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Para una "dieta balanceada": El rol de los fitoquímicos y el chicle…

Enviado por Felix Larocca


  1. Los fitoquímicos
  2. En resumen
  3. El chicle y la pérdida de peso: ¿Un nuevo "remedio"?
  4. Lección de las neuronas espejo
  5. ¿Cómo — dicen ellos — logra su propósito?
  6. El mascar chicle para combatir la globesidad
  7. En conclusión

"Cuando se habla de los trastornos del comer: Todos dicen, y nadie sabe…" (FEFL)

Los fitoquímicos

Fitoquímicos son sustancias que se encuentran en los alimentos de origen vegetal, biológicamente activas, que no son nutrientes esenciales para la vida (por lo menos a corto plazo), pero que poseen efectos positivos en la salud.

Éstos se encuentran naturalmente en las plantas (frutas, vegetales, legumbres, granos enteros, nueces semillas, hongos, hierbas y especias).

Los fitoquímicos se están comenzando a tener en cuenta en los últimos años, ya que se están descubriendo sus beneficios para la salud:

  • Protección contra el cáncer: éstos actúan en la eliminación de la toxicidad de drogas, toxinas, carcinógenos y mutágenos (como bloqueadores y supresores), neutralizan radicales libres, inhiben enzimas que activan carcinógenos e inducen a enzimas que nos desintoxican de los mismos.

  • Protección cardiovascular: evitan oxidación de LDL, reducen la síntesis y utilización del colesterol y afectan la presión sanguínea, mejorando la coagulación de la sangre.

  • Otros beneficios: retardo del envejecimiento y sus enfermedades asociadas.

Además, confieren color, aroma y sabor a los alimentos.

Clasificación:

  • Terpenos (con poder antioxidante): carotenos (pigmentos amarillos-rojos-anaranjados: tomate, perejil, naranja, pomelo rosado, espinacas),licopenos (tomate, ají), limonoides (son monoterpenos, que se encuentran en los cítricos)

  • Fenoles: (protección antioxidante): flavonoides: pigmento azul, azul-rojo y violeta (flavonas, flavonoles, flavononas, antocianinas — en manzanas, cebollas rojas y amarillas, brócoli, uvas rojas, jugo de uva, vino tinto — isoflavonas — algunas son fitoestrógenos: fitosteroles). Se encuentran en la soya y otras legumbres

  • Tioles (sulfurados: crucíferas): indoles, ditioltionas, isotiocianatos. Éstos se hallan en brócoli, repollo, coliflor, cebolla, puerro, entre muchos más.

  • Lignanos: en semillas de lino, salvado de trigo, cebada y avena. (Para leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Fitoqu%C3%ADmico).

El consumo de vegetales, que son ricos en sustancias llamadas fitoquímicos, parece ser que previene el estrés oxidante en el cuerpo, de acuerdo a un artículo publicado en el Journal of Human Nutrition and Dietetics.

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Para alcanzar un consumo adecuado de esos agentes protectores, los investigadores sugieren comer alimentos de origen vegetal como son las verduras, nueces y legumbres, al principio de toda comida.

Por medio del uso de un método conocido como el índice fitoquímico, que compara el número de las calorías consumidas provenientes de comidas vegetales, contrastada con el número total de las calorías en la dieta, se podría asistir a las personas para que recuerden que deben de consumir un número adecuado de calorías vegetales en su dieta cotidiana.

Los investigadores, están tratando de encontrar una manera de motivar al público a que ingieran menos comidas grasas a cambio del consumo de micronutrientes y minerales provenientes de frutas, granos y soya.

La idea siendo, llenar el plato con alimentos vegetales, de colores vistosos, de textura variada provenientes de las plantas.

Por medio del consumo de comidas repletas de fitoquímicos como son las ensaladas, con aceite de oliva, es posible lograr la reducción del tamaño de las porciones consumidas y cortar en la ingestión del tamaño de las porciones y de las calorías absorbidas.

Los investigadores analizaron un grupo de 54 personas adultas jóvenes, en las que estudiaron sus patronos dietéticos durante un período de tres años.

Los voluntarios se distribuyeron en dos grupos: peso normal y sobrepeso-obeso.

Pero, a pesar de que los adultos en ambos grupos consumieron aproximadamente el mismo número de calorías, el grupo sobrepeso-obeso, utilizó menos alimentos vegetales y más alimentos grasos.

Este grupo asimismo exhibió niveles elevados del estrés oxidante y de la inflamación que el de los que pertenecían al grupo de peso normal.

Esos procesos, están relacionados al comienzo de la obesidad, trastornos cardíacos, diabetes y enfermedad articular.

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Se ha establecido el hecho de que las dietas bajas en comidas provenientes del reino vegetal afectan la salud con el transcurso del tiempo. Lo que, al final determina el comienzo de la obesidad a medida que la vida progresa.

El estrés de la oxidación ocurre cuando el organismo produce demasiado radicales libres que son nocivos, y carece a la vez de los antioxidantes y fitoquímicos requeridos para neutralizarlos.

Además de que el exceso de tejido adiposo y enzimas que son activas en las personas con sobrepeso, hacen que la obesidad desencadene la producción de radicales libres adicionales.

En adición a sus otros beneficios para la salud, muchos de los fitoquímicos poseen propiedades antioxidantes que pueden asistir a combatir los radicales libres.

Los fitoquímicos, incluyen aliína del ajo, licopeno de los tomates, isoflavonas de la soya, beta carotenos de las naranjas y las calabazas, y anitocianinas del vino tinto, entre otras.

Como se expresa en el Plan ECHA, las personas obesas necesitan más frutas, vegetales, legumbres y granos no-refinados.

El azúcar, dicen los expertos, merece un lugar especial en este esquema, porque no representa un elemento necesario para la alimentación y constituye un peligro definitivo para la salud de todas las edades, afirman los investigadores.

En resumen

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Aceite de oliva

Cuando hablamos de una alimentación balanceada, nos referimos al plan natural que se constituyó en la estrategia de comer para nuestro género.

Ahora, reproducimos una lección de importancia para quienes dietan

El chicle y la pérdida de peso: ¿Un nuevo "remedio"?

Para muchos — personalmente, yo puedo ser contando entre ellos — el hábito de mascar chicle nos impresiona como si fuera un espectáculo antiestético.

Pero, es un hábito común en muchas personas que padecen de hambre como resultados de sus dietas y que, a pesar de que nos recuerdan del rumiar apacible de algunos animales, lo hacen, porque sin mascar su goma no podrían "vivir".

Lección de las neuronas espejo

Cuando se ensaya, o se presencia, una función básica, el organismo, la imita y procura su satisfacción. (Véanse mis artículos al respecto).

Veamos

No toma mucho observar un anuncio en la televisión, donde algo apetecible se presenta, antes de que sintamos hambre.

Lo mismo sucede cuando una pareja saludable se deleita en observar la sexualidad tórrida que se transmite en una pantalla frente a ellos.

El chicle, en efecto, es un ensayo del acto de comer, pero, sin comer.

Lo que confunde los centros que controlan esta actividad dentro del hipotálamo cerebral.

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El mascar chicle, para disminuir el apetito, nos confunde en su propósito, porque termina estimulando el deseo de comer.

A pesar de ello, en un concurso para perder de peso, patrocinado por una de las cadenas televisivas más importante de América, los participantes mascan cantidades enormes de chicles para lograr el éxito elusivo de la pérdida de unas cuantas libras.

Muchos se preguntan, si este método, en realidad los ayuda…

Una investigación comisionada por el Instituto de la Investigación Científica Wrigley (uno de los mayores productores de goma de mascar en el mundo) opina que el mascar chicle ayuda en la lucha contra la obesidad. (Parece que no existe conflicto de interés entre quienes financian el estudio y quienes lo conducen, el lector dirá…).

¿Cómo — dicen ellos — logra su propósito?

La investigación, que propone estudiar los efectos fisiológicos de esta actividad oral, sugiere, que, para aquellas personas que desean una merienda, que si mantienen una barrita de chicle en la boca, por la duración del deseo, que así ahorrarán el consumo de unas modestas 60 calorías, cada vez que lo hacen.

La razón: la mayoría de los participantes en el estudio, decían que cuando mascaban el chicle, sentían menos hambre.

Además, reportaron los investigadores, esta actividad — no sólo evita — sino que consume algunas calorías. Entre ellas, calorías azucaradas.

Lo que presupone, que si se eliminan unas cuantas calorías diarias, de esta manera, que en unos cuantos años, la persona puede perder — o deja de acumular — unas cuantas libras.

Lo que falta saber es cuántas, ya que no lo especifican.

El mascar chicle para combatir la globesidad

En el número de noviembre pasado del Journal of the American Dietetic Association, el Profesor de Pediatría James O. Hill (Universidad de Denver), expresa el optimismo de que, eliminando unas cuantas calorías al día de esta manera, nos asistirá en la lucha contra la epidemia de la obesidad que nos azota.

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Perdiendo peso…

Puede que sea buena idea, para Wrigley y para todos, mascar una barrita del sabor de este producto que uno prefiere, en lugar de comer una hamburguesa triple con papas fritas, bajadas por una batida repleta de azúcar.

En la materia de lograr perder de peso, estas "investigaciones" y sus metodologías son poco científicas y no deben ser tomadas en serio.

En conclusión

La obesidad y su cura tienen algo en común con el unicornio: son ambas ilusiones, productos de la fantasía desenfrenada de las industrias que nos venden gato por liebre.

Fin de la lección.

Para una profusión de artículos por este autor, en estos, y temas relacionados: http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?substring=0&bool=or&nb=1&query=dieta+humana+larocca&buscar=Buscar

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Tres caras de Eva…

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca