Los proyectos de vida grupal en las Sedes Universitarias de salud

Introducción

La necesidad de elevar la calidad en la formación mediante la utilización de un proceso de enseñanza–aprendizaje desarrollador constituye un tema de gran actualidad debido, entre otros factores, a la esencia humana de este proceso que se gesta en un contexto de relaciones interpersonales prescritas desde lo sociocultural, pasando a través de la visión curricular y educativa de la escuela. Para lograrlo es necesario educar al hombre en un contexto grupal.

Desde el momento del nacimiento el desarrollo del ser humano pasa por un proceso de relaciones sociales en una actividad conjunta niño- adulto, niño- coetáneos mediante la cual se produce no solo la asimilación de la experiencia acumulada y generalizada por la humanidad sino también la elaboración de la experiencia individual, de forma activa en el contexto de estructuras grupales tales como: el grupo familiar, el de los amigos, los grupos escolares y otros. (Hernández Follaca, 2004).

Desarrollo

El trabajo en grupo en la SUM del MINSAP se sustenta en un Proyecto de Trabajo Educativo que incluye a un Metodólogo, el cual ejerce sus funciones sobre las cinco carreras con que cuenta la SUM como: Medicina, Estomatología, Licenciatura en Enfermería, Licenciatura en Psicología y Licenciatura en Tecnología de la Salud, las cuales a su vez poseen responsables de Trabajo Educativo por años y grupos con tutores de la asistencia, guías de grupo y jefes de grupo.

En la historia de la Pedagogía las primeras referencias relacionadas con el aspecto grupal de la educación se encuentran en las tendencias pedagógicas de los siglos XVII y XVIII, en primer lugar, en la obra del pedagogo checo Juan A. Comenio (15921670) considerado precursor de buscar vías metodológicas para transformar la enseñanza en un proceso agradable sobre el conocimiento del mundo, como una forma para desarrollar las fuerzas mentales de los alumnos. Fue reconocido también como fundador del proceso de tránsito de la enseñanza individualizada a la enseñanza basada en grupos.

Se destacó además en esta tendencia John Dewey (18591952), quien abogó por la educación basada en la experiencia y en ella lo social ocupó un lugar relevante; es por eso que, desde las bases para la creación de una escuela activa, introdujo la importancia de la cooperación frente al individualismo, la creatividad frente a la pasividad, y el trabajo manual frente a las asignaturas, asignándole a los libros de texto sólo una función de consulta.

No se puede dejar de mencionar la obra de A.S. Makarenco (18881939) el cual se destacó por su aporte práctico en su conceptualización de la colectividad. En su libro sobre la colectividad y la educación de la personalidad, analiza y ejemplifica los diferentes tipos de agrupaciones sociales que se han formado históricamente (desde la familia, hasta las actuales organizaciones laborales) en las que rigen leyes objetivas independientes de la voluntad y del deseo de sus integrantes, a causa de varios factores como la consanguinidad, las leyes jurídicas, las necesidades, etc.

Desde principios del siglo XIX el maestro Félix Varela y Morales (17881853) introdujo en sus clases el método explicativo y el de observación de la naturaleza a pesar del atraso que presentaba la educación en su época. Practicó la enseñanza en grupos escolares de manera frontal, se sabe que de manera instructiva lograba que los alumnos se reunieran formando grupos informales que en tiempo extraclase asistían a su propia casa para leer en colectividad los libros que el maestro les prestaba.

Organizó la enseñanza experimental en un laboratorio creado con su propios esfuerzos y aunque esta innovación se reconoce como mérito y aporte a la educación progresista, no se debe pasar por alto que ello implica también una contribución al trabajo grupal escolarizado, al igual que lo hicieran contemporáneamente con el estilo particular de cada uno: José de la Luz y Caballero (18001862) y Rafael María de Mendive (18211886).

Ya en la primera mitad del siglo XX, aparecen los primeros libros que amplían los argumentos acerca del trabajo escolarizado en grupos, destacándose en este sentido Alfredo M. Aguayo (18661988).

Cada día crece la necesidad de que las universidades y el resto de las instituciones del conocimiento asuman y construyan patrones internacionales de calidad de la educación superior UNESCO (1996). En este reto se encuentra inmerso el Ministerio de Educación Superior cubano. Para ello es necesario lograr una orientación educativa integral, que muestre equilibrio entre las necesidades individuales y las sociales. En este objetivo se centra el papel del grupo, como espacio donde se generan la mayoría de los aprendizajes, lo que reviste especial importancia, de ahí que estudiar sus influencias sea objeto en la presente tesis, de forma que contribuya a una mejor formación profesional como fin último.