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Hacia una metodología del análisis territorio


    PROLOGO

    El siguiente ensayo pretende mostrar la importancia de las relaciones sociales que se dan en un espacio social, mostrando como actores sociales perciben su mundo inmediato y el proceso por el cual lo han marcado creando representaciones acerca del mismo, apropiando un juego normativo propuesto desde la institucionalidad para así remodelar la realidad. Por lo anterior, me adhiero a la comprensión del territorio para así entender las estrategias de normatización y normalización que se promueven desde la institucionalización.

    La idea surgió en un día inadvertido que entretenía mi ocio a partir del texto ?Etnocidio y locura? de Carlos Pinzón y Rosa Suárez (PINZON, 1989)1, éste me obligo a pensar el cómo (en un espacio encerrado y predispuesto para otros supuestamente desprovistos de si o inmersos en si) se crean, recrean imágenes mentales. Me imaginaba los ladrillos y el cemento conectados por puertas enrejadas donde el poder de las llaves es de los vigilantes. Transitares y momentos amplios en los avatares del tiempo en un sitio para ellos; peregrinares, instantes y cambios distribuidos por horarios para realizar las prácticas determinadas en el lugar de otros; como encapsulados.

    Se encierran representaciones y sentires donde lo relacional se confunde con las predisposiciones comportamentales para un deber ser; un deber transitar en un espacio tridimensional que cobra sentido en los seres que lo habitan y lo marcan; encerrados sus cuerpos pero no sus mentes que se sumergen en un proceso de codificación y configuración territorial.

    En el año 2003 se me presenta la oportunidad de convertir una curiosidad intuitiva en un proyecto a través del Grupo de Investigación Territorialidades de la Universidad de Caldas, con su soporte presente mi trabajo de grado ?El laberinto de la reclusión: de la configuración del territorio a la codificación del recluido? (2006). Desde esa mira, se empezó a esbozar la idea de convertir el proyecto en una propuesta de teoría antropológica. (Muchos apartados que se hallan en este texto son extractados de mi trabajo de grado perdido en anaqueles de biblioteca2)

    Como docente catedrático de la Universidad del Pacífico, en Buenaventura Colombia, desde el año 2007 al 2011 he dinamizado el ejerció influyendo en mis tutoradas(os) en la instrucción metodológico a denunciar como modelo teórico en esta paginas. El objetivo principal es dar un sistema de comprensión del territorio. Desde este presupuesto el ensayo se divide se mueve, implícitamente, de una configuración territorial a una codificación del individuo: en línea sistemática y con una intencionalidad estructural hablaremos de usos, manejos; conceptos básicos como lugar, lugar emergente (concepto propio) Sitio, territorialidad metafórica, territorialidad metonímica, entre otros3. La semantización territorial será la metodología base pero esta reincidirá en una compresión de los significados existenciales y funcionales en las representaciones sociales.

    Comprendiendo que la relación espacio – individuo es mutual, pero definida por el grupo que culturiza convirtiendo el espacio en territorio produciendo comunidad performativa: un grupo de individuos con unas prácticas comunes, una historia incorporada que promueve actuares que se manifestaran como paradigma del manejo del territorio, una imbricación de la descripción del espacio social con expresiones que se convierten en prácticas.

    En consecuencia, asumo, a partir de este momento, que estos planteamientos se mueven dentro de un proyecto socio-antropológico, que va más allá, proponiendo una metodología para análisis de cualquier tipo de espacio social. Las interpretaciones basadas en esta metodología son dependientes de cada etnógrafo u observador que decida implementarla – aunque sea una parte de ella –. Lo que se esboza a continuación son herramientas conceptuales.

    Manejos y usos:

    Los manejos constituyen las concepciones de lo que debe ser un espacio social determinado, es una proyección o prospección de la regla, de lo ideal, del cómo debe operar institucionalmente el espacio sus partes o áreas; puede ir desde lo más simple a lo más complejo y desde lo subjetivamente dado a lo objetivamente planeado, por ejemplo: en la casa hay una concepción de lo que debe ser el espacio del comedor, pero según la espacio-temporalidad la concepción del comer puede derivar en muchos usos diferentes, como el jugar cartas o estudiar; los padres organizan la casa a su gusto y los hijos sus cuartos. Se crean lugares diferentes con concepciones diferentes dentro de un mismo espacio social, dentro de un mismo universo yuxtaponiendo representaciones compartidas, convirtiendo la casa en hogar.

    Los usos se pueden definir como la utilización del espacio – complementando – las concepciones que promocionan un manejo determinado recaen en acciones que definen la funcionalidad del espacio. Estas acciones reproducidas constantemente nos ofrecen prácticas estructurales que definen el lugar. El manejo y el uso no siempre van de la mano ya que pueden ser contradictorios: supongamos que una cancha de fútbol pública, que se hizo para practicar ese deporte, se convierte en unos centros donde se consume y expende drogas. En algunas ocasiones estos dos usos del espacio público están ligados y le dan identidad ¡me fumo un porrito y juego fútbol! Puede suceder que una dinámica de uso sobrepase la otra, el uso inicial desplazado por el uso consuetudinario, propuesto por el grupo o colectivo que maneja el espacio, la cancha puede perder el uso deportivo por el uso de consumir drogas y viceversa. Por ende, si se cambiara el uso se cambiara la concepción del espacio y su manejo ¡en esa cancha se puede meter [fumar] droga!

    Hay que tener en cuenta que las concepciones y los usos de un espacio están determinados por el manejo de lo público y lo privado, interacción abierta e interacción cerrada. Los espacios privados sugieren un control sobre las concepciones y manejos más normatizada y más normalizada que los espacios públicos – Pero es todo un juego – el espacio privado y espacio público son rebasados por la intencionalidad del poder de grupos que los manejan, demos un ejemplo: los paramilitares en Colombia: dinamizan espacios públicos y privados de acuerdo a reglas impuestas desde la intimidación y la violencia, cuando el Estado decide ejercer su poder mesiánico reestructura todo la concepción de manejo espacial, cuando deja de hacer presencia (el Estado) aparece un otro emergente que impondrá nuevas concepciones y usos.

    Otro ejemplo: un grupo en aras de sus derechos decide reconfigurar el espacio para fortalecer su identidad. Trasciende las concepciones públicas y privadas para solucionar un problemática social. Cuando la casa paterna pasa a los hijos y, los hijos se convierten en padres, se dinamiza el concepto de hogar. Lo anterior nos sirve para referirnos a que no siempre las concesiones están de acuerdo con los usos. El espacio social es dinámico según el devenir del tiempo social. Por lo anterior, los manejos y usos desde lo funcional e ideal nos proporcionan parámetros de análisis sobre el espacio.

    Partiendo del anterior bosquejo de manejos y usos de los sujetos actuantes que dinamizan las instituciones y sus partes, nos preparamos para adentrarnos en los mismos, otros sentidos espaciales, que nos ofrecerán los representantes institucionales y los mismos actores sociales. En resumen, operarios y usuarios – aunque pueda sonar funcionalista –. Al mismo tiempo, nos servirá para explicar el proceso de configuración territorial.

    Considero que este trabajo es importante no solo desde una visión antropológica, sino también desde diferentes ciencias o disciplinas como la sicología, la geografía humana, la arquitectura, la sociología, entre otras. Hay quienes les interesa saber sobre los sujetos actuantes que recorren, transitan, marcan, representan, metaforizan… su espacio, entablando relaciones con los otros erigiendo y recreando un proceso territorial particular. Para así, prever una planeación adecuada (sin ser estática o acabada) al momento de edificar centros para no convertirlos en espacios donde se deposita una cosa, mejor en lugares que recibirán un ser dispuesto y predispuesto a relacionarse con los otros.

    INTRODUCCIÓN

    ¿Cómo se configuran las relaciones socio-espaciales desde la dimensión institucionalizadora de la sociedad? Una pregunta que ofrece el marco transversal para desarrollar este ensayo teórico. En esta resolución encontraran varias nociones teóricas (espacio, territorio, territorialidad, representación, codificación, entre otros). Las dinámicas sociales permiten confrontar ciertos aspectos significantes del espacio. Los significados emanan de los sujetos o grupos que viven el espacio que pisan. A través del seguimiento de sus huellas podemos percatarnos que existen fuerzas que reflejan la interacción de los integrantes de un grupo determinado. Estas fuerzas que se dan sobre los espacios, los convierten en territorios susceptibles de ser leídos por el observador y de ser semantizados por quien los vive. Pero ¿Cómo observar las fuerzas que los sujetos y grupos realizan en un espacio que aparece como ordinario? Verificando, que es sorprendente porque es mío o de otro.

    Se debe comprender que el espacio es analizable desde una concepción material que es el punto de partida del observador, pero también es significativo por alguien que lo marca, lo vuelve suyo o de otro, tanto desde lo funcional como desde lo existencial. Es decir, desde lo que se ve en las acciones y las prácticas, más lo que ellas producen en los sujetos actuantes como configuraciones mentales llámense estas representaciones, significados, metáforas, fronteras, entre otras. Allí, en ese espacio marcado se dan múltiples posiciones de uso e interiorización que muestran las respectivas vivencias que pueden ser observadas desde otros.

    En el caso de las instituciones como escuelas, universidades, fabricas, cárceles, ancianatos, hospitales de cualquier tipo. Los trabajadores tienen mucho que decir sobre los usuarios, ellos portan una parte de la historia privada de tales sujetos y promueven bases comportamentales en un deber ser de ellos mismos o de otros. También hay que observar el transitar de los usuarios y las relaciones sociales que surgen entre ellos, lo que nos podrá dar, la configuración del espacio. La significación que un sujeto determinado puede sustentar bajo un proceso de configuración del territorio. Aunque el espacio es constitutivo del territorio por ser una categoría que lo posibilita. Comenzamos por éste para hacer una introducción que enfatice las relaciones simbólicas instituidas.

    En el capitulo "Hacia una metodología del territorio" el investigador empieza a dar forma al espacio abordado, tratando de transitarlo, haciendo conceptualizaciones sobre el mismo. Un espacio predispuesto para cierto número de individuos con ciertas características en común, él que recorre empieza a marcar un espacio concebido desde él quien los marca, para así hablar de semantización. El observador comienza hacerse preguntas del cómo se apropia esos espacios para representárselos.

    "Las representaciones" es un capítulo importante, para dar forma a la metodología, es la puesta en escena del que semantiza el territorio desde allí podremos significar las partes de la instituciones con dos ejemplos: el primero dado desde siquiátricos, y el segundo desde una monografía que habla de representaciones sociales del miedo realizada por dos tutoradas de la Universidad del Pacífico en Buenaventura, Colombia. Para poner en escena lo que se pretende teorizar con la metodología expuesta.

    El tercer capítulo "El deber ser del actor social" nos hará entender cómo nosotros a partir de la repetición de las prácticas y de los transitares en los mismos, en horarios específicos; se acelera la configuración del territorio para marcarlo y vivirlo; del cómo esto se plantea desde la norma implantada en la vida cotidiana que configura el espacio bajo una propuesta institucional, manejándonos. Lo anterior se centra en la perspectiva del poder. Cómo la norma genera poder y cómo el aprendizaje de la misma genera apropiaciones aleatorias de éste poder, dándosele forma a estrategias gradúales e individuales de un bando y otro. Para así, observar que la configuración territorial mostrada va más allá de una perspectiva territorial y se inscribe en un proceso de codificación del deber-ser.

    El presente texto es solo una selección del trabajo original. Para consultar la monografìa completa seleccionar la opción Descargar del menú superior.