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La Gran Guerra Patria (1941-1945)

Enviado por marcos cueva


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    1. Resumen
    2. Una guerra anunciada
    3. El problema de los prisioneros de guerra
    4. El problema de los partisanos
    5. El Ejército Rojo, el pánico y la bebida
    6. ¿Hubo traición en Stalingrado?
    7. Conclusiones
    8. Bibliografía

    Resumen

    La Gran Guerra Patria (1941-1945), como la llamaron los soviéticos, fue uno de los peores y más brutales acontecimientos bélicos, sólo comparable a la devastación que produjo alguna vez el Imperio Mongol y a la Conquista de América. La Gran Guerra Patria es en realidad poco conocida en muchos aspectos. La historiografía occidental la abordó muy poco, y la soviética se dedicó casi exclusivamente a lo más edificante y heroico. En este texto, a partir de trabajos antiguos y más recientes (facilitados por la apertura de los archivos soviéticos), se busca poner de relieve distintos aspectos desconocidos que tuvieron lugar antes y durante el acontecimiento bélico.

    Introducción

    La Gran Guerra Patria (1941-1945), como la llamaron los soviéticos, fue uno de los peores y más brutales acontecimientos de que tenga memoria la Historia de la Humanidad. Hasta cierto punto, el conflicto sólo puede parangonarse, en términos de efectos demográficos, con las devastaciones que provocó el Imperio Mongol en su expansión, y, también, con las secuelas de la Conquista de América en el siglo XVI. Las cifras de muertos durante la Gran Guerra Patria han variado. La oficial, soviética, fue durante mucho tiempo de 20 millones de muertos, pero la apertura reciente de los archivos de Moscú y algunas especulaciones han llevado la cifra de caídos hasta 27 millones de muertos. Lo mejor, en aras de la objetividad, es quedarse con una cifra como la que propone el historiador británico Laurence Rees, y que se sitúa alrededor de los 25 millones de muertos.

    Ian Kershaw ha reconocido hasta qué punto ha sido mal abordada la Gran Guerra Patria en la historiografía occidental, que de hecho se concentró en otros sucesos de la segunda Guerra Mundial, tales como la batalla de Inglaterra, la del Atlántico, la del desierto en el norte de Africa y el desembarco en Normandía. La filmografía occidental tampoco se ocupó mayormente de lo que aconteció en el Frente del Este. Para los estadounidenses, en particular, siempre fue más importante tratar de la guerra en Asia y de Pearl Harbor (por ejemplo en Tora, Tora, Tora), o dar versiones maniqueas de lo ocurrido en Europa Occidental (como en El gran escape). Por su parte, la filmografía soviética, al buscar narrar los efectos de la guerra, produjo algunos clásicos, como La balada del soldado, o Cuando pasan las cigueñas (a partir de una obra de Mijaíl Shólojov). Existe dentro de ésta filmografía una nota disonante, en el filme de Andrei Tarkovski, La infancia de Iván. De acuerdo con el cineasta, la inocencia de un niño no podía verse truncada ni siquiera por las órdenes de superiores soviéticos de enviarlo al frente, a una muerte casi segura. Una mirada muy distinta es la del filme de Elem Klimov, Ven y mira, en el cual la inocencia de un niño se encuentra destruida por la bestialidad de los invasores alemanes. Una visión matizada se encuentra en el filme de Nikita Mijalkov, Cinco tardes, que muestra con sutileza los efectos del conflicto sobre una pareja soviética común y corriente.

    Hasta hoy, pese a la desaparición de la Unión Soviética en 1991, la de la Gran Guerra Patria sigue siendo una de las conmemoraciones más importantes en Rusia, si es que no la que tiene mayor relevancia. Los veteranos del conflicto, a veces objeto de desprecio por los jóvenes, han tomado distintos rumbos políticos, cuando lo han hecho. Y, como lo muestra el filme soviético Urga, de Nikita Mijalkov, el descalabro de los años ’90 del siglo XX fue tal que no faltaron quienes estuvieran dispuestos a ganarse un poco de dinero vendiendo souvenirs de la guerra y estafando así al prójimo.

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