- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- Indicadores
- Propuestas del enfoque GED
- Fundamento y diseño del proceso de desarrollo en el caso de Honduras
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
La integración del enfoque de género en todas las políticas e intervenciones en materia de cooperación al desarrollo es imprescindible si se desea lograr la justicia social y la eficacia de la labor de desarrollo, en definitiva, si se quiere conseguir con estas el cambio social.
Por esa razón desde esta investigación se aborda como objetivo de definir los indicadores es el monitoreo del los aciertos y hacer seguimiento de la situación de mujeres y hombres, sin embargo, los enunciados de los diversos planteamientos en la plataforma de Beijing, el Programa de Acción Regional y El Plan de Acción de la Segunda Cumbre de las América aluden a aspectos diferentes: algunos se refieren a medidas que habrá que tomar para avanzar en el mejoramiento de la situación de la mujer y otros se expresan directamente en términos de los resultados requeridos para alcanzar la igualdad de género.
Los principales resultados alcanzados con la propuesta consisten la valorización del papel productivo de la mujer, por parte de la sociedad y de ellas mismas, y las incentivó a organizarse en pequeños grupos para desempeñar determinadas labores. Así, mediante la participación de la mujer en la conformación de grupos de base, surgió y paulatinamente fue adquiriendo valor y fortaleciéndose el papel comunitario de las mujeres. La valorización de ambos roles -productivo y comunitario- acrecentó la autoestima, tanto individual como grupal, que progresivamente se fue transformando en mayor seguridad en la toma de decisiones respecto a qué, cómo y con qué medios producir.
Introducción
La integración del enfoque de género en todas las políticas e intervenciones en materia de cooperación al desarrollo es imprescindible si se desea lograr la justicia social y la eficacia de la labor de desarrollo, en definitiva, si se quiere conseguir con estas el cambio social.
La importancia de la función económica y social que desempeñan las mujeres en lo países en vías de desarrollo, a pesar de los condicionamientos a los que están sometidas por razón de sexo, lo que limita la eficacia de su labor y reducción de los beneficios para el conjunto de la sociedad, ha llevado a plantear como indispensable la participación plena de las mujeres con el fin de que el desarrollo sea duradero y efectivo.
La década de la mujer impulsada por Naciones Unidas, que abarcó entre 1976 y 1985, enfatizó la importancia del papel de la mujer en el desarrollo socioeconómico y social de sus países y la crítica situación de las mujeres de bajos ingresos de los países en vías de desarrollo.
En este contexto, en 1979 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), que fue el resultado de más de 30 años de trabajo de las Naciones Unidas, especialmente de la Comisión de la ONU sobre la condición jurídica y social de la mujer, creada en 1946 para darle seguimiento a la situación de la mujer y promover sus derechos; pero es sobre todo el fruto de las luchas y presiones ejercidas por el movimiento de mujeres para eliminar la discriminación de género y promover el respeto a sus derechos en condiciones de justicia y equidad. Por primera vez, en un tratado se abordan aspectos concernientes a la reproducción humana y es el único tratado sobre derechos humanos que aborda la planificación familiar
Desarrollo
En los años 70, a partir de la Década de la Mujer, se comenzó a visualizar la posición clave de las mujeres en el desarrollo. Se reconoció que habían sido marginadas del mismo y para que éste tuviera éxito y fuera sostenible se debería tener en cuenta el trabajo realizado por las mismas.
De esta manera, entre 1980 y 1985 se aborda la problemática de la mujer desde el enfoque de mujer en desarrollo que propugna introducir a la mujer a un proceso de desarrollo ya en camino, y surge el enfoque MED, enfoque de mujer en desarrollo, como consecuencia de la filosofía liberal (valores como racionalización, independencia e igualdad) destacando también un desarrollo de un movimiento feminista caracterizado por sustentar que la mujer es un ser independiente del hombre.
Pero este enfoque no solo contempla la exclusión de las mujeres en el proceso de desarrollo que auque es característica imprescindible, no es suficiente.
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