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Reducción de la huella del carbono en la cría de insectos benéficos en la agricultura


  1. Introducción
  2. ¿Qué son los coccinélidos?
  3. ¿Cómo se conocen?
  4. ¿Dónde se encuentran?
  5. ¿De que se alimentan?
  6. Principales presas
  7. ¿Dónde y cómo pueden reproducirse?
  8. ¿Como podemos reproducir los coccinelidos en nuestras fincas?
  9. Conclusiones
  10. Recomendaciones
  11. Bibliografía

Introducción

La reproducción de artrópodos benéficos con métodos rústicos, ya sean jaulas o insectarios, en condiciones de campo es una práctica poco utilizada por los agricultores.

En este sentido son escasos los trabajos relacionados con estas técnicas, no obstante Beckley (1959), planteó que la razón principal para la existencia de Insectarios asociados es la de promover el control biológico y que en California existe un insectario cooperativo de los agricultores donde producen parasitoides, para liberar en más de 3000 ha de cítrico, mientras que solo existen dos ejemplares de insectarios comerciales, principalmente para proporcionar un servicio seguro y económico al agricultor para el control de plaga.

También DeBach (1969), planteó que un insectario es un lugar donde los insectos son guardados o propagados y que pueden ser cajas individuales colocadas sobre ramas o árboles.

En Cuba actualmente, los sistemas productivos modernos, como la Agricultura Ecológica, Agricultura Biológica y Producción Integrada, cuentan con una estructura que está presente en todos los poblados y iudades del país, dado por el impacto alcanzado en esta forma de producción de alimentos y al grado de urbanización de la población, de forma tal, que se pueda lograr una producción de alimentos y fibras de calidad y en cantidades suficientes de una manera rentable, socialmente aceptable y sostenibles en el tiempo, pero con un respeto máximo por el medio ambiente; sin embargo en estos agroecosistemas urbanos, las plagas pueden manifestarse de forma similar a la de los sistemas agrícolas tradicionales o más severos, por constituir sistemas semi-cerrados de difícil desinfección una vez contaminados, ya que generalmente colindan con escuelas, hospitales, asilos, casas, parques y otras instalaciones sociales, por lo que es recomendable la utilización de métodos de control biológico donde juegan un papel fundamental las especies depredadoras y dentro de ellas, los coccinélidos, que se conocen como control biológico natural de ácaros fitófagos, áfidos o pulgones, guaguas así como de estados juveniles de lepidópteros que plagan los cultivos agrícolas y ornamentales (Milán et al., 2003). (Avilés et al., 2003; Fernández y Salazar, Alina, 2003; González, Nancy et al., 2003; Ramírez, Mislaydi et al., 2003; Sotomayor, 2003; Morales Elina, 2004).

En tal sentido el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) ha desarrollado proyectos para diagnosticar la diversidad de especies de coccinélidos, las mas abundantes en diferentes agroecosistemas urbanos, así como determinar la efectividad de las más promisorias asociadas a las plagas, los cultivos y a la época del año, así como su permanencia en las áreas cultivadas, todo ello para elaborar una Metodología de cría local de coccinélidos benéficos con un prototipo de jaula o insectario rústico (Milán et al., 2004), que le permita a los agricultores criarlos y liberarlos en sus fincas, sin depender de producciones specializadas y con ahorro de recursos.

Desarrollo

¿Qué son los coccinélidos?

Los coccinélidos son insectos benéficos que se conocen como control biológico porque se alimentan de otros agentes que afectan a los cultivos de importancia económica. Se encuentran entre los enemigos naturales más visibles y más conocidos. Pertenecen al Orden Coleoptera, familia Coccinellidae y están incluidos dentro de los Entomófagos, porque su actividad principal es la de alimentarse de insectos vivos que atacan a cultivos de importancia económica. Constituyen uno de los grupos de insectos afidófagos de mayor importancia. Su efectividad está estrechamente vinculada con el tipo de insecto plaga a combatir. Tanto en su fase larval como adulta, disminuyen los daños que provocan las plagas, ya que durante su desarrollo pueden depredar hasta 800 presas.

Estos biorreguladores son de gran utilidad en la agricultura, porque ejercen su actividad reguladora tanto en la fase larval como adulta, son generalistas y no se mantienen en la planta o en la vecindad, una vez que la presa ha sido consumida en su totalidad.

Por su gran movilidad no siempre se encuentran en el lugar deseado, ni en las cantidades que se requieren para controlar o combatir a los insectos dañinos, y en otros casos no se encuentran cuando los fitófagos están en bajas poblaciones; sin embargo no siempre se tienen en cuenta estos aspectos a la hora de utilizarlos, y en la mayoría de los casos se desconocen sus características morfológicas, su biología, hábitos alimentarios y comportamiento, como para lograr un uso adecuado de sus potencialidades y poderlos utilizar en el Manejo Integrado de Plagas (MIP).

Además muestran varias adaptaciones a bajas densidades de la presa, tales como:

movimiento a áreas con densidades de presas más altas,

– cambian una presa nueva y

– entran en una latencia mediada por la presa

¿Cómo se conocen?

Estos insectos son comúnmente conocidos como cotorritas, guagüitas, mariquitas o catarinitas. Son generalmente de forma redondeada, aunque algunas especies tienen formas ovoides, todas se distinguen por sus vivos y brillantes colores; que pueden ser rojo, naranja, negro, los hay de color café o crema y a menudo con manchas oscuras en los élitros.

Su tamaño varía de 0,2 a 6 mm. De largo y más o menos 2/3 de esa medida de ancho. Las larvas tienen forma ahusada y se asemejan un tanto a los leones de los pulgones (Familia Chrysopidae), con sus cuerpos aplanados que se adelgazan gradualmente hacia atrás, presentando separadas las regiones del cuerpo con patas largas y el dorso espinoso. Algunas cotorritas son destructoras de hojas y otras al igual que los adultos se alimentan de insectos y escamas, pulgones y otros insectos de cuerpo suave o sus huevecillos. Se diferencian fácilmente si recuerdan que los adultos de las cotorritas depredadoras poseen tarsos de 3 segmentos; mientras que las que comen hojas tienen 4 segmentos en cada tarso.

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Figura 1. Las especies más comunes en Cuba son:

¿CÓMO ES SU CICLO DE VIDA?

Pasan por cuatro estados o fases de desarrollo: huevo, larva, pupa y adulto; con una duración de 20 a 25 días.

Figura 3. Ciclo de vida

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Los coccinélidos pasan el invierno en estado de imago o adulto, generalmente se agrupan debajo de troncos caídos, de hojarascas, rocas y en otros lugares que ofrecen protección. En primavera los adultos se dispersan en busca de presas y lugares adecuados para depositar sus huevos.

Las hembras comienzan la ovoposición en la primavera o principios del verano, pueden poner de 20 a más de 1000 huevos en un periodo de uno a tres meses. Los huevos son depositados cerca de su presa, en pequeños grupos, sobre el tallo y las hojas. Estos son pequeños (1mm) de color amarillo, crema o anaranjado.

Las larvas de algunas especies son de color gris o negro con bandas o manchas de color amarillo o anaranjado, tienen forma de lagarto, con tres pares de patas prominentes. En su desarrollo miden aproximadamente de 1 hasta más de 10 mm de longitud en un periodo de 20 a 30 días (desde que nacen hasta el último estadio larval) en dependencia de la especie y la disponibilidad de presas, las más grandes pueden trasladarse hasta 12 m por día en busca de alimento.

El último estadio larval permanece relativamente inactivo antes de fijarse por el abdomen a una hoja u otra superficie para pupar. La pupa es de color oscuro o amarillo – anaranjado. La etapa pupal puede durar de 3 a 12 días en dependencia de la especie y la temperatura. Los adultos pueden vivir de unos pocos meses hasta más de un año. Las especies más comunes producen una o dos generaciones al año.

¿Dónde se encuentran?

Estos insectos benéficos habitan en todos los continentes, aunque son más abundantes en zonas tropicales y subtropicales. Suelen encontrarse de forma natural en los campos, pero en ocasiones están en cantidades relativamente bajas en relación a las poblaciones de los artrópodos plagas y es aquí donde los entomólogos juegan un papel decisivo al ayudar a su protección en el medio donde se encuentren, ya sea reproduciéndolos, protegiéndolos o trasladándolos de áreas, para utilizarlos en los programas de lucha en beneficio de una agricultura más sana y protegida.

¿De que se alimentan?

La mayoría de estos entomófagos son polífagos y se caracterizan porque tanto las larvas, como los adultos son voraces depredadores de insectos de cuerpo blando como áfidos, cochinillas, ácaros, cóccidos, guaguas, estados inmaduros de lepidópteros, a los que buscan activamente, así como mielecilla de homópteros y néctar de flores. Existen dos excepciones:Epilachna varivestisMulsanty E. borialis (F); donde los adultos y larvas de ambas especies se alimentan de plantas; en el primer caso de leguminosas, y en el segundo de las cucurbitáceas.

Principales presas

Tanto la fase adulta como larval de los coccinélidos depredadores están asociados a plagas tales como:

· Trips (Thrips palmi Karny);

· Áfidos o pulgones (Myzus sp.,Aphis spiraecola, Aphisfrangularis gossypii,Aphis nerii; Myzus (Nectarosiphon) persicae; Toxoptera aurantii.

· Mosca prieta (Aleurocanthus sp.);

· Mosca blanca (Bemisia tabaco);

· Orugas pequeñas y huevos de lepidópteros;

· Guagua común del cocotero (Aspidiotus destructor);

· Guagua verde (Coccus viridis);

· Guagua acanalada (Icerya purchasi);edu.red

· Chinche harinosa del cocotero (Pseudococcus nipae);

· Adultos de ácaros plagas (Tetranychus tumidus; Panonychus citri y Tetranychus urticae)

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¿Dónde y cómo pueden reproducirse?

En Laboratorio:

Figura 4. Esquema de Producción de los Coccinélidos

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En Campo:

¿Como podemos reproducir los coccinelidos en nuestras fincas?

Con el objetivo de contribuir a la disminución del riesgo de contaminación de las aguas y el medio ambiente, a la producción sostenible de alimentos, a la protección y mejora de la biodiversidad, a su conservación y a que no existan residuos de plaguicidas en los alimentos y dada la necesidad que tienen los agricultores de controlar las plagas que dañan sus cultivos, se diseña una tecnología para la reproducción de insectos benéficos (Milánet al.,2006), de manera tal que los propios productores aprendan a criar o reproducir los que necesiten, de acuerdo al tipo de plaga, en las cantidades que precisen y poder liberarlos en el momento más oportuno para sus intereses, sin depender de las producciones externas y utilizando los agentes biológicos autóctonos existentes en sus propias áreas, como organopónicos, huertos, fincas, hidropónicos, jardines, parcelas y patios.

Para iniciar la cría se necesita de jaulas, insectarios o casas con tres divisiones o cubículos, con puertas en cada una de ellas, que cierren herméticamente y que permitan la entrada de los envases donde se siembran las plantas.

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Materiales y Métodos

Dimensiones de la jaula

El tamaño de las jaulas puede variar, pero se recomiendan las de 1,76 metros (m) de largo por 0,43 m de ancho y 1,30 m de altura.

Materiales a utilizar para la construcción de las jaulas

Su estructura puede ser de madera, varillas de hierro u otras alternativas de las cuales dispongan los agricultores. Pueden forrarse con diferentes tipos de mallas, siempre y cuando el diámetro del orificio de las mismas sea lo más tupido posible, para evitar la salida de los artrópodos que se vayan a reproducir, o la entrada de algunos que no sean de interés.

El techo puede ser de guano, nylon o ambos combinados, aunque debe tenerse en cuenta que el agua de lluvia no debe entrar a la misma para evitar la muerte de los insectos y la pudrición de las plantas.

Las patas deben quedar separadas del suelo 50 ó 60 centímetros de altura para facilitar la manipulación diaria. Es conveniente suministrarle en la base grasa o petróleo para aislar a las hormigas u otros organismos no deseados.

Ubicación de la jaula

Las jaulas han de ubicarse en lugares frescos, preferiblemente debajo de árboles, arbustos o casas rústicas con techo de guano.

Procedimiento en la jaula

Para la reproducción de los áfidos o presas que han de servir de alimento a los coccinélidos durante su fase larval y adulta, se pueden utilizar diferentes plantas como frijol, habichuela, pepino, rábano, papa, maíz, crotón y otros.

Las plantas se pueden cultivar en diversos tipos de envases desechables o en bolsas de polietileno, y se sembrarán semanalmente para mantenerlas de manera escalonada, garantizando así la reproducción de los áfidos o presas. El proceso se inicia con la ubicación de ocho plantas infestadas con áfidos de cualquier especie, o esperar a que las plantas cultivadas tengan suficiente follaje para ser infestadas.

La infestación provocada, se realizará colocando ramitas infestadas encima de las plantas sanas ubicadas en el primer cubículo.

Cuando exista alta infestación en las plantas de la jaula, se trasladarán cuatro de ellas hacia la segunda división, donde se llevará a cabo la cría de las cotorritas provenientes del campo y se rellenará la primera división con nuevas plantas para sustituir a las que se extrajeron.

Se debe mantener un chequeo diario de las plantas incluyendo el riego, la limpieza de cada cubículo y de la jaula en general. Ya establecida la cría de los áfidos, se puede iniciar la reproducción de los coccinélidos

para lo cual se colectarán cinco o más individuos, y este número dependerá del objetivo de la cría, ya sea para comercializarlas o para el control de las áreas infestadas. La especie a reproducir, se colectará en áreas cultivables, en cualquiera de las formas de desarrollo, ya sean huevos, larvas, pupas o adultos.

Durante la captura y el traslado de las cotorritas desde el campo, pueden utilizarse diversos envases siempre y cuando posibiliten la aireación de los insectos. Sobre las plantas infestadas ubicadas en la segunda división de la jaula, se colocarán las cotorritas capturadas. Pasados dos o tres días y una vez observadas las puestas de huevos, se trasladarán estas plantas del segundo al tercer cubículo para que en él se desarrollen las larvas. Se velará porque no vayan adultos hacia el otro cubículo, y nuevamente se trasladarán plantas infestadas de la primera división a la segunda, para continuar el ciclo.

Durante el proceso productivo, después del tercer cambio, los adultos que queden en el segundo cubículo se liberarán.

Es importante mantener plantas infestadas con áfidos en la tercera división para proporcionarles alimentos a las larvas que emerjan. Una vez que las larvas completen su ciclo, se obtendrán las pupas y posteriormente los adultos.

Resultados

Liberación

La liberación de los coccinélidos o cotorritas, debe realizarse en horas tempranas de la mañana, es decir entre 7:00 y 7:30 de la mañana o después de las 4:30 de la tarde. Pueden realizarse en cualquiera de las fases biológicas del insecto, sin embargo en el caso de las fases en que se adhieren a las hojas, es decir huevos y pupas, se deben extraer dichas hojas y colocarlas cerca de las colonias de la plaga que se quiere regular en el campo, de forma tal que no le incidan los rayos solares.

Las larvas para la liberación deben tener 7 días de nacidas, con un tamaño aproximado de medio centímetro.

Transportación

Para la transportación al campo pueden utilizarse frascos, pero si se liberan larvas o adultos, es importante suministrarles alimento natural como hojas o tallos de plantas infestadas con áfidos.

Cantidades a liberar

·Cuando se trata de plantas pequeñas y aisladas, con una infestación baja, se deben liberar uno o dos adultos o larvas por planta.

·Cuando se trata de plantas pequeñas y aisladas, con infestación alta, se deben liberar cinco o más individuos por planta.

·Cuando más del 50 % de las plantas se encuentren infestadas, se liberará un adulto o tres larvas por metro cuadrado.

Con el objetivo de llevar un control de la actividad que se realiza, el agricultor debe registrar en una libreta algunos datos de interés como son la fecha de liberación, la fase o estadío del insecto liberado, la cantidad, el cultivo y la plaga a controlar.

Conclusiones

La producción de medios de control biológicos, como los coccinélidos, propicia el control de los insectos plagas, lo que redunda en la disminución de pérdidas en los cultivos económicos y al mismo tiempo contribuye a la protección del medio por la sustitución de los productos químicos.

Recomendaciones

El empleo de estos insectos benéficos no contamina el medio ambiente, ellos tienden a permanecer en el ecosistema e incrementarse, siempre que se le den las condiciones requeridas, pues poseen la capacidad de mantenerse en dicho medio sobre otros hospedantes que les sirven como presas, aún cuando la presa principal no esté presente.

Bibliografía

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2. Beckley, W. C. 1959. Report of manager. Biol. Div. Associates Insectary 32ndAnn. Rpt., 1958-59. 2pp.

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5. González G. Nancy, Avilés P. R, Chiang Look María, Liñeiro, P. Luz D., Ramos G. Nancy y Cruz B. Plantas útiles como refugio de controles biológicos. Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical "Alejandro de Humbold". (INIFAT), Libro Resumen. II Encuentro Provincial de Agricultores Urbanos, Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, Filial Ciudad de La Habana, p. 42, 2003.

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Autor(es):

Ing. Elier Gavilán Martínez

Lic. Yenisleidys Ortiz Rangel

Encrucijada

Cuba

2015