Docencia, investigación, extensión y su importancia para mantener el equilibrio entre universidad y sociedad
Enviado por Franklin Parra
En Venezuela, la docencia, investigación y extensión son de gran importancia ya que estos tres ejes son de gran amplitud y deben estar plenamente integrados y equilibrados porque estos conforman un ideal que hasta la actualidad permanece vigente, en este sentido estamos en el deber de brindar una mayor atención. Cabe resaltar, que es un reto que nos invita a la creación de nuevos saberes y a la interacción socio comunitaria con la intensión de que esas actividades logren armonizarse de manera holística.
De lo planteado se tiene una sincronía con altos niveles de exigencias hacia la educación superior donde el resultado esperado es que exista calidad, responsabilidad, pertinencia y rendición de los avances de investigaciones e innovaciones de las universidades de hoy, haciendo énfasis en todos los cambios significativos que han venido surgiendo de las diversas áreas del saber, con respecto a su producción, organización, divulgación, gestión y valoración, donde a su vez se hace sentir la creciente sociedad del conocimiento y la información en un mundo sin fronteras.
Al respecto, Guevara y Divo (2006). Comentan que, las universidades en el mundo entero tienen la responsabilidad de generar conocimiento, difundirlo y evaluar su impacto en la sociedad, en los términos de contribución del mismo en el desarrollo científico y tecnológico del país. Para estos autores es prioritario que se vinculen la docencia, investigación y extensión ya que estas fortalecerían con mayor veracidad el perfil ocupacional de los profesionales y contribuirían en los procesos de mejoramiento continuo del desarrollo del conocimiento y traerían consigo un sin número de beneficios.
En la búsqueda de una mejor calidad en la docencia, investigación y extensión resaltamos el deseo de responder a un reto en común que es unificar tareas destinadas a contracorriente de la tendencia a la hiperespecialización y a la separación entre saberes y normativas. En este mismo orden de ideas, se hace fundamental tomar en consideración tres grandes desafíos mencionados por Morín, E. (2002). Nuestras universidades aún están en deuda; el desafío de vencer la gran desunión entre la cultura de las humanidades y la científica, comenzada en el siglo XIX y agravada en nuestros tiempos; el desafío cívico de superar el debilitamiento del sentido de responsabilidad y de la solidaridad; y el reto sociológico planteado con el crecimiento de las características cognitivas de todas las actividades desarrolladas en nuestra sociedad.
De lo anteriormente expuesto, se expone lo que es la realidad de hoy día en las universidades del país las cuales se encuentran enfrentando una serie de dificultades en el ejercicio de la práctica docente, donde se involucran las tres funciones más importantes que son la docencia, investigación y extensión. Esta problemática, en el área de la investigación de algún modo aumenta el atraso que es común en toda la nación en mayor o menor grado, representado por la merma de la calidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje, talento humano carente de vocación y sin estímulo para ejercer la docencia, la creación intelectual y la interacción socio comunitaria, instituciones de educación superior inoperantes para la sostenibilidad y para la transformación de la humanidad.
Es importante destacar, el feedback de experiencias educativas que promuevan la reflexión de dicha sociedad sobre la práctica educativa y el trabajo en equipo. Todo esto sin duda alguna repercutirá en el aprendizaje del educando y en la mejora educativa, dando lugar, a una universidad más postmoderna y próxima de la sociedad actual y futura. Sin embargo, los cambios más notorios de los que nos habla la nueva era, se están expresando en la innovación del capital intelectual, aplicados por hombres y mujeres diariamente, donde los cambios más visibles se están originando por la transformación de la sociedad del conocimiento y la información.
La docencia, la investigación y la extensión como función básica universitaria encuentran su razón de ser en el paradigma holístico de carácter armonioso que procura la integración y la interrelación de un todo entre estos tres ejes desde la reciprocidad con las comunidades, donde no solo la universidad es la responsable de ofrecer algo, sino que se retroalimenta con los aportes de las comunidades en una relación intensa y profunda de universidad – comunidad y por otro lado universidad – sociedad.
Desde la concepción de lo holístico, los tres ejes de la educación universitaria (docencia, investigación y extensión) como una función integral posibilitan la incorporación de espacios y actividades vinculadas con todas las esferas del saber humano. Tünnernann (2000), identifica la debilidad de la ciencia en América Latina y particularmente en Venezuela, con las siguientes características: escaso tamaño de la comunidad dedicada a tareas de investigación y desarrollo, escasa contribución de la producción científica latinoamericana en comparación con la producción mundial, limitada efectividad para transformar la realidad, fuga de talentos y poco aprovechamiento de los productos de las investigaciones.
Bajo esta perspectiva es oportuno señalar, si bien es cierto que la creación intelectual y la interacción socio comunitaria no se han constituido en la columna primordial del desarrollo científico, tecnológico, humanístico, social y económico de la nación, en virtud de que su auténtico valor no ha sido reconocido, no es menos cierto que gran parte de las creaciones intelectuales no van orientadas a temas de particular importancia y cuya prioridad debería ser determinada por las Líneas de Investigación de las organizaciones dedicadas a este fin, en Venezuela y, muy especialmente, de las universidades.
Es claro el compromiso de la educación superior de impulsar la producción de creación intelectual y saberes que permitan, a través de su producto, modificar la estructura de la sociedad, según los cambios que la tarea exige, no obstante debería entonces, gerenciar la reproducción de saberes orientados a mejorar la calidad de vida, por cuanto su misión, no es sólo transmitir esos saberes, sino contribuir a actualizarlos y acrecentarlos, para ello, el camino es recurrir a la docencia, investigación y extensión, fortaleciéndola y adecuándola a la necesidades intra y extra de la educación universitaria, así como dar a conocer los resultados obtenidos.
Finalmente podemos decir, que la docencia, la investigación y la extensión como construcción del conocimiento en los espacios de aprendizaje, son percibidas cada una como parte de la otra sin comprimir jamás una a la otra, superando el pensamiento unidimensional, mutilante y fragmentario por una nueva forma de pensamiento que integra lo uno y lo múltiple de cada una en la totalidad globalizante de ambos, constituyendo ésta perspectiva, un avance epistemológico importante en el conocimiento de los complejos procesos sociales. Asimismo, es un tema de gran importancia, por cuanto estos tres ejes están ligados a la posibilidad de producir soluciones para el desarrollo sostenible y sustentable del país.
Lcdo. Franklin Parra Riberos.
Guevara, E. y Divo, J. (2006). La Investigación en la Universidad de Carabobo en el Contexto Histórico del Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología. Vicerrectorado Académico. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela. pp. 80-199.
Morín, E. (2002). Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Tünnernann, B. (2000). La Educación Superior y los Desafíos del Siglo XXI. Managua, República de Nicaragua: Fondo Editorial Cira.
Docencia, Investigación, Extensión y su Importancia para mantener el Equilibrio entre Universidad y Sociedad.
Autor:
Lcdo. Franklin Parra Riberos.