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Etiología bacteriana de la conjuntivitis neonatal. Metrosalud. Medellín, 1994 (página 2)


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RESULTADOS

Se incluyeron en el estudio 102 neonatos. En la mitad se observó secreción mucopurulenta en cantidad escasa. Se apreció una respuesta inflamatoria del tipo polimorfonuclear por encima de 10 células por CAP en 41% de las muestras. En 61% de las muestras no se observó ningún tipo de germen al Gram.

No se aisló Neisseria gonorrhoeae. Pero en los 3 casos donde se observaron diplococos Gram negativos en el Gram correspondieron a Moraxella catarrhalis.

Se encontraron 18 casos positivos (18% de la muestra) para antígeno de C. trachomatis y se observó que en 11 se aislaron concomitantemente estafilococos coagulasa negativos.

Hubo conjuntivitis bacterianas en 55 (54%) neonatos. Los microorganismos con identificación más frecuente fueron: C. trachomatis, 18 casos (33%); y Hemophilus influenzae, 10 (18%) (Cuadro 1).

Cuadro 1. Bacterias Comprometidas como Agentes Etiológicos de la Conjuntivitis Neonatal en 102 Neonatos de la Ese Metrosalud, Medellín

Microorganismo

%

Chlamydia trachomatis

18

33

Hemophilus influenzae

10

18

Staphylococcus aureus

8

15

Streptococcus pneumoniae

6

11

Staphylococcus coagulasa neg.

4

7

Streptococcus viridans

3

6

Moraxella catarrhalis

3

6

Escherichia coli

1

2

Enterococcus sp

1

2

Pseudomonas aeruginosa

1

2

Total

55

100

En relación con la sensibilidad de los microorganismos a los distintos antibióticos se destacó lo siguiente: 90% de las cepas de H. influenzae fueron sensibles a ampicilina, y 100% a la combinación ampicilina-sulbactán, cloramfenicol y trimetropim-sulfa. Todas las cepas de M. catarrhalis fueron resistentes a penicilina G, y sensibles a tetraciclina, ciprofloxacina y eritromicina. Todas las cepas de S. viridans fueron sensibles a la penicililna G, cloranfenicol, vancomicina y cefalotina. La totalidad de las cepas de S. aureus, fueron sensibles a eritromicina, cefalotina, ciprofloxacina y oxacilina. No fue posible realizar antibiograma para Chlamydia debido a que la técnica de cultivo no estaba estandarizada en el momento en que se hizo el estudio.

Se observó que la infección bacteriana se asociaba con secreción purulenta y cantidad abundante (p < 0.01); en cambio, la conjuntivitis no bacteriana se asoció con secreciones mucoides en escasa cantidad (p < 0.01).

El recuento de PMNs superior a 10 células por CAP, fue seis veces más frecuente en los casos de origen bacteriano que en los no bacterianos (p < 0.01); además, se observó en las conjuntivitis bacterianas el doble de frecuencia en edema palpebral (p < 0.05).

Se encontró asociación estadísticamente significante entre la presencia de antígeno de Chlamydia y el tipo y la cantidad de secreción. La secreción purulenta y abundante predominó en este tipo de infección (p < 0.01).

El edema palpebral fue 3 veces más frecuente en los casos positivos para Chlamydia que en los negativos (p < 0.01); además, en los casos de Chlamydia fue 6 veces más frecuente encontrar recuentos de PMNs mayores de 10 células por CAP (p < 0.01).

En cuanto a los cuadros clínicos de las conjuntivitis por el resto de agentes identificados se caracterizaron por tener secreción escasa o moderada, con poca congestión o edema de los tejidos anexos oculares y remisión rápida de síntomas.

DISCUSIÓN

En este estudio de 102 casos de conjuntivitis neonatal diagnosticados y tratados en la ESE Metrosalud, se encontró que por lo menos 54% de los casos eran de origen bacteriano, y de ellos 1 de cada 3 se debía a C. trachomatis. Diversos informes dan cifras de aislamiento bacteriano entre 50% y 68% de los casos estudiados2,5. En países como Estados Unidos también se describe C. trachomatis como la primera causa bacteriana de conjuntivitis neonatal y se presume que en otros países permanece como un agente subdiagnosticado3,6.

La segunda bacteria en orden de frecuencia fue H. influenzae, lo que concuerda con algunos artículos de la literatura que han informado correlación entre madres con corioamnionitis y/o endometritis por esa causa y neonatos con infecciones por el mismo germen, sobre todo conjuntivitis, pneumonía o sepsis7.

Llama la atención que no se encontró ningún caso de conjuntivitis por N. gonorrhoeae, lo que se podría explicar en parte por el hecho que todas las madres tuvieron controles prenatales cumplidos. Otros estudios8,9 ya han informado resultados similares en este sentido.

De gran importancia resultó el hallazgo de 3 casos de conjuntivitis neonatal causados por M. catarrhalis, que produjo cuadros severos en las primeras 72 horas de vida del niño, con secreciones purulentas o mucopurulentas muy abundantes. En todos los casos se observaron diplococos Gram negativos intra y extracelulares, lo que se ha descrito en la literatura10,11 como «pseudooftalmía gonocócica.» Se deduce de este hallazgo la obligatoriedad de la realización del cultivo de Thayer-Martin para el diagnóstico preciso de la oftalmía neonatal gonocócica. Por otro lado M. catarrhalis se ha culpado cada vez con más frecuencia como causa importante de otitis, sinusitis y pneumonía en neonatos y lactantes12.

El hallazgo de C. trachomatis como la primera causa bacteriana de conjuntivitis neonatal en este estudio, plantea la necesidad de incluir los exámenes para su diagnóstico no sólo en el niño con conjuntivitis, sino también en la madre durante el período final de su embarazo13-15. Merece destacarse igualmente que la infección por esa causa en los niños estudiados cursó con abundante secreción mucopurulenta o purulenta franca, edema palpebral y notable reacción inflamatoria del tipo polimorfonuclear; el período de incubación varió entre 3 y 11 días, con 75% de los casos sintomáticos antes de los 8 días de vida. El cuadro clínico se ha descrito como variable, con períodos de incubación más largos15, pero en el presente estudio los patrones clínicos fueron muy similares.

Los hallazgos obtenidos plantean una gran duda con respecto a la utilidad de profilaxis ocular con gentamicina tópica al 0.3% que se hace en Medellín. En los últimos años han aparecido informes16,17 que comparan la utilidad de diversas drogas en la profilaxis de la conjuntivitis neonatal como tetraciclina, eritromicina, ofloxacina, gentamicina y nitrato de plata, entre otras, con resultados variables.

Las pruebas de sensibilidad a los antibióticos evaluados presentaron resultados acordes con los descritos en la literatura mundial.

Para la ESE Metrosalud se estimó en 35 por 1,000 nacidos vivos la tasa general de conjuntivitis neonatal; la de origen bacteriano fue 19 por 1,000, y la de infección por C. trachomatis en 8 por 1,000.

Con base en los anteriores hallazgos los autores recomiendan:

  1. Debido a la alta prevalencia y las graves complicaciones que tiene la infección por Chlamydia, incluir como examen de rutina en el diagnóstico de la conjuntivitis neonatal y en el control prenatal normal.
  2. Siempre que se tenga sospecha clínica de infección por gonococo, no sólo solicitar el Gram, sino realizar la confirmación por cultivo de Thayer-Martin.

Para terminar, los resultados del estudio permitieron abordar con mayor confianza las conjuntivitis neonatales en Medellín, pues mostraron el panorama de los gérmenes predominantes, su comportamiento clínico y su sensibilidad a los antibióticos.

REFERENCIAS

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María de los Angeles Rodríguez Gazquez1, Edwin Correa Muñoz, M.D.2, Sigifredo Ospina Ospina, M.D.3, Consuelo Giraldo Jiménez, M.D.4 1. Enfermera Epidemióloga, Facultad de Medicina, Instituto de Ciencias de la Salud, CES, y de la ESE Metrosalud, Medellín. 2. Oftalmólogo, Programa Salud Visual, Metrosalud, Medellín. 3. Microbiólogo, Laboratorio Departamental de Salud Pública de Antioquia, Medellín. 4. Bacterióloga, Laboratorio de Salud Pública, Metrosalud, Medellín.

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