Podría parecer, para los que tienen una concepción transcendental y espiritual del hombre, que se ha realizado cumplidamente aquella parte del Plan Divino que consistiría en que, con el fin de que el hombre llegase a desarrollar plenamente la consciencia de sí mismo y su libertad, la humanidad se hundiría en los confines de la materia y del egoísmo, volviéndose casi exclusivamente hacia los sentidos, hacia el dominio de la naturaleza y hacia esa materia como única realidad, en una total separación del Espíritu y la Materia. Si ese Plan pasaba a través de una fase histórica en la que el hombre quedaría separado totalmente de lo espiritual, tras un largo desarrollo dentro de su aislamiento corporal y de su confinamiento en la experiencia tridimensional, para que eventualmente apareciesen en él el Amor y la Luz, no sería una exageración afirmar que la plasmación y consolidación de la semilla de la era materialista llega ya, o está apunto de llegar, a su culminación.
En los Vedas hindúes se predice que Krishna volvería como Kalki Avatar al final de las eras para salvar a la humanidad en un caballo blanco y con una espada, lo cual viene a coincidir con lo que profetiza el Libro de Revelaciones en el sentido de que el Cristo retornaría en un caballo blanco y con una espada. En el Bhagavad Gita (4:7-8) Krishna le anuncia a Arjuna: "Has de saber que siempre y cuando la virtud y la justicia decaen en el mundo y predominan el vicio y la injusticia, entonces Yo, el Señor, desciendo y me manifiesto como un hombre entre los hombres, y mediante mi influencia y enseñanzas destruyo el mal y la injusticia para restablecer el Dharma y sustituirlos por la virtud y la justicia".
Muchos son los que, envueltos en un pesimismo visceral, no ven otra solución a tal estado de cosas, que se cumpla una vez más ese designio divino y que reaparezca de nuevo un Avatar 1 sobrenatural que ponga orden y concierto al desmadre planetario, imponiendo soluciones más ético-espirituales que estrictamente materiales y externas. ¿Pero realmente es tal el desastre? ¿No es esto precisamente lo que estaba previsto dentro del Plan Divino en la actual fase histórica de la humanidad? Al fin y al cabo se podría constatar que tras la caída del muro soviético, hay más sistemas democráticos en que se respetan los derechos humanos y que las gentes (si nos referimos escuetamente al llamado primer mundo, que supondría un 20% escaso de la población mundial) viven mejor, en cuanto a la satisfacción de sus necesidades básicas, cubiertas dentro de la llamada sociedad del bienestar. ¿Pero las necesidades materiales, por importantes que puedan ser para un desarrollo efectivo del hombre actual, constituyen el objetivo último y fundamental de los seres humanos?
Se dice en algunos medios espiritualistas que actualmente la Humanidad se halla en la fase conocida como Epoca del Alma Consciente, en la que básicamente, a través de la autoeducación y la autodisciplina, el hombre ha de adquirir una personalidad libre, consciente e individualizada, más allá de las ilusiones y distorsiones religiosas y espiritualoides del pasado y más acá del punto de vista mecanicista, materialista y egoísta de la economía del presente. Y como quiera que la encarnación física del Cristo, el Verbo Divino Creador de nuestro universo solar, es cosa del pasado, pues se sabe en términos esotéricos que el acontecimiento que tuvo lugar hace dos mil años en el Gólgota solo pude ocurrir una sola vez, cabría decir que la venida del Avatar Crístico ya no volverá a suceder dentro de un cuerpo físico humano, y por tanto habría de concluirse que el ser humano, sometido a sus propias fuerzas autodestructivas y a su evidente crisis y decadencia, se enfrenta "solo ante el peligro" a su porvenir…¿Es así, o por el contrario cuenta con la ayuda de las Jerarquías Angélicas Solares y con la Providencia de Cristo, para que finalmente el hombre pueda llegar a convertirse en el Espíritu de Libertad y Amor previsto, según los esoteristas rosacruces y cristianos, en el Plan Divino?
Y es que Cristo, como Avatar y Dios del Amor, descendió a la materia y se encarnó en el hombre cuando la humanidad había llegado a un grado tal de decadencia y parálisis en su transcurso evolutivo, y, para poder dar su mensaje de hombre a hombre y en directo, tuvo que sacrificar lo que antes no había hecho ningún otro Dios, Mesías o Avatar, al materializarse en un cuerpo físico humano, en vez de actuar desde las alturas espirituales incólumes, como todos los anteriores Avatares. Es preciso recalcar que, desde el punto de vista ocultista y esotérico, cuando encarnó y entró en el terrible aislamiento de la consciencia tridimensional, para conquistar la muerte y conducir a la humanidad hacia la ciudadanía de pleno derecho dentro de las jerarquías del Macrocosmos, vino a traer, junto con todo su mensaje evangélico, un sistema revolucionario de ascensión hacia el Espíritu que permitiría al hombre desatascarse del poder que sobre él venían ejerciendo los seres espirituales que regían su interior anímico (como nos refiere la Gnosis del apócrifo Pistis Sophia), mediante la introducción de una nueva forma de mecanismo de transcendencia evolutiva: la Iniciación del Ego, en la que el Alma por primera vez se convertiría en Cáliz del Espíritu, al recuperar su ego superior o Espíritu, mediante la transformación del Alma en el vehículo del Espíritu.
El Avatar Cristo, además de redimir al cuerpo humano "caído", mediante la introducción en el hombre del Cuerpo de Resurrección, vino a renovar y adecuar a los tiempos el sistema iniciático, reemplazando así a la Iniciación antigua egipcia o Iniciación Luciférica (además de todas las demás iniciaciones de la Antigüedad) que ocasionaba en el sujeto iniciando una disociación temporal de la percepción física, en la que el cuerpo etérico era parcialmente separado del físico, a través de la inmersión total en el agua o el enterramiento en un sarcófago, en cuyos procedimientos no tomaba parte el Ego o "Yo", pues se anulaba la consciencia en estado de profundo trance, y se actuaba solo sobre el cuerpo astral. Después el aspirante volvía en sí y recordaba su experiencia en el macrocosmos y la visión astral de los seres espirituales del mundo suprasensorial o celestial. Pero aquella Iniciación antigua no podía conseguir la unión permanente entre el alma del hombre y su Ego superior (su Espíritu), por causa del juego espiritual de Lucifer y Ahriman internos. El egoísmo, deseo y materialismo, que los mismos habían imbuído en la estructura anímica del hombre, había hecho imposible que el Espíritu Atma penetrase en el Alma, de manera que el Espíritu y el Alma solo se podrían unir tras la muerte. Y sin embargo Cristo vino a incorporar al Ego Superior, al que llamaba el Padre ("Nadie llegará al Padre si no es a través de mí", "El Padre y Yo somos Uno"). La pregunta sería: ¿En qué medida el mensaje crístico ha cuajado en las mentes y las almas humanas, a la vista del panorama actual humano? ¿Es normal y era previsible lo que acontece en términos generales?
Es evidente, y así está previsto, que pueden encarnarse otras entidades espirituales, distintas al Cristo, que se arroguen el papel de tal Avatar mesiánico. De la misma manera que es sabido que hace cuatro milenios se encarnó en China el Ser Espiritual conocido como Lucifer para realizar su papel como introductor del órgano intelectual en la tierra dentro de un cuerpo físico, se piensa en los medios esotéricos que el ser que representa a Ahriman encarnará previsiblemente en cualquier momento, si es que ya no está encarnado (el llamado "Cristo" Maitreya que viene anunciando Benjamín Créme, que promueve el bienestar material, la redistribución de la riqueza, la sanidad, la educación, etc, podría estar dentro de ese tipo de iniciativas mesiánicas, de soluciones básicamente materiales e igualitarias y de planteamientos tan similares a la utópica y ya decaída "New Age", aunque las corrientes esotéricas orientalistas de los llamados "Maestros Ascendidos" le deniegan esa representatividad).
Se cree que el Ahriman real encarnará en los Estados Unidos, a causa de la influencia electromagnética y telúrica de la geología de ese país, favorecedora de la fuerte presencia energética ahrimánica y "duro" materialismo allí predominantes. Es sabido que, por lo que Ahriman representa, tratará de incorporar una nueva capacidad humana: el pensamiento ahrimánico materialista, que podría endurecer el cuerpo etérico de los hombres hasta el punto de convertirles en criaturas "listas" y animalizadas, especie de homúnculos fantasmales avispados e inteligentes. Pero ese Mal que representaría la encarnación e influencia de Ahriman, necesaria e inevitable en la evolución terrenal humana, podría cambiarse en Bien, si el ser humano enfrenta su influencia conscientemente y en el punto medio, compensando su fría y seca intelectualidad con la calidez y entusiasmo luciférico que habita en nuestro interior, (y viceversa), y desterrando su punto de vista mecanicista y materialista mediante la captación de la Sabiduría Cósmica que se puede recoger del estudio de la Ciencia Espiritual. Ahriman no cree en Dios, cree en la Materia Eterna, y es muy evidente que, siendo opuesto y refractario a Cristo, le imita permanentemente y se presentará ante el mundo con cualidades y mensajes pseudo-crísticos. En realidad, si miramos a nuestro alrededor, podemos ya observar la tremenda influencia que ejerce sobre la humanidad el influjo Ahrimánico: aparatos mecánicos animados por seres elementales como ordenadores y teléfonos móviles por todos los lados, supremo interés por el dinero y el bienestar, sensualidad y sexo promiscuo generalizado, concepto economicista a ultranza presente en nuestro trabajo y nuestras vidas, concepción científico-material del mundo, etc.
En los medios esotéricos es sabido, por lo que se refiere a Maitreya, que es un Boddhisattva de la "corte" del Cristo, uno de los 12 Buddhas constituyentes y rectores del Espíritu Santo, cuya encarnación está prevenida para dentro de 3.000 años, por lo que nunca se le podría adjudicar ser la subjetividad del Cristo histórico. Es un discípulo de Cristo, que en la Sexta Epoca Cultural, y sirviendo a Cristo como su mensajero, alcanzará el Budhado al que llegó Gautama Budha hace 2.500 años. En tal sentido conviene recordar que Cristo ya advirtió reiteradamente acerca de los impostores que intentarían suplantarle ante la Humanidad, y así en Mat 24:4 "No os dejéis engañar,,," Mat 24:5 "cuando varios usurpen mi nombre y digan: Yo soy el Mesías. Pues engañarán a mucha gente". Mat 24:7 "Unas naciones lucharán contra otras y se levantará un reino contra otro reino, habrá hambre y terremotos en diversos lugares". Mat 24:9 "Entonces os denunciarán y seréis torturados y asesinados. Todas las naciones os odiarán por mi causa". Mat 24:11 "Aparecerán falsos profetas, que engañarán a mucha gente", Mat 24:12 "y tanta será la maldad, que el amor se enfriará en muchos…"
Sin embargo, nos dejó dicho Steiner, aunque ya no tendrá lugar nunca más la encarnación física del Cristo en la tierra, es en la región etérica del planeta donde ya está ocurriendo la segunda venida, a nivel etérico, del Cristo (el etérico es el nivel físico superior que no está limitado por las leyes del espacio material). Y de esta manera, en esta llamada Quinta Epoca Postatlante o Europea, el Cristo aparece etéricamente en torno a la Tierra en una especie de renovación del Misterio del Gólgota, en forma de lo que se denomina la Red Etérica Cristica, hecha de Luz y Amor Cristicos, y formada por el Espíritu de Vida (o Cuerpo Búddhico) de Cristo y de los cuerpos etéricos regenerados de todos los iniciados cristianos que permanecen en el mundo espiritual tras su desencarnación. Su influencia energética se aplica de manera continua y permanente sobre la tierra de forma providencial, con el fin de promover la evolución y la salvación del futuro del género humano, así como para neutralizar la avalancha del Mal causada por la "caída de los Espíritus de las Tinieblas" ahrimánicos opositores al Plan Crístico (ocurrida fundamentalmente antes del nombramiento de Micael como Espíritu del Tiempo presente en el año 1879), y en suma para contrarrestar las radiaciones de todas las fuerzas del mal que anclan a la humanidad a la materia, la separatividad y al egoísmo.
Esta esfera etérica alrededor del planeta, de carácter energético-moral, que en su día terminará convirtiéndose en un auténtico Sol físico, refleja las energías vitales espirituales que Cristo vierte contínuamente en el aura del planeta, para regenerar los cuerpos etéricos humanos contaminados por las energías mortíferas de las Entidades Opositoras. La Red Etérica de Cristo es su mismo Cuerpo Místico convertido en el nuevo Espíritu de la Tierra, y sus energías de Luz-Amor pueden ser sintonizadas por todo aquél que las invoque conscientemente constituyéndose en canal de ese impulso crístico, con el fin de recargar de fuerza vital espiritual el propio cuerpo etérico y de transformar la realidad y los seres que nos rodean en la tierra. Y en su consecuencia se puede afirmar que el Cristo Etérico es el único y actual Avatar, como Instructor, Consolador providencial y Curador sanador de la humanidad doliente.
Notas:
1 Avatar, o Avatara, es la palabra sánscrita que designa a aquel Ser espiritual o Jerarquía Divina que en un momento histórico encarna en un cuerpo humano para intervenir y promover la evolución de la humanidad.
Por
Emilio Sáinz Ortega
Director de Redacción de
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