INTRODUCCION
Antes del triunfo de la Revolución, la Cultura Física y el Deporte eran actividades propias de la clase dominante, desarrollada sobre todo en los clubes de la burguesía e impartida solo en las escuelas privadas. El deporte profesional estaba generalizado especialmente en el béisbol y el boxeo, y otras manifestaciones como las carreras de caballos y de perros, la caricatura de la llamada "lucha pancrasio", el jai alai y otros. Algunas estadísticas de la época señalan que sólo 0.25% de la población (entonces 6 000 000 habitantes) tenía la posibilidad de practicar deportes y, por supuesto, esa exigua participación correspondía a los clubes privados de la burguesía, a los que obviamente no podía acudir la gran mayoría del pueblo. Las clases trabajadoras en especial la población negra y mestiza, discriminada socialmente por el color de su piel, no podía frecuentar los clubes de los blancos.
En Cuba existía una escuela para la formación de profesores de Educación Física, cuya última etapa la desarrolló en los predios del parque deportivo "José Martí", del barrio del Vedado, en la capital. Dicha escuela, mal atendida y sin ninguna prioridad, tenía una matrícula muy pequeña y naturalmente de ella egresaban como graduados muy pocos alumnos.
No se podía hablar de Cultura Física en un país donde más de 700 000 niños no tenían escuelas, donde existía más de 1 000 000 de ciudadanos analfabetos, 600 000 desocupados y más de un 80% de los ocupados no tenían trabajo estable.
En Cuba, el 1ro de enero de 1959 marcó el de la Revolución "de los humildes, por los humildes, para los humildes", el hombre pasó a ser el centro fundamental de todos los esfuerzos y, como parte de su dignidad plena y para contribuir a su óptimo desarrollo, se proclamó el derecho de todos a la práctica sistemática de la educación física, el deporte y la recreación. Tempranamente Fidel expresó en una comparecencia por televisión, el 17 de junio de 1959, "Todos los muchachos van a hacer deportes, que eso es lo que hace falta, aparte de lo beneficioso que es para la juventud, para el pueblo para las condiciones de salud, por lo que llegará el día que podremos desempeñar un papel importante en las luchas internacionales, en el campo del deporte".
Entre las primeras medidas de la Revolución para organizar el desarrollo de la educación física, el deporte y la recreación para el pueblo, es decir, de la Cultura Física en su más amplia concepción y contenido, aparecen las siguientes:
Decretar en diciembre de 1959 las primeras medidas oficiales para promover la organización deportiva revolucionaria.
Fundar mediante la Ley 936 del 23 de febrero de 1961, el Instituto Nacional de Educación Física, Deporte y Recreación (INDER) como organismo central encargado de planificar, dirigir y ejecutar los planes y programas de las diferentes actividades deportivas para todo el país, además garantizando la proyección internacional de estas.
Eliminación del profesionalismo (1962).
Quizás lo más elocuente de los logros alcanzados en el desarrollo de la Cultura Física y el Deporte en nuestro país se exprese en los resultados deportivos internacionales que ha cosechado el deporte cubano:
Cuba es campeón Centroamericano absoluto desde 1966 (Puerto Rico) y hasta el presente.
Cuba es el segundo país de las competencias continentales, los Juegos Deportivos Panamericanos, detrás de Estados Unidos, posición que ha mantenido desde 1971 (Cali, Colombia).
Cuba es un ejemplo de internacionalismo, cuando presta colaboración en los distintos países de todas las áreas geográficas y contribuye, a través de becas de estudios en sus escuelas especializadas a la formación de profesionales en el Instituto Superior de Cultura Física "Comandante Manuel Fajardo".
DESARROLLO
"Si no hubiera sido deportista, no hubiera sido guerrillero, pues este continuo entrenamiento físico fue el que me permitió, después de una concepción, irme a la guerra revolucionaria".
Fidel Castro Rúz.
Como se puede apreciar el deporte para Fidel es algo consustancial a su propia educación y desarrollo, cuya práctica él valoró siempre con una dimensión formativa y con una proyección ideológica que le permitía evaluar la importancia de la ejercitación física y la práctica deportiva como un factor importante en la formación integral del carácter multifacético para los niños y jóvenes y como un necesario medio de higiene, salud y optimación de la capacidad de trabajo, de lucha contra los males del sedentarismo en todas las edades.
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