- Arsenio Saavedra Candelario
- Grupo de Búsqueda y Captura
- Los errores del trabajo operativo
- Algunas formas de sometimiento
- El dinero y los bancos
- Las leyes y el sistema jurídico
- Tipos de agentes
- Otros tipos de agentes
- El reclutamiento
- La traición
- Motivaciones para convertirse en agente secreto o encubierto
- Bibliografía
No me ha resultado fácil comenzar a escribir sobre este tema que me ha tocado muy profundo durante años de mi vida.
Aún no sé si repudio o acepto orgullosamente este capítulo de mi vida que transcurrió trabajando entre agentes secretos o encubiertos y cuando yo mismo me convertí en uno de ellos.
Comencé a adentrarme en este mundo de misterios, mentiras, realidades a medias, verdades, simulaciones, traiciones, lealtades, comprobaciones constantes, desconfianza eterna, entrega total, idealismos, basura y porquería entre otras muchas cosas mas, cuando trabé contacto con un oficial operativo de la llamada Policía de Investigaciones Criminales o Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) de la Policía Nacional Revolucionaria de Cuba (PNR) que dirigía, operaba y manejaba agentes secretos o encubiertos dentro del mundo de la delincuencia en la Habana.
Su nombre: Arsenio Saavedra Candelario. Conocido en los bajos mundos como "Felo", "Felo el duro". Esto fue por los inicios de la década de los 70.
ARSENIO SAAVEDRA CANDELARIO.
Arsenio Saavedra Candelario había sido un exitoso agente secreto o encubierto que realizó magníficos trabajos de infiltración y penetración contra las diferentes formas delincuenciales que se manifestaban en ese entonces en la ciudad de La Habana, era un hombre muy joven, creo que tendría unos veintiséis o veintisiete años cuando yo lo conocí. Muy bien parecido, muy valiente y se corrían muchas historias de las cosas que había realizado. Unas provenían de los hombres que habían trabajado con él en el Trabajo Operativo Secreto (TOS) dentro de las filas de la Policía Nacional Revolucionaria y otras, de los mismos delincuentes.
El asunto es que estaba creando un grupo operativo de Búsqueda y Captura donde él mismo se encargaba de escoger el personal con quien pensaba trabajar y había recibido una gran confianza por parte de su mando.
Este era su primer trabajo como agente público, hacía muy poco tiempo que se había quemado, (en la jerga policial cubana significa que había sido descubierto) y le estaba entrando al trabajo con gran denuedo.
Buscaba hombres valientes, que no traicionasen, que no vacilaran en entrar en combate y que jamás manifestaran una expresión de cobardía ante el enemigo.
Él se encargaba de darnos las instrucciones, nos daba clases, nos comprobaba constantemente a unos con otros y enviaba a delincuentes a que nos hicieran comprobaciones. No le gustaba utilizar a sus propios agentes secretos infiltrados para comprobarnos porque sabía que se los podíamos descubrir.
Conocíamos que tenía una excelente red de informantes, personas de confianza o puntos de apoyo, agentes encubiertos o secretos y cuando creíamos que habíamos quemado a alguno de sus agentes secretos estrella, con una maestría increíble sabía desvirtuar nuestras sospechas.
Un día me dijo que yo iba a ser el hombre que le llevaría la documentación secreta y mecanografiado de sus informes que procedían del trabajo operativo con sus agentes secretos o encubiertos y que además tenía que continuar con las tareas de verificaciones, detenciones, búsquedas y capturas e infiltraciones en ciertos lugares así como el control del potencial delictivo flotante.
Aquello fue tremendo, tuvimos tiroteos, persecuciones en autos y motocicletas, usábamos los nunchakus (instrumentos contundentes de la panoplia de armas japonesas) y todos los días, cualquiera de nosotros incluido el mismo Saavedra podíamos tener hasta tres broncas a puñetazos con diferentes tipos que nos podían hacer frente aunque se suponía que debíamos ser finos y delicados con la gente.
Por ser posiblemente el más fino y delicado del grupo un día me escogió para que me hiciera pasar como el manager o capitán del Hotel Habana Libre, antiguo Habana Hilton y estuvimos todo un año alojados en una suite del mismo con una oficina operativa donde llevábamos a las personas que deteníamos por estar en alguna actividad de nuestra incumbencia, se le interrogaba y si procedía se le presentaba a los tribunales competentes.
Allí mismo nos tropezábamos constantemente con otros grupos operativos que actuaban permanentemente en ese lugar que se conocían como L y M que eran de la Contrainteligencia e Inteligencia así como operativos de la Contrainteligencia Militar (CIM) que también tenían sus intereses de trabajo.
Muchos nos conocíamos unos a otros aunque sabíamos que existían algunos operativos muy secretos de buroes que operaban allí pero ni idea de quienes eran y sus objetivos. Siempre hubo una gran cooperación entre todos, gran respeto y nunca se interfería con el trabajo de nadie.
En Hotel Habana Libre había una gran actividad de diplomáticos y extranjeros que se hospedaban allí o que utilizaban esas instalaciones para convenciones o reuniones de carácter nacional e internacional.
Aunque tuve un acceso prácticamente ilimitado al Trabajo Operativo Secreto del entonces Teniente Arsenio Saavedra Candelario, éste tuvo siempre la extraordinaria agudeza para no quemar jamás a ninguno de sus agentes secretos de los cuales no conocimos nunca su verdadera identidad. Esto solo ocurría después que alguno de ellos se quemaba y se hacía público.
Guardé siempre y guardo un gran respeto y admiración hacia su figura por su valentía, integridad, constancia en el trabajo, lealtad constante hacia todos sus subordinados y una tremenda limpieza en sus manos que no le permitió nunca una traición ni ninguna debilidad.
Nunca le vimos hacer ningún trabajo sucio contra ningún ciudadano ni permitía que se hicieran incluso contra los mismos delincuentes, no le gustaba maltratar a la gente ni al ciudadano común y mas bien le exigía al grupo mantener normas de cortesía y urbanidad para con los ciudadanos en general.
Era un excelente esposo y padre, aunque pasaba poco tiempo con su esposa y su hija por razones de su entrega total al trabajo, me constaba que era muy hogareño y cariñoso con su esposa y mostraba verdadero candor en sus relaciones con su hijita a quien vi. casarse con un oficial de la Contrainteligencia.
Fumaba y tomaba más que nada cuando el servicio lo requería, era asediado por las mujeres, de quien se tenía que esconder porque no daba abasto con ellas.
En Cuba no pasa lo mismo con las mujeres que en Estados Unidos. (Por lo menos en la época a que me refiero, recuerden que los valores morales cambian, y que cambian porque el grupo político dominante utiliza el sexo y la moral para controlar a la población).
En mi país se rinde o se rendía culto a la valentía o como se diría en buen cubano, al hombre con cojones, esto daba como resultado que el ser valiente, decidido, fino y cortés en las relaciones públicas tenía una contrapartida decisiva en el culto que las mujeres nos dedicaban y rendían por nuestra condición masculina, pienso que esto es una herencia legítimamente española.
Las mujeres rendían culto al macho, a la testosterona, por esto no era de extrañar que el tener una forma de comportamiento social que diera como resultado ser asediado por las mujeres, no era de ningún modo una forma extravagante o estereotipada de comportamiento social, sino el resultado lógico de cómo las mujeres percibían a los hombres y viceversa.
Grupo de Búsqueda y Captura.
El trabajo del grupo policial bajo las órdenes del entonces Teniente Saavedra se desempeñaba por una parte en las tareas públicas de recolección de información, control constante del potencial delictivo, toma de sus huellas digitales, fotografiado de cada una de las personas que pertenecían al potencial delictivo con un expediente actualizado de sus generales y la actividad a la que se dedicaban, colocación contra éstos de los Puntos de Apoyo cuando convenía (mas adelante explico que son los puntos de apoyo como personal de confianza), chequeos, verificaciones de informaciones señales de alguna actividad ilegal y cuando llegaba alguna información de los agentes secretos infiltrados, de algún hecho delictivo que habría de producirse, que se estaba produciendo o que se había cometido y que era de nuestra incumbencia operativa actuábamos para neutralizarlo y también el estudio y los perfiles de los candidatos a agentes secretos o encubiertos que era una tarea que solo el Tte. Saavedra conocía.
Así pues, nuestro grupo operativo constaba de los agentes públicos que actuaban para impedir o neutralizar la realización de hechos delictivos y de agentes secretos de infiltración que informaban de la realización de esos hechos para impedir que éstos se consumaran o se persiguieran si ya se habían consumado.
El ámbito de esos agentes encubiertos infiltrados podía ser el de las drogas, robos, violaciones, juego, asesinatos, distintos tipos de tráficos perseguidos por los códigos legales vigentes, etc.
En aquella época no existían las mini computadoras y mucha de la gente no tenía ni la más remota idea de que existían ni para que servían, por el contrario yo tenía conocimientos de los trabajos que sobre la Teoría de la Información había escrito Norman Wienner y mi trabajo de bibliotecario y el manejo de esas técnicas ayudó mucho a mejorar el volumen del trabajo a realizar en cuanto a catalogar e indizar manualmente usando descriptores y epígrafes el universo de información que se nos presentaba con el potencial delictivo que controlábamos, su chequeo y las operaciones que efectuábamos sobre ellos.
El trabajo del grupo requería mucha coordinación, Saavedra lo sabía hacer muy bien, y el grupo que lo rodeaba se crecía y lo secundaba. Pero siempre como en todas las cosas humanas existían las descoordinaciones que daban como resultado situaciones de mucho peligro que podían poner en riesgo la vida de cualquiera de nosotros o echar a perder un trabajo muy elaborado.
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