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Manual de consejería pastoral


Partes: 1, 2, 3

    1. El propósito divino para nosotros: una vida plena
    2. Sanados para sanar…
    3. Adentrándonos en el maravilloso mundo de la vida interior
    4. Los fundamentos de la Personalidad
    5. Los sentimientos: su influencia en nuestro ser
    6. Los sentimientos y su relación con los sentidos, los estímulos y las actitudes
    7. Escuchar: clave de la Consejería Pastoral
    8. La necesidad de estar bien
    9. La evaluación del grado de madurez del aconsejado
    10. Adentrándonos en los mecanismos de defensa
    11. Clasificación de la Consejería
    12. Hacia la Sanidad Interior
    13. Heridas del alma que aún no han sanado, ¿qué producen?
    14. Obstáculos para la Sanidad Interior
    15. Cerrando las puertas abiertas al ocultismo
    16. Seguimiento al proceso de Sanidad Interior
    17. Rompiendo pactos con el ocultismo y los recuerdos traumáticos

    Introducción

    El propósito de Dios para el hombre: una vida plena

    El Señor Jesús dijo: "El ladrón solamente viene para robar, matar y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la tenga en abundancia" (Juan 10:10. Versión: Nuevo Testamento, la Palabra de Dios para todos).

    Pienso que si pudiera apilar el enorme volumen de correspondencia que llega a diario con problemas de diversa índole, la oficina que ocupo no podría contener tantos documentos. Los corresponsales son hombres y mujeres sinceros, cuyo principal propósito es vivir a Jesucristo en el día a día pero encuentran dificultades para aceptar, asimilar y llevar a la práctica su nueva condición de hijos de Dios -nacidos de nuevo.

    Por supuesto, nada reemplaza el contacto cara a cara, pero curiosamente el que las personas puedan contar sus dificultades al amparo del relativo anonimato que ofrece un correo electrónico, abre las puertas para que haya franqueza y confianza al volcar sus sentimientos.

    La principal dificultad estriba en que no podemos hacer un seguimiento a cada caso como quisiéramos, porque muchas veces al intentar restablecer el contacto para conocer cómo evolucionan las cosas, los correos simplemente se pierden en ese lugar indeterminado del Internet a donde van a parar los mensajes que nadie quiere o considera conveniente responder.

    Ahora bien, el relativo éxito que arrojó abrir en nuestra página de Internet www.heraldosdelapalabra.com una Sección de "Consejería Pastoral" vino acompañado con otro aspecto de suma trascendencia: decenas de pastores, obreros y líderes de todos los países reclamaban sumarse a la tarea de aconsejar. Sin embargo su interrogante siempre convergía en un solo punto: ¿cómo hacerlo de una manera sencilla, sujeta a los principios bíblicos y que además, se manifestara eficazmente mediante un adecuado acompañamiento con orientaciones oportunas?

    René Mondejar y yo no podemos desconocer la enorme responsabilidad que nos asiste de atender lo que consideramos es un requerimiento en Latinoamérica y el mundo: la publicación en formato asequible a todos, de un MANUAL DE CONSEJERÍA CRISTIANA.

    No pretendemos escribir y difundir un tratado magistral sobre el análisis, atención y aplicación de pautas que lleven a corregir todos los problemas que aquejan al ser humano; por el contrario, estamos convencidos de que hay otras disciplinas válidas y de suma importancia como la Sicología y la Psiquiatría, que son las más apropiadas en muchos casos. Sin embargo, con este MANUAL aspiramos a servir de orientadores para quienes tienen sobre sus hombros la enorme responsabilidad de orientar a otros.

    El propósito divino para nosotros: una vida plena

    Cuando Dios dio vida al género humano, lo puso en un Jardín preparado con antelación para que pudiera disfrutar de todo aquello que había ocupado sus primeros días de creación. Imagine a un padre amoroso que construye una casa para su hijo, la provee de todo lo necesario y cuando considera que todo está a punto, le entrega las llaves. ¡Eso fue lo que hizo el Señor con nosotros!

    ¿De dónde provienen entonces las situaciones traumáticas que afloran en decenas de personas trayendo amargura a su existencia? Del pecado. Cuando vamos en contravía de los propósitos del Creador para nosotros, asumimos las consecuencias.

    Partes: 1, 2, 3
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