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Vestimenta – Enfermería hospitalaria

Enviado por Gonzalez, Erica


Partes: 1, 2

    1. Rutina desconocida de la sala
    2. Falta de intimidad
    3. Cambios en el vestuario
    4. Cambio en el estatus dependencia / independencia del arreglo personal
    5. Causas de dependencia
    6. Ayudas a la independencia
    7. La cama del enfermo
    8. Cambio de la cama de hospital
    9. Colchón
    10. Armazones para la cama
    11. Colocación del paciente
    12. Prevención de accidentes de naturaleza mecánica
    13. Fajas
    14. Vendaje
    15. Medias antiembolia
    16. Guantes estériles
    17. Principios de limpieza y atuendo quirúrgico
    18. Colocación de la bata quirúrgica

    Es necesario el conocimiento detallado de las costumbres de vestido de cada paciente si queremos darle la importancia adecuada a este aspecto fundamental de la vida cotidiana en el contexto de la enfermería individualizada.

    En el pasado, cuando la enfermería hospitalaria era muy rutinaria –cuando se daba más importancia a las tareas que a los pacientes- no se tenían en cuenta las costumbres y preferencias del enfermo. Esta rutina tan rígida ignoraba por completo el hecho de que las costumbres personales varían mucho.

    Rutina desconocida de la sala

    El paciente recién ingresado ignora las costumbres de la sala en lo concerniente a las actividades de vestido si no se le informa previamente. Los pacientes inscritos en la lista de espera suelen recibir información impresa sobre la ropa de dormir que deben llevar, si pueden o no quedarse con su ropa de diario y, si no, los pormenores de la alternativa.

    El recién llegado empieza por desconocer dónde y cuándo llevar a cabo sus actividades de limpieza y arreglo personal. Necesita esta información al ingresar y es función del personal de enfermería crear una atmósfera que permita plantear estos interrogantes.

    Para la mayoría de la gente la ropa es un símbolo importante de su independencia, por ello los pacientes experimentan angustia cuando ven cómo sus ropas son enviadas a su casa o al almacén del hospital; en estos casos el personal de enfermería hace una lista detallada de todas las prendas y le pide al paciente que la revise y firme la planilla de cuidados de enfermería.

    Es muy importante que los profesionales entiendan el problema del paciente: la carencia de sus ropas le hace sentirse despersonalizado y a la vez despojado de la libertad de abandonar el hospital inmediatamente si hubiera alguna razón para hacerlo.

    La mayor parte de las personas, incluso quienes no salen de su casa, llevan una ropa durante el día y otra por la noche. Es muy raro que alguien esté con el pijama puesto todo el día. En la actualidad, los hospitales más avanzados animan a los pacientes para que se vistan durante el día, lo cual no sólo mejora su propia imagen, sino que también aporta una demarcación temporal entre estar en la cama y estar "levantado"; también ayuda a crear un sentido de normalidad.

    Falta de intimidad

    La mayoría de las personas prefieren llevar a cabo las actividades de vestido en privado. Los baños separados por cortinas o las cortinas que rodean las camas no ofrecen la misma intimidad que un cuarto un cuarto de baño con puerta; ciertos pacientes se sienten amenazados cuando los usan. Las cortinas cortas o no completamente corridas son causa de que algunos pacientes no se sientan del todo en privado.

    Cambios en el vestuario

    Aunque sólo tenga un antebrazo o un tobillo escayolado es imposible ponerse prendas de mangas ceñidas o pantalones estrechos, por lo que es necesario modificar el vestuario. Será más fácil llevar ropas amplias y sueltas, estén o no de moda. El paciente suele aceptar muy bien este hecho si es por un período corto.

    Sin embargo, las prendas convencionales quizás estén desaconsejadas en ciertas personas mayores: por ejemplo, la necesidad de vestirse con ropa que se abrocha por delante en vez de por detrás. De igual forma, las personas impedidas deben usar vestuario modificado para que sean independientes a la hora de vestirse. Conseguir la ropa adecuada para las personas mayores e impedidas es una necesidad básica, por eso el personal responsable debe conocer la existencia de diseños adecuados de ropa y calzado acordes a la necesidad, es sólo uno de los factores a tener en cuenta.

    Los profesionales de enfermería que están en contacto directo con estos problemas, pueden ayudar especificando las necesidades indumentarias de cada paciente, debe mostrarse comprensiva con todos los pacientes obligados a usar prendas modificadas y ayudarles a recobrar la confianza y autoestima.

    Cambio en el estatus dependencia / independencia del arreglo personal

    La adquisición de soltura para la independencia de las actividades relacionadas con el vestido exige un funcionamiento adecuado del sistema nervioso, no sólo un control del movimiento de las extremidades inferiores y una precisión de movimientos en los superiores, sino también un aprendizaje racional del movimiento. Es necesario además que el sistema musculoesquelético pueda llevar a cabo todas las rutinas necesarias. Las malformaciones congénitas pueden excluir la independencia plena. Cualquier anomalía del sistema puede impedir que una persona sea independiente, hasta el punto de hacerle dependiente en una o más de las actividades relacionadas con el arreglo personal.

    Causas de dependencia

    • Movilización limitada: las zonas en las que el paciente padece la limitación motriz determinan y concretan los problemas particulares que sufren en relación a las actividades. Una mano lisiada no puede abrochar los botones. La rigidez de la columna vertebral impide tanto quitarse la ropa de las extremidades inferiores.
    • Carencia de miembros: los niños con deficiencias congénitas no son conscientes de la carencia de miembros, ya que para ellos es una cosa normal y, por lo tanto, si ingresan en un hospital tienen ya un método de limpieza establecido. Por otro lado, las personas que sufren la pérdida de algún miembro están abocadas a aprender técnicas alternativas variables según la minusvalía.
    • Movimientos involuntarios: el movimiento incontrolado de la mano hace difícil cosas tan sencillas como vestirse.
    • Inconsciencia: un paciente inconsciente depende totalmente del profesional de enfermería para preservar su dignidad, seguridad e integridad durante el movimiento de vestirse. En este estado los miembros están globalmente rígidos y paralizados, lo que exige que, mientras una enfermera le sostiene sin estirarle los músculos mientras otra coloca la vestimenta. Es importante prevenir la aparición de úlceras por decúbito.
    • Trastornos psicológicos: cuando se padece un trastorno psicológico, incluso los hábitos de vestir adquiridos se interrumpen. Puede darse un desinterés por la ropa. El desarrollo de una estrategia de enfermería consistiría en establecer un modo gradual de recuperar los hábitos perdidos.
    • Enfermedades: los pacientes inconscientes, dementes o mentalmente incapacitados dependen del profesional para conservar su derecho a la intimidad durante la actividad de vestido.

    El plan de enfermería debe indicar dónde se va a llevar el vestido: en la cama o en el cuarto de baño; qué actividades se llevarán a cabo automáticamente, cuales no; hay muchas variables a considerar; las siguientes son sólo algunas pautas que los profesionales de enfermería deben tener en cuenta a la hora de ayudar al paciente:

    • Los pacientes tienen derecho a la intimidad en el vestido.
    • Puede haber disparidad entre el concepto de pudor del paciente y el del profesional de enfermería.
    • Las actividades relacionadas con la seguridad, integridad, dignidad y pudor están bajo la responsabilidad de la enfermera.
    • La mayoría de los pacientes tiene derecho a tomar sus propias decisiones sobre los aspectos relacionados con su higiene y vestuario personales, lo cual contribuye a evitar el deterioro de la propia imagen y la institucionalización.
    • Cuando los pacientes sufren problemas en alguna de estas actividades la utilización de los medios pertinentes que contribuyan a conseguir la autonomía, ayudarán tanto a los pacientes como al profesional de enfermería.

    Ayudas a la independencia

    Para el vestuario: las cremalleras largas y las tiras de velero son un medio muy valioso para que los ancianos y las personas impedidas puedan seguir vistiéndose con ayuda mínima de otro. Cuando el paciente tiene un brazo o una pierna impedida, el profesional debe ponerle primero la ropa en ese miembro, para que así pueda ayudarse con el otro. Cuando los dos brazos están impedidos, deberá introducir primero una manga, luego cubrirá el tronco y por último la otra manga en cuyo lateral se encuentra la tira de velero o la cremallera. Si el paciente tiene dos piernas impedidas, suele ser preferible ponerle los pantalones mientras está acostado en la cama: hay distintos aparatos pensados para ayudarlos a efectuar solos esta maniobra; sirven también para las medias y la ropa interior.

    Partes: 1, 2
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