- Minos
- Glauco
- Pasífae
- Cécrope
- Alcipe y Halirrotio
- Erictonio
- Creúsa
- Erecteo
- Céfalo y Procris
- Tereo, Procne y Filomela
- Icario y Erígone
- Egeo y Etra
- Teseo
- Medea y Teseo
- Niso y Escila
- El Minotauro
- Ariadna
- Ícaro
- Fin de Minos
- Teseo Rey
- Asclepio
- Hipólita
- Fedra e Hipólito
- Muerte de Asclepio
- Admeto y Alceste
- Ixión y los Centauros
- Pirítoo e Hipodamia
- Teseo y Pirítoo
- Epílogo de Teseo
CUESTIÓN 136.
Minos
Tras haber sido raptada por Zeus, disfrazado de toro, Europa llegó a Creta, donde concibió a Minos, Radamantis y Sarpedón. Posteriormente Europa contrajo matrimonio con el rey local Asterio, quien se dedicó a criarlos y educarlos, pero murió sin tener ningún hijo propio, pues la voluntad de Zeus era que sus descendientes gobernaran la isla. Minos llegó a obtener el trono de Creta venciendo a su hermano en una disputa, y se casó con Pasífae ("Toda brillante"), hija de Helio, la cual le dio dos hijas, Ariadna y Fedra, y dos hijos, Androgeo y Glauco.
CUESTIÓN 137.
Glauco
El hijo menor de Minos, Glauco, cayó dentro de una tinaja de miel y se ahogó. Habiendo descubierto Poliido con su arte de adivinación el lugar donde estaba, Minos le ordenó que resucitase a su hijo. Los curetes le habían asegurado a Minos que quien pudiese encontrar la semejanza más adecuada para una vaca de tres colores que él poseía, podría hallar al niño perdido; Poliido había comparado ese animal con el fruto del escaramujo. Entonces el vidente fue encerrado con el cadáver del niño, y enseguida vio acercarse una serpiente. Al matarla, vino otra serpiente, miró el cadáver, se fue y regresó con una hierba, con la cual devolvió la vida a su compañera muerta. Poliido aprovechó la indicación y usó la misma hierba para resucitar a Glauco, obteniendo con ello un resultado satisfactorio. Entonces Minos, antes de dejar marchar al vidente, hizo que éste le enseñara su arte a la criatura. Poliido accedió, pero al separarse de su discípulo, le dijo que escupiera dentro de su boca, y entonces, mediante un acto de magia, Glauco olvidó todo cuanto había aprendido.
CUESTIÓN 138.
Pasífae
En respuesta a un ruego de Minos, Poseidón hizo salir para él un toro blanco de las aguas del mar, pero se negó a sacrificarlo en honor del dios, como había prometido, ya que era un ejemplar magnífico. Poseidón lo castigó inspirando a Pasífae una irresistible pasión amorosa por el toro. Daba la casualidad que Dédalo, el más hábil de los artesanos, estaba en aquel tiempo lejos de su Atenas natal, desterrado en Creta; había tenido como aprendiz a su sobrino Perdice, el cual, para superar a su maestro, inventó la sierra y el compás. El celoso Dédalo lo arrojó al mar, donde se convirtió en el ave (la perdiz) que lleva su nombre, y huyó a Creta, y allí quedó al servicio del rey. Pasífae le confió su pasión abominable y Dédalo fabricó una vaca de madera para que ella, desde dentro, pudiera satisfacer su deseo del toro. Producto de esta unión, Pasífae engendró al Minotauro, monstruo mitad hombre y mitad toro. Minos entonces, horrorizado por este nacimiento, encerró al Minotauro en un edificio de intrincados pasadizos, el Laberinto, que hizo construir a Dédalo en su palacio de Cnosos, y procedió a alimentarlo con carne humana de jóvenes extranjeros.
CUESTIÓN 139.
Cécrope
Cécrope fue el fundador de Atenas. Había nacido del suelo, y presentaba el aspecto de serpiente en aquella parte de su cuerpo que correspondía a las piernas. Llegó a ser el primer rey de Ática, a la que dividió en doce comunidades. En aquellos tiempos, los hombres empezaron a organizarse en ciudades, y tenían que elegir un dios protector para honrarlo. Durante el gobierno de Cécrope, que duró cincuenta años, Poseidón y Atenea disputaron por la posesión de las tierras del Ática. Cécrope actuó como juez en la disputa. Poseidón obró un milagro: con un golpe de su tridente hizo surgir un manantial de agua salada de la roca de la Acrópolis; del agua surgió un caballo (emblema de guerra), el primero que se había visto hasta entonces. Pero Atenea plantó o hizo salir mágicamente con su lanza, u olivo (emblema de paz), y Cécrope la declaró vencedora y patrona del Ática en lo sucesivo. Poseidón, furioso, inundó la Llanura Triásica. Finalmente los dioses llevaron a cabo una reconciliación, y desde entonces Poseidón fue honrado en Atenas.
CUESTIÓN 140.
Alcipe y Halirrotio
Ares era el amante de Afrodita, la esposa de Hefesto, pero sus aficiones no se concentraron sólo en ella, porque también Eos fue su amante. Estos amores tuvieron como consecuencia que Afrodita, celosa, le condenase a enamorarse perpetuamente de Aglauro, hija de Cécrope, la cual le dio una hija llamada Alcipe. En cierta ocasión, Halirrotio, hijo de Poseidón, raptó a Alcipe y la violó, y por ello fue muerto por Ares. Éste fue juzgado en el Areópago o "colina de Ares", que entonces se reunió por vez primera, y en relación a este homicidio, él iba a ser inicialmente condenado a trabajar como siervo para un mortal durante todo un año, pero finalmente los dioses mayores juzgaron el caso y Ares fue absuelto.
CUESTIÓN 141.
Erictonio
Hefesto se enamoró de Atenea y deseaba casarse con ella. Sin embargo, la diosa prefería permanecer virgen, y rechazaba sus pretensiones. Cuando Atenea fue a su taller para encargarle que le forjara unas armas, Hefesto la agarró a la fuerza y luchó con ella, defendiéndose la diosa con su lanza hasta que pudo escabullirse. Durante la lucha, el semen de Hefesto cayó al suelo, con lo cual quedó fecundada la tierra. A su debido tiempo nació Erictonio ("buena tierra"), y Gea lo entregó a Atenea para que cuidase de él. La diosa lo puso dentro de una caja tapada y se lo confió a las tres hijas de Cécrope: Aglauro, Herse y Pándroso, ordenándoles que no la abrieran, cosa que cumplieron, pues hicieron un triple juramento. Cierto día que Herse se estaba bañando en un lago, Hermes la vio y se enamoró de ella; esto provocó los celos de Aglauro, que amaba secretamente a Hermes. Entonces Aglauro, cuando Hermes fue a visitar a Herse, le cerró el paso diciendo que no se movería de su sitio, y así quedó convertida en piedra. Al perderse una hermana, el juramento quedó invalidado; Herse y Pándroso no pudieron refrenar su curiosidad, abrieron la caja donde Atenea había guardado a Erictonio y vieron que el niño, además de estar guardado por dos serpientes, él mismo tenía serpientes en lugar de pies. Las serpientes atacaron a mordidas a las excesivamente curiosas hijas de Cécrope, las cuales salieron corriendo despavoridas para terminar lanzándose desde lo alto de la Acrópolis. Entonces Atenea volvió a encargarse del pequeño Erictonio, el cual vivió en adelante en el templo de la diosa, y cuando fue mayor se convirtió en sucesor del trono de Atenas.
CUESTIÓN 142.
Creúsa
Erecteo tenía una hija, Creúsa (o sea, "reina", "princesa"), la cual fue amada por Apolo. Creúsa tuvo un hijo del dios, pero lo abandonó por temor a la ira de Erecteo. Hermes salvó al niño y lo llevó a Delfos, donde fue criado como servidor del templo. Años más tarde, Juto, un aliado de Erecteo que se había casado con Creúsa, llegó a Delfos con ella en demanda de descendencia. Apolo le ordenó que recibiera como hijo a la primera persona que encontrase al salir del templo. Encontró al hijo de su esposa, y le dio el nombre de Ión. Creúsa, suponiendo que el muchacho era un bastardo de su marido y que su propio hijo hacía tiempo que había perecido, trató de darle muerte. Habiendo sido sorprendida en el acto, buscó refugio junto al altar, y allí tuvo efecto el reconocimiento; por divina revelación de Atenea todo quedó explicado y la madre y el hijo regresaron a Atenas con el supuesto padre. Ión tuvo luego cuatro hijos, los epónimos de las cuatro tribus jónicas, los geleontes, los hopletes, los árgades y los egícores.
CUESTIÓN 143.
Erecteo
Erecteo fue el siguiente rey de Atenas. Nacido de la tierra, como Cécrope y Erictonio, y alimentado por Atenea, su hazaña principal fue la guerra contra Eleusis, cuyo rey era Eumolpo. Éste era hijo de Poseidón y de Quíone (Hija de la nieve), la cual arrojó al pequeño Eumolpo al mar, cuando le dio a luz, para ocultar su deshonra; sin embargo, Poseidón lo salvó. Cuando Eumolpo declaró la guerra a Atenas, Erecteo, que consultó el oráculo de Delfos acerca del asunto, obtuvo como respuesta que debía ofrecer en sacrificio a una de sus hijas para asegurarse la victoria. Informó esto a su esposa Praxítea (hija del dios río Cefiso), la cual se avino a ello. Una vez realizado el sacrificio, los ejércitos batallaron, y los de Eleusis fueron derrotados. Eumolpo pereció a manos de Erecteo; sin embargo, Poseidón, encolerizado, dio muerte a Erecteo y a todos los de su casa.
CUESTIÓN 144.
Céfalo y Procris
Procris, hija de Erecteo, fue a la isla de Creta para curar a Minos de su dolencia. Debido a las malas artes de Pasífae, Minos había llegado a un estado que resultaba venenoso para cualquier mujer, excepto para la propia Pasífae, hasta que Procris lo curó; en recompensa le fue dada una lanza que nunca fallaba y un perro del que ninguna bestia podía escapar. Su amante era un joven y apasionado cazador, Céfalo, al cual Procris regaló aquella lanza mágica y el perro. Estos atributos, junto con su pasión por la caza, hacían que Céfalo se ausentara con tanta frecuencia que Procris llegó a estar llena de celos y no hacía más que esperar que regresara. Cierta ocasión, Céfalo fue raptado por Eos, la aurora, quien lo retuvo consigo durante varios días a su lado; y esto aumentó aun más los celos de Procris, quien procuró desde entonces perseguir a su amado y espiarlo escondida en los arbustos. Cansado y acalorado Céfalo a causa de la cacería, invocó a la brisa de la tarde (aura) para que viniera a refrescarle. Imaginando que Aura era el nombre de alguna mujer (o acaso de la propia Eos), Procris se sobresaltó; Céfalo, oyendo crujir los matorrales, arrojó su inevitable lanza y la hirió de muerte. Al percatarse de lo ocurrido, él se precipitó al mar y se ahogó.
CUESTIÓN 145.
Tereo, Procne y Filomela
El sucesor del trono de Atenas fue Pandión, el cual tuvo dos hijas, Filomela y Procne. Esta última se casó con Tereo, rey de Tracia, pero éste vio un día a Filomela mientras se bañaba en una laguna, se enamoró de ella y la sedujo, pero al ser rechazado, la violó. Entonces, para que Procne no se enterase de ello, cortó la lengua a Filomela y la escondió. Ésta, sin embargo, se las arregló para bordar un relato de sus desventuras en una labor de aguja y lo envió a su hermana, la cual, para vengarse, dio muerte a su propio hijo Itis y se lo sirvió en un banquete a Tereo. Al descubrir lo sucedido, Tereo persiguió a Procne y a Filomela con la intención de matarlas, pero fue convertido en abubilla, y las mujeres, en un ruiseñor y una golondrina, respectivamente. Por esta razón, el ruiseñor siempre emite un canto triste (lamentando la muerte de su hijo) y la golondrina balbucea (no tiene lengua, e intenta referir su historia).
CUESTIÓN 146.
Icario y Erígone
En los días que reinaba Pandión, vivía en el Ática un labrador llamado Icario. Éste acogió a Dionisio con alegría cuando el dios junto con su séquito visitó la región, y en recompensa le fue concedido el don del vino. Al llegar a las tierras de Icario, Dionisio se enamoró de la belleza de la hija de éste, Erígone ("Primavera"; también llamada Aletes, "Caminante"), y desplegó cuanto estuvo en su poder para agradarle; pero Erígone mostróse siempre reacia a las galanterías de Dionisio. Cuando ya veía perdidas todas sus esperanzas, Dionisio notó el gusto que la muchacha sentía por las uvas. Entonces, en figura de un espléndido racimo de uvas, él llamó la atención de Erígone, y caundo ésta agarró la fruta, descubrió que se trataba de su apasionado admirador, y así finalmente aceptó sus intenciones amorosas. Entretanto, Icario había dado uso al vino y lo dio a beber a unos pastores; pero éstos, creyendo que les había envenenado, al sentir sus efectos, le dieron muerte. Erígone buscó a su padre por todas partes, acompañada de su fiel perro Mera. Habiéndole al fin encontrado, se ahorcó, llena de desesperación. Entonces se produjo una epidemia de suicidios entre las mujeres jóvenes, además de un calor sofocante y una sequía que sembraba la ruina por doquier. Aristeo, hijo de Apolo y de la náyade Cirene, pidió consejo en el oráculo de su padre, y se le dijo que Icario y Erígone debían ser honrados; Aristeo acudió a Dionisio, y éste convirtió a Icario en la constelación Bootes, a Erígone en Virgo y a Mera en la estrella Sirio. Después Aristeo rogó a Zeus, el cual envió cuarenta días de un viento refrescante en medio de los ardores del verano.
CUESTIÓN 147.
Egeo y Etra
Pandión fue expulsado de su reino por los hijos de Metión y fue a refugiarse en Mégara, donde le nacieron cuatro hijos: Egeo, Palante, Niso y Lico. Después de su muerte, estos hijos reconquistaron el Ática, de la cual llegó Egeo a ser rey, no con gran satisfacción por parte de los otros hermanos. Egeo no podía tener hijos que perpetuaran su estirpe, y tras casarse dos veces en vano, como tenía miedo de morir sin descendencia, fue a consultar el oráculo de Delfos; recibió una respuesta misteriosa: "El cuello que sobresale del odre, oh, el mejor de los hombres, no lo desates antes de llegar a las alturas de Atenas". Estas palabras le intrigaron mucho, y Egeo las interpretó como que él no había de tocar mujer hasta que volviera a Atenas. En su viaje de regreso pasó por Trecén y se hospedó en la casa del rey Piteo, quien interpretó por su cuenta el verdadero significado del oráculo, y emborrachó a Egeo para que yaciera con su hija Etra (la cual era amante de Poseidón, a escondidas de su padre); esa misma noche el dios se unió también con ella, y fue de Poseidón de quien Etra quedó encinta. Antes de su partida, Egeo dejó en trecén una espada y un par de sandalias que puso debajo de una gran roca y le dijo a Etra que le enviara el hijo varón que él esperaba que ella le diese, tan pronto como fuera lo suficiente crecido para apartar la roca, sacar debajo de ella aquellos objetos y dirigirse a Atenas en busca de su padre.
CUESTIÓN 148.
Teseo
Nació un hijo y se llamó Teseo. Cuando fue mayor, el joven cumplió lo que su padre había pedido a su madre. Pero rehusó hacer el fácil viaje por mar hacia Atenas, insistiendo en ir por tierra, porque esto le ofrecía mayores perspectivas de aventuras, pues se sabía que la ruta estaba plagada de malvados que asesinaban a los viajeros.
En su camino Teseo encontró y venció al bandido Perifetes, de sobrenombre Corinetes, es decir "hombre de la clava", cerca de Epidauro; se dedicaba a aplastar a los caminantes con una maza de hierro, que Teseo le arrebató y la usó desde entonces. A continuación, se encontró con Sinis, de sobrenombre Pitiocamptes, o sea "doblador de pinos", que residía en el istmo de Corinto y obligaba a los que pasaban a intentar doblar un pino; como nadie lo lograba, ataba a sus víctimas a dos pinos, doblaba éstos hasta el suelo y luego los soltaba para desgarrarles en dos; Teseo luchó contra él y le dio la misma clase de muerte. Después de cazar y matar a una jabalina salvaje (hija de Tifón y Equidna) en Cromión, entró en la Megárida, donde encontró otro bandido, Escirón hijo de Pélope, que solía obligar a los viajeros a lavarle los pies al borde de un acantilado, y cuando lo hacían, él los arrojaba de una patada al mar para alimentar a una enorme tortuga; Teseo simuló lavarle los pies, y antes de que pudiera reaccionar lo agarró y lo lanzó al mar. En Eleusis mató a Cerción, que obligaba a los caminantes a pelear con él y los mataba en combate, pero Teseo lo superó. Luego, al aproximarse a Atenas, encontróse con Damastes, también llamado Procusto (el Estirador), que vivía al lado del camino e invitaba a los viajeros a dormir en uno de los dos lechos de hierro que tenía, uno corto y uno largo; pero su horrenda hospitalidad consistía en acostarles por la fuerza, y si los viajantes eran de baja estatura, los estiraba o los aplastaba a martillazos hasta extenderlos tanto como el lecho, y si eran altos, les cortaba las piernas con un hacha o una sierra para que su estatura no sobresalga. Después de vencerlo, Teseo lo mató sometiéndole al mismo suplicio, quebrándole las piernas para que cupiera en el lecho pequeño.
CUESTIÓN 149.
Medea y Teseo
Finalmente, Teseo llegó a Atenas. Al principio, su padre no lo reconoció y receló de él, incitado por la hechicera Medea, amante suya. Ella no deseaba que su influencia sobre Egeo se viera afectada por la aparición de un hijo, así que le incitó para que envíe a Teseo a una misión arriesgada y casi imposible: pelear contra el salvaje toro de Maratón, que Heracles había traído de Creta; Teseo lo capturó y lo sacrificó a Apolo. A su regreso, Medea preparó una copa de veneno para eliminarle, acusándole ante Egeo de pretender usurpar su trono; se la sirvió en el banquete, pero en el momento en que Teseo iba a probar la copa envenenada, recordó el encargo de su madre y le entregó a Egeo la espada y las sandalias; Egeo derribó la copa justo a tiempo, reconoció las prendas familiares y proclamó a Teseo su hijo y heredero. Entonces Medea escapó de la ira de Egeo y se fue a Asia, donde su hijo Medo (que lo había tenido con Jasón) llegó a ser el epónimo de los medos.
Ahora Atenas entró en estado de guerra, porque Palante y sus robustos hijos estaban conspirando contra Egeo. Palante pretendió arrebatar el trono a su hermano valiéndose de sus hijos, cincuenta formidables guerreros, llamados colectivamente palántidas. Pero Teseo no le tuvo miedo, se enfrentó con ellos y los venció a todos.
CUESTIÓN 150.
Niso y Escila
Por aquellos días, el rey de Creta, Minos había tomado medidas severas para vengar a su hijo Androgeo, muerto en el Ática durante la celebración de unas competencias deportivas; los asesinos fueron un grupo de atletas atenienses, celosos de las proezas de Androgeo. El imperio de Minos tenía dominado todo el Mediterráneo, y le fue muy fácil preparar una gran expedición contra Atenas y su aliada Mégara; primero se lanzó contra el segundo de estos Estados, al que venció fácilmente por medio de la astucia. Niso, rey de Mégara, tenía un mechón de cabellos de color púrpura, y mientras lo conservase la ciudad no podía ser tomada. Pero su hija Escila, seducida y sobornada por Minos, procuró cortar el mechón fatal, que le entregó como prenda de amor. Cuando la ciudad fue tomada, Minos rehusó tener nada que ver con semejante traidora. Ella se arrojó al mar y se agarró al codaste de su nave mientras Minos se alejaba a bordo de ella. Así, Escila se transformó en una golondrina y su padre en un hialeto que la persigue.
CUESTIÓN 151.
El Minotauro
Viendo el inmenso poder de la flota naval cretense, Atenas pactó con Minos un tributo anual de siete jóvenes y siete doncellas para ofrecerlos como alimento para el hijo monstruoso de Pasífae, el Minotauro, que estaba encerrado en los intrincados pasadizos del Laberinto en Cnosos. Teseo se ofreció voluntario para formar parte del grupo de muchachos atenienses. La nave en que viajaba el tributo de víctimas humanas llevaba velas negras y Teseo prometió a Egeo que si regresaba sano y salvo las cambiaría por velas blancas, que representarían su victoria sobre el Minotauro. En su camino hacia Creta, Minos insultó a una de las doncellas, y Teseo intervino para defenderla; Minos entonces apeló a su condición de hijo de Zeus, el cual, como respuesta a su plegaria, tronó en el cielo despejado. Teseo, a su vez, saltó por la borda, ante el reto de Minos, y trajo del mar, con ayuda de Anfitrite, una sortija de oro que Minos había arrojado al agua.
A su llegada a Creta, Ariadna, la hija de Minos, se enamoró de Teseo al verlo entre el grupo de jóvenes destinados a morir. Con la condición de que la llevara a Atenas y la desposara, Ariadna le dio a Teseo un ovillo de hilo de oro, obra de Dédalo, a fin de que pudiera encontrar la salida atándolo a las puertas y devanándolo a través de su recorrido. En compañía de los muchachos atenienses, Teseo entró en el tenebroso laberinto, lleno de despojos humanos hasta encontrar al Minotauro, al que dio muerte a golpes, sin demasiada dificultad; rebobinando el hilo fue capaz de escapar. Partió hacia Atenas en su nave, en compañía de los demás jóvenes y doncellas rescatados, y llevando a Ariadna con ellos.
CUESTIÓN 152.
Ariadna
En el camino, Teseo se detuvo en la isla de Día (Naxos), donde dejó a Ariadna para que se recuperara de su mareo mientras él volvía al barco a hacer algunos trabajos. Un fuerte viento lo arrastró a altamar; cuando finalmente pudo volver, encontró a Ariadna profundamente dormida. Entonces Teseo zarpó sin ella, y Ariadna, al verse abandonada en la isla tuvo la intención de ahogarse en el mar. Sin embargo, fue encontrada por Dionisio, quien llegó con su cortejo triunfal en un carro tirado por fieras. El dios se enamoró de Ariadna, se casó con ella y la hizo inmortal; como regalo de bodas le regaló una diadema que a la postre se transformaría en la constelación de la Corona.
CUESTIÓN 153.
Ícaro
Encolerizado por la fuga, Minos encarceló a Dédalo y a su hijo Ícaro dentro del Laberinto. Viéndose encerrado, y sin encontrar la salida, Dédalo y fabricó con cera y plumas unas alas para sí mismo y para su hijo. Con estas alas consiguieron huir volando, pero Ícaro quiso volar hasta alcanzar el sol; sus alas se derritieron y cayó al mar cerca de Creta, donde se ahogó; aquella parte del mar fue posteriormente conocida por su nombre.
CUESTIÓN 154.
Fin de Minos
Dédalo huyó hacia el oeste, hasta llegar a Sicilia. Aquí fue recibido por el rey local Cócalo. Minos, persiguiéndole encontró la muerte, porque Cócalo ordenó a sus tres hijas que le dieran un baño y entonces ellas le ahogaron en agua caliente. A su muerte, Minos se convirtió en uno de los jueces de los muertos en el mundo infernal.
CUESTIÓN 155.
Teseo Rey
Al llegar a Atenas, Teseo, arrepentido y triste por haber dejado a Ariadna, olvidó poner la velas blancas, como había acordado con Egeo. Éste esperaba ansiosamente el regreso de Teseo subido en lo alto de la Acrópolis, y al ver aproximarse la nave con las velas negras, pensó que su hijo había muerto; por ello se arrojó desde una altura rocosa al mar y se ahogó; desde entonces toda la zona se conoce como mar Egeo. Así Teseo se convirtió en rey de Atenas, y como tal fue sabio y generoso; estableció reformas, siendo la más notable el sinecismo (synoikismos), o unificación de las comunidades áticas dispersas (dejadas por Cécrope) en un centro político, Atenas.
CUESTIÓN 156.
Asclepio
Estando en la ciudad de Trica, Tesalia, Apolo se enamoró de una hermosa joven llamada Corónide, hija de Flegias, rey de los lapitas, quien a su vez era hijo de Ares. Corónide, a pesar de dejarse seducir por Apolo, secretamente amaba a un mortal, un tal Isquis de Arcadia. Apolo fue advertido de la traición por su fiel mensajero el cuervo. Por lo tanto envió a Artemisa para que castigara a la joven, ya que él mismo no quería matarla. Entonces Flegias, enfurecido, se vengó de Apolo incendiando el templo del dios; pero el fuego alcanzó tal magnitud que el mismo Flegias encontró allí la muerte. Pero el amor de Apolo le venció cuando ya era demasiado tarde; convirtió el cuervo, que hasta entonces había sido de blanco plumaje, en el ave negra que es ahora. Mientras el cuerpo de Corónide ardía en la pira, Apolo arrancó de su seno a su hijo, vivo aún. El pequeño se llamó Asclepio y fue confiado a los cuidados de Quirón, el centauro bondadoso, hijo de Crono y de Fílira la oceánide. Bajo la inteligente tutela de éste, Asclepio aprendió la medicina y pronto elevó este arte a la cima de la perfección.
Asclepio, el dios de la medicina (Esculapio en idioma latino), poseía como atributo el caduceo, una vara simbólica con una serpiente entrelazada, que no es exactamente como el que Apolo dio a Hermes, pues éste era entrelazado por dos serpientes y está coronado por alas. Por medio de su esposa Epíone, Asclepio tuvo a dos hijos, Podalirio y Macaón, héroes que participaron en la campaña de los griegos contra Troya.
CUESTIÓN 157.
Hipólita
Heracles llegó a Atenas y propuso a Teseo unírsele en una expedición contra las feroces guerreras Amazonas; resultaba que Heracles, como uno de sus trabajos, debía arrebatarle el cinturón a Hipólita, la reina de las amazonas, que le había dado su padre Ares. Las amazonas habitaban la región desde Escitia, a orillas del mar Negro, hasta el Cáucaso; excluían a los hombres de su sociedad y se juntaban ocasionalmente con hombres de los estados vecinos, y mataban o enviaban a vivir con sus padres a los hijos varones que parían; las niñas eran entrenadas como arqueras para la guerra, y la costumbre de quemarse el seno derecho fue practicada para facilitar la tensión del arco, de ahí el nombre de amazonas, derivado de la palabra griega que significa "sin pecho".
Teseo se unió a la campaña de Heracles, y éste obtuvo el cinturón que buscaba. Cumplida la misión Heracles se despidió de Teseo, pero éste se había enamorado de la belleza de Hipólita y la raptó llevándola consigo a Atenas. Las amazonas entonces invadieron el Ática, e inició una cruenta guerra entre las amazonas y los atenienses. Éstos acabaron por vencer en una batalla que tuvo lugar cerca del Areópago. Finalmente, hechas las paces, Hipólita se convirtió en esposa de Teseo, al cual le dio un hijo llamado Hipólito.
CUESTIÓN 158.
Fedra e Hipólito
Poco después, Teseo abandonó a Hipólita y volvió a casarse, esta vez con Fedra, la hermana de Ariadna. Durante la ceremonia, Hipólita se presentó con sus compañeras de armas para atacar a los invitados, pero en la refriega murió a manos del propio Teseo. Ahora, Fedra se unió a Teseo y tuvieron un gobierno feliz en Atenas. Hipólito creció y se convirtió en un joven muy hermoso; veneraba a Artemisa y era un excelente cazador y auriga, que recorría los bosques en monterías, despreciando de los amores de las mujeres. Entonces Afrodita, enojada, hizo que Fedra se enamore apasionadamente de su hijastro Hipólito, y en ausencia de Teseo, dio finalmente a conocer al joven la pasión que sentía por él. Pero Hipólito, por supuesto, rechazó el encuentro amoroso con su madrastra, pues despreciaba a todas las mujeres. Desesperada y temiendo que quedara en evidencia su desvergüenza, Fedra huyó del palacio y dejó una nota en la que acusaba a Hipólito de haber intentado seducirla. Teseo, creyendo culpable a su hijo, invocó a su padre, Poseidón, para que destruyera a Hipólito. Cuando el joven conducía su carro por la costa, Poseidón envió un toro salvaje que salió del mar y espantó a sus caballos; éstos se escaparon, el carro se estrelló y se hizo pedazos. Mortalmente herido, fue llevado ante su padre, quien, mientras tanto, había sabido por Artemisa que su hijo era inocente. Cuando Hipólito murió, el desconsolado padre y su hijo se habían reconciliado. No pudo soportar esto Fedra, que desveló finalmente su amor y sus oscuros motivos, y se ahorcó.
CUESTIÓN 159.
Muerte de Asclepio
Ahora intervino Artemisa, la cual visitó a Asclepio y le solicitó que devolviese la vida a Hipólito. Cuando, a las palabras persuasivas de la diosa, se añadió la promesa de una gran recompensa, Asclepio ejerció su habilidad en grado extraordinario; no sólo devolvió la vida a Hipólito (al cual Artemisa llevó a Aricia), sino a tantos hombres que el Hades empezó a quedarse vacío. Esta interferencia resultó excesiva para Zeus, el cual prontamente eliminó a Asclepio al mundo inferior con uno de sus rayos.
Apolo se puso furioso al enterarse de la muerte de su hijo, pero no se atrevió a vengarse de su poderoso padre. Por lo tanto, se consoló dando muerte a los cíclopes que habían forjado el rayo. Como consecuencia, Asclepio, que era mortal, fue divinizado como dios de la medicina. En cuanto a Apolo, habiéndose hecho reo de derramamiento de sangre, fue desterrado durante un año, para que sirviera como esclavo a un hombre mortal.
CUESTIÓN 160.
Admeto y Alceste
Para que su sentencia fuera lo más benigna posible, se le puso al servicio de un hombre eminentemente justo y bondadoso, Admeto, rey de Feras. El ganado vacuno de Admeto aumentó prodigiosamente, y él no dejó de manifestar su gratitud y respeto hacia su misterioso esclavo. Apolo fue también agradecido por su parte y trató de prestar a Admeto mayores servicios; Pelías, rey de Yolco en Tesalia, tenía una hija llamada Alceste, y había ofrecido la mano de ésta a quien unciese a un carro un león y un jabalí, y Apolo hizo esto para Admeto. Al interrogar a las moiras, Apolo descubrió que era su amo temporal quien tenía por delante un breve periodo de vida; pero él supo ablandar con vino los corazones de estas diosas, hasta que consintieron en conceder a Admeto una vida más larga si él podía inducir a alguien a que muriese en su lugar. Al enterarse de todas estas cosas, Admeto buscó un sustituto. Todos, incluso su padre y su madre, se negaron, menos su esposa Alceste. Llegó el día fatal, y Alceste murió tomando voluntariamente veneno para salvar la vida de su esposo.
Al principio de su duelo por Alceste, Admeto recibió la visita de Heracles. Pese a su luto, Admeto no pasó por alto los derechos de hospitalidad que merecía un viajero bajo su techo, y ordenó a sus sirvientes que le hiciesen agradable la estancia. Sin embargo, Heracles descubrió el verdadero estado de cosas y tomó las medidas pertinentes para arreglarlo todo. Tánato, el genio de la muerte, se había llevado cargando a la muerta; Heracles fue a la tumba, aguardó a que llegase su mensajero del mundo inferior, y cuando hubo llegado, le obligó por la fuerza a soltar su presa. Una vez rescatado su cuerpo, ahora tenía Heracles que también rescatar el alma; para tal objetivo, el héroe bajó a los infiernos y luchó con el propio Hades por ella. El dios intentó impedirle la entrada, pero Heracles lo enfrentó y lo hirió en un hombro de un flechazo. De este modo fue Alceste resucitada y devuelta sana y salva a los suyos. En cuanto a Hades, tuvo que ser llevado al Olimpo para ser curado por el milagroso Peante mediante unas hierbas mágicas.
CUESTIÓN 161.
Ixión y los Centauros
Corónide tenía un hermano, Ixión. Éste, al casarse con Día, hija de Deyoneo, prometió un gran precio por la novia a su futuro suegro. Llegado el momento, cuando Deyoneo vino a recogerlo, cayó en un pozo de carbones encendidos que le había preparado Ixión. Como esto era casi asesinar a un pariente de sangre, y nadie había hecho algo semejante, nadie quiso purificar a Ixión, hasta que finalmente fue a refugiarse junto a Zeus, el cual consintió en purificarlo. El ingrato Ixión violó la divina hospitalidad al tratar de seducir a Hera; ésta se quejó a Zeus, el cual formó una doble de la diosa, Néfele, a base de una nube, para engañar a Ixión. De esta forma burlado, Ixión se unió a Néfele y engendró a los monstruosos centauros. Como castigo, Ixión fue atado a una rueda que giraba eternamente en el Hades. Pero su progenie continuó, y fue tan violenta como su padre. Por su forma eran en parte humanos de la cabeza a la cintura, y con el bajo vientre y las piernas de caballo. Sus grandes adversarios fueron los lapitas, cuyo rey Pirítoo ("Rapidísimo"), hijo de Zeus y de Día, fue amigo de Teseo.
CUESTIÓN 162.
Pirítoo e Hipodamia
Pirítoo invitó a Teseo a su boda con Hipodamia (literalmente "domadora de caballos") hija de Adrasto, pero cometió el error de invitar también a los centauros, y de olvidarse de invitar a Ares. Éste entonces incitó a los centauros a beber vino, al que no estaban acostumbrados. Los centauros se embriagaron y trataron de llevarse las mujeres de los lapitas. Produjóse entonces una furiosa lucha en la que Pirítoo y Teseo pelearon contra los centauros, causando gran mortandad y causando la derrota de los centauros. En la batalla perdió la vida el lapita Ceneo, quien originariamente fue una muchacha, Cenis; pero, al ser violada por Poseidón y al preguntarle éste qué quería como recompensa, Cenis pidió ser convertida en hombre, para que tal cosa volviera a sucederle, y además, que pudiera ser invulnerable. Siendo invulnerable, Ceneo fue abatido por los golpes de los centauros.
CUESTIÓN 163.
Teseo y Pirítoo
Teseo y Pirítoo, siempre compañeros en heroicas correrías, decidieron tomar por esposas a hijas de Zeus. Helena Helena tocó en suerte a Teseo, y Perséfone quedó para Pirítoo. Fueron primero a Esparta y se apoderaron de Helena, quien era aún una niña pero muy famosa en toda Grecia por su belleza. Tras dejar a Helena en Atenas, los aventureros marcharon hacia el Hades para apoderarse de Perséfone; aprovechando esto, los hermanos de Helena, los Dioscuros, Cástor y Pólux, la rescataron de Atenas, y capturaron a la madre de Teseo, Etra. Pero el viaje al Hades de Teseo y Pirítoo tampoco resultó exitoso; el rey del mundo de los muertos los engañó, fingiendo que los acogía hospitalariamente e invitándoles a sentarse en el trono de Lete. Allí quedaron fuertemente atados por anillos de serpientes. En consideración por ser hijo de Poseidón, Hades tuvo intención de liberar a Teseo después de una breve detención, pero éste prefirió quedarse junto a su amigo y compartir su misma suerte. Poco después Heracles, como su doceavo trabajo, descendió al mundo de los muertos para capturar a Cerbero; viendo el tormento de Teseo, rogó a Hades que le permitiera liberarlo. Sacando primero a Teseo, con gran esfuerzo, Heracles intentó después rescatar a Pirítoo, pero al intentar moverlo del trono que lo retenía, todo el Tártaro amenazó con resquebrajarse. Así Heracles tuvo que llevarse consigo a Teseo junto con Cerbero, y regresaron al mundo de los vivos. Pirítoo quedó prisionero en el Hades; en ese estado fue presa fácil de Cerbero, que lo devoró cuando estuvo de nuevo en las regiones infernales.
CUESTIÓN 164.
Epílogo de Teseo
En su vejez, Teseo se quedó solo, con su reino sumido en el caos, agitado por rebeliones y corrupción. Incapaz de restablecer la autoridad, refugióse en Esciro, donde Licomedes, rey de la isla, lo mató arrojándolo al mar desde un acantilado. Poco después de la segunda guerra médica, el oráculo de Delfos encargó a los atenienses que recogieran los huesos de Teseo en Esciro y los devolvieran a Atenas. Una expedición guiada por Cimón, jefe del partido más conservador de Atenas, halló, guiado por Atenea, los restos de Teseo bajo el mar, junto a una lanza y escudo enormes; a su regreso le rindieron grandes honores construyéndole una tumba en su memoria.
Autor:
AllanAAA