[1] Cueva El Pindal, Asturias (España). Sobre este dato, cf. Godwin, G., El corazón. Itinerarios por sus mitos y significados, Madrid 2004, 39 (traducción de I. Belaustegui Trías del original: Heart, a personal journey through its myths and meanings, New York 2001).
[2] Desde la óptica profética, Jeremías denuncia esta situación: Jerusalén, lava tu corazón de maldades para salvarte, ¿hasta cuándo anidarán en tu corazón propósitos perversos? (Jr 4,14).
[3] Rm 1,28-31; 3,9-19; del corazón humano sale lo malo: Mt 15,19; Mc 7,21-23; Ef 2,1-3; Tit 3,3.
[4] Igual arrepentimiento muestra Dios en diferentes ocasiones, por ejemplo retirando su favor: a Saúl como rey (1Sm 15,11.35); contra Jerusalén (cf. Jr 15,6). De todos modos, Dios puede revocar este sentimiento con sentido favorable: cf. Ex 32,14 (intercesión de Moisés); Dt 32,36; Jue 2,18; 2Sm 24,16b (intercesión de David); Jr 16,23; Jl 2,13; Am 7,3.6; Jon 3,10; 4,2; Sal 106,45.
[5] Así como el verbo «cancelar» (mahah) tiene aquí como objeto a los vivientes, se dice también de la culpa y la trasgresión que Dios cancela (cf. Sal 51,1.3; Is 43,25; 44,22).
[6] Otras traducciones posibles de corazón dolido (Gn 6,6) pueden ser: corazón apesadumbrado, apenado, herido, e incluso contrariado o enfadado.
[7] Cf. Frevel, C. Wischmeyer, O., Che cosè luomo, Prospettive dellAntico e del Nuovo Testamento, I temi della Bibbia 11, Bologna 2006, 40-47 (traducción de Marinconz, L., del original Menschsein, Perspektiven des Alten und Neuen Testaments, Die Neue Echter Bibel, Themen 11, Würzburg 2003); Sorg, Th., «kardía (corazón)», en Coenen, L. Beyreuther, E. Bietenhard, H., Diccionario Teológico del Nuevo Testamento I, Salamanca 1980, 339-341; Tessarolo scj, A., «El simbolismo cristiano de la palabra corazón: Estudio Bíblico», Dehoniana 75 (1989/1) 7-22.
[8] En Pr el sustantivo leb 97x; lebab 2x; en Gn: leb 13x; lebab 3x; en Ex: leb 47x; lebab 1x; en Dt: leb 4x; lebab 49x. Más que Pr solo el libro de los Salmos: leb 101x; lebab 35x.
[9] Cf. Sandoval, T.J., «Revisiting the prologue of Proverbs», Journal of Biblical Literature 126 (2007) 455-473.
[10] Morla Asensio, V., Libros sapienciales y otros escritos, Introducción al estudio de la Biblia V, Estella 1994, 20003, 109-141.
[11] Sobre el padre-educador y el hijo-discípulo, cf. Alden, R.L., A commentary on an ancient book of timeless advice, Grand Rapids 1983, 35-44; Estes, D.J., Hear, my son: teaching and learning in Proverbs 19, Cambridge 1997, 31-66.
[12] Proverbios propone este anhelo interesado en el sentimiento intenso que suscita la codicia, pero deja bien claro que la mejor riqueza la da la sabiduría (cf. Pr 8,10; 16,16).
[13] ¿No pudiera entenderse la afirmación de Isaías tú eres un Dios escondido como la declaración de que Dios mismo es el tesoro apenas anunciado? (cf. 45,15).
[14] Por no mantener su corazón inclinado al Señor, Salomón será objeto de la ira divina (cf. 1Re 11,9).
[15] En el AT mi enseñanza (tôratî) es solo para la enseñanza del Señor. Conservarla es un criterio para identificar a quienes buscan al Señor (cf. Is 51,7); el error es olvidarla o ignorarla (cf. Jr 9,12; 16,11; Ez 22,26; Os 8,1.12). Dios está decidido a escribirla en el corazón (cf. Jr 31,33).
[16] Tablas que Moisés mismo destruyó, y serán nuevamente rehechas (cf. Ex 34,1; Ex 32,19; Dt 9,17).
[17] En otros contextos, la tabla es elemento ornamental para los muebles del santuario, como el altar de los holocaustos (cf. Ex 27,8), o del templo (cf. 1Re 7,36). También sirve para defensa, como lo expresan los hermanos del Cantar, preocupados por su hermana: si (es) puerta, la cerraremos con tabla de cedro (Ct 8,9).
[18] Ambos términos juntos, dicho de Dios, también en 2Sm 2,6; 15,20; Sl 25,10; 61,7; 85,11; 86,15; 89,15.
[19] Sobre el tema del alargamiento de los días en el AT, cf. Suárez Codorníu, C.L., Construyendo la vida. La raíz rk en el Antiguo Testamento, Roma 2002, 38-113 (tesis doctoral, no publicada).
[20] Cf. Sl 28,7: en Él confía mi corazón; Cf. 37,3, confía en el Señor; 84,12; 112,7; 115,9;
[21] Con el mismo verbo bah?an, cf. Jr 6,27; 9,7; 17,10; 11,20; 12,3; 20,12; Ez 22,20-22; Mal 3,2-3; 3,15; Jb 7,18; 23,10; Sl 7,10; 11,4.5; 81,7. En ocasiones es el pueblo quien testa a Dios, cf. Sl 95,9; 139,23; Mal 3,10.
[22] En este contexto, el sustantivo mimar, indica la vigilancia, cautela o precaución que requiere una situación que puede entrañar peligro. Entre los libros del AT, donde más empleo tiene es en Nehemías, ambientado en la reconstrucción de Jerusalén, donde diversos peligros amenazan esta tarea. En Pr puede literalmente traducirse: De entre toda cautela / vigilancia / precaución [a tomar] ( ).
[23] Con el mismo verbo conservar, que aquí tiene por objeto el corazón, Pr invita a la custodia de otros elementos: el camino de la justicia (Pr 2,8); los mandamientos transmitidos por el padre (3,1; 6,20); el tino y la reflexión (3,21); el conocimiento (5,2); la boca (13,3); el propio camino (16,17); la tôrâ (28,7). También se presentan como custodios: la inteligencia (2,11); la sabiduría (4,6); la justicia (13,6); la bondad y lealtad (20,28); los ojos del Señor (22,12); el que conoce [Dios mismo] (23,26).
[24] A través de la calificación del corazón, Pr recoge muchas actitudes humanas, cf. Pr 6,32; 7,7; 9,4: el falto de corazón (h?asar-leb); 10,20: el corazón malvado (leb reaîm); 11,20: el corazón retorcido (iqqê-leb); 12,20: el corazón que maquina el mal (leb h?ore); el corazón arrogante (kol-gebah-leb); etc.
[25] En Mt 24,48 el corazón tiene un sentido reflexivo: se decía en su interior.
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