- El albor de la resistencia
- Resistencias al cambio en las conductas humanas
- ¿Cómo resolverlas?
- En resumen
- Bibliografía
Entonces, cuando hablamos de resistencia se piensa en una fuerza que opone el deseo consciente de cambio, o sea, que se visualiza a la misma como otro obstáculo a sobreponer. Si la defensa de la resistencia no existe, el paciente no está en terapia.
La resistencia en sí se considera como la interacción entre la fuerza para el cambio y la fuerza opuesta al mismo: "quiero cambiar, pero no quiero cambiar". El trabajo en la terapia está en entender ambas, eliminando las resistencias vía la interpretación.
La resistencia toma muchas formas. Una de ellas es la sumisión total del paciente a los criterios de la terapia. Lo hace todo, lo hace con entusiasmo, lo hace como si estuviera tratando de obtener buenas notas. Como si fuera un buen hijo.
Otros se amparan en el control. Hallan excusas para llegar tarde a las sesiones, cancelan por razones inválidas, se deleitan en las actividades extra-terapéuticas que consolidan y mantienen el conflicto, escapan en la "salud", terminado la terapia antes de que ésta concluya. FEFL: en La transferencia en la psicoterapia, una revisión de un concepto freudiano
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos97/transferencia-psicoterapia-revision-concepto-freudiano/transferencia-psicoterapia-revision-concepto-freudiano#lasresista#ixzz3Fk5Mk8YS
Depresión
Una paciente viene a consultarnos a la edad de 28 años. Sus padres, ambos personas de mucha educación, se sienten desesperanzados por la falta de motivación que la hija ha demostrado hacia una carrera universitaria y hacia la tarea de perder de peso. Creen que la primogénita está deprimida y que debe de ser tratada en la terapia, porque otros métodos — como fueran asistir a spas y campamentos para el control del sobrepeso, amén de medicaciones antidepresivas — fueron inefectivos.
Mide seis pies de estatura y pesa 260 libras. Su apariencia, a pesar de su gordura, es interesante y su amigable actitud la hacen agradable a quienes la tratan.
El albor de la resistencia
La joven mujer acepta la idea de comenzar tratamiento, y entra la terapia con una actitud de entusiasmo vigoroso.
Sin previa solicitud por parte del terapeuta, presenta los lienzos que pintara durante viajes a varios países europeos, ofrece pintar un retrato del mismo y trae, para que "usted me entienda mejor", amigos íntimos para que ellos sean interrogados acerca de su pasado cuando era una adolescente.
Acepta el Plan de ECHA sin titubeos y comienza la terapia intensiva demostrando sutilmente que desea estar en control absoluto del proceso.
Ejemplos:
Se queja del tictac imperceptible de un reloj de baterías que cuelga en la pared detrás del diván. De la temperatura caliente en una habitación enfriada por aire acondicionado, y mantiene una actitud de reproche hacia el facultativo, porque "siguiendo minuciosamente el Plan de comer asignado" (que admitiera más adelante, nunca siguiera), en varios meses de terapia, no había logrado bajar ningún peso. Pero, a pesar de las quejas, continúa asistiendo las sesiones puntualmente y rechaza la idea de terminar una terapia, que fuese iniciada por petición de los padres y de una hermana (psicóloga), quienes estaban convencidos de que Rose (nombre ficticio) estaba muy deprimida.
Dicho sea de paso. La paciente al principio de la terapia vivía una existencia de ermitaña y displicente, ajustando con nitidez sus síntomas a los criterios formales de Beck, para el diagnóstico de un trastorno depresivo. (Véanse mis ponencias al respecto).
Resistencias al cambio en las conductas humanas
Una vez Freud expresó que los síntomas neuróticos, son resistentes al cambio porque son compañeros viejos que, aunque comporten ansiedades y afectos negativos, duelen mucho renunciar. Añadiendo que estas defensas (las resistencias) forman parte tan inextricables del proceso de la terapia que, cuando no se manifiestan hay que rebuscarlas, porque su ausencia significa que son resistencias disfrazadas de conformidad, como en el caso presente.
Acerca de la corpulencia, que tanto restara a su belleza natural, Rose afirmaba que le fuera indiferente ya que era atractiva a muchos hombres que no reparaban en las "estupideces" asociadas con la belleza, definida por los estándares estereotípicos que todos acogen.
En referencia a la señalada defensa de negación expresada por la paciente en el párrafo anterior, hemos de constatar que esta misma defensa — asociada a la resistencia al cambio — se evidencia muy frecuentemente durante el tratamiento de anoréxicas que lamentan la "muerte" de sus síntomas cuando deciden dejarlos por detrás.
Entonces, si el cambio es resistido por defensas inconscientes como expresáramos en mi ponencia Recursos humanos y talleres de mejora empresarial: La realidad y los hechos, ¿por qué razón nos empecinamos en obstaculizarlas en las ocasiones en la que éstas entorpecen la progresión natural del curso de la maduración emocional o de la terapia de las personas que las erigen? Lo hacemos, porque las resistencias perpetúan las neurosis y con ello impiden el ajuste emocional de quienes necesitan hacer cambios.
¿De qué ríe el enano? Tal vez de la destrucción causada por una explosión nuclear. De tal palo tal astilla…
Veamos cómo las resistencias, a veces se expresan. Un ejecutivo inmaduro asume una posición de liderazgo en una empresa familiar. Cuando ostensiblemente hace decisiones imprudentes y desacertadas, desconoce el hecho aparente de que necesita que alguien lo ayude a comprender sus desvaríos. Cuando un allegado, con buenas intenciones, le sugiere que busque ayuda, en lugar de aceptar el consejo, responde con aplomo: "es que yo no necesito ayuda de nadie para nada". (Me refiero a Kim Jong-Un y no en quienes algunos pensarían).
Los cambios que todos resisten pertinazmente se extienden a todos los aspectos de nuestras vidas cuando éstos significan adoptar nuevas medidas y abandonar las conductas que admitimos — por nuestro bien — deseamos renunciar. Costumbres que si persisten — permeando y alterando nuestra homeostasis psicológica — crean ansiedades, a menudo, intolerables.
El ejemplo más elocuente de lo antedicho se ratifica todos los fines de año en el retorno, como si fueran un cometa, de las llamadas "Resoluciones (interponemos "efímeras") de Año Nuevo. Resoluciones que son siempre fallidas.
¿Cómo resolverlas?
Para poder solucionar las resistencias esperadas, tenemos que proceder haciéndolo primero en el plano personal y, luego en el empresarial.
Veamos cómo procede en el plano personal
El proceso de la terapia psicoanalítica se sintetiza en un paradigma que, modificado por mí, procede en tres fases, como de inmediato se explica:
Primero es Recordando. Por medio del descubrimiento y remembranzas de memorias y recolecciones de tendencias inconscientes que afectan el comportamiento, el paciente visualiza los obstáculos que él mismo antepone a la progresión sin impedimentos de su vida llegando a entender que son compromisos neuróticos a ser eliminados.
Segundo es Repitiendo. La repetición compulsiva de los síntomas que subyacen los comportamientos neuróticos, reaparecen con inusitada frecuencia dentro de la terapia lo que resulta en que el paciente realice el poder apabullante de la neurosis y acepte la necesidad de su resolución final.
Y el Tercero es Resolviendo. A medida que la terapia progresa, los síntomas se reconocen, se oponen, se desechan, se abandonan, y, a menudo sollozando, finalmente, se despiden.
En esto consiste la "cura". (Para ver más léanse mis numerosas ponencias al respecto:
http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?substring=0&bool=and&query=terapia+larocca&buscar=Buscar).
Dado que los seres humanos somos capaces de proyectar el futuro, cuando la vida nos plantea un cambio, es muy probable que nuestra primera percepción ante éste sea una de preocupación por la probable pérdida que dicho cambio puede representar (sobre todo si el cambio nos fue asignado y no escogido por nosotros).
Los cambios siempre significan una pérdida de índole narcisista, porque con ellos se reestructura la definición que tenemos establecida de nuestra personalidad. La misma personalidad (que con todos sus atributos, buenos y malos) es la única, por nosotros, conocida y con la que somos familiares.
Aceptar el cambio equivale a disponer de partes de nuestra naturaleza que nos han protegido — aunque, a veces, por medio de compromisos malsanos — contra el terrible impacto de la ansiedad neurótica.
Así no se enseña profe…
Todo cambio significa pérdida, aunque el beneficio derivado de la permuta nos sea ventajoso y sea, lo que al fin y al cabo, desearíamos.
Como quiera, muchos lamentan su graduación anhelada porque significa no estar más en una actitud dependiente y protegida. O el matrimonio con la persona amada, porque representa una madurez que soslaya las frivolidades asociadas con la vida de soltero. (Véase: El poder de la primera experiencia /trabajos79/poder-primera-experiencia/poder-primera-experiencia2#enresumena).
Retornemos a Rose
Dentro de la terapia individual, Rose logró apreciar la manera de cómo su negación y rechazo de la idea de que la gordura le obstaculizaba la vida en casi todos su aspectos, le causaba perjuicios. Esto condujo a la aceptación de que debía abandonar los placeres asociados con sus frecuentes comilonas epicúreas y aceptar una vida más organizada y regimentada para madurar y lograr el cambio que, una vez las resistencias removidas, tanto codiciara.
Como corolario final, perdió el peso que tanto resistiera perder.
En el plano empresarial
En el caso de la compañía o empresa, los cambios se efectúan de manera similar al personal, pero su alcance involucra la reasignación de roles estructurales que, para muchos, resultan difíciles de aceptar.
Ciertos hábitos de mal gusto se rechazan por quienes prefieren la informalidad chabacana a las apariencias de escrupulosidad empresarial cabal. Se tutean como iguales (sin serlo) con todos, y, por ello, nadie los respeta. Por siempre llegan tarde al lugar donde se esperan sin pensar en las inconveniencias que a todos causan. (Véase mi ponencia La persona tardía). Y disfrutan el hábito letal de promover el chisme y la rivalidad entre miembros del equipo, causando disensión, cismas y conflictos entre miembros del mismo mecanismo corporativo.
Lo que no logran hacer es visualizar sus acciones por las resistencias, que son fenómenos inconscientes operando fuera de su libre percepción.
No se puede incorporar la autoridad cuando la persona investida con la misma prefiere el trato informal por miedo a que esa imagen de poder relativo, lo identifique con personas en mando que conociera en su pasado dinámico y con las que aun mantiene actitudes conflictivas inconscientes.
Por ello es que los cambios de la persona, como los de una empresa conllevan transformaciones que, por su naturaleza colectiva, todos tienden a resistir.
Muchos investigadores los equiparan (por la tristeza concomitante percibida) con los procesos del duelo que Elisabeth Kübler-Ross inmortalizara con sus ideas. (Véase: Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerte en:
/trabajos79/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte#ixzz3FkfMLPwE).
Las etapas del duelo de Kübler-Ross son:
1. La Negación: Que es inaplicable en la resistencia al cambio durante el proceso de aprendizaje, ya que cultivarse intelectualmente no representa dolor compartido, como sucede cuando la pérdida representa la de un ser querido. En las empresas, la resistencia al cambio puede que sea expresión discreta de hostilidad hacia los administradores o de los empleados entre sí. (¿Otro taller? No para mí. A mí que me den un aumento de sueldo).
Lo antedicho le confiere a la resistencia el aspecto único que la hace interpretable y entendible para ser reducida. El proceso del duelo no admite, ni necesita de interpretaciones para ser limitado, ya que no representa una resistencia neurótica, sino una reacción normal.
2. La Ira: Este afecto negativo que destaca Kübler-Ross, que coincidiendo con la defunción de un ser querido, es manifestación del vacío creado por el trauma al narcisismo omnipotente, que con sus aspectos de negación y de pensamiento mágico, nos protege contra las desventuras de la vida.
El blanco de esta rabia narcisista es nadie más que Dios o quien, en nuestra mente lo representa.
3. La Negociación: Es una etapa adaptativa a una pérdida tangible de un objeto amado, por lo tanto, no guarda ninguna relación con la resistencia al cambio durante un proceso de aprendizaje o terapéutico.
Aquí vale la pena reiterar que la terapia misma representa un proceso individual de renovación y cambio.
4. La Depresión: Siempre transitoria, a la que hace referencia Kübler-Ross en sus teorías, representa el retorno hacia el ego de la libido narcisista que fuera depositada en el objeto amado y que ahora retorna al lugar de su origen.
5. 5. La Aceptación y el Crecimiento: Esta etapa se aparta, tristemente — hay que decirlo — de la resistencia a los talleres de aprendizaje. Aunque el intento de hacerlo por quienes así la imputan sea loable.
Memento mori
En esta coyuntura puede entenderse la razón por la cual muchos teóricos coligan cualquier pérdida, de cualquier naturaleza con un proceso de duelo y de melancolía, aunque este proceso sea, por necesidad transitorio, y normal a la vez.
Freud creía que el duelo es un proceso normal y que la melancolía es uno patológico.
Para entender mejor estos conceptos recomiendo mis varios artículos acerca de las pérdidas narcisistas, El duelo y la melancolía, en especial.
(/trabajos67/el-duelo-melancolia/el-duelo-melancolia2).
Por las razones antedichas y el soporte técnico provisto en esta lección, para explicar las resistencias, creo que es provechoso apartarse de las enseñanzas de Kübler-Ross y adoptar las que Freud nos legara a través del psicoanálisis.
Para mejor asimilar mis ideas al respecto, que amplifican las de Freud, sugiero la antedicha lectura de:
Recursos humanos y talleres de mejora empresarial: La realidad y los hechos en:
https://www.academia.edu/8639550/Recursos_humanos_y_talleres_de_mejora_empresarial_La_realidad_y_los_hechos.
En resumen
Nuestro propósito en esta ponencia ha sido demostrar el efecto que ejerce la resistencia, como defensa ubicua. Tanto en el proceso de la terapia como en el de aprendizaje conducido en talleres de formación laboral empresarial, que tanto utilizan las empresas modernas.
Asimismo me he esmerado en describir las maniobras técnicas que resuelven los obstáculos presentados por esta misma defensa en ambos ámbitos, únicos a la existencia del ser humano civilizado.
Creo haber cumplido con plenitud mi objetivo de avanzar la causa de los proyectos didácticos y terapéuticos que se basan en técnicas demostradas y no los que se fundan en clichés especulativos establecidos en materiales carentes de soporte experimental o validez científica.
QED
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: La transferencia en la psicoterapia, una revisión de un concepto freudiano en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: Recursos humanos y talleres de mejora empresarial: La realidad y los hechos en academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: El poder de la primera experiencia en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerte en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: La persona tardía en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: El duelo y la melancolía en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: Recursos humanos y talleres de mejora empresarial: La realidad y los hechos en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Larocca, FEF: La niñez y su escolaridad: Historias nunca dichas en monografías.com, academia.edu y researchgate.net
Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:
Academia.Edu
ResearchGate.net y
Monografías.com
Coda:
Esta lección se dedica a Malala Yousufzai compartidora del Premio Nobel de la Paz 2014.
¡Aplauso a Malala Yousufzai! A los 17 años, la recipiente más joven de este merecido galardón
Leer más: /trabajos94/ninez-y-su-escolaridad-historias-nunca-dichas/ninez-y-su-escolaridad-historias-nunca-dichas
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca