CAPÍTULO I
El problema
Planteamiento del Problema
El capital humano desde la revolución industrial en Francia en el siglo XIX ha sido de gran importancia para la producción de una organización, desde entonces no era tomado en cuenta como un capital dentro de la empresa sino como una maquinaria que funcionaba y trabajaba como cualquier otro instrumento o herramienta, hoy en día el trabajador es tomado en cuenta como un capital el cual debe estar en las mejores condiciones de trabajo posible.
En la actualidad, un gran porcentaje del tiempo se transcurre en ambientes cerrados contaminados en mayor o menor medida. Este ambiente cerrado puede ser doméstico y laboral. Dentro de este último se puede resaltar las edificaciones creadas para servicios de salud. Cada día adquieren mayor importancia los efectos provocados para la salud en especial los producidos por la mala calidad del aire que respiramos. Nuevos edificios modernos con un diseño y una construcción hermética han ganado espacio en los que hacen aparición de forma masiva los sistemas de aire acondicionado donde el mantenimiento, la regulación e inspección de los sistemas de purificación y drenaje del aire deberían ser rigurosamente controlados.
En el Boletín Informativo semestral del año 2007 de la Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS), comenta que en los países industrializados mucha gente pasa gran parte del día en espacios cerrados, no es de extrañar por tanto que se espere disfrutar de un ambiente confortable durante el trabajo.
Señala que durante los años setenta aparecieron algunas publicaciones que hacían referencia a mayor incidencia de consultas médicas por cefaleas, irritación de las mucosas y sensación de fatiga entre trabajadores de oficinas. Posteriormente ya en la década de los ochenta, se observó que este problema era más frecuente en trabajadores en edificios herméticos o edificios enfermos. Algunos de estos síntomas se comportan de forma característica, aumentando en la medida en que acuden a su jornada laboral y remitiendo o mejorando al abandonar el trabajo.
En la práctica los edificios enfermos son una parte de los edificios que presentan problemas. Estos edificios están, generalmente, equipados con aire acondicionado, aunque también pueden estar ventilados de forma natural. Sus ocupantes presentan quejas referentes a su salud en una proporción mayor a las de 20 por ciento, estos síntomas que padecen los ocupantes de estos edificios enfermos se relacionan a un síndrome llamado síndrome del edificio enfermo. Las causas son difíciles de identificar dado que en muchos casos tienen un origen multifactorial.
La OMS, define al Síndrome del Edificio Enfermo, como el conjunto de síntomas diversos que presentan los individuos en estos edificios y que no suelen ir acompañados de signos físicos, diagnosticándose, a menudo, por exclusión. Los síntomas más característicos asociados al Síndrome del Edificio Enfermo son los siguientes: Escozor o enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, congestión nasal, picor nasal, estornudos, sequedad de garganta, ronquera, dificultad respiratoria, tos seca, sensación de ahogo, eritemas, sequedad cutánea, prurito generalizado o localizado, dolor de cabeza, somnolencia, dificultad para concentrarse, infecciones de vías respiratorias altas, irritabilidad, náuseas, mareos, alteraciones del gusto y del olfato, vértigo.
La sintomatología presentada por los afectados no suele ser severa y, al no ocasionar un exceso de bajas por enfermedad, se tiende a menudo a minimizar los efectos que, sin embargo, se traducen en una sensación general de disconfort. En la práctica estos efectos son capaces de alterar la salud del trabajador, pudiendo aumentar y potenciar situaciones de estrés y por tanto influir en el rendimiento laboral. Cuando los síntomas llegan a afectar a más del 20 por ciento de los ocupantes de un edificio, se habla del Síndrome del Edificio Enfermo.
Las investigaciones de diferentes especialistas en el ramo han hecho que se tome en cuenta el mejor ambiente para el desempeño de las funciones del trabajador. Los factores más comunes citados como responsables del síndrome del edificio enfermo son: Agentes químicos: formaldehidos, compuestos orgánicos volátiles, polvo, fibras, dióxido de carbono, monóxido de nitrógeno, ozono entre otros. Agentes biológicos: bacterias, hongos, esporas, toxinas, ácaros. Agentes físicos: iluminación, ruido, vibraciones, ambiente térmico, humedad relativa, ventilación. Agentes psicosociales: organización del trabajo, promoción, relaciones interpersonales, control de las condiciones ambientales.
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