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Calidad de la extensión Universitaria desde los significados compartidos por los participantes en el proceso


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo "Calidad de la extensión Universitaria desde los significados compartidos por los participantes en el proceso" describe como desde los significados compartidos por los involucrados en el proceso extensionista emergen criterios acerca de la calidad de la extensión universitaria desde las fuentes: estudiantes, profesores, directivos y miembros de la comunidad en la que está insertada dicha institución. Y como de las narraciones de los sujetos participantes surgen criterios de calidad y mejora que pueden convertirse en directrices para el perfeccionamiento de la labor extensionista, por lo que resulta muy acertado indagar en estos significados y en base a ello proponer cambios, asimismo desde los significados compartidos se puede evaluar el proceso en cuestión, a partir de las necesidades sentidas de los propios participantes en el proceso..

Palabras Claves. Calidad, extensión universitaria, significados compartidos, mejora,

Texto del artículo.

Desarrollo

"Extensión Universitaria. Calidad de la desde de los significados compartidos por los participantes en el proceso."

"Cualquier cosa que se quiera decir sobre calidad en la educación es siempre algo provisional y tentativo. Uno no puede pretender dar mas que ideas aún sin cerrar que están a la espera de nuevas reflexiones de otros autores para remodelarse."

Zabalza, M. A. (2008)

La Revolución educativa de la que somos testigos, no solo a nivel mundial, sino, y sobre todo, en el contexto nacional, ha generado una serie de cambios que hemos de asumir como metas si queremos marchar a la par del desarrollo educativo y social. Educación para todos y a lo largo de la vida se han convertido en las premisas para el desarrollo de todo proceso formativo.

Al hablar del caso particular de la educación superior en el escenario internacional y nacional, es imprescindible hacer mención de una serie de características distintivas del panorama actual entre las cuales podemos citar: la masificación, el énfasis en la formación integral, la aparición de nuevos escenarios tecnológicos y la redefinición de saberes.

Las necesidades educativas del siglo XXI determinan que la esencia de la educación sea facultar y capacitar a los estudiantes para pensar y actuar de forma autónoma, independiente y articulada. Se persigue desarrollar en los educandos competencias para interactuar con una sociedad envuelta en cambios sucesivos que demandan nuevas y más complejas respuestas.

Potenciar el desarrollo pleno de la personalidad de cada individuo, tarea ineludible de la educación, es lo que puede contrarrestar con éxito la alienación y supresión de valores que proliferan en el escenario mundial actual.

Universidad y cultura comparten ideales: ambas persiguen esa forja de la esencia humana, que sólo se hace real y verdadera a través de la práctica cultural. La universidad ofrece múltiples oportunidades para acceder a la cultura y enriquecerla. La necesidad de fomentar el desarrollo cultural se erige, por tanto, como norte de las universidades actuales.

El informe elaborado por la Comisión Internacional de la UNESCO sobre la Educación para el siglo XXI, La Educación encierra un tesoro, conocido como El Informe Delors, (1996), señala que la educación ha de organizarse alrededor de cuatro aprendizajes fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, y aprender a ser, que implica la atención al desarrollo más completo posible del ser humano. Supone no solo una formación intelectual, mediante la cual el hombre pueda ampliar por sí mismo el campo del saber; sino también una formación ética y estética a través de las cuales descubra la belleza y, aún más, desarrolle la capacidad para crearla y se inserte en el medio en que se desenvuelve con ajuste a las normas y demandas que de él provienen, en armonía con sus semejantes.

Diversas y complejas son las exigencias que se plantean a la Educación Superior del siglo XXI. En la medida en que sean capaces de responder a ellas de una manera eficiente, mayores serán los niveles de calidad de sus procesos educativos. Esta es otra cuestión importante que reverbera en los discursos educativos actuales. Las universidades están compelidas a rendir cuentas a la sociedad de su quehacer, y de la calidad con que cumplen su encargo social.

Varias razones justifican el énfasis colocado en la calidad de los procesos que se acometen en el escenario de la educación superior. Entre ellas podemos citar las siguientes:

  • Necesidad de conocer el destino de las inversiones en educación.

  • Interés de las instituciones educativas en el prestigio y evaluación social.

  • Alcance de los índices de cantidad en la escolarización superior.

  • Necesidad de generar niveles mayores de calidad.

  • Exigencias socioculturales a la educación y necesidad de un ajuste competente a éstas.

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