La poesía doméstica de Solomé Ureña de Henríquez

Breves datos sobre la autora y su obra

Nació Salomé Ureña y León en la ciudad de Santo Domingo, el 21 de octubre del año de 1850. Era hija del gran poeta, periodista y legislador, Nicolás Ureña de Mendoza y de Gregoria de León. La educación la recibió Salomé de manos de su padre, quien la enseñó a amar a los clásicos castellanos; razón por la cual, a los quince años, ya tenía demonio de la métrica castellana.

En su adolescencia escribía sus versos bajo el seudónimo de Herminia. Su primera poesía está fechada en el año de 1872, y está escrita en rigurosos alejandrinos, y en la cual da conocer su vena patriótica. Fue también una fervorosa colaboradora de la labor educativa de Eugenio María de Hostos, y en consonancia con sus ideas, fundó la primera escuela para el adiestramiento para maestras en nuestro país, en el año de 1881.

Como poetisa es la voz más alta en nuestro país, a la vez que tenía uno de los oídos más finos para la musicalidad y la cadencia de sus acordes. Se inspiró en la patria, en la civilización y en el hogar, no teniendo igual en nuestras letras el aliento que tomó en ella su lira, cuando fue pulsada al fresco viento del progreso.

Fruto de su unión con Francisco Henríquez y Carvajal, nació Pedro, el primer dominicano en tener una cultura humanística universal, Max, uno de nuestros mejores críticos literarios, y Camila, la cual entregó su vida al magisterio en Cuba, y cuyos escritos son una inspiración para la mujer hispana. Murió Salomé el 6 de marzo de 1897 en la ciudad que le vio nacer.

Síntesis del contenido de la poesía domestica de Salomé

1. Mi Pedro: En ella dice la autora que Pedro no es soldado, ni le ambiciona a los grandes generales su gloria militar, pero que le aguardan los laureles del estudio. Los juegos del niño son serios, ama a la patria, es un conocedor del escudo nacional, y levanta en astas a la bandera. Nos dice que el niño es generoso, y la madre lo entrega en brazos del porvenir.

2. En el Nacimiento de mi Primogénito. En este poema le pide al alma que se levante, transfigurada por el amor materno. Se muestra en ella la ternura y el gozo en el pecho de la madre, a la vez que invita a su esposo a cantar el cántico del amor, para arrullar al niño.

En este poema, del cielo baja la armonía en manos los ángeles; también manifiesta la manera como se ufana por tener ella y su esposa un hijo. Dice además tener de polo en su vida una sueño, por lo cual pide limpiar el camino al ser que nace. Quiere que el niño le tribute honores a lo alto, así como que el niño sea digno de la patria, para lo cual trabajaran para que sea virtuoso, y tenga un alma grande.

3. Tristezas. En ausencia del esposo, el cual se encuentra en Francia, cursando sus estudios de especialidad en medicina, la poetisa ve aumentar sus penas de mujer y de madre. En el hogar, el niño siempre piensa en el padre, y al hacer sus rezos, pide al Dios por el padre; esa es la causa de la tristeza.

4. Angustias. Al estar Francisco en Europa, Salomé ve los días terribles y llenos de agonía y tristeza. Aunque los niños alegran la casa, ella llora a su esposo ausente. Se interroga, sobre si a la llegada del esposo podrán estar los niños en el hogar, y se responde: Yo no lo sé, pues la muerte los puede arrebatar, según se ve en los escritos de Dante.

Ella sabe que el esposo sufre también la ausencia. Dice que es imposible el vivir separados. Siente deseos de que el esposo llegue, ya que la vida sin él le causa miedo.

5. ¡Padre mío! En este poema encontramos la alcoba solitaria y vacía, en la misma que su padre nació, y en la cual se dedicaba al estudio. Es la misma alcoba donde su madre dormía. En esa alcoba hay silencio, nadie va a darle un beso a ella en la frente; nadie le va a motivarle por el trabajo que ella hace, solo el recuerdo de su padre llena el ambiente. El recuerdo de ver al padre descendiendo a la tumba le llena de recuerdo, y esa hora no la olvidará jamás. Ella sostuvo a su en sus brazos y le deslizó en el lecho donde él murió.

Temas de los poemas

Los poemas Mi Pedro, En el Nacimiento de mi Primogénito, Tristeza, Angustia y ¡Padre mío!, son un manojo de poesías de las denominadas domesticas. No son de esas poesías en las cuales la Patria es lo primero, tampoco tienen el acento con que los grandes vates han celebrado los progresos de las ciencias y de la industria. No tienen el estilo grandilocuente con que se canta la belleza del hogar; estas poesías domesticas son las mas rastreras, bajas y pueriles, en los poetas de poco vuelo y de escasa inspiración. Pero en Salomé Ureña, estos temas toman los acontecimientos de un hogar, como es el nacimiento de un hijo, el juego de un niño, la ausencia del esposo o la muerte del padre, y lo transforma en un tema sublima e inspirador.

Angustias y Tristezas, son poemas poco rebuscados, pero con un tono alto y una cadencia y musicalidad que solo se escuchan en las misas gregorianas. Es así que el tema común y la nota característica a estos cinco poemas, no es otro que el tema del hogar.

Las Horas de Angustia, poema escrito a la enfermedad de su hijo Pedro, A mi Madre, junto a Quejas, son otros poemas que merecen ser tratado, por el dejo que reflejan del hogar, y la intimidad que en ellos se trasluce.

Valores significativos de estas poesías domésticas

4.1. Referencias.

La muerte esta presente en el poema ¡Padre mío!, la ausencia del esposo son el tema central de Tristezas y Angustias; y en los dos poemas restantes, Mi Pedro, Y en el Nacimiento de mi Primogénito, los referentes son la dicha de tener un hijo, y el los juegos del otro, en el cual la madre tiene una visión profética sobre el futuro de ese niño, Pedro.

4.2. Actitudes del autor.

Nada de compromiso, denuncia, sátira, ni de humor, esconden estos poemas. Es simplemente el testimonio de una madre, de una esposa y de una hija, ante los distintos sucesos del diario vivir.

La madre, esposa e hija, que es poetisa, nos cuenta sus alegrías y sus pesares ante la realidad cotidiana.

Estructura poética

5.1. Verificación y métrica.

1. Mi Pedro. Este es un poema dividido en seis estrofas de a cuatro versos cada una, siendo los versos de arte mayor, rigurosos endecasílabos. Estos endecasílabos tienen rimas consonantes, donde riman el primero con el tercero, el segundo con el cuarto. Estas estrofas son serventesios

He aquí las estrofas segunda y sexta de este poema

¡Si lo vierais jugar! Tienen sus juegos algo de serio que a pesar inclina. Nunca la guerra le inspiró sus juegos: la fuerza del progreso lo domina.

………

Cuando sacude su infantil cabeza el pensamiento que le infunde brío, estalla en bendiciones mi terneza y digo al porvenir: ¡Te lo confío!

2. En el Nacimiento de mi Primogénito. Este poema está compuesto por once estrofas, donde están rimados los versos primero con el tercero, el segundo con el cuarto. En estas estrofas, el verso primero es de ocho silabas y los tres restantes de once silabas métricas. Veamos este ejemplo:

¡Levántate, alma mía,

Por el materno amor transfigurada,

Y a los confines del espacio envía

El himno de la dicha inesperada.

3. Tristeza. Este breve poema consta de tres estrofas de arte menor, cuartetas, a la usanza de los romances. En estos versos de silabas, riman el primer verso con el tercero, el segundo con el cuarto, donde a deliberación del autor, se dejan los cuatro versos aconsonantados.

Estas son las dos primeras estrofas de este poema:

Nuestro dulce primogénito, que sabe sentir y amar, con tu recuerdo perenne viene mi pena a aumentar.

Fijo en ti su pensamiento, no te abandona jamás: sueña contigo y, despierto, habla de ti nada más.

4. Angustias. Este poema está formado por diez estros de Marte mayor, con versos endecasílabos, en los cuales riman el primero con el tercero, el segundo con el cuarto.

Como un ejemplo, veamos su primera estrofa:

Torna a morir el sol. Así pasando van de tu ausencia los terribles días, en mi semblante pálido marcando la huella de profundas agonías.

5. ¡Padre mío! Este poema esta formado por trece estrofas, todas de arte mayor, y al igual que los anteriores, rima el primer verso con el tercero, y el segundo con el cuarto. Todos los versos son endecasílabos.

Estas son las dos primeras estrofas de éste tierno poema quejumbroso:

Muda yace la alcoba solitaria donde naciste a la existencia un día, do, desdeñando la fortuna varia, tu vida entre el estudio discurría.

¡Ay! De una madre en el regazo tierno por vez primera te dormiste allí, y allí, de hinojos, tu suspiro eterno entre sollozos tristes recogí.

5.2. Imágenes sensoriales.

Las imágenes que Salomé Ureña más utiliza en su poesía, de las cuales tiene el uso y el abuso, y con la cuales busca producir ciertos gritos, pesar y dejos de tristeza, son los signos de admiración y el de interrogación.

En el Mi Pedro, encontramos esta estrofa:

¡Si lo vierais jugar! Tienen sus juegos algo de serio que a pesar inclina.

En el poema Al Nacimiento de de mi Primogénito:

¡Levántate, alma mía, por el materno amor transfigurada,..

¡Oh, cómo se estremece engrandecida la existencia ufana pensando de esa aurora que amanece vivir reproducida en el mañana!….

¡Oh, sí! Limpiar de abrojos la senda preparada al ser que nace,…

¡Doblemos el aliento! Vamos al porvenir, la fe en el alma,…

En el poema Tristezas, encontramos en su última estrofa:

…exclamó como inspirado: "!Tú no te acuerdas, mamá? El sol ¡que bonito era cuando estaba aquí papá!"

Del poema Angustias, son estos ejemplos de imágenes sensoriales:

¿Podré, cuando regreses a mi lado, rico de porvenir, rico de ciencia, presentarte el tesoro inmaculado de este grupo de amor y de inocencia?

….

¡Yo no lo sé! Cuando la muerte lanza su aliento destructor sobre este suelo,…

….

¡Y tú sufres también! También los brazos extiendes a tu hogar con el deseo,…

…..

¿Por qué dejé que tan prolija ausencia así emprendieras en momento aciago, si me siento morir sin tu presencia, si en todo miro aterrador amago?

…..

¡Acaba, llega! ¡Que el hogar sin calma es de mis penas intimas remedo; que tiemblo por los hijos de mi alma; que la vida sin ti me causa miedo!

En el poema ¡Padre Mío! La poetisa expresa:

¡Ay! De una madre en el regazo tierno por vez primera te dormiste allí,…

…después, ¡oh, Dios! cuando besé tu frente y a mi beso filial no respondiste, de horror y espanto se turbó mi mente… Y aun teme recordarlo el alma triste.

¡Memento aciago! Su fatal memoria cubre mi frente de dolor sombrío. Siempre en el alma vivirá su historia, y vivirá tu imagen, padre mío…

5.3. Figuras literarias: como ejemplo de las figuras literarias usadas por Salomé Ureña, hemos querido tomar cinco, las cuales son facil de identificar en estos poemas de inspiración domestica y hogareña, con son:

1. La personificación: En el poema ¡Padre Mío! Leemos:

Muda yace la alcoba solitaria.

2. Metonimia: En el poema A mi Pedro, de este dice la madre:

…no ambiciona

Del César ni Alejandro los laureles;…

3. Comparación: En el mismo poema A mi Pedro, la madre hace esta comparación:

…busca la luz, como el insecto alado.

4. Gradación: Esta figura está presente en el poema que le dedica a su Primogénito:

¡Doblemos el aliento!Vamos al porvenir, la fe en el alma,para él a conquistar con ardimientode ciencia, de virtud, de bien la palma.

5. Sinécdoque: Por la muerte de padre dice:

Cuando de angustia desgarrado el pecho…

En el poema Angustias se confunde los hijos con la riqueza:

¡Podré, cuando regreses a mi lado,rico de porvenir, rico de ciencia,presentarte el tesoro inmaculadode este grupo de amor y de inocencia?

5.4. Símbolos y mitos. Salomé no vertió en estos cinco poemas ningún tipo de de simbología, y la idea de los mitos no se encuentran presente; otros poemas de ella, como su Canto a Anacaona, si expresa símbolos y mitos, pero en estos no se encuentran.

Recursos poéticos

6.1. Recursos sonoros. En estos poemas no encontramos ni aliteración, ni estribillos, ni paralelismo. Mucho menos podemos encontrar juego de palabras, ni tampoco recursos onomatopéyicos.

6.2. Recursos narrativos. Salome Ureña no conocía el desplazamiento efectivo, ni los caligramas, ni el desplazamiento calificativo, ya que recursos propios de la poesía modernista, y la Ureña una poetisa enmarcada dentro de los cánones tradicionales. por eso vemos fundida en su obra el rigor de los clásicos y el suspiro de los románticos, por lo cual no es aplicada a ella el calificativo de ser la voz femenina más alta de nuestra literatura, aunque fue la voz más, y la más alta inspiración, de todas las que han pulsado la lira en los momentos que se tenia que cantar a la Patria y al progreso.

Impresiones personales

Aunque Salomé Ureña es conocida por lo varonil de su voz y la fuerza y el vigor de su inspiración, estos cinco poemas que hemos elegido de ella, son poemas del hogar, domésticos, tiernos. En ellos, en más de una ocasión se deja entrever la honda melancolía que embarga su alma a la hora de escribirlo.

La delicadeza y la ternura son las notas primordiales en estas composiciones, en los cuales la hija, la esposo o la madre, envuelta en el quehacer domestico, hecha a un lado las cosas del mundo, para cumplir con su principal deber, exteriorizar sus interioridades. Si bien es cierto que estos poemas no son los más representativos de nuestra autora, su libra se sublimiza, y hacen de esas composiciones un manojo exquisito de arrullo y de ternura.

Autor:

Humberto Mendez