City tour de San Ignacio de Velasco
Buenos días mi Nombre es Magalí Céspedes y tengo el gusto de ser su guía en este City tour. Les doy la más cordial bienvenida a San Ignacio de Velasco que es la capital de la provincia Velasco del departamento de Santa Cruz-Bolivia, en donde se respira vida, se comparten ilusiones y se trabaja por construirlas, es un lugar de gente amable, alegre, dicharachera y trabajadora.
San Ignacio de Velasco fue fundado en 1748 por el jesuita Padre Diego Contreras, al pie de pintorescas serranías por las nacientes del río Paraguá. Los sacerdotes de la época, utilizando mano de obra chiquitana, construyeron una monumental iglesia en San Ignacio concluida en 1761, actualmente sede de la Diócesis de San Ignacio. Es el municipio más grande y con mayor población de la ruta misional y de la Chiquitania; denominado Municipio Escuela. Su vocación productiva es la actividad forestal, la ganadera, los cultivos de café entre otros y el turismo.
Se encuentra estratégicamente ubicado en la Gran Chiquitania, a 472 km de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en el centro geográfico del corredor bioceánico Atlántico-Pacífico, en la región oriental de Bolivia.
Las costumbres y tradiciones se mantienen vivas en el pueblo y las comunidades cercanas, la revalorización del pasado misional, culminada con la reconstrucción del templo ha incentivado la creación de talleres artesanales que se constituyen en uno de los principales atractivos del municipio.
San Ignacio es el centro receptor y distribuidor de los flujos turísticos hacia el triángulo misional: San Miguel, San Rafael, Santa Ana de Velasco. Y es la puerta de entrada al Parque Nacional Noel Kempff Mercado.
Se caracteriza por ser un pueblo hospitalario que le agrada compartir con el visitante su estilo de vida y costumbres.
Nos encontramos sobre la avenida Santa Cruz, ésta es una de las principales calles de nuestra ciudad ya que por estar en frontera con Brasil, es la que nos lleva a los otros departamentos de Bolivia.
Al lado izquierdo podemos observar una vivienda tipo misional, éstas son viviendas de construcción sencilla y económica, una de las cuales concierne a la aplicación de una estructura resistente previa conocida como "tabique" (palo a pique). Por su morfología presentan ambientes con dimensiones regulares en planta. La disposición de los accesos, tanto en la parte frontal como posterior, permite la generación de aire cruzado, otorgándole a la vivienda una óptima ventilación en su interior. La edificación de muros de tabique permite optar por diferentes tipos de cubierta, de acuerdo a las preferencias y condiciones de los habitantes de la vivienda, ya sea de teja colonial u hojas de palma (motacú, paja o sujo, jatata, etc.). En el caso de las construcciones de hoja de palma se necesita una pendiente de 60 a 70%, a diferencia de las construidas con teja, para evitar la acumulación de aguas de lluvia y la penetración de éstas al interior de la vivienda. También hay otro tipo en la cual el barro constituye el elemento fundamental de piezas con las cuales se construye el cuerpo de la edificación, los que reciben la denominación de "adobes". La construcción de las viviendas de adobe comúnmente es realizada en bloques en hilera, definiendo una estructura lineal. Corredores y galerías son espacios aptos a ser incluidos en el diseño de viviendas de adobe, por la morfología de las mismas, generando ambientes de estar social. El adobe, por la característica de que el barro es un material extraído de la naturaleza, posee la particularidad de adaptarse a los cambios climáticos, creando un microclima en el interior de la vivienda, manteniendo tanto el calor como el frío, a diferencia de los materiales industrializados. La pendiente de las cubiertas con teja cerámica artesanal presentan una pendiente de 35 a 45%, mientras que en las realizadas con hoja de palma se requiere una pendiente mayor.
Ahora nos encontramos en la Iglesia Jesuítica Misional San Ignacio de Loyola, el cual no es ninguno de los anteriores pues el pueblo misional sufrió un traslado ya en los comienzos de su historia con la población de Zamucos, Satienos, Ugaronos y Tapios. La primera obra se comenzó en 1748, con 18 columnas de madera, es decir, un tramo más que el resto de las construcciones hechas por Schmid, todas ellas labradas a lo salomónico, y pintadas con colores ordinarios. Tenía 4 arcos de ladrillo en el presbiterio, y 14 ventanas de las cuales 4 tenían vidrios, el resto postigos de madera. Este Altar Mayor se organizaba en 4 columnas de ladrillo pintadas, y tres calles, lo que indica que el padre Schmid no alcanzó a realizar el nuevo altar. Contaba también con dos retablos colaterales, dos órganos en el coro y un púlpito de tabla y escalera. Se sabe también, que el interior estaba todo pintado con moldura de barro. También el altar mayor al igual que los colaterales, estaba dorado y perfilado. En el cuerpo de la iglesia había escaños para los jueces indios y una pila de bronce y depósito de guardas anchas. En la sacristía había un nicho con un Señor atado a la columna, 2 Cristos, 8 cuadros grandes de lienzo, y 19 estampas de papel, además del aguamanil de estaño y bellas cajoneras de madera. Después de dos incendios sufridos en éste pueblo, en un inventario ya se hace mención al retablo actual, una construcción de tres cuerpos y tres calles con numerosas columnas doradas y 8 nichos con escultura de muy buena factura. No serían solo éstos, los avatares que tendría que soportar ésta construcción, pues en el siglo XX, amenazaba ruina y peligro para los fieles, así que se decidió sustituir por una nueva construcción siguiendo al pie las directrices de la antigua y rescatando todos los enseres y retablos con los que contaba la antiguas construcción, y así se conserva hasta el día de hoy.
También al frente de la iglesia tenemos la Plaza Principal 31 de julio la cual es de gran tamaño y cuenta con una impresionante vegetación con árboles centenarios, aquí tenemos el cedro, las maras, el toco, y aquí vemos un bibosi de hoja chica que abraza en un verdadero estado de simbiosis a una palmera real sin matarla, también acá vemos un toco, con dos gajos que se unen en un tercero formando un triángulo, rareza poco vista en un árbol. Esta plaza cuenta con una variedad bastante representativa de la flora del lugar por lo cual también es llamado "jardín botánico". Varios de los edificios que circundan ésta plaza son una muestra permanente del arte del tallado en madera.
A continuación tenemos un monumento a la evangelización del Chiquitano en el que se encuentran La Madre India que abraza a su pequeño hijo, un sacerdote jesuita y dos hombres tallando una columna de madera.
Ahora nos encontramos en frente del reloj de sol, que se usaba en la época jesuítica, y que actualmente se encuentra en perfecto estado de conservación y funcionamiento, si desean pueden comprobarlo con sus relojes.
Estamos en el Centro Artesanal de San Ignacio, ésta es una muestra resumida del arte de hombres y mujeres que bordan, pintan, esculpen y tallan su futuro a la vista del visitante. Aquí pueden adquirir la ropa chiquitana que está muy de moda en toda la zona y también diferentes tipos de artesanías y recuerdos.
Nos encontramos en MINGA, ésta es una organización de pequeños productores ecológicos principalmente de café, fundada en 1983. Minga produce con sistemas agro ecológicos y comercializa productos biológicos en el mercado internacional, aparte del café, procesa maní, almendra chiquitana entre otros.
La Laguna El Guapomó es un embalse de agua de aproximadamente 20 millones de metros cúbicos. Este espejo de agua es ideal para el disfrute del paisaje, pesca, caminatas y paseos en canoas a remo y natación. Por el lado derecho podemos disfrutar de este balneario que cuenta con éstas cabañas que tienen parrillas churrasqueras y de esta brisa tan suave que pasa por éste lugar. Al lado izquierdo podemos observar las canchas de futbol y de voleibol de playa y al frente un parque de diversiones para los más pequeños.
Ahora estamos en la cueva del yeso, como pueden ver, esta es una gran gruta con una historia que data de la época de los jesuitas, pues en esos tiempos se extraía cal, yeso y mica, éstos materiales eran ocupados para el pintado de las paredes de las casas e iglesias y también en la elaboración de diferentes objetos. Su principal atracción son las formaciones rocosas y la vegetación, aparte del agradable ambiente que se siente cuando se está dentro de la cueva.
Y por último estamos en el mirador El Cerro de la Cruz, desde aquí podemos disfrutar de una vista panorámica de toda la ciudad de San Ignacio y sus alrededores, podemos ver la pista de aterrizaje, las torres de las tres iglesias, la laguna El Guapomó y sobre todo podemos observar la gran vegetación que existe en la ciudad. Al lado derecho se observa la comunidad San Antonio del Cerro q se encuentra a las faldas de este mirador y mas al fondo está la Comunidad San Rafaelito de Sutuniquiña que es una comunidad en donde se hacen muchas artesanías en barro y también se fabrican materiales de construcción como tejas y ladrillos. Al lado izquierdo podemos observar la Capilla Santa María del Camino donde se encuentra la imagen de la Virgen María, protectora de la Ciudad.
Aquí concluimos con éste recorrido, muchas gracias por su atención y espero que les haya gustado esta ciudad y todo lo que hemos visto en ella.
Hasta pronto.
Autor:
Magalí Céspedes