Paz, seguridad y convivencia, problemática y soluciones desde los enfoques público y privado
Enviado por Pedro Juan Montoya
INTRODUCCIÓN
Para emprender este análisis, es necesario partir de la base de que los postulados PAZ, SEGURIDAD Y CONVIVENCIA, han de entenderse en una forma conjunta o articulada, puesto que las tres son un complemento indisoluble que no se pueden estudiar aisladamente.
La paz, la seguridad y la convivencia conforman un todo, si una falla incide en la aplicación de la otra o las otras. y sin dejar de tener en cuenta que al respecto hay mucha tela que cortar.
Como la historia ha mostrado y aún la actual realidad social, política, económica e institucional de nuestro entorno, no es dable aseverar que los postulados antes mencionados se presenten de una forma absoluta, pues desde lo público – constitucional se tienen como valores absolutos y subjetivos, es decir, como derechos fundamentales que tienen todas las personas que integran el estado social de derecho, sin embargo, no han de entenderse como principios, sino, como postulados, pues estos si admiten excepciones,
Tan es así, que en nuestra cotidianidad la PAZ, la SEGURIDAD y la CONVIVENCIA se ven constantemente afectados, para la muestra, existen diversos ejemplos, tales como, la explotación infantil, violación de los derechos humanos, capturas ilegales, violación al debido proceso, a la defensa, violencia en todas sus formas y un sin número de situaciones que no hacen plausible la idea de que se les puedan atribuir como absolutos y en los terrenos de lo privado, tampoco resiste un análisis que de certeza de que estos tres postulados sean absolutos, pues si así fuera, no se presentaría el espionaje comercial, la competencia desleal, la agresión injustificada de la libertad de empresa, explotación y acoso laboral y violaciones a los derechos mínimos del trabajador o la libertad de asociación y conformación de sindicatos, entre otros.
Así las cosas, pensar en estas tres acepciones resulta problemático, teniendo en cuenta las inmensas grietas que conforman nuestra estructura, sumado a ello la desidia, la intolerancia y la falta de compromiso o si existe, no se le aplica la energía necesaria para lograr los cambios que nuestra sociedad requiere.
Es por lo anterior que, no basta solo con el querer, con los anhelos, con la consagración de principios constitucionales y normas jurídicas que den cuenta de las aspiraciones sociales (público) o que la empresa privada se ponga la mano en el corazón con sus donaciones, que en última instancia, sirven a un propósito interesado de reducción de impuestos; es necesario que exista coherencia y manifestación relevante en el mundo de lo fáctico.
En este orden, tenemos lo siguiente:
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