- Antes
- La ratificación
- Hussein – Bush
- Las cartas
- Los abogados
- Rel Hussein-Estados Unidos-Occidente
- Quién dio la orden
- Algunos instrumentos jurídicos y la ejecución de Saddam Hussein
"Viendo, pues, Pilato que nada conseguía, sino que el tumulto crecía cada vez más, tomó agua y se lavó las manos delante de la muchedumbre, diciendo: yo soy inocente de esta sangre; vosotros veáis". San Mateo art. 27 versículo 25. "Para nosotros la vida y para los enemigos la muerte". Saddam Hussein
Palabras Claves: poder, derecho, derechos humanos, verdad.
Debido a la ejecución de Saddam Hussein se revive uno de los temas más interesentes de la teoría política: el ejercicio del poder y los deberes "éticos" que deben caracterizar a los gobernantes. Igualmente sirve realizar un nuevo análisis del tema del intervencionismo de estados foráneos en los asuntos propios o locales de otros estados. La invocación de intereses globales, tales como la seguridad mundial o la obtención de recursos básicos o esenciales para el desarrollo económico, son algunas de las razones que se invocan para justificar acciones violatorias de las soberanías.
No me detendré en los hechos que condujeron a las autoridades iraquíes a tomar la decisión de condenar a Hussein a la horca, sino por el contrario me limitaré a analizar las circunstancias que rodearon dicha ejecución.
Ocurre que en el caso de Irak se repite aquello que los nuevos gobernantes siempre hacen cuando deponen o derrocan a sus predecesores: generan venganzas personales o sectarias en una mal llamada acción de justicia y produciendo nuevos resultados de frustración colectiva.
De igual manera se cuestiona hoy el ejercicio real de una verdadera soberanía de los estados contemporáneos, y se presenta por indebida intromisión de otras unidades políticas. Dicha intervención se ampara bajo las más variadas formas o justificaciones culturales, religiosas, económicas u otra cualquiera que facilite o justifique la intervención pretendida.
Luego de casi cuarenta años de ejercicio formal del poder Saddam Hussein es depuesto por una fuerza internacional liderada por Estados Unidos, la Gran Bretaña y un gran conjunto de países de línea política norteamericana o británica. Debido a ello y luego de ser capturado Hussein es llamada a rendir cuentas desde lo político y lo jurídico.
Las siguientes reflexiones pretenden sentar una visión de todo lo que rodeó los instantes finales de la ejecución del Dictador o Presidente constitucional Saddam Hussein, según desde la perspectiva que se le mire. Al final, el lector tendrá los suficientes elementos para que también de manera propia construya sus propias conclusiones.
Antes:
Las autoridades iraquíes siempre sostuvieron que se juzgó a Hussein bajo las leyes iraquíes y por tanto éstas fueron respetadas. Pero de ninguna manera se le reconoció el estatus de "inmunidad soberana" que tiene cabida en la tradición y costumbre internacional "…la "inmunidad soberana", que decía que los que eran reconocidos como jefes de Estado no podían ser juzgados bajo las leyes comunes. Parcialmente derogada por la Cámara de los Lores británica en el caso de Augusto Pinochet y en el juicio a Slodoban Milosevic, esta doctrina está cediendo ante la idea de "jurisdicción universal", según la cual crímenes como la tortura o el genocidio son equiparables a la piratería y procesables y perseguibles en cualquier lugar en el que sea hallada la persona acusada. En caso de ser así, los tribunales iraquíes deberían actuar de acuerdo con un procedimiento tenido por universal…."11.
De todas maneras, si las autoridades iraquíes consideraban que tenían derecho y legitimidad para juzgarlo, debían obligatoriamente tener claro que: eran lo suficiente legítimos para realizar un juicio de esta magnitud y ello implicaba que debieron proceder con total autonomía con respecto a cualquier fuerza foránea; que se le dieran plenas garantías procesales a los juzgados. Por ejemplo que se les permitiera el acceso a todas las piezas procesales con el tiempo y condiciones necesarias y no como ocurrió, que durante el juicio se asesinaron a tres de sus abogados y fueron reemplazados tres presidentes del tribunal de juzgamiento por ser demasiados blandos con los procesados. "El largo proceso, sin embargo, ha tenido muchos momentos de farsa.
En su transcurso han sido asesinados tres abogados defensores y reemplazados otros tantos jueces. Relevantes organizaciones humanitarias han denunciado sus muchos defectos. No cabía esperar un proceso competente e imparcial de un tribunal sin experiencia. La justicia ha estado inveteradamente en Irak bajo control gubernamental y el proceso se ha desarrollado en un país ensangrentado por una guerra civil sectaria a la que ningún juez puede sustraerse"2.
El verdadero garantismo jurídico en un Estado tiene que estar determinado desde un principio con una plena tranquilidad para todos: el procesado, los acusadores, el público o pueblo y sobretodo la justicia. De no ser así, será todo menos un juicio justo o un acto de justicia. Es verdaderamente desconsolador cuando los jueces saben que no pueden ser justos por que no tienen ni la libertad exterior, ni la libertad interior.
La justicia iraquí no era soberana desde ninguno de los dos aspectos anteriores. Sus autoridades fueron impuestas por un Estado usurpador, o de Ocupación; así luego, las hayan pretendido legitimar con unas elecciones de papel, de credibilidad cero, ya que no generaron la confianza necesaria en las distintas instancias locales y mundiales, y porque fueron realizadas bajo una violencia generalizada.
Es claro que Hussein no tenía ni jueces, ni proceso que le garantizara justicia: "Saddam no tuvo un juicio justo', asegura la organización Human Rights Watch. En un informe, el grupo manifestó que los abogados y jueces socavaron la legitimidad del proceso judicial al declararse en huelga varias veces y no respetar los parámetros de la ley internacional.
La organización calificó el veredicto de culpabilidad como "cuestionable" y dijo que el Alto Tribunal Iraquí no estaba dotado para atender un caso tan complejo.
El documento se basó en observaciones del juicio y en entrevistas con funcionarios judiciales, abogados y otras partes claves, dijo el grupo.
HRW, cuya sede está en Nueva York, indicó que encontró varios "defectos de procedimiento graves" y citó como ejemplo desperfectos en el momento en que fueron reveladas evidencias incriminatorias. Señaló también que los acusados no pudieron enfrentar de manera apropiada a los testigos, y que los jueces a veces no actuaban de manera imparcial.
La conducta del tribunal, como está documentado en este informe, refleja la falta básica de entendimiento de los principios fundamentales de un juicio justo, y cómo sostenerlos en un juicio bastante complejo", manifestó el informe.
"El resultado es un juicio que no cumple con los parámetros claves de un juicio justo. Bajo estas circunstancias, la solidez del veredicto es cuestionable", agregó.
El grupo criticó también a los abogados defensores por realizar varias huelgas y dijo que la táctica "creó una fuerte impresión de que algunos letrados deliberadamente buscaron demorar u obstruir el juicio".
….La semana pasada uno de los abogados de Saddam se quejó porque el tribunal estaba ignorando sus pedidos de documentos para apelar el veredicto de culpabilidad. Los funcionarios judiciales no efectuaron comentarios.
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