- Resumen
- Acepciones de la palabra símbolo
- Definiciones desde la antropología y la semiótica
- El símbolo: una definición operativa
RESUMEN
EL SÍMBOLO: ACEPCIÓN, DIFERENCIAS CONCEPTUALES Y DEFINICIÓN OPERATIVA
En este artículo doy cuenta de la complejidad polisémica del vocablo símbolo, del punto de vista de los antropólogos y los semiólogos más representativos en definir y operativizar esta categoría y, finalmente, postulo una definición del símbolo como una representación psíquica de naturaleza analógica e icónica, con cierto grado de convencionalidad y que, en cuanto elemento estable en un continuum cultural, representa revelando, evocando, reemplazando, tipificando o transportando.
ABSTRACT
THE SYMBOL: ACCEPTION, CONCEPTUAL DIFFERENCES AND OPERATIVE DEFINITION
In this article I give bill of the complexity polysemical of the word symbol, of the point of view of the anthropologists and the most representative semiologist in defining and to make operative this category and, finally, it postulates a definition of the symbol like a psychic representation of analogical nature and iconical, with certain conventionalism degree you give and that, as soon as stable element in a cultural continuum, represents revealing, evoking, replacing, typifying or transporting.
1. Acepciones de la palabra símbolo
La palabra símbolo es polisémica, en consecuencia tiene una asombrosa variedad de significados según se trate de la lingüística, la semiótica, la antropología, la filosofía o la psicología, haciéndose más compleja de acuerdo al sentido que le dan una u otra tendencia disciplinaria y de las épocas y los contextos en que se localiza su uso. Amplío lo afirmado:
Charles S. Peirce (1986) expone que la palabra símbolo tiene tantos significados que sería dañar al lenguaje agregarle otro nuevo. Etimológicamente significaría «algo arrojado conjuntamente»: arrojado dentro de una cosa (un perno), arrojado a un costado (una garantía colateral), arrojado por debajo (un regalo prenupcial). Los griegos usaron «arrojar conjuntamente» para designar la realización de un contrato o de un convenio. Aristóteles llama al nombre sustantivo «símbolo» (un signo convencional). En griego, luz de vigilancia es «símbolo» (una señal convenida). Entre otros, eran llamados «símbolos» un estandarte o enseña, un santo y seña, un distintivo, un credo confesional, un billete de entrada a un teatro, un talón o billete que dé derecho a recibir algo, cualquier expresión de sentimiento. Estos eran los significados más importantes de la palabra en el lenguaje que le dio origen. El significado que Peirce le adscribe al símbolo es el de un signo convencional o bien de un hábito (innato o adquirido), y que no distorsiona mucho la palabra al usarla como lo propone.
Posteriormente otros estudiosos (como Trevi, Lotman, Guiraud entre otros) también han resaltado el carácter polisémico del término símbolo en el sistema de las ciencias semióticas. Mario Trevi expone que el símbolo indica elementos de un algoritmo; funciones de la psique; el objeto material (cuando sustituye una idea abstracta); el signo gráfico; y la dimensión lingüística. De ahí que para Trevi «el símbolo sea así la dimensión que adquiere cualquier objeto (artificial o natural) cuando éste puede evocar una realidad que no es inmediatamente inherente» (1996: 2); sin embargo, el concepto de símbolo puede ser también paradigma de contraposiciones mutuas.
Muchas veces «la expresión "significado simbólico" se emplea ampliamente como un simple sinónimo de signicidad. En los casos en que existe alguna correlación entre la expresión y el contenido y –lo que se subraya especialmente en este contexto— la convencionalidad de esa relación, los investigadores hablan a menudo de función simbólica y de símbolos» (Lotman, 1993: 47).
P. Guiraud se lamenta que «desgraciadamente no ha sido posible todavía llegar a un acuerdo sobre el valor de este vocablo; los distintos autores emplean la palabra "símbolo" con las acepciones más diversas» (1991: 18). Al respecto no creo, ni es deseable, que se arribe a una construcción monosémica de la palabra símbolo, perdería toda su riqueza y complejidad semántica.
Carl G. Jung, cuando trata al símbolo, pareciera querer ignorar la polisemia del término. Cualquier asignación de un significado particular históricamente determinado a un vocablo tan polisémico, es una operación de arbitrariedad semántica (Trevi, 1996). El término no puede ser excluido de sus significados históricamente circunscritos si no es mediante la asunción de una posición semántica. En consecuencia, un objeto de estudio determinado debe ser correspondido por la construcción de una definición operativa instrumental que guíe la investigación y exposición de los resultados.
2. Definiciones desde la antropología y la semiótica
Primero haré referencia a las definiciones de cuatro antropólogos, luego haré alusión a las definiciones de cuatro semiólogos:
2.1. Punto de vista de los antropólogos
Los antropólogos referidos son Claude Lévi-Strauss, Clifford Geertz, Edmund Leach y Victor Turner.
2.1.1. Lévi-Strauss
En la «Introducción a la obra de Marcel Mauss» (Antropología y sociología), Lévi-Strauss escribe: «La cultura puede considerarse como un conjunto de sistemas simbólicos que tienen situados en primer término el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el arte, la ciencia y la religión. Estos sistemas tienen como finalidad expresar determinados aspectos de la realidad social, e incluso las relaciones de estos dos tipos de realidad entre sí, y las que estos sistemas simbólicos guardan los unos frente a los otros» (1979: 20).
Lévi-Strauss, influido por la Lingüística Estructural de Ferdinand de Saussure, concibe la antropología como una semiología, lo que implica su consideración de los sistemas simbólicos como sistemas semiológicos. Lo simbólico es considerado como una dimensión inconsciente de carácter lógico-racional, y como una dimensión comunicativa, porque «el inconsciente sería, pues, -escribe- el elemento mediador entre el yo y los demás» (1979; 28); asimismo, postula que la sociedad y la cultura tienen un origen simbólico; homologa lo simbólico y lo semiológico; y, sostiene que entre lo simbólico y la realidad existe una determinación causal: lo simbólico determina el orden del mundo (Haidar, 1990, 1995, 1997).
2.1.2. Geertz
En la Interpretación de las culturas, en la «Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura», Geertz escribe que el concepto semiótica de la cultura es entendido como «… sistemas en interacción de signos interpretables (que ignorando las acepciones provinciales, yo llamaría símbolos)» (1987: 27).
En el mismo texto, cuando trata «La ideología como un sistema cultural», en una nota de pie de página afirma: «En mi exposición, empleo "símbolo" en un sentido amplio que abarca todo acto u objeto físico, social o cultural que sirva como vehículo de una concepción» (1987: 182).
2.1.3. Turner
Turner hace suya la descripción del Concise Oxford Dictionary, y describe que el «"símbolo" es una cosa de la que, por general consenso, se piensa que tipifica naturalmente, o representa, o recuerda algo, ya sea por la posesión de cualidades análogas, ya por medio de asociación de hecho o de pensamiento» (1999: 21). Los símbolos que Turner observó entre los ndembu eran empíricamente objetos, actividades, relaciones, acontecimientos, gestos y unidades espaciales en un contexto ritual.
Más adelante, Turner define al símbolo por su función específica: «es pues, una marca, un mojón, algo que conecta lo desconocido con lo conocido» (1999: 53). De ahí que Ricardo Melgar precise que «el símbolo es una fuerza en un campo de acción social; es también un estímulo de emoción. El símbolo a través de sus propiedades hace pendular sus significados entre lo abierto y lo oculto, lo manifiesto y lo latente» (1998: 12).
2.1.4. Leach
Leach (1978) opone los símbolos/signos como subcategorías de signum. «Un signum es signo cuando hay una relación intrínseca previa entre A y B porque pertenecen al mismo contexto cultural». Solos no expresan nada, asociados con otros signos o símbolos, sí. La metonimia describe esta clase de relación. «Un signum es un símbolo cuando A representa a B y no hay relación intrínseca previa entre A y B; es decir, A y B pertenecen a contextos culturales diferentes». La metáfora expresa esta clase de relación. Donde la metonimia implica contigüidad, la metáfora depende de una semejanza afirmada.
El uso de metonimia/metáfora se debe a Jakobson; el uso de sintagmático/paradigmático deviene de la oposición lingüística sintagma/asociación propuesta por Saussure y que fuera retomada por Lévi-Strauss; melodía/armonía expresa la misma oposición (escribe Leach); también se puede sumar a las anteriores la oposición sintagma/sistema de Barthes1.
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