Introducción
Me permito retomar la parte introductoria del capítulo La inteligencia ciega [1]para iniciar este trabajo ya que me parece que hace un análisis profundo y claro de la realidad actual y me facilita exponer la problemática que quiero plantear: el sujeto humano y el conocimiento.
E inicio así: "Hemos adquirido conocimientos sin precedentes sobre el mundo físico, biológico, psicológico, sociológico. La ciencia ha hecho reinar a los métodos de verificación empírica y lógica. Mitos y tinieblas parecen ser rechazados a los bajos fondos del espíritu por las luces de la razón. Y, sin embargo, el error, la ignorancia, la ceguera progresan, por todas partes, al mismo tiempo que nuestros conocimientos".
Está claro que lo único certero es que se vive en una incertidumbre que abarca las múltiples esferas de la vida personal, social y de especie. Y esto puede quedar verificado por el cambio mundial ante crisis especificas como las guerras y los conflictos económicos por conquistar los destinos de la mayoría y que decir de los movimientos preocupados por la ecología y la sensibilidad hacia los grandes problemas de la humanidad, la pobreza, el hambre, la pérdida de recursos naturales vitales, etc.
Y es ante esta panorámica donde Morín lanza una invitación a la persecución de lograr una conciencia planetaria que venga a contrarrestar el flujo creciente de la globalización, con sus múltiples problemáticas, y se rescate el proceso de humanización que parecería estar en segundo plano, donde la técnica propicia una especialización que cierra al individuo a esferas cada vez más privadas y dejando de lado los sentimientos, las afecciones, la cercanía con el otro… y es por eso que me es importante el tratar de rescatar esta concepción multidimensional de la vida y de las ciencias, donde el objetivo es la consecución, no solo individual, social, sino de la especie.
Este planteamiento permite comprender que al abordar la realidad se debe tener presente el contexto y donde el conocimiento permite estar en dicha realidad de manera que al abordarla sea ella quien marque la pauta para elaborar una teoría que nos acerque a la resolución de las problemáticas. Desde estas premisas quiero abordar esta dialógica sujeto humano y conocimiento.
En un primer momento abordaré cada concepto por separado, primero lo referente al sujeto y la manera como Morin lo comprende y acentúa; posteriormente lo referente al conocimiento y más que en el proceso de cómo conocemos me interesa acentuar la discusión en la construcción social del mismo donde la comprensión juega un papel importante y decisivo; y en un tercer momento la dialógica que se puede establecer entre ambos y su relación con otros conceptos claves de la propuesta de Morin. Y por último establecer conclusiones y apreciaciones personales al respecto.
Pero cual sería la problemática o el punto a discusión entre sujeto y conocimiento; de entrada percibo por las lecturas hechas en: introducción al pensamiento complejo, el Método, las ideas y el conocimiento del conocimiento, los siete saberes… que para llegar a concretizar las ideas de conciencia planetaria o comunidad planetaria, la conciencia de la complejidad, la reforma del pensamiento, etc, es necesario un profundo rescate de lo que significa el sujeto y su contexto y el papel del conocer en la vida de dicho sujeto.
Y como estos se pueden redimensionar y dinamizar para que no solo sea yo sino el otro y los otros.
Así la conciencia sobre el destino planetario es una condición necesaria para realizar la humanidad y es la educación la rectora de arraigar al ser humano en su casa que es la tierra, que no es solo un planeta físico + biosfera + la humanidad. La tierra es una totalidad compleja físico- biológica- antropológica. Desde esta idea se puede entender que la visión de Morin es la de unidad, pertenencia, relación entre esferas, conceptos, problemas etc.
I El sujeto Humano
En Introducción al pensamiento complejo, Morin habla del sujeto en relación al objeto y plantea que en la historia del pensamiento se ha vivido un marcado dualismo entre ambos y según sea la corriente filosófica en boga se ha privilegiado a uno u otro.
Pero desde su perspectiva no hay dualismo entre sujeto – objeto "el sujeto emerge al mismo tiempo que el mundo… emerge sobre todo a partir de la auto-organización, cuando autonomía, individualidad, complejidad, incertidumbre, ambigüedad, se vuelven los caracteres propios del objeto".[2]
Posteriormente hace el análisis de por qué en el objetivismo se cubre el sujeto, se hace un fantasma y lo que se privilegia es el objeto:
"La ciencia occidental se fundó sobre la eliminación positivista del sujeto a partir de la idea de que los objetos, al existir independientemente del sujeto, podían ser observados y explicados en tanto tales".
"El sujeto es rechazado, como perturbación o como ruido, precisamente porque es indescriptible según los criterios del objetivismo… el sujeto se vuelve fantasma del universo objetivo"(65)
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