- Introducción
- Lenguaje televisivo
- Características del lenguaje televisivo
- Algunas generalidades del lenguaje televisivo
- De la imagen
- De la palabra en TV
- De la música y efectos sonoros en TV
- Perfil del televidente
Introducción
Estamos tan acostumbrados a ver programas de televisión, que rara vez nos preguntamos cómo se hacen o cuánta gente hay detrás de las cámaras haciéndonos disfrutar a aburriéndonos con un programa de televisión. Lo único que conocemos de los programas es a sus presentadores, el rostro visible del equipo.
En la televisión predomina la imagen sobre el texto, lo oral sobre lo escrito. Sus mensajes utilizan la lógica de la emoción más que la de la razón, intentando siempre captar y mantener la atención del espectador. La convergencia de sonido e imagen hace que los espectadores deban estar muy pendientes del componente visual de la pantalla, desarrollando una mayor pasividad y abstracción del resto de las cosas.
Lenguaje televisivo
Piensan para televisión exige tener presente las características del medio, su propio lenguaje y la ambivalencia mental de leer imágenes y ver palabras.
La televisión es un medio de comunicación, que consiste en la transmisión a distancia de imágenes en movimiento y de sonidos, por medio de ondas radioelectrónicas difundidas a través del aire o de cables.
El perfeccionamiento técnico del sistema (color, estéreo); la aplicación de nuevas tecnologías al medio (televisores inteligentes, microreceptores); y las técnicas de producción y emisión de programas (grabación, procesado digital de las imágenes) han contribuido a multiplicar su capacidad de comunicación.
Características del lenguaje televisivo
Frente al mensaje escrito y al radiofónico, el televisivo se caracteriza por ser el más completo, utiliza la imagen y el sonido como recursos.
Es un lenguaje rápido, tan solo disponemos de la duración del spot (20"/30"), lo que no nos permite grandes discursos. Es sintético, necesitamos arrancar con fuerza para captar de lleno la atención del receptor, la cual no supera los siete segundos.
Su imagen se presenta sin pedir apenas comprensión por parte del receptor, lo que le crea un estado de pasividad, que nos lleva a ser concretos y dinámicos, a utilizar palabras sencillas, coloquiales, o incluso sustituirlas por imágenes que lo digan todo, que ayuden a comprender el mensaje. No olvidemos que la televisión se dirige a grandes masas.
Es conveniente identificar la marca en los primeros segundos de nuestro spot.
La utilización del sonido, nos permite aumentar el grado de recordación. Se aconseja el uso de voces directas mejor que superpuestas.
Las sobreimpresiones sincronizadas nos ayudan a reforzar la promesa de nuestra comunicación.
El lenguaje televisivo es el idóneo para mostrar el envase del producto, con su apariencia normal. Podemos describir su uso y resultados, tal y como actúan en la realidad.
De todos los recursos creativos que disponemos para potenciar la expresión de nuestro mensaje, los que más llaman la atención y ayudan a cambiar la preferencia de los telespectadores son por orden: el Humor, la emoción, las escenas de la vida real, los testimoniales, las demostraciones, la solución-problemas, bustos parlantes y los personajes.
Y los que le llama la atención pero no consiguen cambiar las preferencias con tanta eficacia son los testimonios de celebridades, los dibujos animados y las viñetas.
Algunas generalidades del lenguaje televisivo
Fragmentación: los distintos programas pierden autonomía por la franja publicitaria. Los programas en general están pensados, para ser presentados en bloques, si bien ellos son parte de un todo, deben considerar su valor como unidad, al presumir la incorporación de televidencia, que requiere de resúmenes o reiteraciones de contenidos en bloques anteriores, para capturar su atención.
Apertura o falta de cierre: no concluye nunca, es el propio espectador quien determina la duración del mensaje. La práctica del "zaping", las transmisiones permanentes, la repetición son condiciones materiales de la relación entre el medio y el televidente.
Espectacularidad: su ingrediente esencial es el espectáculo. Es la relación de un espectador expuesto a la exhibición de una escena. Una relación donde el espectador concurre al llamado, por diversas fuentes de interés, intención y voluntad, a la entrega de puestas en escena, en las que se sostienen o alimentan varias formas de lenguaje. La Espectacularidad está situada, como una forma exacerbada de ciertos elementos de estos lenguajes para una captura en el tiempo del espectador. La música, las luces, el color o su ausencia, la imagen, el ritmo.
El discurso televisivo transmite códigos ideológicos tradicionales. Si revisamos las premisas reglamentarias de la televisión, nos daremos cuenta de los valores, aunque muy generales, con los cuales se construye el discurso televisivo.
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