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La radio en el reto de construir puentes entre las ciudadanías


Partes: 1, 2

    1. Abstract
    2. Los campos articuladores de nuevos escenarios
    3. Hacia la formación de Ciudadanías Activas y Participativas
    4. Del Derecho a la Información al Derecho a la Comunicación
    5. ¿Por qué hablar de ciudadanía hoy?
    6. La ciudadanía comunicativa
    7. El eje de la ciudadanía comunicativa: La información
    8. El Caso de la Radio en la Construcción de Ciudadanía
    9. A manera de epílogo
    10. Fuentes de información

    El derecho a la información como práctica de formación y desarrollo de la ciudadanía comunicativa

    Amo la palabra Hermano

    que hace que tu vida

    y mi vida unan sus manos y,

    como balanzas busquen el equilibrio,

    para que cuando tú bajes yo te alce

    y cuando yo caiga tú me levantes.

                                           Anónimo

    ABSTRACT

    Se percibe en estas sociedades de principios de siglo que los medios de comunicación masiva, especialmente la televisión y la radio, y las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) al igual que las instituciones sociales aportan, de uno u otro modo, a la construcción de ciudadanía comunicativa, la misma que puede ser activa y participativa o vinculada exclusivamente al consumo, como se percibe en la mayoría de los casos.

    El consumo de la oferta mediática y, especialmente, de la información periodística de calidad, coadyuva en la constitución y ejercicio activo y responsable de las ciudadanías porque permite que las personas se formen una opinión sobre algún hecho de interés común, la pongan a consideración pública y deliberen sobre la misma en busca de consensos que influyan o determinen acciones hacia los sistemas de poder. De este modo, se participa en la toma de decisiones que afectan, de forma directa o indirecta, la propia vida y la de la comunidad.

    En este proceso de constitución de lo que se llamaría la ciudadanía comunicativa, es nuclear la información porque se basa en el principio de reducción de la incertidumbre. Esta certeza se logra por medio del despliegue de las facultades del derecho humano a la información (recibir, investigar y difundir información y opinión) que influyen sobre la persona en alguna forma de conocimiento y modifica o transforma su comportamiento en un proceso de "maduración social", donde desarrolla las virtualidades de la sociabilidad.

    Los campos articuladores de nuevos escenarios

    En las últimas dos décadas valorizamos en los países de América Latina la democracia como régimen institucional, pero se constata que aún falta mucho por avanzar para que se constituya en evidentemente participativa y no sólo representativa, y para que subsista como una forma de vida cotidiana donde no exista una brecha tan profunda entre la formalidad de la ley, por un lado, y la conciencia y la práctica de los derechos humanos en el marco del ejercicio ciudadano, por el otro.

    Esta grieta se debe, entre otras razones, a que muy poco es lo que se avanzó en cuanto a construir una gobernabilidad esencialmente democrática "que concierne a la relación entre el sistema político y la ciudadanía" por la falta de adecuación de la política y del Estado a las transformaciones sociales y culturales en curso, producto de acelerados procesos de cambio en la configuración de sociedades informacionales y del conocimiento donde convive, en permanente conflicto y complementariedad, la (pos)modernidad y la tradición. Entre otras cosas, estas "deficiencias afectan la viabilidad política de las estrategias de desarrollo y pueden poner en peligro la legitimidad misma del régimen democrático" (Calderón y Lechner, 1998: 12).

    Estas configuraciones y procesos requieren la conducción de una nueva acción política que tome en cuenta la mayor y mejor cooperación, participación e incidencia efectiva de los ciudadanos, como sujetos actores. De hecho, resulta paradójico que hoy en día asistamos a un auge de la "cultura del yo" (privatización de actitudes y conductas) que contrae drásticamente y cambia de forma el ámbito integrador "en tanto espacio compartido, de encuentro" que representa lo público. Una interacción que en el omnipresente espacio del mercado conforma ciudadanos-consumidores o ciudadanos-espectadores; en ambos casos, apartados en espacios privados e íntimos, bien demarcados en sus intereses, pasivos en el juego político del poder (pertenencia democrática).

    Partes: 1, 2
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