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Tres enfoques sociojurídicos sobre la Violencia Intrafamiliar


Partes: 1, 2, 3

    1. Resumen
    2. La Violencia intrafamiliar. Dimensiones fenomenológicas de las conductas violentas en el núcleo familiar. Violencia , Tipología y naturaleza
    3. Enfoques Teórico Metodológicos sobre la violencia intrafamiliar en la isla de la Juventud. Diseño e instrumentación de la investigación
    4. Conclusiones
    5. Anexos
    6. Referencias Bibliográficas
    1. Resumen:

      La violencia doméstica o intrafamiliar constituye un fenómeno de la vida social presente contemporáneamente en todas las sociedades a escala mundial. La violencia contra las mujeres es un aspecto de la violencia doméstica que ha permanecido oculto durante siglos, y por ello, ausente como tema de estudio en la formación universitaria de los profesionales que sin embargo deberán o deberían responder en el futuro, de su salud, socialización, educación, comportamiento y protección social y legal de sus derechos, en sus práctica laboral cotidiana legitimada social y estatalmente o como simples ciudadanos, invisibilizada socialmente, y por ello de urgente necesidad de monitoreo y evaluación cotidiana.

      Una definición de carácter internacional expone que: La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta basada en el género que cause la muerte , algún daño o sufrimiento físico ,sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como el privado .Por eso he querido abarcar sobre este tema ya que me ha llamado mucha la atención ya que es un problema que afecta a la sociedad.

      La violencia como fenómeno social negativo, al constituirse objeto de investigaciones científicas sean causales o conductuales, no puede abordarse sin antes diseñar una concepción teórica-científica interdisciplinaria. Reflexión a la que deben llegar cada uno de los investigadores que se vinculen a esta temática, obligados por la necesidad de construir un modelo metodológico abarcador y multilateral. El enfoque investigativo, no puede concebirse sin establecer la preponderancia de una rama del saber sobre otra, así como los nexos y principios comunes de las herramientas de la investigación. Todo esto con la premisa de garantizar que cada una de la investigaciones, no se limite o arroje resultados parcializados ante un fenómeno que requiere por la naturaleza que expresa y sus negativos efectos en la más antigua de las instituciones humanas. En especial las investigaciones de corte jurídico, deben garantizar el abordaje del fenómeno en cuestión, con un diseño metodológico que aporte, una concepción interdisciplinaria, con una organicidad y creatividad científica, que le permita adaptarse a la manifestación de la violencia en la sociedad y sus diferentes tipologías.

      Las últimas décadas de este siglo han sido espectadoras de importantes cambios a escala social que, sin lugar a dudas, son revolucionadores de lo conceptualizado como femenino generando en las mujeres como grupo social, por supuesto, con diversos matices, una situación social que facilita la desconstrucción de muchos de los mitos y estereotipos que en torno a la identidad femenina han sido construidos culturalmente.

      Capítulo 1

      La Violencia intrafamiliar. Dimensiones fenomenológicas de las conductas violentas en el núcleo familiar. Violencia , Tipología y naturaleza

      1. Introducción
    2. Tres enfoques sociojurídicos sobre la Violencia Intrafamiliar en la Isla de la Juventud, Cuba

    1.1 Violencia contra la Mujer. Género y violencia.

    Desde los inicios de la década de los 70 del pasado siglo xx, tanto en su rol de autora de delito, como de víctima del mismo, la posición desigual de la mujer en el Derecho Penal viene siendo objeto de atención criminológica en algunos países. La cuestión femenina ha devenido como componente privilegiado de la cuestión criminal. En nuestro país, a pesar de la protección legal de que goza la mujer en el sistema de la Justicia Penal, la protección no es mayor por la invisibilidad que presenta la violencia masculina, condicionando su impunidad .Hemos tratado de contribuir académica y científicamente en nuestro medio, para extraer el tema de la marginalidad en la que se halla sumido. El significado emancipatorio de su cuestionamiento temático en nuestra investigación victimológica se refleja limitadamente en el interés político del asunto, lo cual contribuye a aumentar nuestro esfuerzo para ubicarlo adecuadamente a su canon epistemológico y en el principio estratégico de la lucha feminista. En la obra de autoras que se ocupan de la ciencia jurídica, y de las sociales, puede observarse el desarrollo de una reflexión crítica del discurso sobre la condición femenina en relación con el Derecho Penal en particular.

    La violencia doméstica o intrafamiliar constituye un fenómeno de la vida social presente contemporáneamente en todas las sociedades a escala mundial. La violencia contra las mujeres es un aspecto de la violencia doméstica que ha permanecido oculto durante siglos, y por ello, ausente como tema de estudio en la formación universitaria de los profesionales que sin embargo deberán o deberían responder en el futuro, de su salud, socialización, educación, comportamiento y protección social y legal de sus derechos, en sus práctica laboral cotidiana legitimada social y estatalmente o como simples ciudadanos, invisibilizada socialmente, y por ello de urgente necesidad de monitoreo y evaluación cotidiana .Una definición de carácter internacional expone que: La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta basada en el género que cause la muerte , algún daño o sufrimiento físico ,sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como el privado .Por eso he querido abarcar sobre este tema ya que me ha llamado mucha la atención ya que es un problema que afecta a la sociedad.

    La violencia como fenómeno social negativo, al constituirse objeto de investigaciones científicas sean causales o conductuales, no puede abordarse sin antes diseñar una concepción teórica-científica interdisciplinaria. Reflexión a la que deben llegar cada uno de los investigadores que se vinculen a esta temática, obligados por la necesidad de construir un modelo metodológico abarcador y multilateral. El enfoque investigativo, no puede concebirse sin establecer la preponderancia de una rama del saber sobre otra, así como los nexos y principios comunes de las herramientas de la investigación. Todo esto con la premisa de garantizar que cada una de la investigaciones, no se limite o arroje resultados parcializados ante un fenómeno que requiere por la naturaleza que expresa y sus negativos efectos en la más antigua de las instituciones humanas. En especial las investigaciones de corte jurídico, deben garantizar el abordaje del fenómeno en cuestión, con un diseño metodológico que aporte, una concepción interdisciplinaria, con una organicidad y creatividad científica, que le permita adaptarse a la manifestación de la violencia en la sociedad y sus diferentes tipologías.

    Las últimas décadas de este siglo han sido espectadoras de importantes cambios a escala social que, sin lugar a dudas, son revolucionadores de lo conceptualizado como femenino generando en las mujeres como grupo social, por supuesto, con diversos matices, una situación social que facilita la desconstrucción de muchos de los mitos y estereotipos que en torno a la identidad femenina han sido construidos culturalmente.

    Por supuesto, las ciencias sociales están dando cuenta de este fenómeno, pero su análisis solo puede ser completo si incluye la perspectiva de género, porque ella permite integrar, no solamente las variables que visibilicen la presencia femenina en esos cambios, sino, además todo el conjunto de condiciones y circunstancias en que las mujeres han sido a la vez objetos y sujetos de esas transformaciones; poniendo de relieve los obstáculos que la condición histórica de marginación y subordinación ha significado para el logro de estos empeños.

    En ese contexto, evaluar la problemática de la violencia contra la mujer resulta imprescindible porque, siendo la misma tan vieja como la propia sociedad solo ha sido reconocida como problema social en las últimas cuatro décadas.

    La visibilización y cuestionamiento de su legitimidad, resultado sin dudas de las luchas de las mujeres y de muchos hombres en el mundo, han generado esfuerzos importantes de organizaciones internacionales con la O. N. U. a la cabeza, de movimientos sociales, de gobiernos de diferentes países y de grupos enteros de mujeres organizadas para contribuir a su erradicación.

    Pero este problema social que es reflejo de relaciones de poder androcéntricas no puede resolverse solo con la simple instrumentación de leyes y códigos. Son imprescindibles transformaciones radicales en la situación social de las mujeres que posibiliten la desconstrucción de los monopolios de poder y de los estereotipos que tradicionalmente han marcado la construcción de la identidad femenina y la masculina. Por supuesto, la sociedad cubana en la que tantas y tan importantes transformaciones se han producido en la situación social de las mujeres, no está ajena a esta realidad, porque aún cuando el proyecto social contribuye a desterrar decisivamente muchos de los factores macrosociales que determinan el ejercicio de la violencia contra la mujer, su eliminación requiere, además, de la transformación de las formas de vida que la cultura patriarcal ha impuesto a ambos géneros a lo largo de siglos. Las últimas décadas de este siglo han sido espectadoras de importantes cambios a escala social que, sin lugar a dudas, son revolucionadores de lo conceptualizado como femenino generando en las mujeres como grupo social, por supuesto, con diversos matices, una situación social que facilita la desconstrucción de muchos de los mitos y estereotipos que en torno a la identidad femenina han sido construidos culturalmente.

    Las transformaciones macrosociales generadas por la Revolución han producido modificaciones sustantivas en la situación social de las mujeres cubanas como grupo social, convirtiéndola en sujetos protagónicos del cambio ocurrido en la sociedad. El salto cualitativo en su situación social se expresa en que constituyen hoy el 43 % dedicados a la ciencia, el 41,7 % de los investigadores científicos del país y el 57 % de los profesionales y técnicos, así como 45 % de los profesores universitarios.

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