La afectividad como eje central del encuentro educativo
Enviado por Crisálida Victoria Villegas González
- Introducción
- La diversidad en el encuentro educativo
- La comprensión de lo humano en la atención a la diversidad
- La afectividad en el rescate de lo humano.
- Reflexiones finales
- Referencias
RESUMEN
La ponencia es producto de un estudio, realizado en el marco de la Línea de Investigación Raíces de la Identidad del Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Bicentenaria de Aragua. Su objetivo fue teorizar acerca de la necesidad de rescatar la dimensión humana del estudiante para atender la diversidad en el encuentro educativo. Se aspira así dar respuesta a las realidades educativas de múltiples diversidades que cada día se presentan con connotaciones totalmente nuevas en la educación secundaria del estado Aragua. Donde además se percibe que la tendencia a homogeneizar, sin respetar diferencias individuales y culturales, continúa enmarcando el encuentro educativo. Se partió para el análisis de los planteamientos de la pedagogía de la esperanza, la pedagogía de la ternura, la psicología de la felicidad y la afectividad humana, teorías todas centradas en destacar la dignidad humana. Así como de un estudio de campo realizado en un grupo de estudiantes en una institución educativa de nivel secundario de Maracay, estado Aragua, en Venezuela, como base para explorar nuevos espacios indagatorios con miras a propiciar transformaciones en la educación, haciendo de esta un espacio más humano, de diálogo e interacción afectiva entre individualidades. Se logró concluir que frente a la diversidad de la sociedad actual, donde el hombre es cada vez más complejo se requiere para su comprensión una mirada hacia su espiritualidad. Ideal solo posible cuando se logre instaurar la afectividad como eje central del encuentro educativo.
Descriptores: lo humano, encuentro educativo, diversidad, afectividad.
INTRODUCCIÓN
La educación especialmente en los tiempos actuales debe ser motivo de mayor reflexión y compromiso por cuanto requiere para transformarse prestar atención a la diversidad del estudiante, que no siendo un problema de recién aparición, se ve acentuado en la actualidad por la complejidad de la sociedad. Junto a las categorías tradicionalmente asumidas de diversidad cultural, la educación ha de tener en cuenta otras formas de diversidad producto de los fenómenos de cambio social más recientes. En todos estos casos es básico atender a la compleja relación de diferencias culturales con diferencias de clase social, género, edad, nivel económico, las cuales se redefinen en función de los nuevos parámetros sociales vigentes.
En tal sentido, la investigadora plantea que esto se puede lograr al rescatar la dimensión humana del estudiante con base en procesos afectivos que impactan no sólo el encuentro educativo sino toda la vida de sus actores. Planteamiento fundamentado en autores como Savater (1997) cuando señala que "Al igual que todo empeño humano.. la educación es sin duda el más humano y humanizador de todos" (p.11). Y Morin (2003) quien opina que la estructura biológica del ser humano necesita de la interacción social para alcanzar el desarrollo propio que define al hombre; lo cual hace al ocuparse del si mismo y de los otros a través de la afectividad.
Si bien ninguno de estos autores se refiere a la diversidad en la educación es evidente que su pensamiento puede ser asumido ya que sólo en contacto con el otro se pone de manifiesto la verdadera humanidad del hombre. No se nace humano, se llega a capacitar en el arte de ser humano en el diálogo con los otros.
Sin embargo la realidad en la educación Venezolana evidencia que se maximizan algunos aspectos ideológicos, o lo científico-tecnológico en desmedro de otras importantes dimensiones humanas que atentan contra el espíritu de una educación genuinamente integral. Se enfrenta a un hombre y a una educación polarizada, sesgada e incompleta. Por su parte, los educadores enmarcados teóricamente en una concepción humanista de la educación, contradicen lo que enseñan con una vida no congruente con su discurso educativo.
En consecuencia la ponencia plantea que la afectividad en el encuentro educativo puede constituirse una alternativa para atender la diversidad del estudiante. Las principales fuentes teóricas que sirvieron de sustento al estudio encontraron en los planteamientos de la pedagogía de la esperanza, la pedagogía de la ternura, así como la psicología de la felicidad y afectividad humana, entre otros soportes.
La ponencia se estructura en tres partes: la primera trata la diversidad en el encuentro educativo, la segunda hace referencia a la comprensión de lo humano para la atención a la diversidad. Por último, la tercera, trata sobre la afectividad en el rescate de lo humano.
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