Raíces de vida. Disquisiciones alrededor de un apellido (página 2)
Enviado por Francisco Huamantinco Cisneros
La traducción generalizada que se le concede a Huamantinco, sin el menor análisis, queda desechada por nosotros debido a que a la luz de la gramática quechua, el sufijo que indica el plural es kuna, por lo que el vocablo Huaman en plural es Huamankuna y si se pluraliza el término tinku, tendríamos el vocablo tinkukuna. Si unimos ambos términos, tendríamos Huamankunatinku o Huamantinkukuna. El primero no existe en el idioma, en tanto el segundo significa los Huamantinco o "los que convocan al halcón", estableciéndose así concordancia sólida entre las partes utilizadas.
Un caso similar de mala traducción se presenta en al apellido HUAMANCURI, formado por dos vocablos: Huaman y curi (castellanización de quri = oro) que es traducido como Halcón de oro. La correcta es "el oro del halcón", dado que la frase el halcón de oro corresponde a la palabra qurihuaman que como apellido castellano sería Curihuamán.
Sin embargo, existe la posibilidad de la utilización de tincuy como sustantivo, basada en la existencia de una danza ritual de corte guerrero que lleva dicho nombre en el norte de Potosí y al sur de Oruro, Bolivia. En el ritual se enfrentan dos grupos de individuos para demostrar fuerza y derramar sangre con el objeto de alcanzar la abundancia y fertilidad de la tierra. Cuando dentro de la danza se produce un duelo entre dos individuos se produce el "tinkunakuy".
En Ayacucho conocemos un desesperado huayno dedicado a la madre fallecida uno de cuyos versos dice:
"Panteón punku, fierro rejillas punkuchaykita kichaykullaway icha mamaywan tinkuykullayman" (Negrita nuestra)
Una traducción libre sería: Portón del cementerio, de rejillas de hierro / hazme el favor de abrirme el paso / tal vez con mi madre / pueda yo encontrarme.
Al respecto, queremos señalar que el término tinkuykullayman, lo escuchamos recién al retornar a Ayacucho después de más de veinte años de ausencia. Del diálogo con los cantantes ayacuchanos dedujimos que lo habían adoptado para demostrar la legitimidad y el dominio del idioma quechua. La expresión que nosotros escuchamos y conocimos de niños fue el tupaykullayman que también se traduce como encuentro en un sentido de armonía, de afecto, de dolor. No obstante el tupanakuy, palabra derivada, tiene entre sus significados el enfrentamiento, la pugna, el combate.
El verso del huayno es una petición que el huérfano hace a la puerta del cementerio (Panteón punku) aunque también se puede entender aunque no traducir como el mismo cementerio. Esto, porque el siguiente verso se refiere a la misma puerta aunque en diminutivo (punkuchaykita) para que le abra por favor (kichaykullaway) y le deje pasar para ver si así pueda, tal vez (icha), encontrarse (tinkuykullayman) con su madre.
Este encuentro no puede ser físico porque el cantor sabe que su madre está muerta, sepultada en ese camposanto. Es un atormentado quizás (icha). El anhelo es encontrarse con el espíritu de ella, cuya presencia en el cementerio es segura, aunque el encuentro no lo es porque él no tiene cualidades para ello. El cementerio es en esta concepción, la última morada de los seres humanos, donde se encuentran sus restos mortales y sus espíritus. No es el lugar donde sólo están los cadáveres.
Expresiones de esta idea, a otro nivel, pueden ser las fiestas cristianas actuales de Todos los Santos y el Día de los Muertos.
Entonces, una primera pista nos estaría mostrando que la conjunción del sustantivo waman con el sustantivo tinkuy (nombre de la fiesta y danza ritual en Bolivia) daría el vocablo wamantincuy en el que la "y" en un primer significado es "mi" y en un segundo, es el artículo "el". En el primer caso, Wamantinkuy significa "mi encuentro (comunión, comunicación, etc.) con el halcón"; en el segundo, "el combate del halcón. Pensamos que esta posibilidad es bastante forzada, porque estamos uniendo dos sustantivos de dos lenguas diferentes, aunque tengan ligazón histórica.
En la misma línea que la voz anterior, encontramos otra posible fuente del apellido. Esta es la palabra wamantinkuq en la que el sustantivo waman va unido al verbo tinkuq, formando una palabra compuesta. El verbo posee la desinencia q que tiene un sonido similar a la j española y significa "aquel que" o "el que". La traducción del verbo es "aquel que convoca (contacta, comulga, se une). Unido al sustantivo se traduce como "el que convoca (contacta, comulga, se une) al halcón".
El hombre que invoca (tinkuq) al halcón (Waman) es el que puede encontrarse, entrar en comunión, convocar al ave sagrada, porque él es también un ser sagrado, un hombre designado por fuerzas superiores (posiblemente el Inka que era un dios, como hijo del sol) para desempeñar esa función ritual. Es un sacerdote. Es un Wamantinkuq. Esta nominación sacerdotal se habría extendido posteriormente a los descendientes, convirtiéndose en apellido.
Con el proceso de castellanización, la palabra primigenia sufrió cambios. waman o guaman se convierte en la palabra Huaman y tinkuq se transforma en tinco con desaparición de la q ya sea por la dificultad en la pronunciación o por aquello de la "ley del menor esfuerzo", surgiendo la palabra Huamantinco. Entonces, el apellido Huamantinco procede de la simbología incaica, de la función religiosa que ejercía un sacerdote.
En ambos casos, los sufijos "y" y "q" se habrían perdido en el proceso de adaptación al habla castellana.
El inka en su calidad de hijo del dios Sol, por ende también dios, tenía autoridad para convocar al ave sagrada. Así lo demostraría una tradición ayacuchana que dice que el Inka, en sus guerras de conquista vivaqueaba en un paraje, cuando vio un halcón volando y estiró el brazo en el que se posó el animal. El Inka, un tanto sorprendido, dijo wamanqa (que significa ¿Y este halcón?), expresión de la cual derivaría el nombre Huamanga.
Este análisis nos está sugiriendo la existencia de sacerdotes dedicados a rendir culto a los seres sagrados como el waman, lo que nos conduce a pensar en un sistema religioso andino mucho más complicado de lo que actualmente se conoce. El politeísmo andino no es ninguna novedad, pero aún no se han realizado estudios para conocer la estructura del pensamiento religioso andino y menos aún las implicaciones sociales, que de ello se deriva.
La presencia de los europeos en los Andes y la violencia ejercida contra las religiones andinas borraron, como dice Millones (2014), las jerarquías sacerdotales que, sin embargo, quedaron impregnadas en la sociedad a través de, en este caso, el apellido que nos recuerda el culto al halcón.
1. El waman, guaman Huaman o halcón, es una de las aves sagradas del mundo andino, en especial de la época prehispánica.
2. Como ave sagrada, podía ser convocado, o entrar en comunión solo con y por una persona sagrada (waman tinkuq). Este no podía ser sino un sacerdote como persona sagrada o por el Inca, hijo del Sol.
3. De las posibilidades de los vocablos que pudieron originar el apellido Huamantinco, nos inclinamos por el de wamantinkuq, "Aquel que convoca al halcón", función que solo podía cumplirla un sacerdote.
ARGUEDAS, José María (1947, recopilador y editor). Mitos, Leyendas y Cuentos Peruanos. Lima: Ministerio de Educación.
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Autor:
Dr. Francisco Huamantinco Cisneros
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