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El lenguaje oral de los deportistas: mito o realidad


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    Una de las actividades primordiales del ser humano es la comunicación, la que hacemos por medio de nuestra lengua materna.

    Desde que el hombre está en formación podemos mediante el lenguaje oral ir desarrollando su comunicación, su intelecto, así como una mayor capacidad de captación, comprensión y facilidad de expresión, que en un futuro serán su fuente de desarrollo intelectual.

    Así las cosas se han creado programas de maternidad y paternidad conscientes que preparan a la pareja para estimular al feto desde las primeras semanas de gestado, a partir de la cual ha quedado demostrado que la estimulación fetal temprana favorece el desarrollo intelectual del niño y por ende todos los procesos cognitivos tales como: pensamiento, la memoria, la atención y la expresión oral.

    Para nadie es un secreto que nuestra lengua se ha ido vulgarizando con elementos chabacanos que se han convertido en normas.

    Sobre todo si hacemos un balance en nuestras deportivas o los atletas en general encontraremos una degradación grande en su lengua oral.

    ¿Qué ha pasado con el lenguaje oral en nuestras escuelas deportivas específicamente? Es preocupación de sociologos, lingüistas e investigadores en general descubrir el por qué se expresan tan mal los deportistas cubanos.

    Al estudiar diferentes técnicas aplicadas en estos centros deportivos constatamos las siguientes irregularidades:

    – Poca estimulación por parte de la familia en momentos tempranos de la infancia, es decir, no se estimula el desarrollo cognitivo de los niños, sino la práctica de ejercicios físicos, y no se preocupan por la evolución del intelecto, donde queda incluido entonces la estimulación del uso correcto de la lengua materna.

    – La familia actual asume que el varón reforzará su masculinidad en la medida que emplee frases obscenas, populacheras y hasta malas palabras, cuestión que nos preocupa porque está muy distante de formar hombres cultos.

    – Falta de preocupación de los maestros y entrenadores, por atender la competencia léxico semántica de los alumnos. El grupo estudiado refiere que nunca durante la infancia sintieron tratamiento especial para aprender a expresarse mejor, lo que demuestra las diferencias aún existentes en nuestra educación primaria, secundaria y preuniversitaria para atender las peculiaridades individuales de los estudiantes. Esta información realmente preocupa, porque si la familia muchas veces no está preparada para educar y enseñar a sus hijos, se supone que la escuela está convocada para tan sagrada misión. Los alumnos se sienten como desamparados en cuanto al desarrollo de una correcta comunicación y algunos alegan que ese aprendizaje "no les iba a caer del cielo".

    – Pertenencia a espacios sociales donde no se eduque la práctica de una competencia comunicativa adecuada. Para 24 de estos atletas (80 %) estar enclavados en comunidades precarias o de bajo nivel de escolaridad conlleva a reunirse con personas y grupos que no hacen del lenguaje una vía de expresión adecuada. Pertenecer a una comunidad que cultive a sus vecinos es una suerte que no todos tenemos, pues esto es favorable a todo el desarrollo intelectual de forma general.

    – Para 19 estudiantes investigados (63.3 %) la ausencia del hábito de lectura es un elemento importante para el adecuado empleo de nuestra competencia idiomática, pero esta práctica no se adquiere por voluntad propia, sino que debe ser estimulada por familiares y maestros desde edades tempranas de la vida.

    – Por regla general estos alumnos reconocen que ellos están más motivados por el deporte que por la docencia, lo que los lleva a despreocuparse por el estudio y por el uso correcto de la lengua materna.

    Los docentes, si bien no podemos trabajar del todo con la familia por tratarse de estudiantes de municipios, lo que dificulta el acceso de los padres a la escuela y poco podemos hacer con la comunidad y la pertenencia a los grupos informales con el ánimo de pulir el uso de nuestra lengua, si jugamos un papel rector en la atención diferenciada a los alumnos en relación con la estimulación y desarrollo de la competencia comunicativa, en tanto lo motivemos en este sentido y le movilicemos la necesidad vital que tiene de saber expresarse correctamente, a fin de que en cada rincón del mundo den muestra de la elevada cultura que ostentan los atletas de este pueblo.

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