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Paz, seguridad y convivencia, problemática y soluciones desde los enfoques público y privado (página 2)

Enviado por Pedro Juan Montoya


Partes: 1, 2

  1. PROBLEMÁTICA

– Devenir histórico coyuntural permanente.

Por que desde los tiempos de la conquista se ha venido trabajando con el rezago inquisidor por parte de quienes detentan el poder, el cual ha venido deteriorando las aspiraciones de construir una real sociedad civil en la actualidad.

Actitud pasiva o deficiente frente a los postulados.

Por que se ha quedado en el mundo de las ideas lo atinente a la paz, la seguridad y la convivencia, sin que se puedan manifestar de una forma coherente en la realidad la aplicación de estos postulados.

– Poco o nulo compromiso de los diversos actores intervinientes.

Por que se habla mucho y se hace poco por parte de quienes están obligados por la constitución y las leyes a mantener el compromiso supremo de aplicar los postulados, en este caso el estado, la sociedad, el sector empresarial, entre otros.

– Falta de credibilidad y confianza en los proyectos y cometidos.

Por que se hace mella en los múltiples fracasos que la sociedad se siente engañada y por tanto denotan una actitud desconfiada ante los cometidos emprendidos por los sectores llamados a responder por sus obligaciones sociales.

– Fallas en la planeación e identificación de los riesgos.

Por que todo emprender todo inicio de un proyecto viable, pertinente y necesario para la sociedad, parte de presupuestos viciados y carentes de inteligencia, así mismo, como en todo proyecto se presentan riesgos, los mismos, no son evaluados en una forma responsable.

2. POSIBLES SOLUCIONES

Dentro del marco de las posibles soluciones, podemos encontrar una multiplicidad de las mismas, no obstante nos referiremos a cuatro.

– Concientización acerca del conocimiento de nuestra historia.

En verdad es la única forma de comenzar la construcción de una verdadera sociedad civil, acorde con las necesidades de progreso, con capacidad de crítica, autocrítica y con compromiso para la solución de los problemas que nos agobian, por ello es que es necesario vincular de una forma mas responsable a los diferentes actores, tales como estado, sociedad y sectores productivos y empresariales.

– Actividad jusfaciente responsable que de cuenta de las verdaderas condiciones de existencia de los asociados.

Esta compete al estado, la sociedad y a los órganos encargados de la producción de la normatividad, la cual, ha de estar acorde con las verdaderas necesidades y condiciones en las que se encuentra inmersa la sociedad, dado que, esta actividad ha de ser consecuente, puesto que, la normalidad ha de ser la base de la normatividad, atender lo cotidiano para la producción de las normas, bien sean constitucionales o legales, las cuales deben ser consideradas en nuestro contexto, no partir de otras legislaciones que en verdad distan mucho de lo que en nuestro entorno se requiere.

– Compromiso de los sectores productivos y empresariales.

La actividad privada y la libre empresa basada en el esquema capitalista, ha de estar conciente de que siendo esta actividad basada en la producción y aglomeración de capital, no escapa a la responsabilidad social en aras de la equidad, entendiéndola como la base para el logro de los postulados de paz, seguridad y convivencia, pues una repartición equitativa supone el logro de estas máximas.

Es por tanto el factor económico y la repartición de la riqueza la que determina la consecuencia o no de los anteriores presupuestos.

– Eliminar la superficialidad y el subjetivismo.

Estos se entienden como vicios del conocimiento y por tanto de la posibilidad de llegar a las máximas objeto de este estudio.

Compete tanto al sector público como al sector privado reducir, por no decir eliminar estos vicios, que en verdad se manifiestan constantemente, pues la superficialidad es sinónimo de mediocridad y de desidia, lo cual es necesario reemplazar por la profundidad, es decir, tener una inteligencia tal de llegar al fondo de las cosas a empezar, corregir y terminar los cometidos; en cuanto al subjetivismo imperante, sinónimo de prejuicio, es menester cambiarlo por el objetivismo, que en últimas no es mas que la virtud de ver mas allá de los conflictos, de las condiciones de sexo, raza, color, religión filiación política, entre otros; de esta forma se logra la equidad, máxima esta que aglomera a la paz, la seguridad y la convivencia.

 

POR:

Jacqueline Serrano

Pedro Juan Montoya

Colombia

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