Tasa de dependencia de la población española no institucionalizada y criterios de valoración de la severidad
Enviado por Antonio Calvete Oliva
Publicación original: Rev. Esp. Salud Pública, mayo-jun. 2005, vol.79, no.3, p.351-363. ISSN 1135-5727. Reproducción autorizada por: Revista Española de Salud Pública. |
RESUMEN: Fundamento: El criterio de valoración del grado de severidad de la dependencia influye en la estimación de los costes de los servicios de cuidados de larga duración, especialmente en la población de 65 y más años. El objetivo de este trabajo es analizar las diferencias en la tasa de dependencia en personas con discapacidades de carácter permanente dependiendo del criterio de severidad utilizado.
Métodos: Se utilizan los datos de la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud recogidos por el Instituto Nacional de Estadística en 1999. Se comparan dos criterios de valoración de la severidad de las discapacidades padecidas por un individuo. Se ajusta el logaritmo de las tasas de prevalencia por edad, para cada sexo y se contrasta estadísticamente la existencia de diferencias significativas entre los criterios a partir de intervalos de confianza al 95%.
Resultados: El criterio basado en la máxima severidad (empleado por el Instituto Nacional de Estadística) infravalora entre 10%-25% el grado de dependencia absoluto medido por el criterio alternativo, sobrevalorando hasta un 25% los grados de dependencia moderados a partir de los 65 años. En la población masculina ese mismo criterio produce una infravaloración del 10% en la dependencia grave a partir de los 95 años.
Conclusiones: El criterio de máxima severidad utilizado por el Instituto Nacional de Estadística infravalora la tasa de dependencia más grave, especialmente a partir de los 80 años.
Palabras clave: Actividades cotidianas. Dependencia. Personas con discapacidad. Anciano. Salud del anciano. Envejecimiento de la población.
ABSTRACT : Dependency Rate among Spain's Non-Institutionalized Population and Criteria for Evaluating Severity
Background: The criteria for evaluating the degree of severity of dependence has an impact on estimating the costs of the long-term care services, especially among the population over 65 years of age. The sensitivity of the dependency rate must be analyzed in view of different definitions of seriousness, whether by the maximum severity observed in the disability in activities of daily living or by the number and severity of all these disabilities.
Methods: The data from the Disability, Deficiency and Health Condition Survey conducted by the Spanish National Institute of Statistics in 1999 are used. A comparison is drawn between two criteria for evaluating the severity of an individual's disabilities. Models are made with the logarithms of the prevalence rates by age, for each sex, a comparison of the existence of significant differences between these criteria being drawn based on 95% confidence intervals.
Results: The criterion based on the maximum severity (employed by the Spanish National Institute of Statistics) underestimates the degree of total dependency measured by the alternative criterion by 10%-25%, overestimating the degrees of moderate dependency as of age 65 by up to 25%. Among the male population, this same criterion gives rise the medium dependency as of age 95 being underestimated by 10%.
Conclusions: The maximum severity criterion employed by the Spanish National Institute of Statistics underestimates the most serious dependency rate, especially as of 80 years of age.
Key words: Activities of daily living. Disabled persons. Aging health. Aged. Demographic Aging.
INTRODUCCIÓN
El fenómeno de la dependencia, presente en la actualidad en la mayor parte de las sociedades occidentales, es especialmente acentuado en España1-3, donde el envejecimiento cobra mayor importancia debido a la extraordinaria disminución de la fecundidad y al aumento de la esperanza de vida. Actualmente la población de 65 años y más asciende aproximadamente al 17% de la población española, lo que significa más de 6,8 millones de personas. Se estima que en el año 2050 dicho segmento de edad constituirá más del 30% de la población, con 16,4 millones de personas4.
Según la definición del Consejo de Europa5 de 1998, la dependencia es el estado en el que se encuentran las personas que, por razones ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayuda importantes para realizar las actividades de la vida cotidiana. Y según el mismo organismo: si bien la dependencia no es una situación exclusiva de las personas mayores, si es cierto que su incidencia aumenta con la edad. De forma similar, la oficina del Defensor del Pueblo6 definió en el año 2000 la dependencia como la necesidad de atención y cuidados que precisan las personas que no pueden hacer por sí mismas las actividades de la vida cotidiana. Para otras mediciones de discapacidad y un estudio sobre sus causas y factores de riesgo se pueden consultar los trabajos de Viciana, Hernández-Rodríguez, Conto y Ávila7 y Verbrugge y Jette8, respectivamente.
De acuerdo con la Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud, realizada en España en 1999, del total de personas de más de 65 años, alrededor de 1,5 millones, padecen discapacidades para realizar actividades de la vida diaria, lo que representa que casi una de cada cuatro personas mayores de 65 años tiene algún grado de dependencia. Para el futuro4 se prevé que este escenario demográfico no sólo se mantenga sino que se acentúe, con el consiguiente aumento del gasto en los servicios destinados al cuidado de este segmento de la población.
Los resultados arrojados por un trabajo publicado recientemente a partir de un estudio longitudinal realizado en Leganés9, indican que la aparición de la dependencia se produce en edades más avanzadas y que ello implica una mayor esperanza de vida libre de discapacidad, pero también una mayor complejidad de los cuidados necesarios para las poblaciones dependientes, que están constituidas fundamentalmente por mujeres muy ancianas10.
Ante el interrogante que suscita la sostenibilidad de los servicios públicos necesarios para cubrir las demandas de cuidados de larga duración, la cobertura mediante seguros se perfila como una alternativa, o medida complementaria, cada vez más clara en nuestro país. Es lo que viene denominándose «Seguro de Dependencia», desarrollado en algunos países como en Estados Unidos, bajo sistemas privados, y en otros, como en Alemania, como un seguro público11.
Para poder estimar con cierta precisión el impacto que el crecimiento de la población dependiente tiene y tendrá sobre la demanda de servicios de cuidados de larga duración es necesario avanzar en el análisis cuantitativo y cualitativo de este colectivo. Por un lado, la medición de la dependencia requiere de la definición precisa del término y, por otro, es fundamental un criterio de valoración del grado de severidad de la falta de autonomía.
Respecto a este criterio podemos preguntarnos: ¿Cuál es la diferencia entre utilizar como criterio de valoración del grado de dependencia la máxima severidad en las discapacidades padecidas por un individuo (criterio utilizado por el INE12) o algún otro criterio que además de la severidad contemple el número de discapacidades que padece el individuo? Nos referimos con esta segunda alternativa a criterios similares al utilizado por Pitacco13 para Italia en el ámbito asegurador y que están más cercanos a índices hasta el momento utilizados en gerontología, como el índice de Barthel14 y el propuesto por Bone15 con el objeto de medir la tendencia de la dependencia en la población del Reino Unido.
El objetivo de este trabajo es analizar las diferencias de la tasa de dependencia en la población española de personas con discapacidades de carácter permanente dependiendo del criterio de severidad utilizado.
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