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Pobreza y distribución: Presentación de estudio empírico para América Latina y estadísticas para El Ecuador


Partes: 1, 2

    1. Antecedentes para el Ecuador
    2. Presentación de Estudio: Impacto de Remesas en la Pobreza y la Inequidad en América Latina
    3. Aspectos Econométricos y Variables
    4. Datos y Resultados
    5. Conclusiones
    6. Tablas y Gráficos
    7. Bibliografía

    Impacto de las Remesas de Migrantes en la Pobreza e Inequidad

    1. Antecedentes para el Ecuador

    La pobreza es uno de los temas de mayor interés a nivel mundial, dada la búsqueda permanente de una mejor sociedad ligada a una mejor calidad de vida. La medición, y por lo tanto los determinantes, de la pobreza han evolucionado en el tiempo y con ello fomentado un sin número de investigaciones que buscan, más allá que explicarla, encontrar mecanismos para combatirla.

    En la actualidad, se considera a la pobreza desde dos ángulos: el incremento de los ingresos y la equidad. En este sentido, antes de presentar el estudio empírico desarrollado por Pablo Acosta, y publicado por el Banco Mundial en el año 2007, a continuación se hace un resumen de algunas investigaciones desarrolladas en el Ecuador sobre el tema de remesas, migración, ingreso y distribución, y pobreza, a fin de generar el marco contextual que nos permita entender e interpretar el modelo de Acosta con mayor interés.

    a. Remesas y Migración en el Ecuador

    Las remesas de los migrantes, junto con los altos precios del petróleo han permito fortalecer la dolarización y alcanzar estabilidad macroeconómica en el Ecuador. A finales de 2006, el Banco Central del Ecuador (BCE) reportó un valor anual por remesas de USD 3.000 millones (8% del PIB), mostrando una impórtate tasa de crecimiento durante los últimos diez años (ver gráfico 1).

    Por otro lado, la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) quinta ronda (levantada entre noviembre de 2005 y octubre de 2006) permite identificar que el monto de remesas que reciben los hogares es de USD 720 millones cada año, con un monto promedio mensual por hogar (a nivel nacional) de USD 119 (ver Gráfico 2), en 508 mil hogares receptores de remesas en el Ecuador.

    La relación de montos promedios recibidos por región y provincia, permite observar que en las zonas rurales los hogares receptores de remesas reciben, en promedio, USD 13 más que en las zonas rurales, en la sierra se recibe USD 28 más que en la Costa y USD 31 más que en la Amazonía. La provincia que recibe un mayor promedio de remesas es la del Azuay, donde se alcanzan los USD 188 mensuales promedio (de los hogares receptores).

    La concentración de los hogares receptores de remesa (ver Gráfico 3) se da en un 75% en el sector urbano y 24% en las zonas rurales; 49% en la costa, 48% en la sierra y 3% en la Amazonía; y, 84% en la población no pobre, 13% en los pobres y 3% en los indigentes[1].

    Por su parte la concentración de montos recibidos se da en un 78% en las zonas urbanas, dejando el 22% a las áreas rurales; 54% en la sierra, 44% en la costa y 3% en la Amazonía; y, 91% en la población no pobre, 7% en los pobres no indigentes, y 2% en los indigentes (ver Gráfico 4).

    De esta manera se puede evidenciar que las remesas se concentran tanto por hogares receptores como por monto en hogares urbanos, no pobres, de la sierra. Por otro lado, el uso que los hogares dan a las remesas (ver Gráfico 5) se concentra en un 37% en la manutención del hogar, 19% en gastos de educación y salud, 18% vivienda, 10% pago de deudas, 8% ahorro, 6% otros gastos, y apenas el 1% en negocios. En este sentido se puede evidenciar que las remesas si bien colaboran a generar estabilidad económica a nivel nacional (como veremos a continuación) e incrementan los ingresos y la riqueza, no llegan a la población de menores recursos, y su efecto se da en un incremento del consumo (que activa la economía) pero no en ahorro e inversión.

    La importancia macroeconómica de las remesas dentro de la Balanza de Pagos del Ecuador se explica (ver Gráfico 6) en la evolución que ha tenido esta fuente de ingresos en su relación con el PIB, pasando del 2% en 1996 al 7% en 2007, mientras que la exportaciones tradicionales pasaron del 9% en 1996 al 5% en 2006, y las exportaciones no tradicionales del 5% al 7% en 1996 y 2006, respectivamente.

    Por otro lado la tasa de crecimiento de las remesas (ver Gráfico 7) se muestra relacionada con las importaciones no petroleras, y se muestra contraria al ciclo económico (variación anual del PIB) lo que muestra un carácter contra cíclico importante para la estabilidad macroeconómica en el Ecuador, así como una fuente importante de entra de divisas para sostener la dolarización.

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