El triángulo en las relaciones humanas.. La trigonometría aplicada del destino (página 2)
Enviado por Felix Larocca
La traición es el medio por razón del cual se penaliza y se reconocen estas fantasías. Intentamos incluirnos a nosotros y a otras personas en nuestro mundo de fantasía para compensar por el dolor de la infancia. Puesto que todas las infancias suelen ser dolorosas, los razonamientos ingenuos que llevamos encima también son arquetípicos, y reflejan un mundo infantil alternativo que recuerda al Edén en su inocencia y en el estado de fusión con el padre divino — ya que en esa parte de la Biblia, no existiera la mujer. La serpiente (entidad femenina — por supuesto) en el Jardín es una imagen de este papel arquetípico de traición, que es inherente al estado de inocencia y que tarde o temprano emerge para destruir nuestra ilusión de felicidad.
No hay ninguna fórmula para enfrentarse al dolor de la traición. Pero una perspectiva paradigmática puede ayudarnos a ver las cosas de otra manera, aunque no podemos hacer que el dolor desaparezca mediante la explicación o la imaginación. No hay remedio para este tipo de dolor. Pero hay una diferencia entre el dolor ciego y el dolor que va acompañado del entendimiento. Este último tiene un efecto transformador y terapéutico. Cuando no hay entendimiento, los triángulos tienden a repetirse a sí mismos – diferentes personajes, un mismo guión. Algunos triángulos son realmente transformadores. Acaban con un viejo patrón de conducta, y la nueva relación es genuinamente mucho más feliz y más satisfactoria. O el triángulo sirve al propósito de liberar energía, liberar potenciales internos, e incluso si la antigua relación se restablece, o se acaba por no estar con ninguna de las partes, todo ha cambiado. Pero seguimos siendo nosotros mismos, y por mucho que intentemos reorganizar nuestra vida exterior, si un problema interno no ha sido resuelto, las mismas pautas de conducta empezarán a emerger en toda nueva relación. La compatibilidad puede ser más grande con otra pareja, pero uno todavía debe tratar con su propia psique.
Un triángulo puede ser como un gran crisol en una vida. La energía circula sin parar, vuelve sobre sí misma y no alimenta otra cosa más en la vida de uno. Dentro de los triángulos, las tres personas tienden a proyectar elementos de sí mismos sobre el otro. El triángulo mantiene estás proyecciones en su lugar, y puede haber una fuerte resistencia al cambio. Incluso podríamos decir que el triángulo se forma porque hay una resistencia a cambiar, así que cualquier cosa que esté buscando expresión desde dentro va a volver a casa de nuevo. La energía psíquica se libera, ya sea a través de la muerte o de la renuncia voluntaria a una persona. El tiempo de todo esto no es accidental. En una, o dos o incluso tres de las partes, los problemas inconscientes han llegado finalmente a un punto desde el cual pueden ser integrados, incluso si esto se expresa simplemente dejándolo ir. En el momento en que empecemos a hacer esto, las proyecciones empiezan a volverse conscientes. No creo que la verdadera resolución pueda llegar de otra manera. Es un tipo de gracia. No puede ser creado mediante un acto de voluntad. Es muy triste oír decir al traicionado "te perdono", no porque se sienta realmente, sino para hacer que la pareja vuelva. En el fondo no hay perdón en absoluto — aunque esto no sea enteramente consciente — y el castigo puede continuar. El perdón sólo puede venir de un reconocimiento, por parte de ambos partícipes, de la propia complicidad dentro del triángulo — cualquiera que sea el papel de uno — y la aceptación de las propias proyecciones. Antes de eso, el perdón no es realmente posible. Sólo parece emerger de algo que ha sido genuinamente integrado en uno mismo. El proceso total es transformador. No podemos manufacturar el perdón si hemos sido traicionados — ni podemos fabricarlo para nosotros si somos los traidores. Lo único que podemos hacer es trabajar para integrar lo que pertenece a nuestra propia alma.
Alpheus pursuing Arethusa por M. Van Matheusz
En el caso del progenitor airado que rechaza, y luego aparece en el triángulo como una pareja fría que impugna, esto puede tener algo que ver con su propia necesidad de establecer límites. Si observamos esta experiencia fundamentalmente melancólica desde una perspectiva más objetiva, ¿qué es rechazo al final, excepto otra persona trazándonos límites que consideramos intolerables? Puede ser nuestra propia falta de límites lo que nos atraiga a un triángulo donde somos los traicionados, rechazados por una pareja que dice "No puedo soportar esta claustrofobia emocional. Quiero separarme". O podemos ser los traicionados, saltando de una pareja cuyas necesidades emocionales parecen opresivas pero que secretamente reflejan nuestra propia incapacidad para hacerle frente a la soledad. Las duras y dolorosas lecciones que devienen de este tipo de experiencias son lecciones acerca de lo que no se ha desarrollado en nosotros. Podemos desvincularnos de esto al principio, y decir "Mi madre era excesivamente manipuladora" o "Mi padre era tan controlador". ¿Por qué las personas se vuelven manipuladoras y controladoras? Si alguien está expresando las cualidades neuróticas en una relación, no lo hace porque sea divertido, lo hace porque la relación se equipara con la supervivencia, y hay una necesidad desesperada de asegurarse de que el amado permanece cerca. Edipo se moviliza cuando uno se siente amenazado. La gente se vuelve manipuladora porque están aterrorizados de perder el objeto de su amor. Ese objeto amoroso constituye su supervivencia, y la manipulación parece el único camino posible para asegurar la continuidad de la relación. Todos somos capaces de hacerlo, si nos dan el nivel adecuado de compromiso y el nivel adecuado de peligro. Si negamos estos atributos comunes y los mantenemos firmemente proyectados sobre el padre, Edipo puede convertirse en un triángulo. Entonces nosotros mismos tenemos que descubrir cuan posesivos podemos llegar a ser. O bien conseguimos una pareja profundamente posesiva. Podemos llegar tan lejos como para decir "Ah, sí, he elegido a alguien igual que mi madre/padre". Esa es una pieza útil de introspección, pero es sólo el comienzo. Todavía debemos descubrirla en nosotros mismos. A menudo sólo descubrimos que tenemos a Edipo mediante la experiencia de la traición. Es sólo un espacio en blanco en la mesa hasta que el triángulo lo desentierra, entonces de pronto encontramos a nuestro Edipo por primera vez. Descubrimos que sentimos apasionadamente, que necesitamos intensamente, que la desesperación puede hacernos traidores y manipuladores, y que el control puede parecer la única forma de sobrevivir. Este proceso de auto descubrimiento puede ser una experiencia aterradora y humillante, pero nos permite llegar a ser lo que realmente somos.
Sansón y Dalila por F. Gianni
Así es como muchas mujeres y hombres abandonan sus propios hijos para seguir un amante — como lo hiciera la mamá de la Princesa Diana.
La integración psíquica es la mística de los todos los triángulos (véase mi artículo La Teología de la Relatividad). Incluso si los objetos exteriores están involucrados en triángulos relacionados con los padres, aquello a lo que estamos vinculados tan profundamente en el padre es verdaderamente algo que pertenece a nuestra propia alma. Este "algo" puede significar nuestro tramo final más allá de los límites personales y puede permitirnos un mayor y más profundo nivel de realidad en nuestras vidas, sin embargo está conectado con nuestro propio equipaje existencial. Cuando vemos símbolos intuidos que primero experimentamos a través de los padres y más adelante a través de los triángulos en los que la misma experiencia se repite a sí misma, hay algo dentro de nosotros que demanda ser expresado, y seguirá retornando hasta que encontremos un modo de satisfacerlo. Los sentimientos con rasgos distintivos relacionados con los padres en la vida no sólo describen estas pautas, describen dimensiones latentes de nosotros, especialmente cuando están en conflicto con el resto de nuestra situación. Incluso si el padre encarna a Edipo de una forma creativa, sigue siendo nuestro destino, y pertenece a nuestro propio futuro. Un personaje, puede no ser representado por el padre, pero puede ser parte de lo que experimentamos a través del padre. Si el padre no ha vivido creativamente el patrón universal simbolizado por el individuo en cuestión, es más difícil de comprender lo que estamos haciendo. Y por este motivo podemos no darnos cuenta de lo que nos encontramos a través del triángulo que aparece más adelante en nuestra vida. No es solamente un complejo inconcluso, aunque ese elemento puede ser importante de explorar. Es, en última instancia, el propio vehículo de uno, y por ello algo que pertenece al alma propia. Es parte de nuestra herencia colectiva psicológica, pero tenemos que refinarlo. Incluso los triángulos que aparecen como abiertamente Edípicos también tienen que ver con nuestra misma vida interna, porque lo que amamos u odiamos en el padre es algo que nos pertenece a nosotros. Pero tenemos que encontrar nuestra forma ajustada de vivirlo.
En resumen
Este es un artículo de índole avanzada que sintetiza una de las enseñanzas más importantes de cómo funcionamos mentalmente como seres humanos. Quien pueda aplicar y entender sus elementos podrá entenderse a sí mismo, entender a los otros y liberarse de inhibiciones poderosas que interfieren con la capacidad de forjar relaciones maduras y saludables a todos los niveles.
Esto en sí. Constituye la base de toda terapia bien conducida.
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: Complejos de Edipo y Electra en monografías.com
Larocca, FEF: Neurobiología de la Violación Sexual: Lastimar la Mujer para el Sexo Forzoso en monografías.com
Larocca, FEF: ¿Qué el hábito no hace al monje?… en psikis.cl y en monografías.com
Larocca, FEF: Nature vs Nurture: El Yin y Yang de la teleología aplicado a las ciencias del comportamiento humano… en psikis.cl y en monografías.com
Larocca, FEF: La Homosexualidad Latente… en monografías.com
Larocca, FEF: Trilogía del amor: El amor, el odio y los celos en monografías.com
Larocca, FEF: El amor como paradigma de los sentimientos humanos: en monografías.com
Larocca, FEF: El Complejo de Pigmalión: El Poder que la Mujer Posee y Desconoce en mailxmail.com
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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