Descargar

Inteligencia emocional, en el quehacer docente


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Método
  4. Resultados
  5. Referencias bibliográficas

Resumen

Este artículo, reporta los resultados de una investigación cuyo objetivo fue comprender el desarrollo del sentido de una buena inteligencia emocional de todos aquellos responsables de la formación académica (docentes). Como referente teórico, utilizamos la teoría de la Inteligencia Emocional de Daniel Goleman. El diseño metodológico empleado fue explicativo llevado de un método deductivo con relación a lo observado y las aportaciones teóricas. Los hallazgos indican que la baja importancia de sentirnos a gusto con lo que hacemos es el reflejo de un desempeño deficiente. Este trabajo invita a reflexionar sobre la relevancia del papel que juega la atención de la inteligencia emocional para que se pueda ir generando agentes de cambio en el sentido proactivo de la educación.

PALABRAS CLAVE: inteligencia emocional, docente, docente y alumno.

ABSTRAC

This article reports the results of research aimed at understanding the development of the sense of a good emotional intelligence of all those responsible for academic training (teachers). As theoretical reference, we use the theory of Emotional Intelligence by Daniel Goleman. The methodological design was explaining a deductive method carried relative to the observed and theoretical contributions. The findings indicate that the low importance of feeling comfortable with what we do is a reflection of poor performance. This work invites reflection on the importance of the role the attention of emotional intelligence so you can start generating agents of change in the proactive sense of education.

KEY WORDS: emotional intelligence, teacher, teacher and student.

Introducción

En este trabajo se presenta una línea de investigación explicativa que se prevalecerá por ir argumentando la idea de la importancia de la inteligencia emocional. Las aportaciones se van realizando con base en la idea general que prevalece que toda persona debe ocuparse de su propia preparación emocional para que se vaya coadyuvando a su propio desarrollo en la parte profesional. Si bien es cierto que la mayoría de los docentes poco atendemos el hecho relevante de disfrutar cada uno de las misiones que se deben desempeñar como servidores de la educación. Además se presenta una aportación referencial para ir guiando y sosteniendo a cada uno de los preceptos.

Método

El ser humano inicialmente se desarrolla en un entorno familiar, siendo este un núcleo principal. Asistir a la escuela para ser educado, parte como premisa equivoca, ya que la educación precede de casa, lugar donde adquirimos valores fundamentales para poder incorporarnos en una sociedad. El tiempo transcurre en las diversas etapas de desarrollo desde que nacemos vamos adquiriendo herramientas que nos van facilitando el incorporarnos a una sociedad. Transcurridas de la infancia, adolescencia, edad adulta y vejez donde al parecer solamente se implican aspectos académicos para lograr éxito en lo que desempeñemos. Pero poco se habla de ir adquiriendo la capacidad de resolver diferentes situaciones o de educarnos de forma inteligente en nuestras emociones, entendiendo que "la inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal" (Daniel Goleman). Con base en ello se establece como un punto clave del porque en el fracaso de múltiples personas ante el desempeño de sus funciones o en el rol de padres de familia. Desafortunadamente la sociedad ha sufrido un sin número de transformaciones que han deteriorado la forma de organización.

Así es como surge la inquietud de que es lo qué está pasando con estas generaciones actuales, en el ámbito de aquellos que somos responsables de formar a las nuevas generaciones que están a la espera de nuestras expectativas y de lo que vayamos a ofrecer. Estamos en esta gran confusión de no saber integrarnos en la sociedad, no respetar las reglas básicas de convivencia, el no disfrutar lo que hacemos, no haber tomado con plena decisión el ser madre o padre de familia, el no estar con la plena capacidad de tomar conciencia de hacer lo necesario para brindar un ejemplo optimo en emociones, por mencionar algunas situaciones en las cuales el adulto esta en devenires constantes sin poder solucionar y que tristemente lo vamos arrastrando como ejemplo hacia los alumnos o hijos.

Es importante el ir clarificando la esencia de lo que poco se habla como concepto definido sobre inteligencia emocional entendiendo que presenta "características como la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y, por último -pero no. por ello, menos importante-, la capacidad de empatizar y confiar en los demás". (Daniel Goleman)

Es importante dar atención a lo que se menciona con anterioridad, lo que refiere ya que desde la formación inicial hace mención de la importancia del desarrollo personal sobre las bases de irnos conociendo desde rasgos físicos, el desempeño de diferentes roles al incorporarse a la sociedad y de ahí se ira formando las bases del auto concepto.

La inteligencia emocional se ha venido dando a partir del año 2000 sobre la creación de diversos lugares donde ofrecen cursos o actividades en pro de la inteligencia emocional, sin embargo poca importancia se le da en el tema.

Enfocado en la parte de la función docente es para mí un hecho relevante que cada uno de los que nos atrevemos a manifestarnos como servidores educativos es de gran fundamento el que haya un agrado a desempeñar con gusto el rol de docente y todo lo que conlleva a la función. Aquel o aquella docente que no muestre agrado, se verá reflejado en el desempeño de sus alumnos y por ende se visualiza un bajo nivel en los alumnos. Toda persona que se decida a ser docente debe enfocarse en el rol y sobre todo ocuparse de auto cuidar y trabajar sobre lo que su inteligencia emocional le atañe. Por ello es indispensable dejar estas premisas que nos dejan descriptivamente como se puede ir dando cuenta de que nivel de desarrollo emocional nos encontramos.

Gardner destaca dos tipos de inteligencia personal: la interpersonal, que permite comprender a los demás, y la intrapersonal, que permite configurar una imagen fiel y verdadera de uno mismo. De forma más específica, y siguiendo el sendero abierto por Gardner, Peter Salovey ha organizado las inteligencias personales en cinco competencias principales: el conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlar estas últimas, la capacidad de motivarse uno mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el control de las relaciones.   

1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. La capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introversión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.

2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. Examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exagerada y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.

3. La capacidad de motivarse uno mismo. El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional -la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad- constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.

4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. El coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.

5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. La competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.

Resultados

En el ámbito laboral, el tiempo que dedicamos en cada jornada de trabajo a interrelacionarnos con los demás puede resultar importantísimo. La interacción con miembros de nuestra unidad o grupo de trabajo, con jefes y colaboradores, con clientes y proveedores puede llevarnos a negociar intereses o resolver conflictos, a dirigir o guiar y a fomentar el espíritu de equipo.

Una organización laboral es un sistema orgánico que depende de la interrelación de las y los individuos que forman parte en ella. De ahí que sea importante para el éxito de una entidad, no sólo que todos los empleados y empleadas aprovechen al máximo sus capacidades, sino que también ayuden a otras personas a hacer lo propio. El proyecto ha surgido por lo observado en las actitudes que en diversas ocasiones tenemos como adultos, brindar un mayor resultado y que como fundamento principal es el generar que cada persona adulta es responsable de lo que vive actualmente, y que todo aquello que nos haya pasado en nuestros primeros años de desarrollo favorable o no; sin duda nos han trascendido a la actualidad, pero de nosotros depende el buscar alternativas de solución o apoyo, para que las generaciones que dependen de nuestra orientación vayan siendo con conciencia de la importancia de ser educados con inteligencia emocional. Por lo tanto concluyo manifestando que cada persona que decida ser docente debe estar plenamente convencido que toda función de servicio está sujeta a que somos corresponsables de nuevas generaciones y por ende no podemos permitir que se agoten nuestras inquietudes, necesidades e intereses por atender nuestras propias necesidades pero sobre todo hacer todo lo necesario para buscar las alternativas que nos apoyen a mejorar personal y profesionalmente.

Referencias bibliográficas

  • Inteligencia emocional. Daniel Coleman. Consultado 5 de octubre de 2015, 20: 30 horas.

http://www.hacienda.go.cr/cifh/sidovih/cursos/material_de_apoyo-F-C-CIFH/2MaterialdeapoyocursosCICAP/5InteligenciaEmocional/Inteligenciaemocional.pdf

  • PEP 2011. Programa de Educación Básica.

 

 

 

Autor:

Susana Reyes Pérez

LICENCIADA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR

(CENTRO DE ACTULIZACIÓN PARA EL MAGISTERIO)

MAESTRANTE EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN 5° CUATRIMESTRE. (UNIVERSIDAD DE CUAUTITLAN IZCALLI)