- El imaginario social y su incidencia simbólica
- ¿La amistad entre el hombre y la mujer existe?
- Primera conclusión
- Segunda conclusión
- Bibliografía
The male domanation Agustín Alberini
Métodos y técnicas del trabajo intelectual
Introducción
A partir de la lectura del libro La dominación masculina de Bourdieu, podemos evidenciar una manifestación de una conducta binaria por así decirlo, insertada en una sociedad androcéntrica a través de una "…visión mítica del mundo arraigada en la relación arbitraria de dominación de los hombres sobre las mujeres, junto con la división del trabajo en la realidad del orden social.." Pierre Bourdieu
Este estudio que realizamos es un tema que Bourdieu ha trabajado en diferentes escritos, en particular en este libro A través de diferentes categorías entre ellas violencia simbólica, habytus y virilidad y violencia analiza la organización dual de una sociedad de Cabilia ubicada en el norte de África mostrándonos como la diferenciación genérica estructura la vida social, y la jerarquiza desde una visión androcéntrica que privilegia en todo momento el principio masculino.
El eje principal de su libro es la investigación y análisis de los mecanismos históricos que han permitido estructurar y eternizar las estructuras responsables de la división sexual como de la naturalización de su lógica jerarquizante. Para realizarlo, el autor utiliza la sociedad da Cabilia bajo el recurso de la etnografía, el objetivo es elaborar estrategias transformadoras del estado actual de las relaciones materiales y simbólicas entre los géneros. Tal situación explica el sociólogo se instaura gracias a la sumisión que el subordinado concede al dominador y asimila como única.
Al terminar la lectura del libro y apoyándonos en diferentes trabajos de estudiosos aportaremos una reflexión y análisis a este tema a través de esta monografía. Los temas que abordaremos están dados bajo la relación que cumplen en la lógica imperante genérica y cómo se construye dicha relación arbitraria entre las prácticas sociales y el valor que se les otorga en la sociedad actual.
Para ello tendremos que analizar cómo se construye esta dominación según las significaciones sociales y cómo encuentra su asimilación y justificación, si el punto de vista androcéntrico influye en dichas prácticas, qué es una desigualdad estructural y cómo cobra significación, y cuánto para ello pesa el imaginario social en la práctica de esta conducta.
El eje de nuestra monografía presenta la problemática actual de la construcción social y significación inmediata que adquiere en la mayoría de las sociedades, como ha comprobado Bourdieu hasta en las sociedades más aisladas o conservadoras de sus principios, y como encuentra su dispositivo ratificador en las prácticas y discursos sociales. Con las categorías que nos vamos a manejar para llevar a cabo nuestro humilde aporte van a ser violencia simbólica y habytus. De esta manera transitaremos por la relación que ejerce el imaginario social en los individuos, y nos acercaremos a una mejor definición de individuo social. Un individuo social que sin duda deja su huella y cooperación en la división genérica a través de los propios hábitos que supone pertenecer a un grupo social, mejor dicho a un sexo en especial.
Con la ayuda de una primeras hipótesis podremos insertarnos en la problemática que planteamos anteriormente y enfocarnos en una de ellas para concebir una mejor apreciación de esta división genérica.
Las prácticas y discursos sociales se ejercen bajo el principio de una sociedad androcéntrica. Esta dominación no es posible sin el reconocimiento o conocimiento de esta conducta, la mujer encuentra una única forma de percibirse y juzgarse, tal sumisión garantiza que la mujer sea lo que el orden social atribuye a su rol. Esta primera afirmación que nos planteamos puede explicar uno de los factores que influyen y se insertan en los cuerpos de los individuos.
La violencia simbólica junto con el imaginario social
construyen esta dominación. Una estructura enmarcada que funciona como una lógica práctica, jerarquizando y correspondiendo claros actores bajo la visión androcéntrica de una sociedad. El hecho que una sociedad funcione bajo dicha estructura es sin duda una de las causas que tienen como resultado una funcionalidad binaria y excluyente.
La arbitrariedad a la hora de dividir sexualmente todos los planos sociales, lejos de ser favorable, nos supone una simplificación de la realidad en terminos disociables, por lo que nuestras relaciones en sociedad ya asimilan dicha división genérica.
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