asimismo confrontar la finitud de nuestra experiencia como ser viviente — algo que, se torna muy difícil para quienes sufren de trastornos de regulación del narcisismo y de la propia autoestima.

Cuando se llega a esa fase…

Hay quienes experimentan una especie de sensación de decaimiento y retroceso, mientras otras personas, sienten con la llegada del nuevo estatus, un renacimiento de ilusiones latentes.

Asumir que somos abuelas y abuelos

Se trata de reconocerse en el nuevo rol, y hay que ser consciente de que en ello intervendrá:

  • La forma de interiorizar y aceptar el nuevo papel en la familia.

  • La resolución del conflicto interno entre el deseo y el temor por tener o no tener nietos. El deseo de ser abuelo está relacionado con la oportunidad de disfrutar con los hijos de los hijos, recordando, pero no imitando, la propia maternidad o paternidad. El temor llega de incorporar en la mente la evidencia de que se es más viejo que antes.

  • El estado de salud, la capacidad de moverse con soltura, la agudeza visual y auditiva — que no, siempre, son las mismas.

  • Cómo se vivieron los ciclos vitales anteriores. Se suele decir que se envejece como de joven se viviera. El modo de ser abuela o abuelo dependerá de cómo se haya afincado la niñez, de cómo fue uno mismo de hijo y cómo fuera de nieto. Se recuerda la relación con los propios abuelos, y se imita o se mejora. Por supuesto, también influye cómo se recorrió la edad adulta y cómo se es, y se fuera, como padre y madre.

  • Cómo se esté viviendo el ciclo vital actual. Hasta no hace mucho tiempo convertirse en abuelo o abuela marcaba de por sí el ingreso en la tercera edad o en la vejez avanzada. Hoy, como consecuencia del aumento de la duración y calidad de vida, y debido a los nuevos estímulos de la sociedad en que medramos — ser abuelo, no equivale a ser viejo. Hay abuelas y abuelos que están envueltos en plenitud laboral, social o familiar, y tener nietos no los ha convertido en "viejos" mal adaptados, infantilizados e inservibles.

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Actitudes que deben cultivar los abuelos y abuelas

  • Conservar la propia independencia, si es posible. Al margen de su edad, la abuela y el abuelo tienen el derecho y la necesidad de disfrutar de su propio espacio vital, de disponer de tiempo para sus aficiones, amistades o para proyectar, si les apetece, nuevas relaciones afectivas. No tienen por qué acceder a convertirse en abuela o abuelo "excéntrico" de forma resignada.

  • Respetar las pautas educativas que sus hijos proponen a los nietos, aunque no se esté totalmente de acuerdo con ellas — más que nada, nunca criticar el trato de los hijos a los nietos — ya que éstos son los propios.

  • No desautorizar a los padres delante de los nietos, aunque en privado les permitan expresar sus discrepancias. Las opiniones de los abuelos piden constituir una referencia útil para los padres, si es que las piden, y reconociendo que serán éstos quienes finalmente decidan si las necesitan para saber, como proceder con sus hijos.

  • Ser abuelo es la oportunidad para establecer con los nietos una relación privilegiada que tal vez no se tuvo con los hijos. Es la ocasión para vivir emocionalmente con ellos, instruyéndolos, enseñándolos, pero sin pasarse de raya, y consultándoles a ellos mismos si sus padres estarían de acuerdo con lo que les ofrecen. Se deben poner límites para que los nietos no se conviertan en manipuladores.

  • Aprovechar cualquier momento para transmitir vivencias y recuerdos. La historia familiar es siempre de interés. Las personas mayores tienen como patrimonio el pasado y "las batallas del abuelo" aunque se repitan una y otra vez –– porque las personas mayores no suelen llevar la cuenta del número de veces que dicen las cosas — son recuerdos que quedarán impregnados en las mentes de los nietos. Sobre todo quedará el cariño, la ilusión y la nostalgia con que se transmitieron esas memorias.

  • Los abuelos pueden complementar la educación que llevan a cabo los padres, pero nunca suplirla. Este es un riesgo que hoy en día se corre, dado que las circunstancias actuales obligan en muchos casos a que los abuelos o abuelas sean los cuidadores, durante muchas horas de la jornada, de los nietos.

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Cómo puede ayudar la familia a que los abuelos desempeñen su papel

  • Favoreciendo su independencia. Los abuelos deben gozar de tiempo para sus asuntos propios, por inútiles que puedan parecer al resto de la familia. También necesitan su espacio. Si están a gusto en su casa no hay por qué forzarles a trasladarse a otra. Una cosa es invitar con insistencia y cariño, otra muy distinta imponer el criterio de los hijos.

  • Permitir que ejerzan como abuelos con los nietos. Para ellos es "la segunda oportunidad" de fungir de padres subsidiarios con los nietos lo mismo que hicieron con los hijos. Es bueno no hacer la vista gorda cuando "malcrían" a los nietos concediéndoles algún capricho de manera esporádica — el ser manipulado no es ventajoso para nadie.

  • Es conveniente tratarlos como adultos (véase mi artículo, Dios mío, qué solos se quedan los viejos). A veces se les trata como a niños con la excusa de que como son mayores se vuelven infantiles y "chochean". Hay que evitar convertirse en educadores de los abuelos.

  • Respetar sus defectos como ellos lo han hecho antes con los nuestros. La convivencia familiar es mucho más fácil cuando se es flexible con las conductas aceptables de todos.

  • Ser agradecidos con ellos y enseñar a los nietos a que lo sean. No debemos olvidar que somos "enanos subidos a hombros de gigantes" y que si somos más, tenemos más o estamos mejor preparados es, en gran parte, gracias a ellos.

  • Es importante escucharles y respetar sus maneras de pensar, aunque no coincidan con el de la generación más joven de la familia. Ni es cierto que "cualquier tiempo pasado fue mejor", ni tampoco que todo lo actual es absolutamente extraordinario o incontestable.

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Enanos subidos a hombros de gigantes

Ser abuelo o abuela es una oportunidad única para que surjan muchas vivencias positivas. Se pueden aprender nuevas formas de convivir entre las tres generaciones que han surgido dentro de la propia familia. Se puede aprovechar la ocasión que dan los nietos de estar en contacto con otras formas de vivir, de otros conocimientos, de otros puntos de vista que enriquecen a los mayores si están abiertos a los cambios y a diferentes formas de vivir. Por eso es tan importante que, mientras nos lo permita el ajetreo de la vida actual, se organicen reuniones familiares con cualquier excusa para estar juntos y disfrutar del placer de verse, escucharse y reconocerse mutuamente — reuniones que se gocen y no que se usen para librar las batallas de los viejos rencores. El mejor homenaje que se puede hacer a los abuelos es ofrecerles el placer de sentarse en tertulia con sus hijos y sus nietos. En ese escenario se plasman los resultados de historias personales muchas veces llenas de esfuerzos y dificultades. Es realmente satisfactorio poder ofrecer a los abuelos la posibilidad de que comprueben que su vida ha sido valiosa.

Nunca olvidaré una vez, cuando el Profesor Gerald Russell me describió sus experiencias de gozo con sus nietos. De Gerald mucho aprendí acerca de la bulimia –– lo que de ser abuelo, me dijo, fue una experiencia especial por la que siempre le estaré agradecido.

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En resumen

Para Erikson, ser abuelo es una etapa especial del desarrollo humano. Para las tribus primitivas, era una función esencial y única de los mayores; porque ellos eran arcanos del patrimonio y de la experiencia colectiva que constituye la historia de la estirpe.

Durante el gigantesco Tsunami del Océano Índico que, en, el 2004, azotara buena parte de Asia, fueron los abuelos, miembros de una tribu de Gitanos Marinos, quienes recordaran cómo reconocer y anticipar el desastre y dónde ir para refugiarse.

Estas tribus no lamentaron víctimas, porque nadie pereció.

Tampoco murieron animales silvestres, quienes, obedeciendo a sus instintos huyeron a zonas seguras, anticipando el cataclismo, siendo guiados por sus mayores.

Fin de la lección

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Lo que los Padres de Niños nos Decían en monografías.com

  • Larocca, FEF: Las Teorías de Erik H Erikson en monografías.com

  • Erikson, E: (1979) Identity and the Life Cycle Norton

  • Hauser, M: (2006) Moral Minds Harper Collins

  • Russell, G: (1990) Comunicación personal en Jerusalén

  • Larocca, F. E. F: (2007) De la Menopausia Humana en monografías.com

  • Larocca, F. E. F: (2007) Infertilidad, Menopausia y Otros Temas en monografías.com

  • Larocca, F. E. F: (2007) La Vejez y el Sexo en monografías.com

  • Larocca, FEF: Centenarios y Otros Temas en monografías.com

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Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca