Descargar

Esquemas de consorcios regionales para el uso del recurso Royalty minero

Enviado por GUILLERMO PREMINGER


Partes: 1, 2

    1. La minera como viga de Chile
    2. El rezago en investigación y desarrollo
    3. Los consorcios empresas-centros especializados
    4. Un esquema de estructura regional
    5. El caso de la región de O’Higgins
    6. Las semillas a desarrollar en O’Higgins
    7. Lecciones del mundo
    8. Síntesis: una región que debe usar los recursos del Royalty
    9. Referencias

    Recomendaciones para el caso de la región del Libertador Bernardo O’higgins

    "Nada más difícil de emprender ni más peligroso de conducir que tomar la iniciativa en la introducción de un nuevo orden de cosas, porque la innovación tropieza con la hostilidad de todos aquellos a quienes les sonrió la situación anterior y sólo encuentra tibios defensores en quienes esperan beneficios de la nueva"

    NICOLÁS MAQUIAVELO

    LA MINERA COMO VIGA DE CHILE

    Desde siempre la explotación minera ha sido una actividad productiva importante en Chile desde siempre, representando hoy más de la mitad del valor total de exportaciones. Del mismo modo se le reconoce como la actividad productiva responsable de la mayor cantidad de daños ambientales en el aire, agua y suelo.

    Desde la misma época colonial se reconoce la existencia de una aportación basada en la producción o venta del recurso. La noción del royalty no es nueva.

    En muchos países y por mucho tiempo se adoptado cobrar royalty específico a la actividad minera, consistente en un pago al Estado por la explotación del recurso.

    El uso universal del concepto royalty y la aplicación concreta del mismo se basa en la consideración de los recursos naturales como un bien en stock, un capital natural que pertenece a la sociedad y que se requiere reponer económicamente tras su explotación.

    A partir de los noventa con la apertura de los mercados internacionales, se vivió en muchos países un proceso de modernización en la legislación minera según fuera la denominación de cada país. En el caso de América Latina, el Estado otorga derechos mineros a los particulares por vía de concesión administrativa. La tendencia general en la mayoría de los países ha sido uniformar las normas aplicables a la inversión, sea ésta nacional o extranjera.

    En el caso de Chile, su rápida evolución macroeconómica e ingreso al mundo globalizado junto con el desafío de alcanzar la idea de Desarrollo Sustentable que ha promovido las Naciones Unidas ha significado una atención y una capacidad de respuesta más responsable frente al cuidado y protección de nuestros recursos naturales, renovables o no renovables, según cada uno de los tratados suscritos. La Constitución Política atribuye al Estado el dominio de las minas.

    Es evidente que durante las últimas dos décadas, Chile ha avanzado bastante en diversos indicadores sociales, culturales, ambientales, empleo, pobreza, salud y educación. Es decir, se ha contribuido al desarrollo sustentable. Y ello significa, entonces, que la minería –que fue un motor del crecimiento económico del país también contribuyó al desarrollo sustentable del país. Sin embargo, lo cierto es que las empresas mineras privadas no han aportado lo que se esperaba mediante el pago de impuestos, sobretodo en relación al incremento de producción y valor unitario de este producto explotado. El royalty minero se instala hoy en la escena económica como una herramienta eficaz para nivelar dichos aportes y concentrar los esfuerzos en alcanzar los niveles de competitividad que genera la bien articulada innovación tecnológica al servicio de los procesos productivos y todos sus elementos constitutivos.

    Sin adscribirse a la discusión estéril de regionalismos y regiones mineras, con objetiva mirada hay que decir que una actividad minera no es tan sólo un foco de oportunidad laboral y desarrollo en una ciudad, puesto que de la mano de esos beneficios vienen otros no tan deseados y que muchas veces permanecen más tiempo incluso que la explotación minera presentes en la zona, esto es la contaminación medioambiental, un rasgo de la actividad productiva que incide negativamente sobre otros rubros. Es el caso de la Región de O’higgins, quien por un lado, debe mucho de su desarrollo a las actividades mineras y por otro, debe atender con urgencia las dificultades medioambientales .

    EL REZAGO EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

    El royalty en nuestro país tiene la misión de ordenar el desarrollo de una industria que por sus características especiales es un sector de desarrollo estratégico para Chile, y eventualmente permitirá en el largo plazo, un mejor nivel de desarrollo país.

    Actualmente y durante muchos años en la escena nacional se cuenta con una serie de fondos y organizaciones responsables de la investigación en esta materia (FONDEF, FONDECYT, FDI, FIA, FIP, FONDAP, MILENIO, FONIS, GENOMA y PBCT, entre otros). Entre ellas se observa que, si bien se da cumplimiento a las exigencias métricas que se establecen en cada una de las organizaciones, hay una reiteración en el estudio de temáticas y una acumulación innecesaria de resultados en la dimensión de la ciencia básica sin grandes impactos en sus resultados. En la voz de muchos expertos se reconoce que la innovación nacional es deficiente.

    En honor a los especialistas e investigadores hay que decir que en nuestro país no se invierte más de seiscientos millones de dólares en desarrollo e investigación. Es decir, el 0, 70% del PGB, mientras que el promedio de la OCDE está en 2,3% y en países como Israel invierte un mínimo del 4,7%.

    El informe de competitividad del año recién pasado, muestra en primer lugar mundial en macroeconomía a Chile de entre 117 países. Aún cuando se observa que en el mismo informe el país ostenta un deshonroso lugar 41 y 42 al consultar educación y capacitación. Bajando otros 17 lugares en el presente año.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente