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El nepotismo en la iglesia

Enviado por Efrain Lemus


  1. En qué consiste el nepotismo
  2. Algunos ejemplos de nepotismo en la historia
  3. El nepotismo en la jerarquía papal de la Iglesia Católica Romana
  4. El nepotismo en las Iglesias Cristianas de hoy
  5. La Iglesia se convierte en patrimonio de la familia
  6. Conclusión

Cuando las ansias de poder y dominio impulsan a los ministros religiosos a expandir sus influencias, entonces, ubican a su propia familia en posiciones estratégicas de liderazgo con el propósito insano de mantener el control y apropiarse de la Casa de Dios.

En qué consiste el nepotismo

El nepotismo es la "Tendencia a favorecer a familiares y a personas afines con cargos o premios".

Se conoce como nepotismo a la predilección exagerada que algunos funcionarios en actividad que ocupan cargos públicos poseen respecto a su familia, allegados y amigos a la hora de realizar concesiones o contratar empleados estatales. En estos casos, el individuo que accede a un empleo público logra el objetivo por su cercanía y lealtad al gobernante o funcionario en cuestión, y no por mérito propio o capacidad. (http://definicion.de/nepotismo/#ixzz3dzNtcg2D).

Algunos ejemplos de nepotismo en la historia

En la tiranía de Pisístrato, para proteger su poder y planes con el pueblo de Atenas, entregó la mayoría de los cargos políticos y públicos, a sus familiares y amigos más cercanos. El mandatario lo hizo para que ninguno de los aristócratas atenienses tomara el poder, para volver a la sociedad desigual que querían los más ricos de la ciudad-estado Atenas (Wikipedia).

En la época romana, de hecho, hubo un caso muy famoso de nepotismo, cuando Pompeyo otorgó importantes responsabilidades a su yerno Metelo Escipión (de nula capacidad en el ámbito militar) y fue denunciado por Marco Antonio ante el Senado (http://definicion.de/nepotismo/#ixzz3dr7ebg00).

El gobierno de Napoleón es un típico caso de nepotismo, ya que otorgó varios cargos públicos a sus familiares, entre ellos su hermano José Bonaparte (apodado Pepe Botella), que fue nombrado rey de España (Wikipedia).

El nepotismo en la jerarquía papal de la Iglesia Católica Romana

Puesto que los cargos eclesiásticos eran ricas prebendas, los papas de Aviñón se dieron de lleno al nepotismo, que consiste en nombrar personas para ocupar cargos, no a base de su habilidad, sino de su parentesco con quien hace el nombramiento. Y lo que hacían los papas lo imitaban los obispos y arzobispos (Justo L. González, Historia del Cristianismo, Obra completa, 2009, Tomo 1 P. 487).

El papa Clemente V (1305-1314). "Durante todo su pontificado, creó veinticuatro cardenales, y veintitrés de ellos eran franceses. Además, varios eran sus sobrinos o allegados, y con ello Clemente le dio gran auge al nepotismo, que sería una de las grandes lacras de la iglesia hasta el siglo XVI" (Ibíd. P. 481).

El papa, Clemente VI (1342–1352) "llevó a su punto culminante dos de las peores características del papado aviñonés: el nepotismo y el derroche excesivo de su corte, que no se distinguía de la de cualquier otro gran señor. Cuando la peste bubónica estalló durante su pontificado, no faltaron quienes vieron en ella un castigo del cielo por el nivel a que había descendido la vida eclesiástica" (Ibíd. P. 485).

"El papa Calixto III (1455-1458) se caracterizó por uno de los peores males de la época, que a partir de él se haría endémico en el papado, el nepotismo. Uno de los parientes a quienes cubrió de honores fue su nieto Rodrigo, a quien hizo cardenal y que más tarde sería el tristemente famoso Alejandro VI" (Ibíd. P. 545).

Sixto IV (1471-1484) compró el papado, haciéndose elegir a base de promesas y dádivas que hizo a los cardenales. Durante su pontificado, el nepotismo y la corrupción llegaron a niveles nunca antes vistos en el papado. La esencia de su política consistió en enriquecer a su familia, y en particular a sus cinco sobrinos. Uno de éstos, Juliano della Rovere, más tarde ocuparía el papado con el nombre de Julio II. Bajo Sixto, la iglesia se transformó en un negocio de la familia. Toda Italia se vio sumida en guerras y conspiraciones cuyo único objeto era obtener territorios, riquezas y honores para los sobrinos del Papa (Ibíd. P. 545). "Como muchos papas, Sixto IV incurrió en el nepotismo. Nombró en cargos de autoridad y de ingresos a más de 25 sobrinos y parientes, entre ellos ocho cardenales. Casó dos sobrinos con princesas bastardas de Nápoles, otro con la heredera del Ducado de Urbino, otro con los Sforza de Milán. Todo tan rápidamente y en tan poco tiempo que nadie llegaba a hacer el recuento de aquella parentela" (Wikipedia).

El papa Pablo III (1534-1549). Como el de los papas anteriores, su reinado se vio manchado por el nepotismo, pues hizo cardenales a sus nietos, todavía adolescentes, y se las arregló para hacer a su hijo duque de Parma y Piacenza (Justo L. González, Historia del Cristianismo, Obra completa, 2009, Tomo 2 P. 119).

El papa, Julio III (1550-1555) tuvo todos los vicios del anterior, y pocas de sus virtudes. Una vez más el nepotismo imperó en Roma, y la corte pontificia se volvió un centro de festejos y juegos, como cualquier otra corte europea (Ibíd. P. 119).

Después de numerosos escándalos pontificios como fueron los papados de Alejandro VI (1492-1503) o Julio II El Terrible (1503-1513), el Concilio de Trento (1545-1563) condenó enérgicamente el nepotismo, la simonía y la corrupción dentro de la Iglesia, aunque por ejemplo quien lo convocó (Pablo III) había accedido a la Curia porque su hermana era la amante de Alejandro VI, un claro caso de nepotismo (www.laiglesiamayorsectadelahistoria.com/?s=100&a=14). El papa Urbano VIII (1623-1644) Nacido en Maffeo Barberini, era el miembro de una rica familia florentina. El reinado de Urbano fue señalado por el nepotismo público y notorio. Los romanos se dice que han susurrado en respuesta un aforismo picante, "Quod non fecerunt Barbari, fecerunt Barberini" ("Lo que los bárbaros no hicieron, los Barberini lo hicieron"). …Pero su largo reinado fue esencialmente el de la cabeza de una familia codiciosa y príncipe de un estado italiano pequeño y no de un verdadero líder de la iglesia cristiana. Sus excesos aparentemente curados dejaron una mala herencia de nepotismo en el papado posterior (Cabaniss, A. (1992). Urbano VIII. En JD Douglas y PW Comfort (Eds.), Quién es quién en la historia cristiana. p. 690).

El nepotismo en las Iglesias Cristianas de hoy

Los vicios del nepotismo son muy comunes en las iglesias cristianas de hoy. Sucede con no poca frecuencia que el pastor queriendo posicionarse de la grey de Dios ubica a su propia familia en posiciones estratégicas de poder y control.

CONTROL SOBRE EL DINERO

La esposa del pastor tesorera de la iglesia.

Con esta posición delegada, el ministro se asegura el control sobre las finanzas. La única que sabrá las cantidades exactas del dinero que entra y sale será su esposa. Ella maneja las cuentas de cheques, ahorro, y las tarjetas de débito, con total autonomía. Aquí el pastor puede manipular las cantidades de dinero y tomar lo que él quiera y utilizarlo en lo que él quiera sin necesidad de darle cuentas a nadie. Casi todas las iglesias independientes, pero también aquellas con carácter de Denominación, tienen un sistema en que la esposa del pastor funge como tesorera. Es una manera muy sagaz de ejercer control sobre las finanzas. Desde luego que esto es una práctica ilegal, ya que se presta para la malversación de fondos y para movimientos bancarios sospechosos.

Las leyes federales dicen que no se puede poner en la lista de oficiales primarios de la Iglesia a ningún familiar. Es una forma de corrupción muy conocida, y en la que muchos gobiernos hoy día están poniendo la lupa. Algunos pastores saben esto y a veces no ponen a su esposa de forma directa como tesorera sino como una segunda firmante de la chequera o como una contadora. El propósito siempre es el mismo, tener el control de las finanzas ya sea de forma directa o indirecta. Conocí a un pastor que para alejar cualquier suspicacia por parte de la congregación en cuanto al tema del manejo del dinero en vez de poner a su esposa puso de tesorero a su cuñado. Es la misma mona con diferente peluca.

La legislación gubernamental también señala, en relación con las organizaciones no lucrativas, que los tesoreros o cualquier oficial primario de la iglesia deben ejercer su función solo por un período de dos años. En muchas iglesias no se cumple con este requisito legal ya que los familiares del pastor ocupan puestos jerárquicos vitalicios. Es claro que no existe la trasparencia. No existe la integridad. Permean más los interese egoístas de unos pocos, atrapados por la codicia e intoxicados por el poder, que el bien común de la obra de Dios. Estos son los vicios del nepotismo introducido en las heredades de Dios.

PODER SOBRE EL LIDERAZGO

Los hijos del pastor en posiciones específicas.

Los pastores movidos por la intencionalidad de abarcar todo lo que puedan y teniendo la fuerte convicción de que la iglesia forma parte de su patrimonio personal ubicarán a sus hijos en posiciones de autoridad en el liderazgo de la iglesia.

Si por ejemplo, uno de sus hijos es músico, aunque este no tenga las habilidades para comandar un área tan importante como la alabanza, solo por el hecho de ser su hijo, el pastor lo pondrá como director de ese departamento. A otro de sus hijos lo pondrá como encargado de los ujieres, a otro de coordinador de diáconos o anciano principal, según la edad. Todas estas son prácticas nepotistas que deshonran al evangelio de nuestro Señor Jesucristo pero lastimosamente son comunes en las iglesias cristianas de hoy. Con el tiempo estos familiares del pastor llegan a tener tanto poder que se convierten en un grupo Élite dominante en la iglesia. Cualquier persona de la congregación que levante la voz contra alguna injusticia o desagravio entre el pueblo o entre los líderes, este Grupo Élite se encargará de eliminarlo del camino. Conocí una iglesia en donde el Grupo Élite, integrado por los parientes cercanos del pastor, se convirtió en protector de los intereses del pastor a tal grado que en esa iglesia se cometían pecados y muchas indecencias y el Grupo Élite se encargaba de ocultar evidencias y camuflar todos los problemas.

Los padres y otros familiares del pastor

En una iglesia el padre del pastor era sostenido económicamente como ministro de la iglesia sin tener ningún ministerio. El pastor les había vendido la idea a sus miembros de que su padre fue un buen guía espiritual en su camino y que gracias a su padre, la iglesia entera disfrutaba de tener un pastor muy capaz y laborioso, por lo mismo, en agradecimiento al buen ejemplo de su padre, la iglesia debía sustentarlo con un salario mensual. Cuando la lista de parientes cercanos se agota algunos pastores recurren a posicionar a otros parientes. Todo con el propósito de sostener el sartén por el mango". Esas iglesias con el tiempo se convierten en clanes familiares y en un muy lucrativo negocio. Tal es el objetivo del nepotismo.

La Iglesia se convierte en patrimonio de la familia

Existen pastores que cuando ya se sienten viejos y planifican su jubilación, desde antes, comienzan a preparar a la congregación para una sucesión del ministerio pastoral. Para ello ya tienen listo a su sucesor que bien puede ser uno de sus hijos o su misma esposa. Y antes de morir en muchos casos ya han dejado asignado alguno de sus hijos como quien llevara la batuta de la iglesia. Es evidente que para estos pastores la iglesia se ha convertido en un patrimonio personal que pueden heredar a sus hijos como si fuera una finca con ganado. Y todo esto el común de los cristianos congregantes de ese lugar difícilmente lo notará.

EN LA DOCUMENTACIÓN OFICIAL Y EN LA MESA DIRECTIVA FUNGEN COMO PRIMEROS REPRESENTANTES LOS FAMILIARES DEL PASTOR

Son muchos los pastores que sitúan a sus familiares cercanos como los primeros en la lista de la documentación oficial de la Iglesia. Para efectos de carácter legal ante el Ministerio Público aparece el pastor como presidente de la Organización religiosa, en seguida, la esposa o uno de los hijos del pastor está ubicado como vicepresidente, luego otro hijo o un cuñado es el secretario y así todos los miembros de la Mesa Directiva son familiares del pastor. A veces, para disimular, ponen a otros miembros que no forman parte de la familia, pero es casi seguro que entre los principales, habrá un pariente cercano del pastor.

Conocí a un pastor que tenía a dos de sus hijas entres los oficiales principales de la documentación legal. Estas mujeres eran casadas, de modo que su apellido paterno de solteras había cambiado al apellido de sus esposos. De esta manera no se notaba que fueran hijas del pastor porque estaban registradas con los apellidos de sus esposos. Todo esto forma parte de la corrupción existente en las iglesias. Lo más deplorable de todo, es que la gente ni siquiera se entera de cómo está organizada su congregación. Muchos creyentes no se dan cuenta que en realidad no se están congregando en una iglesia cristiana (aunque esta, en apariencia luzca un nombre de iglesia) sino en una empresa, operada y estructurada con todos los matices de un negocio familiar.

La corrupción es tan evidente en estas empresas con fachada de iglesias cristianas, que son muchos los casos en que las grandes donaciones que hacen los miembros u otras personas son registradas, no a nombre de la iglesia, sino a nombre del pastor, la esposa o los hijos del pastor. Donaciones de terrenos, dinero, u otras propiedades que la gente generosa entrega para la "Obra" de Dios, vienen a aumentar las arcas del pastor y a constituirse en un añadido más del patrimonio de la familia.

NOMBRAR O LLAMAR PASTORA A LA ESPOSA DEL PASTOR NO SOLO ES UNA CLARA MUESTRA DE NEPOTISMO ECLESIÁSTICO SINO UNA NEFASTA ABERRACIÓN DOCTRINAL.

Con bastante frecuencia he visto y oído que en muchas iglesias a la esposa del pastor los congregantes la llaman pastora. Incluso los mismos pastores les otorgan ese reconocimiento público a sus esposas. Sin embargo, cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿Respalda la Biblia la postura de una pastora sobre la grey de Dios solo por el hecho de ser esposa del pastor? ¿Existe un llamado ministerial vinculado al matrimonio? ¿Desde una perspectiva teológica, es válido el reconocimiento de una pastora solo por el hecho de estar casada con un pastor? ¿Son los dones espirituales y los llamados ministeriales transferibles, heredados, asignados, o legitimados por algún ser humano, o son exclusivamente pertenecientes, otorgados y autorizados por el Espíritu Santo de Dios en su soberana voluntad? ¿Es lícito, justo, y verosímil, desde el punto de vista escriturario, reconocer como pastora a alguien que no ha sido llamada directamente por Dios, solo porque el pastor de la iglesia local lo dice?

Es meridiano que todas las iglesias que han elevado la figura femenina a un lugar prominente que Dios no les ha asignado ni autorizado están cometiendo una grave aberración en materia de doctrina y atentando contra la soberanía y el orden mismo de Dios. No solo reflejan una ignorancia supina en el contexto de las credenciales del llamado ministerial, según las Escrituras, sino temerariamente están repartiendo funciones de autoridad y poder a quienes no han recibido el llamado o la aprobación de Dios para desempeñar la delicada función pastoral. Lo mencionado, es una evidencia más de un sospechado nepotismo en las iglesias cristianas. Aquellas mujeres que sin ostentar el llamado divino se autoproclaman pastoras, o aceptan que los demás les digan pastoras solo porque son esposas de un pastor, están usurpando funciones y quemando un incienso extraño, que el Señor nunca les mandó.

No podemos poner en duda que esposas de pastores tengan algunas habilidades naturales o dones espirituales. Ellas pueden ejercitar esas virtudes para respaldar el ministerio de sus esposos y para gloria de Dios. No obstante, debemos aclarar, con profunda convicción, que una cosa es servir a Dios y a la obra como una ayuda ministerial idónea y otra muy distinta es arrogarse una función pastoral. Una mujer temerosa de Dios y conocedora de las Escrituras, no debería, bajo ningún punto de vista, aceptar que los miembros de su congregación le trasfieran el antibíblico reconocimiento de pastora solo por ser esposa de pastor.

Hay pastores que forzosamente quieren encumbrar a sus esposas, colocándolas en posiciones importantes de liderazgo dentro de la iglesia sin siquiera tomar en cuenta si esas mujeres tienen las habilidades y los dotes espirituales para desempeñar tales funciones. Muchas veces sucede que en la iglesia local hay cristianas consagradas, temerosas de Dios y espiritualmente maduras y capacitadas para ocupar funciones importantes como por ejemplo, presidenta de damas, tesorera, secretaria, coordinadora, etc., pero el pastor no las toma en cuenta porque por fuerza quiere que su esposa lidere esas posiciones. El telón de fondo en muchos de estos casos es que el pastor quiere mantener el poder y el control, por lo mismo, hará todo lo posible por ubicar a su esposa en las posiciones estratégicas del liderazgo en la iglesia. Todo esto es una forma malévola de nepotismo.

La única excepción a esta regla es cuando el pastor se casa con una mujer que ha sido ordenada como pastora en una iglesia y por ende está ejerciendo la labor pastoral. Si la mujer ha sido llamada al ministerio pastoral y su esposo también es pastor, entonces uno de los dos tendrá que ceder al otro el ministerio de la congregación. No puede haber un ministerio bicéfalo (con dos cabezas) en una congregación.

Conclusión

El nepotismo es una estrategia degradante que revela hasta donde han llegado los niveles de la corrupción en las iglesias que dicen representar a Jesucristo. Jesucristo detesta las ambiciones por el poder de los seres humanos y la búsqueda de gloria humana y supremacía. Pero detesta, más aun, la búsqueda de colocación en puestos importantes para nuestra familia solo para presumir de tener dominio. Cuando la madre de Jacobo y de Juan se le acercó pidiéndole de rodillas un puesto de preeminencia para sus dos hijos en el Reino venidero, Jesús le contestó: "Ustedes no saben lo que están pidiendo" (Mt. 20:22). En esa misma ocasión, al percibir Jesús que las ambiciones por el poder estaban cegando la mente de sus apóstoles, los llamó aparte y les dijo:

"—Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, 27 y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; 28 así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20:25–28). Con esta frase: "Pero entre ustedes no debe ser así", Jesús está marcando los límites que deben existir entre los cristianos con relación al mundo. Para Jesús, es tan condenable la búsqueda de poder y dominio, tanto como el descontrolado interés de colocar a nuestros familiares (nepotismo) en posiciones estratégicas de poder solo para aseguranos un futuro promisorio y anclarnos a este mundo. (Trabajo elaborado por pastor: Efrain Lemus).

 

 

 

Autor:

Efrain Lemus