- Introducción
- El contexto del debate
- Hacia una cultura de paz y de tolerancia: Democracia es respeto a los que piensan diferente
- La religión y el límite de los derechos religiosos
- Laicismo Eugenio María de Hostos y Juan Bosch.
- La Reforma Constitucional de enero del 2010
(Notas para un debate sobre educación laica en la República Dominicana)
"A fin de que el Estado llegue a existir como realidad ética del Espíritu consciente de sí, es menester distinguirlo de la autoridad y de la fe; pero esta distinción sólo surge cuando la iglesia llega espontáneamente, por su parte, a la separación; sólo así, por encima de las Iglesias particulares, el Estado ha adquirido la universalidad del pensamiento, el principio de su forma y los lleva a la existencia."
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Introducción
En nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ocurre de todo. Más que un centro de debate de ideas, a veces parece un mercado de pulgas. Los foros para la discusión seria se festinan. Muchos olvidan cuales son realmente sus funciones como educadores en un mundo que ha devenido muy complejo. Los paradigmas cambian cotidianamente. Pero la mayoría prosigue pensando de acuerdo a unas ideas que ya han entrado en desfase con el mundo y la cultura actuales.
En un mundo dominado por el mercado todo se compra y se vende. Los debates –si es que vienen- ocurren a destiempo. La Escuela de Ciencias nuestra y otros espacios púbicos de la Universidad, por ejemplo, ahora compiten con el Vaticano y la Basílica de Higuey. Como no hay modernos laboratorios, ahora se realizan misas de Acción de Gracia y se ofician actos religiosos, lo que entra en contradicción con la misión fundamental de la academia que es desentrañar la verdad mucho más allá de la fe. Evidentemente que hemos llegado a un punto en la vida universitaria un tanto delicado. Mientras en la mayoría de las naciones del continente americano se verifican profundos cambios sociales y culturales: en la UASD seguimos mirando al pasado. ¿Qué está ocurriendo realmente en la cabeza de quienes gestionan la más vieja del Nuevo Mundo? Atravesamos una etapa rara, incompresible. Lo que ocurre en el medio universitario es puro surrealismo tropical. No hay que ir a Bretón, ni a Dalí, ni a Macondo. Basta conque se camine un poco por nuestros corredores y ¡puff!: Encontramos de todo.
El contexto del debate
Una discusión necesaria y oportuna.
Encuentro que el debate ha sido mal encaminado. Porque la emoción prima en donde debiera de prevalecer la razón del discurso. Hay tres aspectos centrales que pueden orientar un proceso de reflexión sobre un tema como éste, de difícil comprensión y complicada argumentación, y ellos son: 1) Lo público y lo privado, 2) El respeto a los que piensan diferente y 3) La religión y los límites de los derechos religiosos.
El debate debe ceñirse, básicamente, a la discusión de las siguientes categorías o conceptos fundamentales claves para entender lo que ha sucedido en nuestra Escuela de Ciencias.
Lo público y lo privado
Lo privado es el ámbito en el que los ciudadanos desarrollan sus vidas con los principios, normas, creencias y actitudes que les fueron transmitidos de una generación a otra, o que fueron adquiridos por influencias culturales de otras sociedades o personas. En ese ámbito, todo ciudadano tiene el derecho a practicar una u otra religión, o ninguna, tener sus preferencias partidarias o no tenerlas, inclusive, tener sus propias preferencias sexuales, sin que nadie interfiera en ellas. Es rol del Estado liberal
asegurar que esos derechos sean respetados, manteniendo la debida distancia de todas las religiones para asegurar que ninguna tendrá privilegios sobre las otras y que ninguna será perseguida por ninguna persona, grupo o institución.
Lo público es el espacio en donde conviven personas con diferentes preferencias religiosas, partidarias o sexuales, es decir, es el espacio en donde coexisten múltiples mundos privados. El papel del Estado es garantizar la convivencia armónica de todos, sin que las prácticas privadas de unos, afecten las prácticas privadas de otros; de ahí la importancia de que el Estado sea laico, como el nuestro, pues de esa manera garantiza la existencia de una pluralidad de religiones y asegura el derecho de todos a profesar una, otra o ninguna. En el espacio público, que pertenece a todos, no deben realizarse prácticas privadas de un grupo (pequeño o grande) que incomoden o afecten a un
solo ciudadano que discrepe, porque están invadiendo un espacio que también es suyo (el espacio público). Un profesor que hace una invocación a Dios en el aula de clase, está violando un espacio público, al igual que un ministro, un fiscal, un juez, un rector o un decano que hace lo mismo al iniciar un acto oficial. Ese acto religioso es un acto privado que se impone a las otras personas, que pueden pertenecer a otra religión o a ninguna y se ven obligadas a aceptar la imposición del acto porque proviene de una autoridad. Con las distancias del caso, algo muy parecido al delito de acoso sexual, que se impone a una persona, hombre o mujer, porque viene de alguien con autoridad.
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